Borrados del mapa laboral, las manos trabajadoras se atan en una impotencia simulada de descuidos. Las manos en los bolsillos, las manos con los dedos entrelazados en un ir y venir nervioso, las manos en el hombro del compañero que se desmorona, las manos en el golpe franco sobre la mesa de la asamblea. ¿Quién registra esos gestos? ¿Tiene sentido ese registro si no están los nombres, los gestos, las manos de cada desocupadx, esa sumatoria que el enorme poeta Armando Tejada Gómez llamaba «el rostro nacional»?
Por Jorge Cadús
[dropcap]E[/dropcap]s difícil poner nombres, apellidos, historias cercanas, a la cifra que golpea en la estadística laboral de los últimos dos años en la Argentina. Es difícil, incluso, dimensionar el drama cotidiano que se abre junto con el telegrama, con la firma al pie de ese despido encubierto y silenciado que se disfraza de «retiro voluntario», de «distracto de personal». Un goteo lerdo que queda por fuera de los registros, de las «altas y las bajas» de la Afip e incluso –muchas veces- de la crónica periodística.
Durante los últimos veinticuatro meses, de noviembre a noviembre, este cronista ha escuchado cientos –cientos- de voces, y ha visto muchas más miradas ancladas en un gesto ausente.
En la Argentina de la Alianza Cambiemos, cada tres minutos, un trabajador se cae del mapa laboral al agujero negro de la desocupación, por despido, retiro voluntario o suspensión.
Y no solo eso: los cálculos más conservadores estiman que por cada puesto de trabajo formal que se cae, desaparecen cuatro puestos informales.
Borrados del mapa laboral, las manos trabajadoras se atan en una impotencia simulada de descuidos. Las manos en los bolsillos, las manos con los dedos entrelazados en un ir y venir nervioso, las manos en el hombro del compañero que se desmorona, las manos en el golpe franco sobre la mesa de la asamblea. ¿Quién registra esos gestos? ¿Cómo se les hace un lugarcito tibio en una libreta, en un apunte al borde de la crónica, justamente al borde, ahí mismo donde los empuja el ajuste, la decisión patronal, el recorte? ¿Cómo se cuentan esos gestos? ¿Cómo se dice el silbo bailador que se suelta en el momento justo en que la palabra se hace nudo? ¿Tiene sentido ese registro si no están los nombres, los gestos, las manos del Rubio, el Gringo, Makintosh, Tonelada, Javón, esa sumatoria que el enorme poeta Armando Tejada Gómez llamaba «el rostro nacional»? ¿Cómo se suma hombre a hombre solitario en pena, a la intemperie?
Y es necesario, sin embargo. Como lo cantó Tejada Gómez, «sumar uno más uno hasta llegar al hombre, / al país que dijimos sin olvidar a nadie, / súmame, patria, el niño que te ha visto vestida / de estival y muchacha con los sueños al aire / pero con lo labriego, con lo gremial del canto, / súmame lo de todos, cuéntame padre y madre / porque así es como puedo soñarte el horizonte / y una dulce pradera de pan multiplicado…»
Los brotes
El Observatorio del Derecho Social de la CTA Autónoma elaboró un informe sobre el declive del empleo en la industria manufacturera, basados en datos oficiales del Ministerio de Trabajo, provenientes del Sistema Integrado Previsional (SIPA). Allí se señala que desde septiembre de 2015 a junio del 2017 la cantidad de trabajadores registrados en dicha industria ha venido disminuyendo ininterrumpidamente: un total de 62.817 de trabajadores menos.
El coordinador del Observatorio, Luis Campos, explica que «la industria manufacturera está lejos de haber encontrado su piso y no sólo cayó en el primer semestre del 2016 sino que continuó hasta junio de este año en forma ininterrumpida». Y señala que esa caída, que representa el 5%, «es la caída más importante desde la crisis de fines del 2001 y principios del 2002».
Para Julia Strada, del Centro de Economía Política, el número total de despidos en el empelo industrial se estira a 66.100 despidos.
