Al Decreto Nacional que establece un piso obligatorio de cupo laboral travesti/trans para la planta estatal, se le sumó el Decreto de cupo en el Senado y la reglamentación del cupo provincial que ya se había aprobado el año pasado con fuerza de ley. Morena García, Jackeline Romero y Michelle Vargas Lobo, tres referentas de la comunidad LGBTI+ en Rosario, reflexionan sobre este avance histórico en derechos laborales. “Yo sueño que algún día va a haber una presidenta travesti. Ojalá que me de la vida para llegar a ver a esa compañera ocupar ese lugar. Porque existimos y vamos a empezar a ocupar estos espacios», dice Michelle.
Foto: Juliana Faggi
[dropcap]E[/dropcap]n plena realidad pandémica llena de incertidumbres, idas y vueltas en fases y esperas de vacunas, hay también buenas noticias, como bocanadas de aire fresco. Casi en sincro, los gobiernos de nación y provincia avanzaron en la concreción de derechos laborales postergados para la comunidad travesti trans que se traducen en leyes de cupo.
La sorpresa inicial fue el Decreto Nacional 721/2020 que en los primeros días de septiembre estableció el piso mínimo para el sector Público Nacional que deberá ser ocupado, en una proporción no menor al 1% de su totalidad, por personas travestis, transexuales y transgénero que reúnan las condiciones de idoneidad para el cargo. Cuatro días después, la provincia de Santa Fe dió el paso que estaba faltando y reglamentó la tan celebrada ley 13902, aprobada en octubre del 2019, que supera al Decreto Nacional, estableciendo una proporción aún mayor para el cupo, del 5%, en los tres poderes provinciales y empresas del Estado. A continuación, el 14 de septiembre, la vicepresidenta Cristina Fernández implementó mediante decreto el cupo laboral travesti trans en la Cámara alta, también con la proporción del 1%. El texto especifica que “se encuentran comprendidas las personas travestis, transexuales y transgenero, hayan o no efectuado la rectificación registral del sexo y el cambio de nombre de pila e imagen”.
“La reglamentación de la ley de cupo trans significa un horizonte posible para nosotras”, dice Morena García, militante de comunidad travesti trans de Rosario, y agrega “ si bien sabemos que la mayoría de los derechos que logramos se contemplan para las pibas que vienen, también tenemos mucha esperanza de que sean para aquellas que no han tenido ningún tipo de beneficio como por ejemplo una obra social, una tarjeta de crédito o de débito, cuestiones tan simples que la sociedad da por sentado, para nosotras van a ser posibilidades enormes. Poder acceder a un alquiler dentro de un marco de legalidad y no tener que arreglar con alguien que tenga la predisposición de alquilarnos algo y que implique que, porque somos travestis, ejercemos el trabajo sexual y se nos cobre un plus. Poder comprar algo sabiendo que tenes plata en el banco, para una travesti es imposible.”
Ese horizonte posible del que habla Morena es la posibilidad de terminar con una realidad histórica de la comunidad que hoy se traduce en una expectativa de vida de 36 años basada en la exclusión, la discriminación y la desigualdad.
La realidad del colectivo travesti trans es concreta y alarmante. Según la guía sobre “Diversidad Sexual, Empleo e Inclusión” elaborada en el 2015 por la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans (FALGBT), la inserción en el sistema formal de trabajo es muy baja para las personas trans ya que solo una de cada diez se desarrolla en el marco del empleo registrado y realiza aportes jubilatorios; y el trabajo sexual sigue siendo la salida laboral más frecuente en mujeres trans.
Por otra parte, en la 1er Encuesta Provincial de Vulnerabilidad de la Población Trans realizada en el 2019 por el Instituto Provincial de Estadísticas y Censos (IPEC), se refleja que sólo un 46% de la comunidad trans mayor a los 17 años alcanzó un nivel medio-alto en sus estudios, es decir que finalizó el secundario, y sólo el 5% finalizó estudios terciarios o secundarios. Además, muchas personas trans manifestaron haber sufrido más de una situación de violencia. El 75% habló de insultos y maltratos, el 76.3% ha sido llamadx por el nombre de género que no es el autopercibido, el 23.6% manifestó haber sufrido abuso sexual, el 38.1% agresiones físicas y el 47% han sido victimas de abusos de funcionarios integrantes de las fuerzas de seguridad.
Decretos y emociones
“El decreto presidencial fue el mejor desayuno de mi vida” cuenta emocionada Jackeline Romero. “Sentí muchas cosas, pensé en mis compañeras que ya no están, esas compañeras que estarían gritando en este momento. La voluntad política de Alberto Fernández en favor de los derechos de una población históricamente olvidada me alegró el día y me da perspectiva para el futuro”.
“La comunidad travesti trans vivimos en cuarentena, la diferencia es que nosotras no tenemos la posibilidad de elegir entre un trabajo formal y el trabajo sexual, a partir de ahora vamos a tener la posibilidad de elegir”, agrega la Presidenta de Red Diversa Positiva e Iniciativa Popular Rosario.
Michelle Vargas Lobo -más conocida como Miya- también nos comparte su lectura de la aprobación del decreto presidencial que salió a la luz a comienzos de septiembre. “Es un gran gesto político de parte del Presidente porque la primer figura a nivel nacional les está diciendo a todas las provincias que tienen cupo aprobado y no reglamentado, así como a los intendentes que tienen el cupo aprobado y no lo cumplen, que hay que reglamentar esta política pública que está pensada para un sector de la población que históricamente viene sufriendo vejaciones, vulneraciones, y esto lleva a que tengamos un promedio de vida muy bajo que es lo que nos viene preocupando hace muchísimo tiempo.”
