El último rastrillaje en Cushamen, arrojó el hallazgo de un collar a tan solo 100 metros donde había sido encontrado el gorro de Santiago Maldonado. En el operativo participaron más de trescientos uniformados armados, perros adiestrados, drones y camiones. En el mismo momento, Patricia Bullrich daba explicaciones en el Senado de la Nación: estigmatizó una vez más a la comunidad mapuche del Pu Lof en Resistencia y a pesar de las declaraciones de testigos aportadas a la justicia, sostuvo que «no hay indicios» para responsabilizar a la Gendarmería por la desaparición de Santiago Maldonado.
Maria Cruz Ciarniello
[dropcap]Q[/dropcap]uince días pasaron y Santiago no aparece. La último que se sabe es que estuvo en medio de una represión brutal que desató la Gendarmería contra la comunidad mapuche del Lof Cushamen, en Chubut. Su familia y organismos de derechos humanos no dudan: enmarcan el caso como una “desaparición forzada”. La justicia todavía lo investiga como si se tratase de una persona extraviada. El gobierno nacional, dice “no saber”, y contesta con acusaciones estigmatizantes hacia la comunidad mapuche.
El lenguaje utilizado aterra: hablan de terrorismo indígena y de organizaciones financiadas por ingleses. Así, sin ofrecer pruebas ni elementos que lo sustenten. Los medios masivos de comunicación operan del mismo modo: la maquinaria mediática estatal puesta al servicio del encubrimiento y la perpetuación de la impunidad. Así como también, de la construcción de un enemigo interno que justifica el accionar represivo: el pueblo mapuche.
Mientras tanto, miembros de la comunidad Pu Lof en Resistencia de Cushamen ya declararon, este 15 de agosto, ante la justicia en Esquel. Lo hicieron preservando su identidad. ¿Qué dijeron? Que Santiago no cruzó el río. Que se aferró a las ramas de un árbol y que allí fue detenido por las fuerzas que dependen del Ministerio de Seguridad de la Nación.
“¡Tenemos a uno!”. El aviso a los gritos lo dio un agente de la Gendarmería a otros que corrían tras los pasos de un grupo de integrantes de la comunidad Pu Lof en Resistencia de Cushamen, en Chubut. Señalaba a Santiago Maldonado que se había quedado sin poder cruzar el río, aferrado a las raíces de un árbol con el agua hasta las rodillas. La escena fue descripta por uno de los testigos, refiere la nota de Página 12. Otro testigo sumó a la versión: desde la orilla opuesta pudo ver a varios gendarmes golpear a una persona, subirla a un camión Unimog y luego a una camioneta. Lo reconoció como Santiago por la campera que llevaba puesta. Una mujer afirma haber visto a Santiago Maldonado apoyando la lucha que desde hace años lleva adelante la comunidad mapuche en estas tierras usurpadas por la empresa Benetton.
En una nota reveladora de la Revista Cítrica, que decidió viajar hasta el lugar de los hechos, integrantes de la comunidad ofrecieron su testimonio. Coincide con las declaraciones aportadas a la Justicia.
¿Gendarmería disparaba con balas de plomo?, preguntó el periodista de Cítrica.
“Sí, con nueve milímetros y escopetazos. No es la primera vez que nos ha tocado esto. Y uno con el solo ruido ya se da cuenta. Un escopetazo suena mucho más fuerte, y en cambio la nueve milímetros te silba en la oreja. Nos estaban cazando. Alumbraban para dentro del campo y donde nos veían nos tiraban. Estuvieron así como 15 minutos hasta que se fueron.”
El relato continúa describiendo con detalles lo que fue la cacería.
“Empiezan a tirar, tirar, tirar, mientras los otros gendarmes se dispersan por el resto del alambre y comienzan a ingresar por distintas partes. Hasta que el Unimog hace una pantalla acá, rompen el candado de la tranquera, y ahí entran todos corriendo al grito de ‘agarren a uno, agarren a uno’. Y el jefe del operativo gritaba: ‘Tirales, Tirales’”.
De Santiago, dicen: “Entraron a punta de pistola disparando y disparando. Aguantamos todo lo que pudimos hasta que en un momento hicieron un ingreso todos los efectivos. Y ahí nos corren hasta el río, unos setenta metros. Donde nos tirábamos por diferentes partes, por donde podíamos, porque la lluvia de balas no cesaba. Ahí es donde el compañero Santiago no logra cruzar. Porque mientras nosotros íbamos nadando por el río, la Gendarmería igual nos seguía tirando adentro del agua. Nos tiraban con nueve milímetros, con escopetas y con piedras algunos. No les importaba nuestra vida a la Gendarmería. Ellos vinieron a matar a uno acá. El compañero nadó hasta una parte y al ver que las piedras llovían de arriba y los tiros no cesaban, decidió volverse para la orilla. Y ahí es donde hay otro peñi que lo ve al compañero Santiago agarrado de una rama, con el agua hasta las rodillas y los gendarmes arriba. Y después hay otro peñi más que también ve a tres efectivos de la Gendarmería que están golpeando a alguien que no logra reconocer.
