Ramona Nicolaza «Peli» Mercado, oriunda de Patquía, tenía 13 años cuando desapareció el 26 en abril del 2005 en el barrio el Sembrador de la ciudad capital. Desde entonces su familia la busca incansablemente, sin respuestas por parte de la Justicia Federal y el Gobierno Provincial. De acuerdo a algunas pocas pistas que pudieron conocerse en su momento, se cree que fue secuestrada por las redes de trata. A 15 años de su desaparición, recordamos su caso y la seguimos buscando. Nos falta peli.
Por Katanas, medio de comunicación feminista / Foto portada: Emillanca Silva
[dropcap]P[/dropcap]eli tenía 13 años y cursaba noveno año en el colegio Humberto Pereyra. El 26 de abril de 2005 tras salir del colegio se preparó la merienda y arregló con su mamá para ir a devolverle un pantalón negro y unas botas que su tía le había prestado para ir a una fiesta de 15, pero nunca llegó.
La causa por la desaparición está caratulada como “privación ilegítima de la libertad” y dice que Peli (¿es/era?) de tez trigueña, un metro sesenta de estatura, ojos color marrón claro, cabello castaño largo hasta los hombros y contextura robusta ¿Y en este sentido cómo nombrar a Peli? ¿En pasado, en presente, en futuro? Hoy tendría 28 años.
A partir de ese momento su abuelo Juan Carlos Yacante, junto a su tía María y sus padres comenzaron la búsqueda, por todo el barrio y luego por toda la ciudad. Asistieron al hospital público “Dr. Enrique Vera Barros” con la intención de buscar información acerca de la joven, sin dar con su paradero. Luego se dirigieron hacia la Comisaría sexta que pertenece a la jurisdicción donde ocurrió la desaparición pero no les quisieron tomar la denuncia porque según ellos, debían esperar 24 horas. Después de un día les tomaron la denuncia, pero fue por fuga de hogar. Recién al cumplirse un mes tomaron la denuncia por desaparición.
Con el correr de los meses el entonces jefe de la Policía de la Provincia, Comisario Luis Angulo, les asignó a los familiares un oficial de apellido Ormeño, de su “confianza” para llevar a cabo la búsqueda. A un año de la desaparición, el oficial les informó que no podría seguir adelante con la investigación por órdenes de sus “superiores”, entregándoles un informe en el que se leía que Peli “seguramente había sido víctima de trata de personas”. Desde ese entonces no se sabe nada, si bien hubo pistas claves para encontrarla no hubo decisiones políticas ni se destinó durante estos quince años ningún presupuesto por parte del estado para buscarla.
15 años mirando para otro lado
Peli fue vista en hospedajes de la provincia de Córdoba y Santiago del Estero. Sin embargo desde el poder Judicial dijeron a la familia que no había recursos para trasladarse a estos lugares, no había dinero para la nafta ni para los viáticos del personal que debía trabajar en la búsqueda, ignorando las pistas o bien siendo cómplices encubridores de la desaparición.
En la causa judicial consta que el dueño de un hospedaje de la ciudad de Córdoba, Alejo Villarreal, reconoció la foto de Peli Mercado como una de las tres mujeres que acompañaban a Julio César Romero y que, presuntamente –de acuerdo con la declaración de un remisero– habrían trabajado como “coperas” –según cataloga el expediente– en el boliche La Chicholina, ubicado en la ruta número 9 norte, kilómetro 748 (camino Los Molles). Incluso, el hotelero dice que le pidió a Romero los documentos de la joven –identificada por él como Peli– porque le parecía menor de edad y que él no se los entregó.
El 12 de mayo de 2006 el entonces ministro de Gobierno y Derechos Humanos, Alberto Paredes Urquiza, admitió que se trataba de un caso de trata de personas. Ese mismo año el diario El Independiente publicó que el funcionario aseguró: “La policía hace un despliegue permanente en todo el país tratando de dar con el paradero de Peli y no medimos esfuerzos para lograrlo”. En diálogo con Katanas, Sara Yacante, prima de Peli, nos confirmó lo contrario, desde Tribunales les dijeron que no tienen recursos para el combustible, ni los viáticos, que no tenían fondos para movilizarse en los procedimientos.
En Argentina, el caso «Marita Verón” impulsó a los legisladores a crear una ley nacional de Trata de Personas en el año 2008, en la que la Provincia de La Rioja fue una de las protagonistas debido a que en este emblemático caso 9 de 13 imputados fueron riojanos. A partir de ésto, se sancionó la primera Ley Provincial 8.166 contra el tráfico ilegal de personas que estipula la creación de la “Unidad especial de trata de personas”. Ésta se encargó de clausurar mediante operativos todos los locales que no estaban habilitados como «whiskerías». En el año 2012 se modificó la ley, por la vigente 9.592, sancionada el 18 de septiembre de 2014, la cual no ha desmantelado ni una sola red de trata.
Tras casi 14 años de una lucha incansable por recuperar a su nieta, Juan Carlos Yacante falleció el pasado 30 de enero de 2019 esperando justicia, esperando volver a encontrarse con su nieta, esperando que en algún momento todos los testigos declaren, hecho que nunca ocurrió, señala su nieta con profundo dolor.
Por otro lado, en junio del 2019 pasado, el Ministerio de Seguridad de la Nación dio a conocer el ofrecimiento de una recompensa de $500.000 por datos sobre Peli. En este sentido, Yacante nos comentó que se enteraron de esta medida a través de las redes sociales, que no les llegó ningún tipo de notificación al respecto y que la causa se encuentra totalmente parada desde hace más de dos años.
En la misma línea Sara comenta que la familia está atravesando una difícil situación económica que les impide remover al abogado, Gustavo San Marcos, que se ofreció a llevar la causa pero hasta el momento no hizo nada por mover el expediente. La joven comenta que como su abuelo no quiso apoyar políticamente a Rogelio Deleonardi, a quién responde San Marcos, el abogado decidió no involucrarse en la causa, tampoco tiene contacto con la familia ni pretendió apartarse de la misma aunque no realiza ningún trabajo.
En nuestra provincia la trata de personas es moneda corriente. La Rioja siempre fue un lugar elegido para ubicar a las víctimas de trata por la impunidad con la que se manejan funcionarios políticos, policías y jueces.
Nadie está buscando a Peli. Durante los 15 años de búsqueda por parte de la familia no fueron acompañados por ningún gobierno, por esto son responsables políticos de que Peli continúe desaparecida.
La familia aún espera respuestas por parte de los responsables políticos que aún tienen cargos en el gobierno. Sara informó que desde la asunción del nuevo gobierno provincial no se comunicaron desde ningún organismo. En realidad ninguna de las autoridades de los últimos quince años ha tomado cartas en el asunto. La familia de Peli sobrevive al arrebato por parte de las redes de trata y al más espantoso abandono del estado que garantiza y encubre la impunidad con la que se la llevaron.
En este contexto es necesario seguir exigiendo su aparición con vida y la de todas las desaparecidas. Insistir en generar inversión en seguridad y acompañamiento para las sobrevivientes, el desmantelamiento de todas las redes de trata y cárcel común y efectiva a todos los culpables y cómplices.
Peli es una de las muchas pibas que nos falta y que no pararemos de buscar hasta encontrarla, no es sólo una bandera de lucha, es un arma que esgrime en todos los espacios, marchas e intervenciones.
Ante la impunidad de la justicia patriarcal, por Peli y por todas, justicia feminista.