«Cuando hay una política pública para el colectivo travesti trans, siempre nos acordamos de las compañeras que han perdido su vida o han dejado su vida en la lucha.”
Miya es integrante de la Comunidad Travesti Trans Rosario y asesora de la Concejala Alejandra Gómez Saenz (Bloque Frente Todos). También la sorprendió la noticia que, además, generó emociones: “con el paso de las horas nos fuimos pasando más información con las compañeras, fuimos hablando, llorando, emocionándonos y recordando a nuestras muertas que a veces son hermanas, amigas, compañeras y conocidas que han quedado en el camino. Cuando hay una política pública para el colectivo travesti trans, siempre nos acordamos de las compañeras que han perdido su vida o han dejado su vida en la lucha.”
El correlato provincial
En el 2019, tras la presentación del proyecto del diputado del Frente Social y Popular, Carlos Del Frade, se aprobó en todo el territorio provincial la ley de Cupo Laboral Trans que en su descripción establece la “inserción y estabilidad laboral de personas travestis, transexuales y trasngénero, alentando su contratación y empleo en el sector público y privado a los fines de garantizar el derecho al trabajo”. Su reglamentación ya es un hecho y es momento de hacer realidad los derechos conseguidos.
Miya remarca que la reglamentación del cupo provincial es importante porque significa el acceso al trabajo formal y que “el trabajo sexual no sea la única elección que tienen las personas travestis y trans.” Este tipo de políticas, en paralelo con otras vinculadas a la vivienda, la reparación para las perseguidas en democracia, la salud, las infancias trans y la adultez “nos permiten pensar o soñar que en un futuro el promedio de vida de nosotras va a cambiar o que estamos con ese horizonte.”
“Las expectativas con esta ley es ver un horizonte posible», agrega Morena. Un horizonte «donde las travestis y las trans se insertan en ese entramado social que ha estado roto y que nos ha dejado a los márgenes durante tanto tiempo. Entonces, de a poco, vamos pudiendo insertarnos en estos lugares de donde nos han quitado.”
La deuda local
En Rosario existe la Ordenanza nº 9543, que en el año 2016 sancionó el Concejo Municipal y fue propuesta por el Frente Movimiento Evita y Putos Peronistas Rosario. En ella se especifica la obligatoriedad de inclusión anual de cinco personas travestis, transexuales y transgénero en la planta del Municipio.
Actualmente la efectivización de los cargos correspondientes a los años 2018 y 2019 se encuentra pendiente. “Estamos esperando. Para nosotras es fundamental que haya un gesto político por parte del Intendente y esto se pueda llevar a cabo lo antes posible”, remarca Miya. “En los lugares donde hoy en día ya tenemos un cupo aprobado esperamos que prontamente se efectivicen estos lugares. Porque es fundamental para que pueda cambiar la calidad de vida de las compañeras y la sociedad en general, esto es un cambio para la sociedad.”
La pandemia global y sus consecuencias sociales y económicas golpean con mayor fuerza en los sectores sociales históricamente postergados; y ponen en relieve las problemáticas y carencias urgentes.
“Para nosotras esto fue un cachetazo” dice, contundente, Miya. “Se complejizó aún más la problemática porque los sectores más afectados en la pandemia son los que ya venían vulnerados en años anteriores. El trabajo articulado fue lo principal de esta pandemia, lo que pudieron sostener las redes, los vínculos y tratar de contener a todas las compañeras, cuando sabemos que los recursos son escasos y no alcanzan.”
En relación a las políticas básicas que aún hacen falta, Morena considera que “no se puede pensar en salud cuando te falta el techo, no se puede pensar en salud cuando sos excluida de las escuelas tempranamente, generalmente en los niveles iniciales, no se puede pensar en salud así como no se puede pensar en justicia social, ni en educación, porque va una atada a la otra. Necesitamos políticas integrales y transversales que estén pensadas desde nosotras para nosotras”.
Las consecuencias de una vida llena de discriminaciones y falta de acceso a derechos genera diversas problemáticas con soluciones aún postergadas. Según la encuesta del IPEC del 2019, el 65% de las personas encuestadas expresó haber incurrido en autoagresiones con diversa frecuencia; el 75,5%, en consumo de alcohol de manera problemática; el 77,5%, en consumo de otras sustancias; y el 78,6%, en patologías alimentarias. “Que no exista un programa de salud a nivel provincial o municipal que contenga el consumo problemático en las compañeras la verdad es que para nosotras es un problema grave”, expresó Miya.
“no se puede pensar en salud cuando te falta el techo, no se puede pensar en salud cuando sos excluida de las escuelas tempranamente, generalmente en los niveles iniciales, no se puede pensar en salud así como no se puede pensar en justicia social, ni en educación, porque va una atada a la otra. Necesitamos políticas integrales y transversales que estén pensadas desde nosotras para nosotras”.
Avanzar en la conquista de derechos es también un cambio social, es un paso más hacia una sociedad un poco menos desigual, con igualdad de oportunidades para todes.
“Creo que hoy tenemos nuestra propia voz. Mientras la política sea travesti, sea trans y la diseñamos nosotras, eso va a ser que pueda cambiar el paradigma de vida de las compañeras” dice Miya y cierra con un deseo compartido: “yo sueño que algún día va a haber una presidenta travesti. Ojalá que me de la vida para llegar a ver a esa compañera ocupar ese lugar. Porque existimos y vamos a empezar a ocupar estos espacios. La agenda de las personas travestis trans es una agenda que la impulsamos nosotras, que la peleamos nosotras y que la imponemos nosotras; y eso nos ha puesto en un lugar donde se ha escuchado nuestro reclamo, nuestras voces, nuestra lucha”.
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