Un proyecto que se inició como imprenta y luego se subió al rubro editorial. Tras los pasos de un libro atravesado por las vivencias, la memoria y el feminismo.
Capitana es un taller de impresión que se define como militante. La propuesta, según se indica en su página web, “busca recuperar el oficio de imprenta tradicional negado a las mujeres a lo largo de la historia”. Tal es así que utiliza técnicas de impresión en desuso. Por un lado, el letterpress, que es la impresión a través de tipografías móviles; y, por el otro, la risografía, una técnica digital similar a la serigrafía.
En agosto del año pasado, a raíz de la publicación de su primer libro denominado “Impresas Políticas”, la imprenta se embarcó en una nueva aventura y comenzó a funcionar a la par como editorial. “No sabemos bien qué fue primero, si el huevo o la gallina; la editorial o el libro”, se pregunta Victoria Gómez Hernández, una de las integrantes de Capitana. A ella se le suman Cristina Rosemberg, cofundadora de la imprenta y Luciana Bertolaccini; quien ingresó al espacio a partir de la creación de la editorial.
Abrir la puerta del taller genera una sensación de viaje en el tiempo. Está repleto de objetos mágicos, que conviven armoniosamente. Hay papeles, pegatinas, láminas y cuadros, entre otras tantas cosas. Y por supuesto, las máquinas y herramientas de impresión. Si bien desde el lugar materializan sus propias iniciativas, también trabajan para terceros. El libro publicado es, por el momento, uno solo. Pero aún queda mucho por transitar.
El diálogo acontece. Victoria toma la palabra y recuerda los inicios de Capitana. El espacio empezó a gestarse en 2016 y el disparador fue el Encuentro Nacional de Mujeres que se desarrolló en Rosario ese mismo año. Cuenta: “Teníamos intenciones de poder replicar, multiplicar y compartir muchas de las cosas que habían sucedido en ese Encuentro y que nos habían atravesado. Entonces empezamos a indagar en algunos formatos: fanzines, revistas, afiches”. Y fue a partir de allí que decidieron comprar su primera máquina de impresión.
El devenir de una idea: Impresas Políticas
Luciana y Victoria se conocían previo a la conformación de la editorial, ya que ambas participaban de un espacio en la Facultad de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales de la UNR. La idea, que comenzó a tomar forma en 2018, tuvo su origen en una cuestión puntual. Sobre esto, Luciana detalla: “Era una búsqueda que estaba haciendo acerca de mujeres que hayan sido militantes durante la dictadura, que hayan escrito sobre ese momento. En esa búsqueda, de ese cruce entre memoria y literatura, me era muy fácil encontrar escritores varones”. Fue así que Luciana le comentó la inquietud a Victoria y, a partir de ese momento, algo nuevo comenzó a caminar.
¿Cómo fue encaminándose el proyecto hasta convertirse en una recopilación de vivencias? En primer lugar, Victoria y Luciana buscaron poemas de mujeres militantes de las décadas del 60’ y 70’ en Rosario. Ese sondeo las llevó a visitar diferentes bibliotecas. En simultáneo, entrevistaron a algunos referentes de los derechos humanos en Rosario. Esto les permitió establecer contacto con ex presas políticas de la ciudad. “Ahí se nos abrió un nuevo panorama porque ya no teníamos que buscar un archivo en una biblioteca, sino que teníamos que ir a buscarlas a ellas”, recuerda Luciana. Y explica que ya había una red de mujeres conformada, en donde la mayoría de ellas se conocían previamente, de la militancia o del encierro. Pese a que tres de ellas viven en el exterior (dos en Estados Unidos y una en Canadá), mantenían el contacto.
Ellas son: Alicia Kozameh, Ana Esther Koldorf, Elida Deheza, Irma Antognazzi, Laura Ojeda, Liliana Arrastía, Margarita Blanco, María del Carmen Sillato y Marta Ronga. “Forman parte de este libro narraciones e ilustraciones atravesadas por el impulso amoroso y tenaz de mujeres orientadas por convicciones, cruzadas por el desgarro de atravesar las violencias más atroces. Desde una práctica feminista se ponen en circulación estas voces y producciones poéticas y gráficas en las que los cuerpos hablan a través de metáforas y códigos incluidos en las hojas de los cuadernos de cárcel, en los dibujos, retratos y en las cartas como formas de producir y registrar los encierros”, indica la descripción del libro.
De repente eso llegaba en forma de cuadernos de cárceles, de cartas, de estampitas; que tenían toda una materialidad que hablaba mucho más; además de lo que estaba escrito.
Victoria cuenta que a partir de la publicación del libro, las experiencias fueron múltiples y continúan. La relación entre ellas con el libro y con sus autoras va transformándose. “Nosotras iniciamos un vínculo con ellas, compartimos muchas presentaciones, muchos momentos. Incluso despedimos el año en 2022. El vínculo cada vez va tomando formas de más seguridad, de más confianza”. Y agrega: “Entramos con la idea de poner en diálogo el feminismo con los derechos humanos y nos fuimos encontrando con todas experiencias distintas que venían de diferentes lugares de militancia, que venían de diferentes cosas. Y que, sin embargo, funcionaban muy armónicamente, desde mucho respeto y pudiendo construir una grupalidad que está buena”.
Luciana considera que aquello que le dio forma al libro fue ese vínculo generado entre todas. “A medida que empezamos a hablar con ellas y a tener esta relación de confianza, la publicación fue tomando la forma de un libro; fue tomando la forma que tiene ahora”, dice. Y, que a partir de esa primera búsqueda de escritos, hubo un horizonte que se amplió. “De repente eso llegaba en forma de cuadernos de cárceles, de cartas, de estampitas; que tenían toda una materialidad que hablaba mucho más; además de lo que estaba escrito. Más todas esas historias que ellas nos iban contando”, agrega.
Líneas de fuga: cabeza y corazón
Impresas Políticas se presentó en agosto del año pasado en el taller de Capitana. La repercusión superó todas las expectativas, dado que a tan solo un mes y medio de la primera tirada se agotaron los ejemplares. Es por eso que hay una segunda edición recién salida del horno que cuenta con una novedad: los libros pueden adquirirse en librerías. Entre las confirmadas se encuentran: El Juguete Rabioso, La Libre, Arde, Feria Nimia, Craz y Mal de Archivo.
Además, las experiencias en torno al libro siguen su rumbo. Tanto las integrantes de Capitana, como las voces de Impresas Políticas fueron y siguen siendo convocadas desde distintos espacios para replicar la presentación o participar de diferentes actividades. La última de éstas, en la que se presentó la segunda tirada de los ejemplares, se realizó en el Museo de la Memoria. Allí se llevó adelante un festival de lectura en conjunto con otras autoras.Ya casi nos despedimos y Luciana reflexiona: “Este libro fue mucho más enorme de lo que nosotras pensábamos. Cuando estábamos en la parte final empezamos a esbozar estas ideas de cómo podía seguir la editorial. Pero una vez que lo presentamos, todo explotó y desbordó”. Actualmente, desde Capitana se encuentran pensando en la identidad de la editorial. Mencionan a la Memoria como uno de los ejes temáticos. Anticipan que hay una idea de convocar a otras identidades sexogenéricas que se encontraban en el contexto de encierro durante la época de la dictadura. La editora concluye que tener un libro circulando lleva: “mucha logística, mucha cabeza y mucho corazón”.