Al mismo tiempo, indica en relación a los despidos que están «cada vez más vinculados a cierres de empresas. En el segundo trimestre 2017, tres de cada cuatro despidos se debió al cierre de una industria». En ese marco, dice Strada, «los brotes verdes en materia de empleo se explican en un 77% por trabajadores monotributistas re-inscriptos al sistema para percibir la Asignación Universal por Hijo (AUH). El empleo sigue por debajo de los niveles de 2015».
Un mapa agujereado
Un simple repaso por los conflictos laborales del sur provincial en los últimos días marca el pulso de un ajuste que se desata sobre el cuerpo de los trabajadores.
-En Villa Constitución, un reclamo oportuno de la Unión Obrera Metalúrgica y la intervención del Ministerio de Trabajo frenaron un conflicto surgido a partir del despido de dos trabajadores en la empresa Polymont. A partir de las cesantías, el sindicato resolvió la paralización total de las actividades tanto en la empresa denunciada como en la planta industrial Acindar, donde Polymont brinda sus servicios. Polymont es una multinacional ocupa alrededor de 120 trabajadores, y realiza tareas de limpieza y mantenimiento en la acería; y desde mediados de julio de 2016 plantea la necesidad de desprenderse de trabajadores.
-En Rosario, los trabajadores de la metalúrgica Modelar –con más de 30 años de antigüedad- se encontraron de la noche a la mañana con un cartel en la puerta de la fábrica que les comunicaba el despido. La firma -proveedora de moldes de termoformado y dispositivos de control para autopartistas y terminales automotrices- tiene como titular a Omar Berrocal, es un ex dirigente de la Asociación de Industriales Metalúrgicos (AIM), con un largo recorrido como funcionario político: fue presidente en el Banco Municipal de Rosario y en el Banco Santafecino de Inversión y Desarrollo, en los años ’90; durante la gobernación de Jorge Obeid fue Secretario de Industria de la Provincia de Santa Fe y ocupó también la titularidad del ente portuario de Rosario (ENAPRO).
Luego de decidir el cierre de la emblemática firma, Berrocal anunció también que no va a pagar las indemnizaciones correspondientes: a los diez empleados se les adeuda el aguinaldo del primer semestre, la segunda quincena de septiembre y las dos de octubre.
– Anclada en Villa Gobernador Gálvez, la firma multinacional Unilever ratificó en las audiencias de conciliación del Ministerio de Trabajo su decisión de despedir a 65 de sus operarios; bajo la excusa de «necesitar más eficiencia». Los propios trabajadores recordaron la compañía es «reconocida por sus primeras marcas tales como Dove, Rexona, Lux, Lifebuoy, Ala, Axe, Impulse, Patrichs, Skip, Cif, Vivere, Pons, Sedal, Clear, Maizena, Knor y Hellmans entre otras»; que «posee en Argentina varias plantas de las cuales solamente se enfocó en realizar una reestructuración de personal en la Planta de Villa Gobernador Gálvez, en la cual trabajan 270 empleados repartidos en 3 turnos rotativos. A fines de realizar su plan decidieron despedir a 65 trabajadores sin causa alguna, cantidad que representa a un turno completo».
El diputado provincial Carlos del Frade, que acompañó a los trabajadores, señala que «cuando les pregunté si la decisión venía de Suiza, el señor Rafael Wulfsohn, apoderado general, me contestó que no sabía, con la estudiada cara de póker de los entrenados en cinismo. Sentí que se me aceleraba el corazón. Como tantas veces, las máscaras que usan las multinacionales son jóvenes, prolijas e inexpresivas». «46 mil pesos por minuto factura Unilever. Los despidos fueron anunciados a pocas horas del arrollador triunfo del gobierno nacional. ‘Seguramente en los próximos días vamos a enfrentar momentos de tensión, pero queremos asegurarles que tomamos todas las medidas de precaución para preservar la seguridad de todos y poder retomar el funcionamiento de nuestra planta’, dice la perversa nota que el señor Christian L. Barros, Site Director, Unilever Argentina SA, envió a los empleados de la planta. Tremendo documento inoculado de divisionismo y en pose de victimización. ¿Quiénes redactarán estas cartas?. Lo cierto es que la empresa pasa por encima la decisión del gobierno provincial y, entonces, demora la ejecución de su sentencia. Es imprescindible abrazar a las familias de la empresa Unilever en la ya estragada y siempre resistente ciudad de Villa Gobernador Gálvez. De esta manera se anuncian las reformas del macrismo», revela el periodista y legislador del Frente Social y Popular. Y remarca: «vamos a empujar por una ley que embargue cuentas por un año y transfiera los bienes a los empleados de las multinacionales que despiden sin causa por encima de los veinte personas. Es hora de cobrarles a ellos todo el daño social y familiar que hacen con total impunidad».
