Les no binaries luchan por acceder a un DNI acorde a su identidad. ¿Qué alternativas ofrece la legislación nacional para quienes no se identifican como varón o mujer? La responsabilidad del RENAPER, la actitud de los registros civiles provinciales y el limbo en el que quedan quienes iniciaron el trámite y aún esperan una respuesta.
Foto: #TodesConDNi en Facebook
[dropcap]N[/dropcap]i varón ni mujer, ni XXY, ni h2o. El verso pertenece a Susy Shock y con el correr de los años se transformó en algo más que un manifiesto poético-político para cuestionar el corset identitario impuesto por el régimen heterosexual. Es la posibilidad de pensarnos más allá del rígido cartón (o plástico) que consigna M o F como las únicas posibilidades universales para contarle al mundo lo que somos, o en todo caso lo que no somos, lo que vamos siendo, lo que queremos llegar a ser, e incluso lo que fuimos y que hace tiempo dejamos de ser por imposición, mandato o culpa.
“Hay mucha desinformación, aparecen notas que dicen que hay personas que ya tienen el DNI, cuando tal vez lo que tienen es la partida de nacimiento, entonces esto hace que la población piense que ya es como una cuestión resuelta”, explica Sauli Dalmasso, integrante de la flamante “Liga Mostrix”, un espacio integrado por activistas no binaries independientes de Rosario que se unieron para colectivizar el reclamo de un DNI acorde al sentir identitario de cada persona.
En efecto, la situación está lejos de resolverse y las últimas decisiones que se tomaron distan mucho de encontrar una solución favorable en el corto plazo. En Santa Fe, durante el 2020 al menos 15 personas recibieron una partida de nacimiento rectificada con la palabra “autopercibido” para describir el género, aunque en la mayoría de los casos el pedido haya sido otro. Les solicitantes fueron notificades de que tenían 10 días hábiles para aceptar o rechazar el cambio, pero no abrieron otra vía de negociación.
“Hay algunas personas que prefieren que diga no binario. Yo en su momento pedí que no se consignara género. Pero el primer parate que me hicieron fue que el campo donde va sexo no podía quedar vacío”, advierte Noah Pellegrini, a quien le bloquearon su partida de nacimiento rectificada y tuvo que presentarse con un abogade en el Registro Civil para acceder a la original sin el cambio en el nombre de pila que ya había tramitado. “Mi mayor miedo es perder el DNI y no poder hacerme otro por no tener partida”, dice.
Sauli también pidió que en su partida no se consignara el género y aclaró expresamente que rechazaba la palabra “autopercibido”. Por eso se salvó de la decisión arbitraria que tomaron las autoridades santafesinas: “La persona que estaba a cargo del Registro Civil que fue con quien nos reunimos y tuvimos unas charlas, fue quien nos dijo, bueno, no se va a poder hacer esto. Pero antes de irse del cargo firmó para que salga esta resolución de autopercibido”, señala le activista. Ahora su situación, al igual que la de Noah, es un limbo.
“Esto es una imposición. Cada registro civil está haciendo la suya. Siempre nos dicen que van a tener una reunión anual, que es como el concilio de los registros civiles, donde lo van a resolver. Pero hay registros civiles que ni siquiera están tomando las solicitudes”, cuenta Sauli, con una molestia visible por las notables contradicciones de la administración pública para abordar el conflicto.
El nuevo Director del Registro Civil de la provincia, Mariano Gálvez, aseguró en declaraciones a la periodista Sonia Tessa que el recurso presentado por Noah “abre la puerta a contemplar estas situaciones y evaluar junto a la Secretaría de Género la posibilidad de reconocerles tal cual como lo piden.” En la nota de Rosario/12, también se encargó de aclarar algunos rumores que circularon cuando se conoció su designación: dijo que no es pastor evangélico, aunque sí profesa la religión pero conoce el límite entre la fe y sus obligaciones laborales.
Por su parte, les activistas rosarines remarcan que no están de acuerdo con la utilización del concepto extraído originalmente de la Ley de Identidad de Género: “Todo identidad, todo género es autopercibido. Entonces es medio una joda que se utilice esa palabra para quienes no entramos dentro del binomio” apunta, en una entrevista realizada con enREDando y Rosario/12, Chefu Occhiuzzi, otre de les integrantes de la Liga. Ahora la estrategia colectiva apunta al Registro Nacional de las Personas (RENAPER) organismo que depende del Ministerio del Interior de la Nación y tiene a su cargo la emisión de los documentos de identidad.
El objetivo es lograr un acuerdo general para evitar que haya disonancias entre las decisiones que toman las provincias y el gobierno nacional al momento de reconocer a las identidades que no se inscriben en la tradición binaria del género que todavía sostiene el Estado. Para eso también fue convocado el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad de la Nación con la mirada puesta en articular la territorialidad del reclamo con los vericuetos legales y las posibilidades que ello ofrece.
A nivel nacional, las organizaciones buscarán hacer efectivo el derecho a la identidad a través de la vía administrativa y política, y al menos por ahora, se evitará plantear la modificación de las leyes vigentes. Por otra parte, algunos casos ya fueron judicializados y las resoluciones que allí se tomen tendrán ciertamente un impacto en el camino que construyan las partes involucradas. El asunto sigue siendo el tiempo que tarden en avanzar con esas decisiones, y los niveles de consenso a los que se pueda arribar.
