En un contexto signado por la ausencia de derecho en territorio norteño, con el recrudecimiento de las persecuciones, -la feroz cacería desatada contra docentes, abogados defensores de derechos humanos y campesinos-, y la represión instalada desde distintas fuerzas de choque bajo órdenes de Gerardo Morales, el pueblo en lucha resiste frente al embate que implica la sanción de una reforma constitucional que entrega la explotación de los recursos naturales a las multinacionales y niega la existencia de la diversidad indígena. El caso de Camila Muller, docente torturada bajo las mismas técnicas usadas durante la dictadura, que pasó a integrar las “listas negras” y las amenazas a menores de edad (uno de ellos, un niño de nueve años, hijo de una malonera) son solo una muestra del hostigamiento a quienes se oponen al autoritarismo de Morales, que gobierna sembrando el terror, en un claro mensaje de amedrentamiento.
Fotos: Susi Maresca – Agencia Tierra Viva
Desde hace poco más de un mes, cuando en tierra jujeña se inició el conflicto docente en reclamo de mejoras salariales y recomposición laboral (condiciones dignas de trabajo) la coyuntura política y social tomó ribetes dignos de un período dictatorial. Allanamientos masivos y encarcelaciones, hostigamiento y represión a las marchas convocadas por las comunidades originarias y campesinas, pero también, la existencia de “listas negras” y la arbitraria persecución a docentes (mayormente nucleados en el Centro de Docentes de Enseñanza Media y Superior, CEDEMS), y abogados defensores de los derechos humanos. La aprobación de la reforma de la constitución se dio de espaldas al pueblo; un pueblo en pie de lucha que dijo basta al autoritarismo de las peores formas del poder. A mediados de mes, en lo que se llamó el Tercer Malón de la Paz, comunidades indígenas iniciaron una caminata a la capital provincial, en San Salvador, siendo uno de los ejes claves del conflicto, el rechazo a los proyectos de exploración y explotación del litio en la cuenca de Salinas Grandes. Las comunidades lo expresan claramente: la nueva constitución no respeta ni avala sus derechos y directamente, omiten la existencia de los pueblos originarios.
Eva Díaz es referente de la comuna de Abra Laite y es clara al respecto. “Venimos sufriendo persecución ya desde el 14 de junio que empezamos a apoyar a la marcha docente; en mi persona me han venido a buscar a mi casa en un domicilio que no tengo declarado en Abra Pampa; también nos vienen a detener en las comunas y en los mismos cortes de ruta. Ayer nos enteramos que a otro maestro dirigente le han ido a allanar las casas y no lo pudieron detener porque no estaba, a una maestra le han notificado y otras cinco personas, es decir, en toda la provincia estamos sufriendo persecución a través de los infiltrados, de personas civiles. Ellos van e identifican a quienes son dirigentes o líderes, o por las mismas redes. Hace dos días en Abra Pampa han ido a apretar a un menor de edad, un nene de nueve años, que es hijo de una de las dirigentes que estuvo acompañando en el corte de Purmamarca. Lo que más nos asusta creo, es que han empezado a meterse con los niños”, explica.
“Venimos sufriendo persecución ya desde el 14 de junio que empezamos a apoyar a la marcha docente; en mi persona me han venido a buscar a mi casa en un domicilio que no te-ngo declarado en Abra Pampa; también nos vienen a detener en las comunas y en los mismos cortes de ruta.
Y detalla las razonas de la oposición a la reforma: “Creo que el problema es toda la reforma, leyendo la nueva constitución directamente no hay ningún artículo donde hable de Pueblos Originarios, es como si no existiéramos directamente, nos omiten, solo priorizan la explotación de recursos naturales. Sabemos que toda la provincia ha sido fraccionada y vendida a empresas multinacionales con ese único fin, la explotación de los recursos naturales sin consulta, ahora avalada por esta constitución que centraliza todo el poder y la toma de decisiones en el poder ejecutivo y en la figura del gobernador-”. Respecto del cerco mediático existente en la provincia, Díaz señala que el único canal que “medianamente está transmitiendo las noticias es canal 2, después todos los de Jujuy están vendidos, Tribuno, Pregón, Canal 7, Canal 4 no pasan nada de lo que está sucediendo”.
Creí que me chupaban
Camila Muler abrió la puerta de su casa la madrugada del 27, creyendo que quien llamaba era un compañero de lucha que estaba alojando por esos días. La noche anterior, el joven había llegado cerca de esa hora y se ubicó a un costado de la entrada. Ella lo retó diciéndole que cómo se le ocurría no dejarse reconocer por el visor con las cosas que estaban pasando. Rieron. Por eso cuando el 27, pasada la una y media sintió ruidos, dormida, acudió a los golpes en la puerta y tras preguntar, como la noche anterior “¿Sos vos?”, abrió.
