En una clase pública que estudiantes del Instituto Olga Cossettini desarrollaron junto al docente Gustavo Guevara para visibilizar la denuncia por la desaparición forzada de Santiago Maldonado, irrumpió la Gendarmería con armas largas y perros adiestrados. Frente a una clara actitud amenazante, la comunidad educativa y el amplio arco de organizaciones sociales repudian los hechos y exigen una inmediata respuesta de las autoridades.
[dropcap]¿[/dropcap]Dónde está Santiago Maldonado? Esa es la pregunta que el mundo entero se hace. 38 dias pasaron desde que el joven, oriundo de la localidad 25 de Mayo de Buenos Aires, desapareciera durante la represión de Gendarmería a la comunidad mapuche del Lof Cushamen en Chubut. Desde ese entonces, el gobierno nacional se empecina en negar lo que ya la causa judicial investiga como una desaparición forzada de personas. Hipótesis disparatadas, pistas falsas y una evidente estigmatización y criminalización de la lucha mapuche se instaló desde el gobierno y los medios hegemónicos para correr el eje de la discusión. Ellos no quieren responder; la sociedad se lo pregunta a cada minuto: ¿Dónde está Santiago Maldonado?
Las movilizaciones que encarna la familia y los organismos de derechos humanos fueron masivas. La última, en Plaza de Mayo, además de multitudinaria contó al cierre con otro acto represivo protagonizado por la policía porteña. Fue una razzia, una cacería que terminó con 31 personas detenidas ilegalmente e incomunicadas durante 48 horas, entre ellas, mujeres y trabajadores de prensa de medios alternativos. La Correpi detalló con precisión cómo fue el operativo represivo e ilegal que desarrolló la policía, con personal que además, actuó de civil. Los videos e imágenes que se difundieron por redes sociales no dejan lugar a la duda. Los testimonios de las personas detenidas son elocuentes.
La pregunta es la que molesta; la que interpela, la que quieren silenciar. Una sociedad conmovida y movilizada. Organizaciones sociales que salen a las calles; estudiantes que en las aulas instalan el debate.
Cuando la CTERA diseñó los cuadernillos educativos para visibilizar el reclamo en las escuelas, el propio gobierno nacional impulsó una “caza de brujas”. Pusieron a disposición un 0800 para denunciar a los docentes que hablaran de la desaparición forzada de Santiago en sus clases. El secretario de DDHH, Claudio Avruj, acusó a los gremios de utilizar a los chicos para hacer política. Hablan de “politización” de la educación, de adoctrinamiento, desconociendo lo que significa el acto de educar: la praxis política que encarna el proceso educativo.
Ayer por la tarde, motivada por la Juventud del PTS, se llevó a cabo una clase pública en las puertas del Instituto Olga Cossettini de Rosario. La clase tenía un objetivo: denunciar una vez más –como se viene haciendo en las marchas, en las redes sociales y en las calles – la desaparición forzada de Santiago Maldonado.
Pero esta vez –y por primera vez en un acto público – la clase tuvo una presencia inesperada: “se presentó la Gendarmería con perros y móviles y gritaron a los estudiantes en actitud violenta, amenazante y claramente prepotente”.
La consejera directiva del PTS, Rocío Dentesano, describe la situación: “Mientras los estudiantes hacíamos una clase pública denunciando la desaparición de Santiago en manos de la Gendarmería, justamente vienen gendarmes mostrando armas, a hostigar y amenazarnos. Es una vergüenza, algo inaceptable. Hace días quisieron prohibir a los docentes a que hablen de la desaparición de Maldonado en las aulas. Somos futuros docentes y ahora nos quieren silenciar a nosotros. Llamamos a todas las organizaciones docentes, estudiantiles, de Derechos Humanos y de trabajadores a denunciar esto y alertamos del accionar de la Gendarmería en la región”.
