Relatoría 8
Desde Plottier, Neuquén, un equipo integrado por militantes articulando con una cooperativa agropecuaria, se sumó al Semillero para llevar conectividad al paraje China Muerta, sin acceso a internet, con una comunidad que crece de la mano de nuevos modos de ruralidad que se organización para construir redes que resuelven derechos
Plottier es una de las ciudades más grandes de la provincia de Neuquén. La experiencia de Plottier tiene varios aspectos que invitan a conocer y analizar cómo han ido sucediendo algunos de los movimientos que transformaron en los últimos años a la ruralidad, y analizar vínculos, límites, y tensiones que suceden entre lo urbano y lo rural.
Ruralidad refiere al modo de relación con los territorios alejados de las ciudades, con poca densidad de población, a veces por cuestiones geográficas, otras porque son tierras destinadas a la producción, con dificultades en el acceso a algunos servicios que quedan concentrados en la urbanidad. Hoy las ciudades crecen y se extienden hacia lo rural, lo ocupan, lo cubren, lo integran y en ocasiones lo fagocitan. A veces por el crecimiento de las ciudades, a veces por apropiación de intereses económicos –sobre todo cuando hay recursos naturales rentables en ellos– y a veces ante el deterioro de la calidad de vida en los ámbitos urbanos, por grupos que optan por mudarse permanente o temporalmente a zonas más agrestes, zonas llamadas residenciales.
La ruralidad también invita a pensar en el arraigo rural, en la importancia de que las personas encuentren sentido en esos territorios, en habitarlos, y contrarrestar el desequilibrio que implica la concentración demográfica en lo urbano, con todos los problemas que ello implica. La ruralidad pone en juego derechos. A veces elegir la ruralidad para acceder a esos derechos, como el derecho a un ambiente sano, o a un trabajo digno, o a la seguridad, pero en esa misma ruralidad también se vulneran derechos, por recursos no accesibles o mal distribuidos, por criterios que tienen ver con el lucro y no con las necesidades de las comunidades
Uno de estos derechos es la comunicación y de la mano de ella, el de la conectividad. Para estos territorios internet implica no solo mejorar el acceso a servicios para la población, mejorar los procesos productivos, la posibilidad de capacitación, e incluso algunos aspectos relacionados con la seguridad sino también y sobre todo la posibilidad de construir comunidad. La experiencia de Plottier y su proyecto de despliegue de una red comunitaria nos invita a pensar en todos estos aspectos.
Plottier se encuentra a pocos kilómetros de la ciudad de Neuquén. Siguiendo por la ruta 22 se llega a Senillosa. Entre Plottier y Senillosa se encuentran los parajes de San Francisco y China Muerta, que conforman un mismo territorio. Una parte de barda, San Francisco y la otra parte rural, China Muerta.
“En el paraje hay servicio de luz, agua de pozo y no hay gas. Señal de teléfono, solo de algunas empresas y ninguna quiere llegar con internet. La única alternativa de conectividad es la compra de paquetes. En la pandemia se sintió fuerte esa necesidad. Los proveedores te dicen que no hay servicio, que es preciso una torre de 30 metros por la cortina forestal. Hubo intentos de conexión satelital, de crear pequeñas redes, también con torres, pero no es rentable desde lo privado” comenta Jogre Pedregosa, Piter para todo el Semillero. “San Francisco es en cambio una zona más recreativa, de complejos de cabaña para fines de semana. La costa del río es muy linda. La gente va a la playa en verano. También ahí es muy importante y muy necesaria la conexión ”agrega Leandro, que también integra el equipo que se sumó al Semillero y conoce de cerca las necesidades en estas tierras en la que proyectan desplegar la red.
El grupo de Plottier que le está poniendo el cuerpo a esta experiencia está formado por Piter que es economista agrario, trabaja en el Ministerio de Agricultura y es militante de La Cámpora, Sebastián también militante de La Cámpora, Nico de la Corriente Peronista Descamisados y del Centro Cultural Oveja Negra y Leandro, todos compañeros de militancia, de diferentes espacios culturales y políticos. “Nos estamos capacitando para realizar la instalación y concretar la red comunitaria. Al equipo se sumó Daniel, presidente de la cooperativa El Labrador de China Muerta, con quien articulamos este proyecto. Daniel es ingeniero y tiene conocimientos de ingeniería. Y eso nos da mucha tranquilidad” comenta Piter.
“El encuentro con la cooperativa se inició antes del contacto con Altermundi. Veíamos que no hay conocimiento y capacidad de gente que sepa hacer laburos relacionados con la conectividad, de instalador, por ejemplo. Con un proyecto como este no solo resolvés la conectividad, sino que generás laburo, y generás comunidad. Todo el tiempo estás construyendo una comunidad organizada. En eso estamos de acuerdo la cooperativa y nosotros” comparte Piter.
La cooperativa El Labrador debe su nombre a un cura que la “bautizó” de este modo. “El cura recibió 200 hectáreas fiscales y las repartió entre los pobladores para que produzcan. Con los años esta situación se fue modificando y se fue perdiendo el espíritu productivo. A la vez la urbanidad se fue expandiendo. Neuquén se comió a Plottier y Plottier se expandió y en 20 años llegará a China Muerta” pronostica Piter, mientras va delineando la historia de poblamiento de esta región.
