Dibujar para no callar. Expresar sin aturdir. Provocar la reflexión. El pulso de ilustradoras rosarinas, su lucha feminista, el compromiso social y político asumido en sus dibujos y diseños. ¿Cómo interpelar el mundo desde el arte?
Ilustración principal: María Victoria Rodriguez
[dropcap]R[/dropcap]osario, la ciudad dibujada, es matria de ilustradorxs e historietistxs que con humor, ironía y una sensibilidad amplificada pintan su aldea y señalan aquello que se escurre ante la mirada apurada. En un momento de la historia reciente se quedaron sin revistas. Después, brotaron los fanzines, los espacios de circulación alternativa, exposiciones, festivales y talleres. Se crearon nuevos canales de publicación y distribución. Con el boom de las redes sociales llegaron las pibas.
La visibilidad que tienen las trabajadoras gráficas tomó carrera hace poco más de tres años. El fenómeno no es nuevo y no se debe sólo a la influencia de las redes. Pero la magnitud, el alcance y la notoriedad sí. Cuando Flor Coll, periodista rosarina especializada en género, hizo una investigación previa para una maestría en la Universidad Autónoma de Barcelona antes de publicar el primer número del periódico feminista ilustrado, Femiñetas, descubrió que existía una tradición de comics e ilustraciones de mujeres y disidencias con una historia de más de veinte años en Rosario.
Las nuevas generaciones de mujeres le imprimieron un carácter más político y social. Eligieron la ilustración para expresarse y para incidir en la agenda con los principales temas de los feminismos contemporáneos, los ataques al medioambiente y otras inquietudes políticas y sociales. Algunas lo hicieron desde espacios colectivos propios de mujeres, otras sumándose a agrupaciones y también desde su labor como trabajadoras gráficas. Entienden el arte como medio para estimular la reflexión e impulsar los debates.
Romina Biassoni es ilustradora, docente, escribe poemas una vez al año y está vinculada a “Las furiosas”. Dice que la ilustración no se calla, comunica, dice simbólica o literalmente y te hace pensar. Nos invita “a leerla y aceptar el desasosiego que emocionalmente puede generar”.
La agrupación “Las furiosas” con su Festival Furioso de Dibujo marcó un primer hito para el movimiento que encendió redes y calles con la visibilidad que hoy conocemos. “Nos empezamos a juntar en el año 2014 y, en un momento, surgió la idea de realizar un festival. Lo hicimos durante varios años ininterrumpidos. Agregamos otras actividades como residencias, jueves de dibujo abiertos a la comunidad y una pequeña editorial”, recuerda la ilustradora María Victoria Rodríguez desde Berlín.
De este mismo grupo surgió, más concretamente este año, la iniciativa para movilizarse ante las quemas de los humedales en el delta del Paraná. Realizaron una charla virtual con la periodista ambientalista Jorgelina Hiba y también generaron una publicación colectiva en Instagram sobre el ecocidio. Otras dibujantas como Lorena Méndez participan en el colectivo de autoconvocados por los humedales. Desde Cuadrilla Feminista, colectiva de artistas, diseñadoras, ilustradoras y trabajadoras gráficas, realizaron también una campaña virtual de denuncia de las quemas en las islas y del modelo extractivista vigente.
Cuadrilla Feminista
Vicky Gómez Hernández y Cris Rosemberg desde el Taller Capitana convocaron a las mujeres vinculadas a la imprenta para llevar sus dibujos al, en ese entonces, Encuentro Nacional de Mujeres que se realizó en Chaco en 2017. Esas ilustraciones reunidas formaron parte de una primera publicación que llevaron a Resistencia. Durante ese año muchas mujeres habían pasado por Capitana para imprimir sus trabajos e ilustraciones con un enfoque feminista. El entusiasmo fue inmediato y se expandió hasta la Plaza 25 de Mayo, en la capital chaqueña. Al regresar, surgió la idea de realizar a primera publicación como Cuadrilla Feminista y se sumaron más mujeres.
