La cronología de un día histórico. La plaza en Rosario, el aguante y la vigilia. El estallido a las 4 y 10 de la madrugada. La ley que supimos conseguir.
29/12/2020
10.57 am
AQUÍ ESTAMOS
Los pañuelos verdes anudados ya están colgados en la plaza. Son guirnaldas larguísimas de triángulos verdes que indican el punto de encuentro. Son el faro, la brújula, la guía que nos dice: es acá. Es hoy.
El sol quema como nunca y la Plaza San Martín de Rosario se convierte, una vez más, en la plaza feminista. Esa que nos reunió en el Encuentro Nacional de Mujeres del 2016 y nos ve llegar cada 8 de marzo llenas de glitter, banderas y más pañuelos verdes.
Es temprano todavía. La plaza está casi vacía. Los gazebos se levantan, algunos puestos de feria ya están ubicados, se ultiman detalles técnicos de sonido e imagen para la vigilia que, sabemos, será hasta entrada la madrugada.
Está vez, ubicada sobre el lado más cercano a calle Santa Fe, lo que veremos en la pantalla gigante en vivo es pura historia en tiempo real: el Senado de la Nación vota el proyecto de Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo que fue propuesta por el Poder Ejecutivo Nacional y aprobada por la Cámara de Diputados el 11 de diciembre. Es la segunda vez en dos años que estamos en esta instancia. En el 2018 llegó al recinto el proyecto presentado por la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito y fue rechazado por Senadores en una noche helada y lluviosa.
En Argentina, el aborto está despenalizado en caso de violación y riesgo de salud desde 1921. Recién en 2012, el Fallo F.A.L. de la Corte Suprema de Justicia de la Nación reafirmó esas causales y solicitó la elaboración de un protocolo para garantizar el acceso a los abortos legales y seguros en la salud pública y privada. El Ministerio de Salud nacional lo hizo, pero sólo once provincias de la Argentina lo cumplen.
No estamos en el 2018, no hace un frío atroz que cala los huesos, no llueve, no hay viento. Hay un calor caliente de diciembre y más de 30º a la sombra. Pero la lucha feminista no sabe de climas adversos porque los hemos atravezado todos. En cada rincón del país, no importa las temperaturas y las geografías, hay feministas con pañuelos verdes en una plaza exigiendo derechos, libertades, vidas libres de violencias y soberanía sobre los propios cuerpos. Tenemos la piel curtida de temperaturas durísimas, de rituales colectivos a la intemperie, de los nuevos abrazos con barbijos, de las lágrimas propias mezcladas con las ajenas, de abortos en silencio, en soledad y con miedo. Quizás desde hoy cambie la historia.
16.24 pm
LA CAMPAÑA
El sol todavía pega fuerte en el asfalto y la gente va llegando de a poco. Algunos grupos ya despliegan sus reposeras y mantas en el pasto. Los árboles de la plaza apenas dan un pequeño suspiro de sombra. En la pantalla, ya comenzó la transmisión en vivo del Senado. Frente a ella, cuatro mujeres sentadas en sus reposeras miran con atención. Son Mabel Gabarra, Silvia Augsburger, Viviana Della Siega y Silvia Guidobaldi. Ellas son parte de la sede Rosario de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal Seguro y Gratuito.
Si hoy llegamos hasta acá es gracias a ellas y a las integrantes de todo el país. Gracias a su lucha infinita que comenzó en el Encuentro Nacional de Mujeres realizado en Rosario en el año 2003 y continuó en el de Mendoza en el 2004. Desde hace décadas estas feministas nos marcaron el camino, han puesto en debate el tema del aborto, las consecuencias de sus limites legales y como un problema de salud pública nacional que sufren las mujeres y personas con capacidad de gestar. La Campaña Nacional forma una amplia y diversa alianza federal, que articula y recupera parte de la historia de las luchas desarrolladas en nuestro país en pos del derecho al aborto legal, seguro y gratuito.Ellas nos siguen enseñando todo lo que es posible, con el deseo y tenacidad puesta en acto.
Sentadas en reposeras. No importa el calor. A la espera de un resultado favorable e histórico. Siempre presentes.
20.04 pm
LOS PAÑUELOS
Somos miles. La plaza de la vigilia desborda de feminismos, glitter, música, redoblantes, tambores, abrazos y pañuelos. Todas las tonalidades posibles de verde son una belleza.
Nos preparamos para el ritual colectivo, ese que llamamos “pañuelazo”. A la hora señalada desplegamos nuestros pañuelos verdes y los alzamos al cielo. En el registro de esos rituales se ve una unión de triángulos de tela verde que pareciera formar uno enorme, un campo sembrado de verde abortero.
Más que un pañuelo es una contraseña. Un símbolo que llevamos colgado en la mochila, en la bici, atado al cuello, a las muñecas, dónde sea. Por la calle nos cruzamos, nos identificamos, podemos no conocernos pero el pañuelo verde marca un posicionamiento ideológico, una demanda, una decisión política sobre nuestras vidas. En el cruce con otrxs, ese pequeño pedazo de tela, nos hermana.