Historizar la ruralidad
“En China Muerta viven unas 500 familias. El paraje se viene repoblando con un formato residencial, de quintas de fin de semana o de quien decide ir a vivir al campo a 40 km de Neuquén capital. Ahí te podes bañar en el canal, sin agroquímicos. Pero también hay numerosos desarrollos productivos y emprendimientos. Es un nuevo concepto de ruralidad. que integra a los emprendimientos productivos y a las personas que se vienen en plan residencial. Todo va sucediendo a la par. Esas 200 hectáreas que gestionó el cura para la comunidad, hoy se fueron vendiendo, loteando las chacras. Donde había una familia ahora hay 20. Y también quedaron un par de hectáreas que se donaron a la feria de productores. La cooperativa hoy está pidiendo a los productores que se asocien, para que sean dueños de la feria”.
A 70 km de Plottier está el Chocón, una represa que cuando se hizo logró contener las inundaciones en la región. “En toda la zona hay canales de riego, un sistema de bombas que llevan el agua para arriba, para la barda, diseñado por el doctor Plottier. Los productores hortícolas de la zona tienen problemas con las acequias que hay que arreglar, pero como también tienen problemas con los papeles de las tierras temen pedir que las arreglen. Muchos de ellos forman parte del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE)”. En el panorama político, copado por el Movimiento Popular Neuquino (MPN) que hace 60 años gobierna la provincia ininterrumpidamente. En segundo lugar, Juntos por el Cambio, “y luego nosotros de diversos espacios políticos, que somos pocos, somos todos compañeros y estamos viendo cómo articular. Y tal vez podamos hacerlo a través de esta experiencia de la red de internet en el territorio”, augura Piter.
La experiencia del Semillero
“Cuando recibimos la invitación de sumarnos al Semillero, se lo propusimos a la cooperativa. Les interesó y comenzamos a participar de los encuentros por Zoom”. Se sumaron Mara, Daniel, presidente de la cooperativa, Leandro, Sebastián y Piter. “Nos fuimos alternando. Daniel es ingeniero y tiene experiencia en radio, ha trabajo con antenas, entiende y eso es una garantía técnica para el proyecto. Entiende y a la vez está aprendiendo esta tecnología que no conocía”. Sobre los encuentros Leandro comenta que “resultaron muy productivos, una muy buena experiencia. Me sentí muy cómodo y es un muy buen espacio para aprender. Todo resultó interesante y fuimos siguiendo las propuestas”.
Al encuentro en Córdoba viajaron Leandro, Seba y Piter. Se sumaron a los distintos equipos del despliegue y volvieron a Plottier con los equipos.“El encuentro fue el 80% de Semillero”, así valora el equipo la experiencia presencial. “Al regreso participé en el encuentro sobre la configuración de los equipos” comenta Jorge que durante ese encuentro avanzó en conectar el router a internet, experiencia que derivó en un aprendizaje sobre cómo concretar esa tarea para que queden correctamente configurados. “Estuve salteado en algunos encuentros. Seba en otros. En el último mes nos sumamos también a algunos encuentros sobre el armado de las carpetas”.
Armar la red
En estos meses el equipo del Semillero fue buscando el modo de lograr la conectividad ausente en China Muerta. “El INTA, que tiene una torre alta en Plottier, nos autorizó a usar la torre para poner el router y enchufarlo y utilizar su electricidad, como puente para traer internet de la ciudad. Pero no nos permitió traer su internet. A la vez hay una torre de la provincia que abastece de internet a la comisaría y al centro de salud y la provincia nos autorizó a poner el Libre Router ahí. Mara, nuestra compañera, vive al lado del centro de salud. La idea es tomar la red de la provincia, llevarla a la casa de la compañera, de ahí a la torre del INTA y del INTA a China Muerta” describe Piter.
En China Muerta darían conexión a la casa de un productor que tiene línea de vista con la cooperativa. Desde allí, a la feria de productores y de ahí ampliar a la red rural. Piter comenta que éste es un armado provisorio de la red, ya que hay otras opciones a intentar. Podrían avanzar en acuerdos con el INTA y traer internet desde Plottier o acceder desde la línea de fibra óptica de Arsat que pasa por la ruta 22, entre uno o dos kilómetros del paraje. “Ahora estamos desarrollando esta experiencia con los 4 routers en el marco del Semillero pero el Roberto Arias nos permitirá pensar en esas otras posibilidades“.
La conexión de la provincia llegará entonces desde el router en la torre del INTA a “Padre José”, una asociación civil en China Muerta que prestó el lugar para que haya un puesto rural de policía. Ahí está la torre donde llega el internet. En las observaciones para realizar los mapas descubrieron que “en invierno, al no haber hojas de álamo, desde Padre José llegamos a la cooperativa, pero en verano se tapa con los árboles. Entonces con los 4 libre routers del proyecto, vamos de Padre José a lo del Chino, un compañero que sí tiene línea de vista con la cooperativa, de ahí a la sede de la cooperativa y de la sede de la cooperativa a la feria. Usamos los 4 libre routers y dejamos conectada la cooperativa y la feria, para hacer capacitaciones y otras acciones comunitarias. Y a la vez vamos iluminando a todos los que ven los nodos.