Ese primer ejemplar, encuadernado artesanalmente, está integrado por 17 afiches troquelados. No fue editado como un libro para una biblioteca, sino como una publicación viva, que se mueve, se pega, que dialoga con las paredes y las calles. Las editoras de Capitana explican que -como el feminismo- no fue pensado para ser guardado. Fue diseñado para compartir, fluir y contagiar. La cuadrilla lleva editados otros dos fanzines: uno con la temática “Goce”, con prólogo de la periodista feminista Marta Dillon, y otro que aborda el tema “Amor”, con la participación de la poeta rosarina Alejandra Benz.
Después de la experiencia de Chaco, la colectiva se organizó con nombre propio y se sumaron más mujeres. Paulina Antelo, Renata Berta, Estefanía Clotti, Virginia Coletto, Florencia Garat, Malena Guerrero, Hilen Godoy, Victoria Hernández, Estrella Merga, Joaquina Parma, Agelina Pedemonte, Shuly Roberts, María Victoria Rodríguez, Cristina Rosenberg, Rouse, Lucía Seisas, Lucía Tognarelli y Jazmín Varela son las 18 trabajadoras gráficas que hoy integran la cuadrilla.
“Participamos haciendo piezas gráficas de todas las temáticas que sentimos que nos interpelan”, cuenta Flor Garat, diseñadora gráfica, ilustradora, emprendedora e integrante de Cuadrilla Feminista. “Intentamos poner el dibujo y el diseño al servicio de las causas que nos movilizan y que creemos que necesitan visibilización”, explica Lucía Tognarelli, ilustradora y diseñadora que también forma parte de la colectiva. “Además, peleamos por nuestros derechos como trabajadoras gráficas. Allí aparecen también las mismas preocupaciones en torno a la cuestión de género”, agrega Garat.
Cada una vive el feminismo desde su singularidad. Lo entienden como heterogéneo y diverso. La cuadrilla da cuenta de una forma de producir mediante el trabajo colaborativo, la horizontalidad y el cruce de los debates en torno a los feminismos. Reúne lo que les gusta hacer, con las ideas y el trabajo.
María Victoria Rodríguez estudió Bellas Artes en la Universidad Nacional de Rosario y animación en la Escuela de Animadores. Es integrante de Cuadrilla Feminista y reside en Berlín desde hace un año y medio desde donde tiende nuevas redes que conectan la lucha feminista en los dos continentes. “Militamos cuestiones políticas y relacionadas a los transfeminismos, para repensar los territorios desde lo ambiental, como vivienda, desde el lado de las ocupaciones de tierra y los desalojos, desde nuestro cuerpo y también apoyando luchas de otros colectivos y de agrupaciones que militan causas feministas”, comenta.
Arte que interpela
Siempre da vueltas la pregunta incómoda y recurrente sobre la utilidad del arte para cambiar el mundo. Para la profesora de Artes Visuales e ilustradora por elección, Laura Bitar, es una poderosa herramienta para tomar consciencia sobre diversos temas. “Creo que la ilustración es un hermoso recurso para interpelarnos y hacernos pensar. A través del arte en todas sus formas podemos expandir la conciencia y tratar de aportar un poco de amor a este mundo tan complejo. Ese es mi deseo con mis creaciones”, destaca.
Lorena Méndez estudió Artes Visuales en Paraná y Bellas Artes en Rosario. También pasó por la Escuela de Animadores de Rosario y participó de varias producciones audiovisuales como animadora e ilustradora. Cree que la ilustración contribuye a visibilizar temas sensibles, como por ejemplo, el problema ambiental de los humedales. “Sin embargo, creo que a esta altura de la situación no alcanza. Ayuda a la toma de conciencia y a la difusión, pero no es suficiente. También es importante para el trabajo con niños. El arte actúa como un mediador entre la realidad, emociones, sentimientos y pensamientos sobre temas muy dolorosos”, reflexiona.
Lucía Seisas es arquitecta e ilustradora. Le gusta decir que dibujar es un refugio. Lo comparte con personas que le hacen bien y disfruta mucho de eso. “El arte y la ilustración son súper importantes para dar a conocer algunas cuestiones, para viralizar algunos temas, sobre todo en redes”, comenta. “Creo que es una herramienta para generar sentido y donde pueden verse los distintos puntos de vista sobre un mismo tema”, agrega Lucía Tognarelli.