Era Santiago…
Y sí.. Ahí sale el Unimog cargado. Sube hasta el cruce de allá. Y vemos cómo se atraviesa una camioneta blanca junto al Unimog. Varios gendarmes hacen una pantalla para que no se vea lo que están haciendo. Y la camioneta blanca de Gendarmería sale para allá, como rumbo a Esquel. Por eso no hay la menor duda de que se lo llevó la Gendarmería.
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En la causa ya interviene la Procuraduría de Violencia Institucional (Procuvin) que se encuentra en Esquel, brindado apoyo a la Fiscalía Federal. En un comunicado, informó que aún se esperan los peritajes dispuestos sobre las muestras de pelos y los rastros hemáticos levantados en la inspección realizada en el escuadrón de la Gendarmería Nacional de la ciudad de El Bolsón. Los análisis están encaminados a confirmar o descartar que se trate de sangre y, en caso de confirmación, determinar el perfil genético que luego permita realizar un cotejo con muestras aportadas por los familiares del joven desaparecido.
No hay todavía información acerca de cómo fue ese operativo represivo, cuál fue el recorrido de los móviles, los roles de los uniformados y los sistemas de comunicación tanto de la fuerza como privados. La Dirección General de Investigaciones sugirió a la fiscalía que recabe dicha información. También, propuso peritajes con Microscopio de Comparador Balístico sobre vainas servidas recolectadas en la zona para determinar el tipo de munición utilizada y ofreció a sus técnicos y un listado detallado de laboratorios de distintas especialidades para concretar esos estudios. Aún quedan pendientes medidas fundamentales, como por ejemplo conocer con exactitud el listado de los gendarmes que intervinieron en la represión.
Como querellante, hasta el momento, se encuentra la Comisión Provincial por la Memoria, uno de los organismos que presentó, a pocos días de la desaparición de Maldonado, un habeas corpus ante el Juzgado Federal de Esquel.
Una movilización multitudinaria en Plaza de Mayo y muchas en todo el país, hablan con el cuerpo. En las calles y en las redes sociales se escucha el grito, de sur a sur: que Santiago aparezca vivo. El 12 de agosto, un día después de esa plaza colmada en Buenos Aires, el Juez Guido Otranto ordenó un allanamiento en la casa donde se encontraba alojado Santiago, en la localidad del Bolsón.
En diálogo con La Vaca, la abogada de la familia, Verónica Heredia, criticó la medida y señaló: “El juez Otranto fue a buscar a Santiago a su casa, pero todavía no lo busca en Gendarmería. En vez de allanar Gendarmería pone la mirada en Santiago. ¿El juez se habrá enterado que Santiago es víctima de desaparición forzada?”.
“Fueron y entraron como si Santiago hubiera estado escondido en la casa. Su madre, en Buenos Aires, está pensando si también la van a ir a allanar a ella. Su hermano Sergio y su cuñada Andrea, también. Esto es terrible. No es cierto que es sólo una medida más: fueron a buscarlo como si estuviera allí. Si no, no era necesaria esta forma”.
Heredia va al hueso y cuestiona la lenta actuación de la justicia hasta el momento: “la única hipótesis lógica es la desaparición forzada. Y eso acá todavía no se empezó a investigar: todavía no existe un expediente penal que diga «Santiago Maldonado, víctima de desaparición forzada, artículo 142 ter del Código Penal». No: la carátula que tiene el MPF se llama todavía «NN sobre averiguación de delito»”
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“Quiero a Santiago vivo”, dice su hermano en Plaza de Mayo. Lo acompañan las Madres, las que más saben de lo que significa la desaparición de un hijo en manos del Estado. En un reciente audio, la voz de Sergio le apunta al gobierno: “la Sra. Ministra de Seguridad de la Nación niega la desaparición forzada de Santiago y niega dar la información sobre el operativo que llevó adelante la fuerza de seguridad a su cargo. Esta falta de reconocimiento genera en la familia indignación e impotencia de conocer el paradero de Santiago y la verdad de los hechos y sus responsables. Van más de 15 días y las autoridades judiciales y políticas siguen desviando el foco y continúan garantizando la impunidad a la fuerza de seguridad y el miedo a toda la sociedad.”
En el mismo momento en que la Ministra Patricia Bullrich era interpelada en la Cámara de Senadores, se realizaba un nuevo rastrillaje en Cushamen. “Un collar de Santiago fue encontrado en la vera del río donde el joven fue visto por última vez el martes 1 de agosto. Para las querellas y la familia se refuerza una única hipótesis: se lo llevó Gendarmería”, afirma la Comisión Provincial por la Memoria que estuvo allí, junto a la APDH.
