[dropcap]C[/dropcap]ada vez que las Madres convocan a una ronda, esa ronda se transforma en un abrazo colectivo. Esta vez, y en este enero que ya culmina, el llamado se hizo para repudiar las declaraciones del jefe del bloque de diputados del Pro, Nicolás Massot, proponiendo sin tapujos la impunidad de los genocidas, pretendiendo sepultar 40 años de lucha colectiva por memoria, verdad y justicia. También para recordar a Esperanza Labrador, Madre de la plaza, que hoy estaría cumpliendo años. “La recordamos así, con esa fuerza y esa valentía que tenía. Una mujer muy luchadora, con una vida muy difícil. Los hijos mamaron de Esperanza y ella de sus hijos. En el libro que escribieron las Madres y que Aída Albarran recopiló, Esperanza cuenta un poco cómo vino a la Argentina, cuenta cosas de sus hijos, ella habla de la vida de sus hijos, de su niñez. Es muy importante recordar a nuestras madres y a nuestros compañeros desaparecidos y asesinados en su vida, porque amaban la vida”, dijo Ana Moro.
Sabemos que no hay reconciliación posible con quienes idearon un plan sistemático de desaparición de personas y robo de bebés. Que la justicia que trabajosamente se impulsa en los Tribunales también se construye en las calles, allí donde la condena es social. Pero el silencio cómplice del gobierno nacional obliga a reunir fuerzas, a convocarnos para demostrar una vez más, que no habrá ni olvido ni perdón.
Chiche Massa y Norma Vermeulen compartieron unas palabras en la Plaza 25 de Mayo. “Nuestros hijos luchaban por una patria mejor y ojalá, ustedes que son jóvenes puedan vivir en esa patria que ellos soñaron”, señaló Chiche.
“Todo lo que se pudo conseguir se borró. El pueblo tiene que seguir movilizándose. Yo ya no tengo esperanzas que esto mejore, al contrario. Y ellos aprovechan nuestra pasividad, pero hay que movilizarnos seguido, en distintos lugares, y estar. Todos tenemos que aportar un granito de arena porque las cosas no son fáciles. Me llena de satisfacción ver que al llamado nuestro vienen acá a acompañarnos. Queremos que las cosas cambien pero de la forma que queremos nosotros, no de la forma que quieren ellos”, dijo Norma, y agregó: “en este momento está en juego el país”.
Las palabras de nuestras queridas Madres nos interpelan. Nos obligan a seguir poniendo el cuerpo frente a cada ofensiva que propone el gobierno nacional, atentando contra los derechos humanos. Por eso, rondar en la plaza, cada vez que se pueda, es un acto político, necesario y vital.