Ahí comenzó su calvario. En una rápida maniobra, un hombre con barbijo y capucha la redujo y la tabicó. Junto a dos mujeres, que le indicaban “tenela, bajala, hasta ahí”, el atacante la torturó y simuló técnicas de ahorcamiento, al menos, tres veces. Cuando estaba por caer desmayada, aflojaba la tensión del cinto o cable con que la sujetó, permitiéndole respirar. En la boca le metieron un trapo sucio, embebido en lo que Camila creyó que sería nafta o aguarrás. Luego, en la pericia le dijeron que pudo haber sido un líquido que era utilizado para anestesiar y dormir a los pacientes que requieren de traqueotomías.
–Todo esto fue muy rápido, por mi cabeza pasaba la idea de que me iban a secuestrar, a chupar, ya había pasado unas noches antes en otras casas con personas que habían participado de la marcha del 20, pero cerraron la puerta de mi casa y, sentí el ruido del precinto y comenzaron a ahorcarme. Pensé, ya está, sentía que me estaba muriendo, tenía la boca con ese trapo, tenía la garganta con eso y ya no podía más, no podía respirar, me sentí a punto de desmayar. Cuando no pude más, como si esta persona supiera que yo ya no podía más, me soltó y volví a respirar. Esa mecánica la repitió por lo menos tres veces. Cuando estaba en el piso me dijeron “a ver si te quedan ganas de seguir moviendo el culo, que no era una revolucionaria, que me hacía la revolucionaria, que era una puta”. Me levantó desde el cuello con ese lazo que tenía y cuando me puse en pie sentía de nuevo que ya no tenía aire, que no podía respirar otra vez, me empezó a tocar; las mujeres se reían y le decían que ya se pasaba. Me lamió el cuello y las orejas, me decía cosas en el oído, por momentos las recuerdo, algo como que “hace varios días que quería hacer esto”-.
Camila fue golpeada y torturada poco más de media hora. Antes de irse, le advirtieron que “cerrara bien la puerta, que hay mucha gente mala afuera, muchos piqueteros”. Pasó más de doce horas hasta que pudo pedir ayuda. De inmediato, cuando el ataque que sufrió tomó estado público recibió el apoyo y la solidaridad no solo de la comunidad artística a la que pertenece sino de distintos colectivos en lucha, organizaciones y hasta gente que la para en la calle para abrazarla. Durante esos días recibió atención de primeros auxilios bajo la clandestinidad, a través de la supervisión de una médica que la recibió en su casa, de noche.
Camila transita el trauma de la violencia que ejercieron sobre su cuerpo y aún no pudo reincorporarse a su trabajo, el profesorado de yoga que le da sustento, tras haber quedado en la calle apenas Morales asumió la gobernación, junto a cien docentes que conformaban un equipo operativo de trabajo escolar de todas las regiones de la provincia, (Puna, Quebrada, Valle y Yunga), en trabajos situados en las escuelas.
– Sueño mucho con eso, con que no puedo respirar, me despierto ahogándome, incluso durante el día hay momentos en los que siento que no logro colmar de aire mis pulmones. Soy profesora de yoga y mi conducta respiratoria es muy buena, muy sana pero por momentos siento que mis pulmones no están oxigenando y entro en pánico. Yo no sé si serán grupos parapoliciales como los que se metían entre nosotres cuando estábamos marchando y tiraban gases lacrimógenos, nos tiraban piedras, las mismas formas de patota. Al pasar los días me fui dando cuenta de este juego de la puerta, el pibe que se estaba quedando en mi casa tiene 25 años, la edad de mi hijo. Yo, en un rol de maternarlo, de retarlo porque venía a esa hora, y ellos vieron todo la noche antes porque hicieron el mismo juego. En el grupo de activismo de WhatsApp, Artistas en Lucha avisé desde la mañana que no iría esa noche a una reunión en la que estuvieron todos. Pensamos que todos esos mensajes fueron leídos, filtrados, porque curiosamente de un grupo de 30 personas yo era la única que no estaba. Siento que esto no es algo personal, que no es para mí sino para el colectivo de artistas, particularmente, esta es una lucha en la que les artistas tenemos un rol muy notorio, desde las canciones que hemos armado, la potencia, la polenta, estar días y noches en el acampe, en los cortes de rutas, la presencia del colectivo del arte ha sido muy fuerte. Creo que es un mensaje para el colectivo del arte y para todos los involucrados en la lucha-.
