Pasó otro histórico Encuentro Nacional de Mujeres. Esta vez en el Chaco, mi segunda casa. Será por eso que hoy desperté pensando en estas tres mujeres chaqueñas que –al igual que muchas otras- hoy no están. Y quiero recordarlas.
Por Luciana Mignoli
Maira Benitez
“Seguro está con algún noviecito, ya va a volver”. Eso dijo la policía y se negó a tomar de inmediato la denuncia. Hoy se cumplen diez meses de su desaparición. Y la Justicia aún no pudo determinar dónde está Maira Benitez.
Tenía 18 años y vivía en Villa Ángela, Chaco, con Brisa, su pequeña hija de 2 años. Había retomado los estudios retrasados por el embarazo durante la adolescencia y trabajaba algunas veces por semana en tareas de cuidado de niños y niñas y limpieza de casas.
Vieron a Maira por última vez el 17 de diciembre de 2016 en el auto de Rodrigo Silva, que está detenido desde diciembre pasado como principal sospechoso. Meses después, se dictó la prisión preventiva como coautores para el papá de Rodrigo, Catalino Silva y Gabriel Cáceres, amigo de Silva que estaba en el auto el día de la desaparición. Hasta el momento, la causa tiene la caratula de privación ilegítima de la libertad, aunque la abogada de la familia de busca el cambio de caratula a femicidio.
Antonia, la mamá, vive en una modesta casa con 4 de sus hijos y con su nieta Brisa, de la que se tuvo que hacer cargo desde diciembre. El Estado no brindó asistencia (ni jurídica, ni psicológica ni económica) a la familia desde la desaparición de Maira.
Estos párrafos se desprenden de la excelente recopilación de su historia que hizo mi amiga y colega chaqueña Andrea Bonnet
https://bonnetandrea.atavist.com/dnde-est-maira-bentez
Juana Gómez
El 27 de julio de 2013, Juana Gómez apareció semidesnuda y atada a un árbol del cuello, en el predio de una exdesmotadora en Quitilipi, Chaco. Quisieron simular un suicidio y ocultar los signos de tortura y violación. Tenía 15 años, era qom y vivía en el barrio aborigen Cacique Moreno. «La violencia machista, patriarcal y racista se recrudece aún más contra las jóvenes mujeres originarias», se dijo este sábado en la apertura del 32º Encuentro Nacional de Mujeres – Chaco 2017.
Los medios nacionales casi no cubrieron el tema: estaban ocupados cubriendo con morbosidad el caso de Ángeles Rawson, 16 años, que fue abusada, estrangulada y desechada en una central de residuos en Ciudad de Buenos Aires. El interés periodístico y social de ambos femicidios fue absolutamente desigual. Aquí, una nota mía de esa época reproducida en8300 Web: http://www.8300.com.ar/…/…/hay-dolores-que-no-nos-conmueven/
Los asesinos de Juana, los hermanos Juan Ramón y Diego Armando Pereyra, fueron juzgados y condenados a prisión perpetua por haberla violado y asesinado brutalmente. La familia Gómez y las organizaciones que acompañaron estuvieron conformes con el fallo que consideraron ejemplar.
Entre otros, Diario Norte siguió el caso y cubrió la sentencia.
http://www.diarionorte.com/…/prision-perpetua-para-los-ases…
Melisa Bogarín
Siempre me identifiqué mucho con Melisa. Comunicadora popular y trabajadora precarizada del Estado, como yo. Tenía 28 años y hacía ocho que trabajaba en el ProHuerta en Chaco, un programa que promueve la autoproducción de alimentos, bajo la órbita del INTA y del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación. Entendía a la comunicación como un derecho humano, que podía servirles a campesinos, agricultores familiares y comunidades originarias “para expresar, sin intermediarios, sus problemáticas, luchas y alegrías”.
Hija de una familia humilde de Barranqueras, vivía en Las Breñas, Chaco, con una beba de un año, Maya Catalina, y su pareja, Germán Alejandro Gonaldi, también trabajador precarizado de la Secretaría de Agricultura Familiar (SAF) de la Nación.
En abril de 2016 y ante la ola de despidos en el Estado nacional, la estabilidad laboral de la familia estaba en jaque. Germán permanecía en una toma pacífica en la sede de la SAF en Resistencia y ella adoptó roles de delegada gremial en ProHuerta. El martes 12 de abril, tomó la palabra en una reunión de trabajo en INTA Las Breñas, ante la presencia autoridades nacionales. Quería contar la angustia de la precarización y la incertidumbre por la continuidad laboral de ella y 13 compañeros/as. Al comenzar a hablar, se desplomó y murió de un paro cardíaco camino al hospital.
Me enteré de su muerte casi de inmediato por Jorge Frías, amigo chaqueño, comunicador popular y despedido de la SAF. Tanto Germán su pareja como sus compañeros y compañeras del Prohuerta, de INTA y de ATE siempre piden que no la olvidemos. Y eso haremos una y otra vez. “Dejó una hija, un compañero y un legado”, dice en esta emotiva nota Dario Aranda en lavaca – MU que se puede leer on line (páginas 14/15)http://www.lavaca.org/mu/mu-100-animales-sueltos/
…
Tres mujeres. Tres chaqueñas. Tres historias muy distintas de una lista enorme de mujeres, trans y travestis que hoy no están y son víctimas de la precarización, de la violencia machista y del olvido.
El olvido es cómplice de la impunidad. Y hoy desperté pensando en ellas tres. En sus recorridos y trayectorias. En sus puntos en común y en sus diferencias. En esa «tierra del Chaco quebrachera y montaraz». En todas las mujeres indígenas, campesinas y roqshé (no indígenas en lengua qom) de esa provincia que tanto me formaron. Y en esas 70 mil mujeres, lesbianas, trans y travestis que protagonizaron este fin de semana un encuentro histórico en Resistencia.
Por todas las que faltan. Pero hoy, por ellas tres en especial.
No olvidamos a Juana Gómez ni a Melisa Bogarín.
Y vamos a seguir preguntado ¿Dónde está Maira Benitez? hasta que aparezca y haya justicia.