En el ritual, lo tomamos de los extremos, lo desplegamos y lo mostramos – a las cámaras, al escenario, al mundo – lo reafirmamos. Es nuestra bandera, nuestro grito de guerra materializado, ha recorrido el mundo, es una identidad que une todos los feminismos existentes y por venir.
Somos una verdadera marea. Es imposible ser un charco. El grito con el pañuelo alzado es unánime: “aborto legal en el hospital. Aborto legal en cualquier lugar”.
21.46 pm
LXS INDECISXS
Las ansiedades van en aumento. Los mensajes por WhatsApp llegan de a montones con pronósticos diversos. Los posicionamientos se saben parejos de uno y otro lado y contamos con 6 legisladorxs con su voto no definido que pueden modificar el resultado final.
La plaza hace todo el silencio posible para escuchar el discurso de Stella Marís Olalla, senadora por Entre Ríos de la Unión Cívica Radical, “la indecisa más celeste” dice un mensaje que me llega al celular. Por el devenir de su discurso entendemos que su voto es a favor. La plaza estalla y festeja. Lo hace con cada senador/a que apoya el proyecto. Aún faltan definir votos, no hay nada cerrado, pero se empieza a sentir en el aire que quizás sea posible, que quizás hoy hacemos historia.
30/12/2020 – 0.49 am
LA EXPECTATIVA
Faltan horas para la votación final pero las expectativas son enormes y el panorama es cada vez más alentador.
Me acerco a Silvia Augsburger que mira la pantalla atentamente junto a sus compañeras de la Campaña Nacional. “Estoy profundamente emocionada. Pienso que es la concreción de una lucha histórica de muchísimos años. Les dejamos a las generaciones más jóvenes un mundo mejor y una puerta abierta para seguir luchando porque esto no es sólo la ampliación de derechos, es demostrar que un mundo mejor es posible. Las causas justas valen la pena y cuando la iniciamos no imaginábamos este final.” Le agradezco, varias veces le repito el “gracias”. Por las palabras, por la lucha de años, por la militancia en la ampliación de derechos, por todo lo que no lleva palabras y se agradece con la mirada húmeda que tenemos todes hoy.
04.12am
LA VOTACIÓN
Se terminan los discursos. El último es interminable y rancio. La plaza, que hace horas atrás tenía gente sentada, algunes durmiendo en el piso en compañía de lxs compañerxs, entre mochilas, viandas y latas de cervezas, ahora está de pie.
La presidenta del Senado, Cristina Fernández, anuncia que “se lanza la votación”. Después de unos segundos interminables y de un recuento voto por voto en voz alzada, los resultados salen en la pantalla: 38 votos a favor, 29 en contra y 1 abstención. La plaza estalla en gritos, saltos y abrazos colectivos. Lo conseguimos, no lo podemos creer todavía, pero está sucediendo: el aborto en la Argentina es ley.
Silvia Guidobaldi, otra integrante de la Campaña me comparte sus emociones después de tanto: “la ansiedad, la incertidumbre, sentir que una vez más habíamos llegado a una instancia decisiva y que, si bien el panorama era alentador, hasta que no llega ese momento de la votación no sabes qué puede pasar. Despues de ese resultado que es hoy, que es ley, se me viene a la cabeza mi mamá, ella fue la primera que me enseñó sobre aborto siendo yo muy pequeña, quizas adolescente, es el recuerdo que más tengo presente; y de estar codo a codo con mis compañeras, con las pioneras. Estoy profundamente agradecida por todo lo que me han dado. Siento la alegría de saber que tenemos un mundo y un país un poquito más justo y que es para adelante, es para todas las generaciones que vienen a partir de esta ley. Es el comienzo de empezar a decir que podemos tener autonomía sobre nuestro cuerpo, creo que eso es el resumen de ayer y hoy. Es felicidad, a pesar de las tristezas, a pesar de las cosas vividas. Es un profundo bienestar, por todo lo militado, por todo lo que sigue.”
Tenemos un número de ley: la 27610 y una huella imborrable en nuestra historia. Una oportunidad única para empezar a torcer la suerte de los diciembres tristes en Argentina. Los diciembres del hambre, los saqueos, el helicóptero, la represión, las cacerolas, las muertes evitables, todos lxs jóvenes que perdimos un 30 de diciembre de 2004 en el incendio que cambió la historia de la cultura argentina para siempre. Pienso que, quizás, muchxs de todxs ellxs hubiesen estado con nosotrxs, en las plazas, agitando sus pañuelos verdes y gritando de emoción. Seguramente estuvieron, quiero creer que esta lucha colectiva e inmensa trasciende fronteras y dimensiones inimaginadas.
Este es un triunfo de los feminismos y se convierte en inspiración para el resto de los países de Latinoamérica que todavía conservan leyes restrictivas absolutas sobre aborto. La lucha que viene será para que se cumpla el deseo que siempre cantamos: “América Latina va a ser toda feminista”.
La militancia continúa por la aplicación de la ley en todo el territorio. Sobre todo, en las provincia que hasta ahora no cumplen ni con el protocolo vigente para casos de abortos no punibles. No bajamos los brazos, seguimos sosteniendo nuestros pañuelos verdes en alto todo lo que haga falta. Esta vez, con fuerza de ley.