Camila eligió no callar y mantiene su acompañamiento a la lucha docente y el reclamo indígena. Aún con las huellas de los golpes en la mirada –se ensañaron particularmente con sus ojos- y en su cuerpo, acompaña los encuentros y las marchas en las calles, enfrentando el atropello.
–Decidí que si este mensaje era para que nos asustemos y no salgamos más, yo tenía que salir por mí y para que nos demos cuenta de que nos tenemos que cuidar, acompañar y ser más-, señala. Desde ayer, cuando la cacería se extendió y culminó con la detención del abogado Alberto Nallar, y el pedido de captura de otros cuatro letrados, defensores de los derechos humanos, Camila Muller figura en las “listas negras” del gobierno de Morales.
Luis Paz está representando a Camila, y es uno de los abogados de Milagro Sala. Conversó con enREDado en momentos en que una nueva cacería se desataba en tierras de Humahuaca y un docente era detenido en el espacio que Muller alquila a la universidad para dar sus clases de yoga. “Tenemos en camino el habeas corpus en la justicia ordinaria que fue rechazado el lunes pasado y la denuncia penal que hizo Camila en el Ministerio Público para que se investigue el ataque a la casa. Está en pleno desarrollo el habeas corpus que presentamos en la justicia federal como consecuencia de la inacción ante el requerimiento de habeas corpus presentado el 29 de junio. El poder judicial le otorgó protección a ella pero le denegó hacerla extensiva a sus hijos que viven en Córdoba. Estoy cuestionando esa protección porque le quieren asignar un botón anti pánico como si fuera un caso de violencia doméstica, lo que desvirtúa la responsabilidad que tiene el poder judicial en un caso de estas características”, señala el letrado.
Y agrega: “Las técnicas usadas para la reducción, el tabicamiento de Camila y lo que le decían demuestra que había sido previamente perseguida, que le habían hecho espionaje ilegal, que había toda una tarea previa de espionaje. El allanamiento en la casa de Milagro (días atrás) es parte del modus operandi que tiene el gobierno de Jujuy para tratar de confundir a la población en medio de este conflicto político y social provocado por el gobierno primero, con los gremios estatales que reclamaban recomposiciones salariales y mejoras en el trabajo. Lo que fue un reclamo salarial luego se transformó a través de la aprobación de una reforma absolutamente exprés con la clara intención de apropiarse de los territorios de las comunidades originarias, quedarse con su tierra, quedarse con su agua y hoy estamos en esta situación que ha sido absolutamente provocada por Gerardo Morales”.
“Las técnicas usadas para la reducción, el tabicamiento de Camila y lo que le decían demuestra que había sido previamente perseguida, que le habían hecho espionaje ilegal, que había toda una tarea previa de espionaje»
«Discutir extractivismo es discutir la calidad de nuestra democracia»
Guillermo Folguera es biólogo y filósofo. Investigador independiente del CONICET y docente en la Universidad de Buenos Aires (UBA) Para comprender la dinámica de las disputas por los territorios, reconoce, a nivel provincial, tres grandes levantamientos o rebeliones provinciales con aristas comunes: son los casos de Chubut, Mendoza y Jujuy. “En el caso de Jujuy se suma la lucha docente pero hay que advertir que en las tres experiencias, el agua es uno de los denominadores en común. Y esto no es un punto menor”, sostiene el investigador.
Folguera explica que hay un punto de relevancia, que es “la aparición y visibilización, más bien esto segundo, de un actor clave en todo esto que son los pueblos originarios, que en el caso del sur aparece con los mapuches y en Jujuy con un montón de comunidades que vienen fuertemente a poner la discusión en torno a lo territorial ubicando un poco lo que es el extractivismo, que es un intento de acaparar los bienes comunes sobre consumirlos y en ese mismo movimiento generar diferentes formas de contaminación, generar concentración de la propiedad y uso de la tierra y en el ordenamiento demográfico que creo que es un tema del que no se habla. En el caso de Jujuy queda en evidencia que a treinta, cuarenta años, se está generando una expulsión de las comunidades locales. No hay forma de pensar que esta historia termina bien ni para los ecosistemas ni para las comunidades originarias e indígenas-”.