“Jamás tuvimos la presencia de Gendarmería sino que siempre las actividades se han desarrollado de manera pacífica, generándose el intercambio y debate de ideas. Ayer, la temática era Santiago Maldonado, y suponemos que no casualmente se hizo presente la Gendarmería y de una manera muy intimidante con armas mas propias para una guerra que para transitar por la ciudad. En la esquina, cuando un estudiante estaba con los carteles de aparición con vida de Santiago Maldonado, un gendarme le empieza a decir que se tienen que callar la boca, y el conjunto de los que estaban en la clase se desplazan con los celulares”. Gustavo Guevara es el docente que estaba a cargo de la clase. Explica lo ocurrido y la respuesta que tuvieron los estudiantes: no entrar en lo que fue una clara provocación de las fuerzas federales. “Tomamos las imágenes de lo que estaba ocurriendo, y la respuesta fue mantenerse en calma, retomamos nuestra actividad conversando con la temática que era la que nos convocaba. Yo había traído la constitución nacional que con la reforma del año 94, se introduce los derechos a los pueblos originarios, a la restitución de la tierra, a una educación intercultural, y seguimos conversando sobre lo que entendemos que tiene que ser la plena vigencia de los derechos. Los gendarmes deciden retirarse”.
Desde el Instituto Olga Cossetini, las autoridades señalaron que se trató de un acto intimidatorio. “Nos preocupa estos actos. De alguna manera quieren amedrentar la protesta social. Estamos educando para la democracia. Nosotros exigimos que se esclarezca que fue lo que pasó”.
“Interpretamos esta solidaridad como parte del reclamo que tiene la sociedad argentina qué es saber dónde está Santiago Maldonado. No queremos naturalizar esto que cada vez que se haga un reclamo, aparezca un destacamento de Gendarmería para amedrentar”, aportó Gustavo.
Numerosas muestras de repudio de organismos de derechos humanos se difundieron en estas horas. El Espacio Juicio y Castigo Rosario expresó que “la misma fuerza que está denunciada por la desaparición forzada de Santiago Maldonado, se presenta con varios efectivos armados ante un grupo de alumnos que hablaban sobre el tema con el docente Gustavo Guevara. Creemos que no se trata de un hecho aislado esta irrupción de gendarmes en la charla, puesto que se enmarca en una línea que ha bajado el gobierno nacional cuando mostró su oposición a que el tema se debata en los establecimientos educativos”. También exige una investigación que de cuenta de quiénes ordenaron el operativo y quiénes fueron los agentes intervinientes, para que en consecuencia reciban las correspondientes sanciones.
Octavio Crivaro, dirigente del PTS, puso el foco en el accionar de una Gendarmería que también es la que hostiga a los jóvenes en los barrios populares de Rosario. “En todas las facultades y lugares de trabajo crece la bronca y la preocupación sobre lo que pasó con Santiago, y se hacen actividades, asambleas, clases públicas. La prepotencia de la Gendarmería es una respuesta a esto, justamente. Pero lamentablemente esta actitud patotera y represiva tiene que ver con el poder que le dieron no solamente el gobierno nacional, sino también el provincial, para ocupar los barrios de la periferia y hostigar a la juventud”.
María Fernanda Foressi es la rectora del Instituto. “Como comunidad educativa no podemos dejar pasar lo que ocurrió. Esto no puede volver a pasar”, apuntó. El comunicado de la institución educativa detalla: “Irrumpieron Gendarmes con perros, empuñando armas, en una actitud claramente intimidatoria. Se acercaron a un estudiante que estaba en la esquina junto a los carteles que expresaban: “aparición con vida de Santiago Maldonado. Hoy clase pública”, al grito de vení flaco, yo soy la autoridad. Vení para acá. Callate la boca”. Frente a esta actitud injustificada y amenazante, el resto del grupo que estaba en la clase se acercó a la esquina y comenzó a filmar el despliegue del arribo de una camioneta de Gendarmería con más efectivos igualmente armados”.
No es la primera vez que el Olga Cossetini lleva adelante una clase pública. Sí se trata de la primera vez que irrumpe la Gendarmería con perros adiestrados y armas largas. “Estamos muy preocupados e indignados, que no se les permita a los estudiantes y profesores manifestarse libremente en las calles sobre temas de relevancia social y nacional. Reclamamos a las autoridades una explicación sobre quién dio la orden de este accionar que viola los propios protocolos de seguridad del estado, los cuales prohíben la portación de armas en protestas sociales”.