– En Alcorta, la fábrica de zapatos Wyler’s –que fuera hasta hace dos años atrás la segunda de mayor importancia de la provincia- se desprendió de 34 operarios mediante la implementación de retiros voluntarios. Exactamente un año después de aquellos primeros 34 despidos de octubre del 2016, también disfrazados por un convenio rubricado al amparo del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social de la provincia. Cinco meses después de aplicar una reducción de horas de trabajo y salarios en un 50%. Ahora, otros 34 trabajadores, la mayoría de ellos sostén de familias con dos y hasta tres pibes, dejan la planta. «Los que quedan, alrededor de 40 operarios, van a trabajar 4 y 4; porque ya no se sabe qué más que hacer. No tienen nada para trabajar», sentencia uno de los trabajadores despedidos. Y resume parte de una historia que –apenas- extiende la agonía: «van a ir despidiendo hasta tener un plantel de entre 20 y 30 operarios de planta. Después van a probar con la confección de zapatillas, y si eso no funciona presentarán quiebra. Los últimos operarios cobraran con las máquinas».
– «Nos están sobrando doscientos trabajadores», repite el presidente del directorio de Vassalli Fabril, la emblemática firma nacida a mediados del siglo veinte en Firmat. Desde que Girolami y sus socios se hicieron cargo de la planta, a mediados del 2016, medio centenar de trabajadores cedieron a la presión constante instalada en la planta y firmaron el retiro voluntario. En las audiencias del Ministerio de Trabajo, las ofertas del directorio de la firma develan el cinismo de un empresariado mediocre: a quienes opten por el retiro, proponen pagarle el 60% de la indemnización en 12 cuotas; un 80% en 24 cuotas, o el 100%, en 36. Tres años para terminar de cobrar lo que le pertenece al trabajador por derecho propio. El secretario general de la seccional Firmat de la UOM, Diego Romero, le dice a este cronista: «estamos ante un escenario donde la firma sigue generando grandes ganancias. No hay motivos válidos para desprenderse de trabajadores. Esto es una muestra de la reforma laboral que se viene. Y no vamos a permitir que desangren la fábrica en trabajadores»; mientras el abogado del gremio, Pablo Cerra, señala que «lo que más nos preocupa es que pareciera ser que a las patronales nada les hace ruido, hay un incumplimiento expreso de la ley».
– Como consecuencia directa de la apertura indiscriminada de importaciones, el circuito de las pymes ligadas a la marroquinería lleva ya perdidos 1.400 puestos laborales. Así lo confirma Ariel Aguilar, de la Cámara Industrial de Manufacturas del Cuero y Afines (CIMA): en el primer semestre las importaciones de manufacturas del cuero aumentaron un 32,5% en unidades en relación al mismo período del año pasado, en un contexto de baja de las ventas. Además, aumentó de 406 a 760 las empresas anotadas como importadoras. «Los productos de cuero y de vinílico como carteras, billeteras, cinturones, y todo lo que sea marroquinería, se fabrica en nuestro país y son de muy buena calidad, pero si hay una política de apertura de importaciones para bajar los precios, afecta nuestra industria. Esto se vio reflejando en el cierre de fabricas y la pérdida de 1.400 puestos de trabajo en los últimos dos años», sintetiza Aguilar.
Rebotes
Poco antes de las elecciones del 22 de octubre último, Julia Strada resumió las conclusiones de sucesivos informes del CEPA sobre la coyuntura socio-económica. Allí, detalló:
-Más deuda: 105 mil millones de dólares de deuda en moneda extranjera sólo entre enero 2016 y agosto 2017 emitidos por el Estado nacional (83 mil millones), provincias (11,6 mil millones), sector privado y municipios. A esto debe sumarse 44 mil millones de dólares emitida en pesos por el estado nacional.