Nada que explicar
En Argentina la Ley de Identidad de Género garantiza el derecho a identidad autopercibida y se constituye como un hito sobresaliente en la legislación nacional por desacoplar la concepción biologicista en la constitución del binomio sexo – género. Esto implica que al sexo asignado al nacer (¡y no importa lo que diga la partera!) se antepone la vivencia interna e individual de cada persona. Esta conquista del colectivo travesti – trans abrió las puertas para la reparación de derechos vulnerados.
Y aunque estamos frente a una ley de avanzada con un amplio consenso por parte de distintos sectores políticos y sociales, el Estado argentino sigue poniendo algunos límites de facto: la rectificación se da bajo la estrecha cartografía de los casilleros varón – mujer sin la posibilidad de contemplar otras identidades.
“Quienes nos propongamos otrxs, y sobre todo en la arena política, tendremos que seguir demandando una manera en que el Estado nos lea”
Ya en aquel entonces la activista Marlene Wayar sugirió la necesidad de revisar a futuro esas posibilidades frente a lo que significaba el peso y la historia de la identidad travesti – trans. “Quienes nos propongamos otrxs, y sobre todo en la arena política, tendremos que seguir demandando una manera en que el Estado nos lea”, escribió la referente de Futuro Trans en una columna para el diario Página 12.
Nueve años después aquella demanda gana en peso y holgura, y se materializa como un problema concreto para la vida cotidiana de cientos de jóvenes que se niegan a enmascarar aquello que sienten y que aún no fue reconocido oficialmente.
“Todo es una explicación constante a todo el mundo, a cada docente, a cada compañero, y entonces también queda librado a la suerte si esa persona comprende, si tiene ganas”, indica Chefu para graficar las dificultades que vive a diario en la facultad donde cursa sus estudios de grado.
También dice que junto a otres compañeres no binaries se han planteado la posibilidad de realizar el cambio en los datos registrales para ser leídes como varones trans, aunque esa identidad tampoco les represente plenamente.
“Es siempre estar ahí de punta para actividades que son cotidianas como tener una clase. A mí me pasa que me es muy claro que no me identifico con ninguna de las categorías binarias y siempre sentí una cierta incomodidad con el ser mujer, aunque tampoco me siento varón”, añade.
En el ámbito laboral la situación tampoco es más benévola y Sauli, que es trabajadore de la salud, lo sabe bien: “Yo la he pasado muy mal, sobre todo en el trabajo, con la cuestión de explicar y encontrarte en esa instancia en donde la persona se pone en ese lugar de bueno, explícame, y si me parece que tu explicación me cierra, te respeto tu identidad… como que siempre se da ese jueguito. Es como una instancia en donde parece que vos estás convenciendo a alguien”.
En consecuencia, vivir explicando la identidad puede convertirse en una tarea agotadora, y hasta por momentos desagradable. Por eso les chiques se unieron también para compartir experiencias entre pares: “Yo siento que hay algo que no lo tengo que explicar. Con Noah, con Chefu, es como que hablamos algunas cosas, pero está la sensación como que no hay nada que explicar. Y si bien hay una información que no se tiene, hay una claridad del lugar que no hay”, asegura Sauli.
Sin demora, identidad ahora
Para Emiliano Litardo, abogado y miembro de Abosex (Abogados por los Derechos Sexuales), “la ley de identidad de género resuelve que la información que contiene el marcador sexo es declarativa. Por lo tanto las personas pueden declarar el género con el que se afirman. No hay modos binarios de imposición del sexo legalmente determinado”.
En este sentido, afirma que la interpretación que se haga sobre los alcances del género declarado debe garantizar el derecho al reconocimiento y en ningún caso puede leerse como una restricción: “Si una persona pide no declararlo debe el Estado respetar y garantizar esa determinación”, explica.
Litardo es co redactor de la Ley 26.743 de Identidad de Género, e intervino en el caso de Cy, une joven argentine residente en Berlín que logró la rectificación de su partida de nacimiento en la que no se consigna género. Para ello tuvieron que presentar un recurso jerárquico ante el Registro Civil de Misiones después de que emitieran una partida contraria a la voluntad de elle.
En el dictamen final, la justicia recogió de la presentación interpuesta la siguiente definición: “Que autopercibirse como sin género es también un género afirmado y pretender su reflejo en los registro públicos en el marco de la ley 26.743, es obligación de los titulares de los registros civiles”.
Sin embargo, la identidad de Cy, al igual que la del resto de las personas no binaries en el país, aún sigue sin ser reconocida. Entonces cabe la pregunta ¿De quién depende la solución final? En un plano corto, aparece el nombre de Santiago Rodríguez, actual director del RENAPER, quien acumula pedidos por lo menos desde 2020 para emitir documentos de identidad con el género declarado en las partidas de nacimiento rectificadas por los registros civiles de las provincias.
No obstante, se esperan avances concretos por parte del Ministerio del Interior que conduce Eduardo “Wado” de Pedro para resolver de fondo algo más que un mero problema administrativo: hace falta una decisión política urgente para evitar que haya más personas indocumentadxs, en lo que debe leerse una acto de justicia social acorde al marco de reconocimiento de derechos que profesa el gobierno argentino.