Otras voces se sumaron al repudio: “Hechos como los mencionados deben ser claramente repudiados en tanto atentan contra los derechos y garantías de toda la ciudadanía. Seguimos preguntándonos ¿Dónde está Santiago Maldonado?”, expresaron desde la Escuela de Historia de la Facultad de Humanidades y Artes. Por su parte, la APDH Regional Rosario, también expresó su preocupación y la exigencia de “rápidas acciones de la autoridades hacia los efectivos que participaron”.
“El despliegue de Gendarmería fue realmente ilógico para lo que fue una clase pública y pacífica. Estábamos ahí para debatir, para hablar, para escucharnos entre nosotros. Fue realmente sorprendente. Había más de 5 o 6 gendarmes para la cantidad que éramos, no más de 15 personas. Es importante que sigamos hablando, desde nuestro lugar del Centro de Estudiantes el mensaje que queremos dejar es que se siga preguntando en todas las aulas, donde esta Santiago Maldonado, que paso, por que se lo llevaron. Las aulas son el lugar para dar ese debate. Los chicos tienen que saber lo que se está viviendo”, señaló Nadia, integrante del Centro de Estudiantes del Instituto Olga Cossettini. Y remató: “Es importante que nos sigamos preguntando donde esta Santiago Maldonado y que nadie pueda callar esa pregunta”.
“Hoy asistimos a una clase pública organizada por estudiantes militantes de varias organizaciones a cargo del profesor Gustavo Guevara, por la aparición con vida de Santiago Maldonado. La idea era seguir visibilizando el problema, alzar y escuchar diferentes voces de diferentes agrupaciones, o de cualquiera que quisiera ser parte de la conversación, del debate, y a partir de allí encontrar un eje para trabajar todos juntos. En eso estábamos, cuando aparecen dos gendarmes portando sus armas, en palmaria actitud provocadora y prepotente a vigilar lo que estábamos haciendo. Cabe destacar que los que estábamos en la clase pública rondábamos la decena de personas, y no había ningún tipo de disturbio, todo estaba siendo llevado a cabo en total tranquilidad.
A los cinco minutos llegaron más gendarmes, en una de las camionetas de gendarmería y se quedaron un rato alrededor nuestro, para luego irse. Es necesario leer entre líneas y comprender que esta acción está cargada de simbolismo, que no es casual que Gendarmería (que no tenía absolutamente nada que hacer allí ya que no había ningún problema y vialidad sabía desde esta mañana del corte de calle que no duraría más de cuarenta minutos) aparezca durante una manifestación popular pacífica por la aparición de Santiago Maldonado. Desaparición-imposible olvidar-de la que ellos son responsables”, expresó en un comunicado la Agrupación Alfredo Palacios del Instituto Olga Cossettini.
Uno de los primeros mensajes que circuló por redes sociales, a minutos del cierre de la clase, fue de uno de los alumnos. Decía así: “Chicos recién llego a mi casa, mientras estábamos haciendo la clase publica vinieron primero 3 gendarmes con un perro a prepotearnos, a intimidarnos, todos con armas, acto seguido de eso vinieron siete gendarmes mas también con armas con actitud provocativa, éramos 12 alumnos y un profesor dando una clase publica, fue claramente un amedrentamiento por lo que estábamos haciendo, es un hecho gravísimo chicos, realmente están muy cebados, solo cuando los empezamos a grabar se calmaron. Después de la clase tuvimos que acordar entre todos los que estábamos ahí quedarnos comunicados, para asegurarnos que todos lleguemos bien a nuestras casas, había compañeras muy asustadas también”.
Cuanto más quieran silenciar el debate, más fuerte se oirá la pregunta. Cuanto más empeño pongan en amedrentar los encuentros; más voces se oirán reclamando su aparición con vida. Cuanto más miedo quieran imponer, más bronca y resistencia encontrarán en las escuelas, en los lugares de trabajo, en los sindicatos, en las casas y en las calles. Santiago Maldonado sigue sin aparecer a 38 días de su desaparición forzada. El Estado es responsable.