Alrededor de 400 efectivos de Policía Federal y Prefectura participaron de este operativo conducido por el juez federal Guido Otranto. “Se realizó un importante despliegue con helicópteros y drones que permitieron ampliar, dentro de la lof Cushamen, la zona que había sido explorada en una oportunidad anterior. El collar estaba a menos de 100 metros de donde había sido encontrado el gorro de Santiago la semana pasada, y en el área donde todos los testigos dicen haber visto a Santiago cuando fue golpeado por efectivos de la Gendarmería y subido a una camioneta de esa fuerza. Este hallazgo, que significó el fin del operativo realizado esta mañana, refuerza la única hipótesis que hasta ahora viene conduciendo toda la investigación judicial: la Gendarmería es responsable de la desaparición de Santiago Maldonado”, señala la CPM en su comunicado.
Solo dos mujeres mapuches se encontraban frente al tremendo despliegue del operativo, con cientos de uniformados armados, perros adiestrados, armas de guerra y equipamiento militar sofisticado.
Norma Ríos es la presidenta de la APDH a nivel nacional. Desde Cushamen, le hace llegar a enREDando un audio, relatando lo vivido: “Había un operativo realmente tremendo. Más de tres cuadras de camionetas, drones, camiones y un poco más lejos de la Pu Lof, un camión de Gendarmería que permanece en un cruce de calles. Fue realmente tremendo. Gendarmería no ingresó. Ni ningún otro tipo de vehículo, ni tampoco caminando, y sí ingresaron dos botes, uno de los cuales salió por el frente de la Pu Lof Cushamen, y el otro salió por las tierras de Benetton, aunque no lo vimos salir, pero sí lo vimos entrar, y bajar al río”.
Con respecto al collar, Norma señala: “Dicen que el perro fue directamente hacia el lugar donde estaba el collar. Esto lo constató la secretaria del juzgado del doctor Otranto. No podemos saber de quién es, y dejamos constancia de que no se había hecho ningún tipo de análisis de tierra y agua para saber si realmente estaba ahí o podría estar plantado. Nosotros vimos cuando lo levantaron no así cuando lo encontraron. Asimismo, una se pregunta en un operativo tan tremendo como hicieron la otra vez, cómo fue que esto no se encontró. La respuesta que ellos dieron es que la comunidad se había opuesto y eso es mentira, porque se rastrilló todo y porque hay una política por parte del gobierno de intentar judicializar a la comunidad por la desaparición de Santiago Maldonado. Seguimos insistiendo que esto es una desaparición forzada. Y seguimos reclamándole al Estado porque creemos en los testigos, y porque luego, en los diversos allanamientos en los que también fuimos veedores, se descubrieron una serie de contradicciones, como las camionetas de Gendarmería que fueron lavadas. Y no podemos dejar de mencionar que esto ha sucedido en el marco de los reclamos por la libertad de Facundo Jones Huala”.
Por su parte, Julio Saquero, de la APDH Regional, declaró a la Vaca: “todo ese operativo tuvo algo de amedrentamiento, estigmatización. Estábamos todos muy indignados. Nunca pensé que iba a presenciar un desfile militar al frente de un operativo. Y fue así, cuando se retiró el operativo hubo un desfile militar; marcharon a paso militar por el medio del lof hacia la tranquera. Era como un ejército de ocupación”.
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La misma mañana en que se realizó este megaoperativo, Patricia Bullrich, daba explicaciones en el Senado de la Nación. Al ser interpelada por la desaparición forzada de Santiago Maldonado, la Ministra minimizó el hecho: “en Argentina, todos los días buscamos personas. Hay 5000 mil personas desaparecidas”, dijo. Lo que omite deliberadamente señalar es que la desaparición de Santiago se produce en el marco de una represión efectuada por la fuerza que está a su cargo. «No tenemos indicios que la Gendarmería haya actuado con violencia».
Bullrich se ocupó, una vez más, de estigmatizar a la Resistencia Ancentral Mapuche catalogándola como un grupo de extrema violencia. Y con respecto a la actuación de la Gendarmería, señaló: “No aceptamos que se quiera encuadrar el hecho en una sola hipótesis: no damos por sentado que fue Gendarmería ni que no lo fue”.
Uno de los personajes cuestionados de este operativo es su Jefe de Gabinete, Pablo Noceti. Fue quien estuvo presente el mismo día y en el mismo lugar en que Santiago desaparece. Pablo Nocetti es abogado y fue socio del defensor del represor Leopoldo Galtieri durante el Juicio a las Juntas. “Antes de sumarse a la gestión PRO y convertirse en mano derecha de Patricia Bullrich, Noceti puso su pluma al servicio de represores de La Pampa y Concepción del Uruguay. A fines de 2003, mientras se reabrían las causas en todo el país, llegó a escribir que los procesos eran la “legalización de una venganza, estructurada y diseñada en el poder político”, en referencia al gobierno de Néstor Kirchner que había asumido seis meses antes”, señala el diario Página 12.
