Texto: Tomás Viú / Fotos: enREDando
[dropcap]E[/dropcap]n las escuelas los maestros plantean la pregunta. Y los estudiantes responden con más preguntas. Y nadie sabe. Y todos quieren saber. Y todas necesitan saber. Mientras tanto, el actual Ministro de Educación, Alejandro Finocchiaro, dijo que trabajar el tema en las escuelas es un “enanismo intelectual”. El Ministerio de Educación lanzó una línea telefónica para que los padres denuncien a los maestros que lleven estas preguntas a las aulas.
En su casa la señora se pregunta. ¿Y Santiago? Va al almacén y está prendido el televisor. Va a pagar los impuestos y está prendido el televisor. Se acuesta y está prendido el televisor. Que podría haber cruzado el río, que un camionero dijo haberlo trasladado cerca de Ceibas, Entre Ríos, que se podría haber ido a Chile, que una mujer lo vio en Tucumán. Mientras tanto, en Arrecifes detuvieron a tres jóvenes por pintar un mural con la pregunta incómoda. “Somos Lucía, Matías y Gonzalo, estuvimos demorados en la comisaría de Arrecifes por preguntarnos dónde está Santiago Maldonado”.
En el laburo el pibe se pregunta. ¿Y Santiago? Quiere saber, tiene derecho. Mientras tanto la Ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, habla de bandos y en un sincericidio divide las aguas: «el bando de los que quieren encontrar a Maldonado y el bando de los que no queremos encontrar a Maldonado». No es un exabrupto, no es un lapsus, no hay errorismo de Estado. Es un aviso, una amenaza que trae los peores recuerdos: no te metás. Están marcando la cancha, cada día, todos los días. La antropóloga Diana Lenton, integrante de la Red de Investigadores sobre Genocidio y Políticas Indígenas, plantea el concepto de represión de la solidaridad.
La pregunta se viene escuchando desde hace un mes, 30 días, 720 horas, 43.200 minutos. La pregunta se escuchó el 30 de agosto, Día Internacional del Detenido Desaparecido. Y ayer también se escuchó en la Plaza 25 de Mayo de Rosario, donde cada jueves desde hace treinta y cinco años las Madres de la Plaza caminan circularmente en la Ronda, tan necesaria ayer, tan necesaria hoy. En unas horas, desde las 18, será en la Plaza San Martín de Rosario y en cada una de las plazas del país, en cada calle, en cada encuentro, en cada charla. La pregunta suena bien fuerte, retumba, aturde.
“Mari mari, kom pu che, hola a toda la gente. Iñche ta Franco pingen, yo soy Franco. Estoy en la Plaza 25 de Mayo, donde las Madres nos han enseñado a caminar por el camino de la verdad y la justicia, y estoy preguntándome desde hace 29 días dónde está, a dónde tienen a Santiago Maldonado”.
“Soy Ana Moro, la dictadura desapareció a mi hermana Miriam y a su esposo Roberto. Hoy el gobierno macrista desaparece a Santiago Maldonado. Pedimos la aparición con vida de Santiago ya”.
“Soy Norma Vermeulen, madre de Osvaldo Vermeulen, desaparecido el 1 de abril del 77. Yo les aconsejo a los padres que no abandonen la lucha. Y a ustedes, cuando el día de mañana ya no estemos, no permitan que haya ni un desaparecido más. Nunca más. Que no se vuelva a repetir”.
“Soy Laura Tasada, hermana de Adriana Tasada y de Hugo Megna, desaparecidos por la dictadura. Jamás pensamos a cuarenta años que íbamos a tener que volver a salir. Sin dudas es desaparición forzada. Aparición con vida”.
“Soy Mario Gómez, estoy en un acto pidiendo y preguntando dónde está Santiago Maldonado”.
“Mi nombre es Iris. Soy la hermana de Marisol Pérez, la cuñada de Pucho Ameri, ambos desaparecidos y asesinados. Aparición con vida de Santiago Maldonado ya. Nunca más una desaparición. Nunca más nos maten a un hermano”.
“Soy Cris Martínez, docente y militante desde hace más de treinta años. Estoy muy triste, muy preocupada y muy enojada. Hace unos años leí una nota de un filósofo argentino que decía que una buena para nuestros jóvenes era que en su horizonte no había una dictadura. Festejé porque tengo hijos, estudiantes y gente joven que me rodea. Ahora veo que desgraciadamente esa utopía se está cayendo a pedazos y tengo temor por nuestro país, por nuestra patria y nuestro pueblo. No nos puede estar faltando Santiago. Lo necesitamos a él y a todos los compañeros que hayan estado desaparecidos este tiempo. Santiago representa a Julio López y a tantos otros. Nadie tiene por qué desaparecer”.
“Soy Mario López. No vamos a permitir que se reduzca a un crimen común una desaparición forzada como desde tantos medios se está intentando instalar en la opinión pública. Nuevamente el mismo mecanismo que desde la dictadura están implementado: tildar de terroristas, inventar enfrentamientos, darle estatuto de crimen común a una desaparición forzada. No lo vamos a permitir. Es parte del mismo negacionismo del Estado que recae sobre nuestra historia”.
“Me llamo Esteban Rodolfo Mariño, vivo en Rosario. Lo que está sucediendo a nivel represivo en este gobierno es casi totalitario y empieza a diseñar una política que ya vivimos en el 76 con la dictadura de Videla y en el 56 con los fusilamientos de José León Suárez. Esencialmente es la eliminación del otro, la eliminación del opositor. Hoy es indispensable que haya una respuesta clara por parte del Estado acerca de qué pasó con Santiago Maldonado”.
“Soy Juan Pablo Guadagnoli, de Rosario, estoy acompañando a todas las organizaciones sociales, políticas y sindicales que estamos reclamando por la aparición con vida de Santiago Maldonado. Que aparezca ya”.
“Soy Viviana Della Siega y entiendo que esto repite todo el mecanismo que usó la dictadura. Es una desaparición forzada en medio de una represión a la cual se la niega, luego se dan pistas falsas. Quisieron hacer creer que se fue al exterior. Mi esposo es un desaparecido y a mí también me decían ´señora, ¿no se habrá ido su esposo al extranjero con otra?´. Esto revela que tienen los mismos métodos que la dictadura. Todos nos preguntamos dónde está Santiago Maldonado. Espero que aparezca, aunque desgraciadamente hace cuarenta años que preguntamos por otros que nunca aparecieron”.
“Soy Élida Luna, compañera de Daniel Gorosito, desaparecido en el año 76. Hoy, otra vez en la calle para pedir por la aparición con vida de Santiago Maldonado. Nunca creímos que después de cuarenta años íbamos a tener que salir a las calles pidiendo por una desaparición forzada de persona. Por suerte somos muchos y estamos juntos”.