“Como herramienta sirve más en estos tiempos de rápida lectura. Sin embargo, creo que esta es su problemática también, porque podemos caer en una estetización que no cumpla el objetivo más disruptivo. Por eso, creo que en la irrupción en la calle con las pegatinas o, por ejemplo, con una campaña de pasacalles que hicimos, el impacto es otro y la apropiación de esas consignas también”, comenta Garat.
En Berlín, María Victoria Rodríguez se conectó con otras personas que dibujan. Piensa que lxs ilustradorxs intentan comunicar ideas, ya sea referidas a temas sociales o no. “Me parece que es un medio muy potente para interpelar sobre determinadas cuestiones. Ayuda a que tomemos más conciencia sobre ciertos temas. Ofrece la oportunidad de comunicar, militar ciertas causas y tiene la capacidad para encender la chispita”, explica.
Abriendo espacios más equitativos
Lorena Méndez da cuenta de esos trayectos que fueron construyendo las mismas mujeres para dar a conocer la labor de otras. “Creo que hubo una madurez en la sociedad que fue paulatina y fue a raíz de la insistencia de muchas mujeres para que sus producciones fuesen visibilizadas”. Integró uno de esos grupos que fueron abriendo espacios más equitativos; un fenómeno que no es exclusivo de la ilustración, el comic o el dibujo y que se aceleró con los nuevos movimientos de mujeres.
Co- dirigió el festival “Hecho por mujeres” con Alejandra Rotondi desde el 2009 al 2012. Fue ideado para dar a conocer las producciones de mujeres en el ámbito audiovisual. “No contábamos con financiación, así que lo realizamos de manera autogestiva. En el caso de las nuevas generaciones tuvieron una dinámica más colectiva. Eso creo que ayudó a que se visibilicen mucho más las producciones de mujeres”, analiza Lorena.
Para muchas está claro que las transformaciones han sido posibles gracias a las luchas de otras generaciones y al trabajo que ellas mismas realizan cuando crean redes, se autopublican, organizan ferias y festivales. “Nosotras mismas fuimos el motor para ocupar esos espacios. En el ámbito del dibujo también se da cierta amabilidad para acompañar el cambio social. Desde hace dos años para acá las mujeres en el ámbito de la historieta, la ilustración y el dibujo fueron adquiriendo un montón de fuerza y creo que esos espacios se están deconstruyendo; también hay otros que no”, expresa María Victoria Rodríguez.
“Creo que todavía existe una diferencia en cuanto a oportunidades para las mujeres en el rubro, pero cada vez es menor. Hemos ido ganando espacios, nos animamos a mostrarnos más y a apoyarnos entre nosotras para poder hacer visible nuestro trabajo. También es cierto que hay mayor visibilidad de las mujeres que en otros momentos de la historia y creo que se debe al contexto, a la lucha feminista y a las redes sociales, que nos permiten darnos a conocer y descubrir a otras ilustradoras. Saber que hay tanto talento da ánimos para seguir produciendo, motiva a las otras generaciones y nos vincula entre nosotras”, dice Laura Bitar.
Lucía Tognarelli reconoce que históricamente todos los espacios han estado siempre ocupados mayormente por varones. “Estamos en un momento donde es fundamental la participación de mujeres y disidencias en todos los ámbitos, sean o no artísticos. Me parece que estos tiempos exigen salir de lugares tan comunes y tradicionales. Los movimientos feministas traen pluralidad a cualquier rincón que habitan. Sin dudas, este es el mayor momento de visibilidad. Estoy convencida que aún falta ocupar muchos lugares”. Y sin resignarse, reconoce que “a veces, convocan mujeres para lavar culpas más que para escuchar o realizar cambios desde adentro”.
Con los nuevos feminismos, la consigna de cambiar el arte para transformar el mundo sale de su espacio experimental para expandirse, agitar en los territorios y, especialmente, pensar la lucha por la ampliación de derechos y oportunidades como causa colectiva. El arte hibrida y se hibrida de las causas que sostiene y pasa al terreno de la acción, a lo cotidiano, a la movilización para impulsar las transformaciones que como sociedad nos debemos. Como destaca Romina Biassoni “Ya no hay silencio. Hay que seguir adelante con el compromiso de unidad que en este momento logramos”.