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La represión al pueblo mapuche en Cushamen se suma a la ocurrida en enero de este año. Duró dos días. Y no es casual: en Cushamen, el porcentaje de tierras en manos extranjeras supera ampliamente el límite del 15% impuesto por la Ley Nacional de Tierras. El 19,45% de los territorios en esta zona es propiedad extranjera.
Allí, en Cushamen desde el 2015 hay una bandera plantada que señala la recuperación del territorio mapuche. Son tierras de las que Grupo Benetton dice ser propietario pero que por historia ancestral, sangre y herencia, pertenecen al pueblo originario. Cerca de un millón de hectáreas de todo el país están en manos de este grupo extranjero, una superficie que supera la de cualquier Parque Nacional argentino. Pero no hay Estado capáz de defender el derecho preexistente de los pueblos originarios cuando la pelea es tan desigual.
La recuperación del territorio se hace, en muchos casos, poniendo el cuerpo y arriesgando la vida. Y cuando los gobiernos declaradamente son cómplices del saqueo, la violencia se transforma en una política de Estado.
En Cushamen, la comunidad mapuche recuperó su tierra en la primavera del 2015. Marcelo Valko fue uno de los intelectuales que presenció aquella recuperación histórica. “Aquella mañana en Cushamen, mientras observaba a los compañeros mapuches hablar sobre su determinación, con su manera de plantarse en el mundo y decir “ya basta, ya es suficiente”, comprendí a nivel piel lo que había entendido a nivel intelectual unos años antes, cuando Amancio de la nación qom me dio una lección sobre los verdaderos dueños de la tierra. Tras hablarme de estrellas y mandiocas, me dijo que cierta vez cuando era niño, su papá lo llevó al cementerio y le explico “acá está enterrado el abuelo, y el abuelo del abuelo, y tantos otros abuelos. Todos enterrados acá”. El padre de Amancio no agregó nada más sobre el tema. Sin embargo, con ese recuerdo de su infancia me hizo comprender sin decirlo explícitamente, que me estaba exhibiendo los títulos de propiedad comunitaria. Su padre se los había enseñado al mostrarle el lugar donde descansan sus ancestros.” Valko, allá por enero de 2017, decía: “quienes venimos transitando lo que tiene que ver con los pueblos originarios, hace tiempo advertimos que la situación se agrava cada vez más. Habrá sangre, cada vez más sangre si el Estado no comprende que en Argentina no todos bajamos de los barcos”.
También, el maestro y escritor Osvaldo Bayer se había referido a esa otra brutal represión que tuvo lugar a comienzo de este año: “Después de haber visto las imágenes de semejante brutalidad oficial ejercida contra la comunidad mapuche en Chubut, ya no resulta exagerado afirmar que se repite la historia, mientras van relanzando la Campaña del Desierto. Y no, no sobredimensiono mis palabras, para nada. De hecho, esta semana volvió a ejecutarse la misma política que aplicaba Julio Argentino Roca: la mentira y la represión más cruel sobre aquellos que consideran inferiores, aquellos que no consideran «argentinos», aquellos que no ostentan el “mérito» de vivir en las tierras que habitaron por siglos.”
La ONG Oxfam reveló un informe sobre la concentración de la tierra en América Latina. Los datos son demoledores: más de la mitad de la tierra productiva en la región está concentrada en el 1% de las explotaciones de mayor tamaño, según el análisis de los censos agropecuarios realizado por Oxfam. En otras palabras, el 1% de las fincas utiliza más tierra que el 99% restante. La competencia por la tierra y la concentración de poder en torno a ésta se han intensificado en los últimos años con la acelerada expansión del extractivismo, un modelo productivo basado en explotar los recursos naturales con el fin de producir grandes volúmenes de materias primas –recursos minerales, hidrocarburos, productos agroindustriales, ganaderos y forestales– fundamentalmente para el mercado global”.
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Pasaron ya quince días y Santiago continúa desaparecido. No está extraviado. Los testimonios de quienes sí lo vieron ese 1 de agosto afirman lo que la sociedad ya sabe: a Santiago lo desapareció la Gendarmería Nacional. Mientras tanto, en Capital Federal, el gobierno de la ciudad ordena lavar las paredes que hablan, que gritan, que reclaman aparición con vida.
No hay metáfora: toda una evidencia de lo que el gobierno nacional pretende ocultar.
Leer nota en enREDando: Factor Argento desaparecedor
Fuentes: Página 12 / Lavaca / Revista Cítrica