-Salarios debajo de la inflación: si se corrobora una inflación del 25% en 2017 (el gobierno dice 22%) los únicos que le ganarían son los trabajadores aceiteros. El resto, vuelve a perder poder adquisitivo, como en 2016.
-Cambiemos gobierna con la billetera: repartió discrecionalmente los ATN (Aportes del Tesoro Nacional) a provincias de la Alianza Cambiemos (desembozadamente se beneficiaron Jujuy, Mendoza y Corrientes) y nada para provincias como Santa Cruz o incluso Formosa. Lo mismo puede decirse sobre los fondos a los municipios de la Provincias de Buenos Aires (donde a los randazzistas también les fue muy bien).
-El déficit comercial a niveles de 1998. En agosto se amplió la brecha a un déficit de MIL MILLONES de dólares. ¿Por qué? 1) La devaluación no trajo mejoras de competitividad (más devaluación no aumenta expo en cantidades, sólo mueve precios relativos), 2) la apertura demanda crecientemente dólares por las importaciones.
Y sentencia: «ya perdimos 2 años y seguimos en el mismo lugar. Ya no discutimos si hay ‘desarrollo’ (entre tanto que perdimos, también se abandonó ese riquísimo debate), lo único importante es la puja entre ‘ crecer’ o ‘rebotar’. Por ahora, rebotamos del pozo de 2016».
Advertencias
En los últimos dos años desaparecieron 7.500 pequeñas y medianas empresas. La cifra -contundente- fue relevada por la Asamblea de Pequeños y Medianos Empresarios (Apyme) en un encuentro del que participaron dirigentes de todo el país. Allí, ante las anunciadas reformas laboral, previsional e impositiva, se alerta sobre el peligro cierto de que profundicen «el actual rumbo de las políticas económicas y sociales, que ya ha hecho desaparecer a unas 7.500 pymes en dos años»; al tiempo que advierte: «si se pretende realizar un aumento de la ‘competitividad’ empresaria a costa del poder adquisitivo del salario y de la demanda del mercado interno, sólo se beneficiará a las grandes corporaciones locales y extranjeras, sectores agroexportadores y de la especulación financiera».
«Las pymes necesitan fundamentalmente un mercado interno fuerte y en expansión, así como medidas segmentadas que las favorezcan. De poco servirán rebajas de aportes o beneficios impositivos ante la continuidad de una emergencia sectorial que ha sido desatendida y ante la profundización de políticas de ajuste, tarifazos, aumentos de insumos, importaciones indiscriminadas y ahogo financiero», resume el documento difundido por la entidad gremial.
En forma paralela, desde diversas organizaciones sindicales de la provincia de Santa Fe comienza a gestarse el Movimiento Obrero Santafecino: la CTA provincial; varias regionales de la CGT -Santa Fe, San Lorenzo, Venado Tuerto, Rafaela y Reconquista-; el Movimiento Sindical Rosarino; la Festram; Amsafe; la Asociación de Trabajadores Estatales comienzan a expresar «la defensa irrestricta de los Convenios Colectivos de Trabajo, del Sistema Previsional Solidario y de las Obras Sociales de los trabajadores»; al tiempo que exigen «una reforma tributaria equitativa donde se favorezca a los sectores sociales más vulnerables».
«Las trabajadoras y trabajadores santafesinos no vamos a permitir que, por favorecer a las corporaciones económicas, se vulneren derechos y garantías laborales que el conjunto de los Argentinos hemos conseguido con nuestro esfuerzo y lucha durante décadas», sostuvieron en el acto de lanzamiento los referentes del MOS. Y ratificaron la idea de «unidad en la acción de la clase trabajadora como el camino para defender la dignidad de los trabajadores».
Tal y como reclamaba -y sigue reclamando- la poesía invicta de Tejada Gómez, sumar los nombres heridos del Rubio, el Gringo, Makintosh, Tonelada, Javón, y todos y cada uno de esos apodos que nacieron al amparo de las horas en la fábrica: «hay que juntar las ganas y contar desde abajo, /vamos uniendo rostros, manos, sueños, olvidos, / flor turbamulta quiero…» Porque está claro que ya «no hay arreglo, no hay nada que hacerle en este asunto: / hay que juntar las ganas, organizar el grito /y despertar de pronto como un solo estallido».