En un contexto de claro avance del extractivismo de los recursos naturales bajo todas sus formas (léase modelo de monocultivo agrotóxico, megaminería, extracción de litio) Folguera pone en juego tres niveles de degradación ambiental. “Por un lado, el factor más visible es el sobre consumo de agua en una zona absolutamente árida en un ecosistema tan frágil como una salina; el segundo tiene que ver con una contaminación química que posiblemente tome menos visibilidad por lo que significa de por sí la pérdida enorme de agua por la evaporación o el uso directo del agua de rio que se está dando; y otro nivel tiene que ver con la noción de que cuando uno saca agua y lo reemplaza por aire hay que ver qué pasa en términos de posible desplome y pérdida que, además, para las comunidades locales les funciona de manera productiva. Hay que ver entonces, qué pasa con la degradación de las salinas en términos superficiales. Todo es un combo en la misma dirección hacia pensar que la degradación socio ambiental se plantea en estos términos”.
-Hace tiempo decías en una nota que habría un avance represivo contra las resistencias que se vienen dando desde los territorios, que además se enmarca en un 40 por ciento de la población bajo la línea de la pobreza.
– Hay dos elementos para agregar, que para mí están actuando y van a ser muy visibles. Por un lado un intento por parte de los grupos de poder de volver a un discurso basado en lo pragmático. Cuando yo arranqué con los temas de conflicto socio ambiental en mi propia militancia hacia 2002/ 2003 se estaba dando la expansión de la soja y la multiplicación de la mega minería en la cordillera-, me acuerdo que el discurso que intentaba abundar en esto. Argentina viene de una crisis brutal del 2001, tenemos que conseguir fondos, tenemos que conseguir reparar el país, hagamos esto como un proceso de transición, etc. Veinte años con ese tipo de discurso. Hoy veo desde el poder, una propuesta más bien similar; ahora, más que enclave de 2001 venimos con la necesidad de que ingresen rápidamente dólares para una balanza de pagos para pagarle al Fondo Monetario pero que se presenta en la misma dirección; de “necesitamos este pragmatismo para acudir luego a otras formas”. Y yo creo que socialmente la gente no es tonta, hay una subestimación de la memoria social, de la memoria colectiva, sumándole que hoy por hoy tenés a la mitad de la población bajo la línea de la pobreza. En la expansión del extractivismo, -con los últimos 25 años de una expansión muy particular, en la que que los procesos sociales ya lo vieron; está en las retinas las inundaciones, está en las retinas la sequía, los incendios, el Paraná seco, el salar que va bajando lentamente los niveles de agua. Creo que hay un tironeo desde los grupos de poder que intentan otra vez acudir a factores pragmáticos y no me queda muy claro que lo puedan sostener mucho más. Por supuesto, esto deviene en palazos justamente, en persecuciones y en intentos de sembrar desde el terror, pero todos los intentos de legitimidad que se proponen marcar – que en esta estamos todos juntos, esto nos conviene a todos- yo creo que ha quedado muy debilitada y evidenciada.
Este extractivismo agrega, además, ciertos elementos de la democracia que tenemos en la actualidad, de sus debilidades y de lo pernicioso de la calidad de esta democracia. Hoy lo hablaba con compañeras de Chubut y de Exaltación de la Cruz, que los intentos por reprimir pasan a ser a través de la judicialización y el armado de causas. Entonces tenés a lo largo y ancho del país un montón de procesos y fenómenos de comunidades atravesados por diferentes formas de judicialización; noventa personas judicializadas en Andalgalá, toda esta situación gravísima que está pasando en Chubut, asociado al Chubutazo y otros fenómenos, tenés estas compañeras y compañeros en Exaltación de la Cruz y yo creo que está quedando visible que discutir extractivismo es discutir la calidad de nuestra democracia. ¿Quiénes toman las decisiones, con qué mecanismo, qué es un estudio de impacto ambiental, qué es un proceso de judicialización, qué es una consulta pública, a quién están consultando, cuál es la calidad de esta democracia a cuarenta años de una dictadura a la que no queremos volver pero con una democracia que, a las comunidades, no les ha dado ningún tipo de respuesta en estos órdenes. Coincidimos, además, en lo que pensamos de las políticas de Morales, su intento de reforma y lo aberrante de todo pero cuando se cambia un poco la escala y se intenta comprender el mapa general de Argentina es todo muy parecido» explica Guillermo Folguera y cierra aportando una mirada global: «cuesta mucho encontrar las diferencias en las políticas respecto al litio que montaron Catamarca, Salta y Jujuy, aun cuando sean de tres partidos de signos opuestos. Lo mismo con los procesos de judicialización, todo lo que está avanzando Morales, vas a Exaltación de la Cruz que tiene otros signos partidarios y un poco se reproduce lo mismo».