Para avanzar en los compromisos del Semillero, la cooperativa presentó una nota a la cooperativa de luz para colgar los libre routers en los postes. “Iríanos por las calles, porque los árboles complican la línea de vista. Zigzagueando. Ya instalamos el primer router y llegamos a tres casas, que nunca tuvieron internet y ahora tienen. Hay toda una ingeniería para armar esa red, que es un ejercicio re interesante. Ahí va la creatividad.”
Sobre gestiones y licencias
El equipo de Plottier no había gestionado aún las licencias porque la cooperativa tenía sus papeles aún en proceso de ordenamiento. Habían acordado postular junto con la organización TUCMA. Sin embargo en estos meses la cooperativa ordenó sus papeles. “Hay una energía nueva de reactivar y sumar tareas, la producción, integrar a los feriantes que se asocien para ser dueños de la feria, crear la red de internet”. En este marco, la semana pasada Daniel fue a la sede de INTA a hacer la gestión de las dos licencias: la VARC y la RUPECO. “No fue sencillo. Le llevó 5 horas. Nos tuvo que asistir Altermundi porque había algunas cuestiones extrañas, pero pudimos hacerlo” celebra luego de hacer una crítica a la página web de ENACOM. “Ahora estamos en trámite con El Labrador para las dos licencias”.
Con el entusiasmo activado por el inicio de las licencias, piensan postular en breve al Roberto Arias. “Con la licencia VARC podemos pedir a ARSAT para acceder a la fibra óptica que pasa por la ruta 22. Hoy sacamos internet de la comisaría desde la antena provincial. Mañana sacaremos desde la casa de Mara, y pasado mañana cuando tengamos la VARC vamos a pedir ARSAT” augura Piter. “Ya tenemos el dato de cómo hacerlo. Suponemos que vamos a tener que hacer una obra civil, sacar un cable, hacer una torre o llevar por tierra un par de cientos de metros la fibra óptica pero esa sería una gran posibilidad. Van a tener que venir a ver y conocer la experiencia. Estamos de camino a Bariloche. Les queda de paso para la Cordillera” invita Piter.
Potencial de la red
“Es muy necesario y muy transformador este proyecto. En lo personal, por mi trabajo, me interesa incorporar internet al proceso de producción agropecuaria y agroalimentaria, a través de la automatización de distintas tecnologías. Tanto eso como la posibilidad de estudiar son oportunidades para la juventud de China Muerta y para cualquier persona que elija vivir aquí. También el proyecto de la intranet que permite el libre router tiene un gran potencial como mecanismo de seguridad. Hay cuestiones físicas y sociales relacionadas con la inseguridad. Hubo chicas que han sido víctimas de situaciones de violencia. Pensamos incluso en la posibilidad de poner cámaras. Vengo de Buenos Aires con 200 mil cámaras haciendo un gran hermano que no te permite ni ajustarse el cinturón, y me quedo pensando. Pero la culpa no es de la tecnología, sino del uso que se hace de ella. Si este uso asociado a la seguridad es comunitario, hasta te permite cuidarte de la policía” analiza Piter.
El equipo de Plottier aún no socializó el proyecto a la comunidad. “Hace dos días montamos el primer nodo y una familia fue feliz. Estamos recién arrancado. Desde la cooperativa, lo valoran y lo entienden. Pero el pueblo de China Muerta aún no lo dimensiona. La cooperativa quiere primero experimentar que la tecnología funciona para luego convocar a los socios y a las familias a apostar al proyecto funcionando. El desafío es ver que funciona, y luego sumar. El mantenimiento va a tener que ser comunitario. Y va a ser viable en tanto se lo apropien” analizan.
También se entusiasman con las participaciones. “Hay un grupo de productores bolivianos, con los que nos reuniremos. Tenemos un compañero que da talleres de Robótica y está dispuesto a dar talleres ahí en la cooperativa. Hay chicos que producen hongos, esperando que llegue esto para aprovechar la conexión, con la idea de conectarse, de vender, de capacitarse. Hay muchos productores, de pollos, gente que cría cerdos. Hay mucha residencialidad, hay cultura”. La red promete.
Con las licencias en la mano, se generaron muchos movimientos. “Se tenían que dar varios factores que se fueron dando. Hoy estamos más armaditos. Presentamos el proyecto al Inta, al IPAF pidiendo permiso para usar la torre y la luz. Y también tenemos otra propuesta para sumar 20 libre routers y capacitación con Altermundi. El acuerdo con el INTA podría incluir la conexión”. Piter se entusiasma en pensarlo como un modelo a replicar en otras localidades, “ya que INTA está en todas las regiones y hay sedes cerca”. En los últimos días del Semillero el equipo completó la instalación de los otros tres routers. Próximo paso: “estamos entusiasmados con el Roberto Arias. Vamos a presentarlo”. La red de Plottier, la primera de la Patagonia, ya comenzó a crecer.