La plaza habla. Hablan ellas, sus pañuelos. Hablan las manos de las Madres y Abuelas. Hablamos cada vez que gritamos Juicio y Castigo. Que el único lugar posible para un genocida es la cárcel común. Que retroceder jamás, que rendirse nunca. Que la resistencia es también organización en la calles. Que el Pueblo habla en defensa de la Memoria, la Verdad y la Justicia
Por María Cruz Ciarniello / Fotos: Tomás Viú
[dropcap]L[/dropcap]as manos de las Madres son también las nuestras. Las de las Abuelas son nuestros bastones. Ellas hablan con todo su poder acumulado en lunares, arrugas, pecas, surcos y ternuras.
De ellas nos agarramos cada vez que intentan apagarnos la luz. Tiembla el mundo cuando el ataque a la Memoria es certero y punzante. Tiembla porque son sus manos las que mueven la tierra; las que plantan vida allí donde solo quieren implantar olvidos. Sus manos, las que acunaron a los hijos e hijas desaparecidos. Las que abrazan a un nieto o nieta cada vez que aparece.
Sus manos son tan universales como cada uno de los pañuelos que enarbolan la palabra Justicia en Argentina. Ningún 2×1 para genocidas podrá sepultar 40 años de lucha. Ni jueces cómplices ni un gobierno negacionista podrá hacerlo.
No podrán porque allí están las manos, las de todas ellas, poniéndole freno a la impunidad. Y porque hay un pueblo que no está dispuesto a tolerar a un solo genocida suelto. Quedó demostrado en un día que será histórico.
“A la justicia la construimos entre todos”, dicen los luchadorxs populares cada vez que el revés en los recintos de los Tribunales o en las más altas esferas del poder judicial, arrebata esperanzas. La enorme y contundente movilización de este 10 de mayo en las plazas del país, en repudio al reciente fallo de la Corte Suprema de Justicia que otorgó el beneficio de la ley del 2×1 para un condenado por delitos de lesa humanidad, demuestra que esa frase además de ser bandera, construye poder popular.
Sabemos muy bien que este fallo está directamente relacionado al camino elegido por el propio Gobierno Nacional, cuyos máximos referentes esgrimen el más burdo negacionismo del Terrorismo de Estado, poniendo en discusión la cifra víctimas, y pretendiendo reinstalar en nuestra sociedad un clima de miedo, inseguridad y persecución, como hace mucho tiempo no veíamos. Norma Vermeulen, Madre de Plaza 25 de Mayo Rosario, habla por todas las Madres: sus compañeras de ronda, de jueves, de lágrimas, de manos aferradas. El corazón de la plaza tiene un latido estremecedor; todos los alrededores colmados de hombres, mujeres, niñxs; banderas. Jóvenes, estudiantes. Músicxs, artistas populares. Vendedores ambulantes. Familias, bebés en brazos; perros callejeros; bombos y redoblantes. Tanta vida en un pañuelo gigante que nos envuelve. Tenemos bronca pero es esta foto; tan propia, tan nuestra, la que nos dá aire para avanzar, como esas huellas pintadas en baldosas frías que hablan de los pasos; que hablan. Solo hablan porque allí donde la historia se escribe con dolor; las palabras hablan.
María
“Este fallo es de un extremo impensado. Sin embargo, un amigo recordaba en la época del ballotage que había un volante que decía, “cuando dejen libres a los genocidas qué vamos a hacer” y hubo una discusión porque decían que eso no iba a pasar. Y sin embargo está pasando, y demuestra la gravedad de lo que ocurre. Y lo visible también. Hay otras gravedades que no están siendo visibles y tenemos que empezar a ponerle luz, cuestiones que tienen consecuencias muy extremas.”
¿Qué significa marchar? ¿Qué significa esta plaza colmada que se replica por mil en Plaza de Mayo?. María habla, y dice; y canta. Y también se aferra a su pin en forma de pañuelo blanco: “Es la potencia de encontrarse con otrxs. Somos muchos. Es la posibilidad de seguir transformando y recuperar lo que nos quieren quitar”.
Marcela
Ni olvido ni Perdón. Marcela habla con sus gestos. Su ceño fruncido demuestra el enojo, furioso, contra la Corte de la vergüeza. Marcela habla también a través de su pin. Así como el de María. Símbolos que se engarzan en los cuerpos y que allí están, casi siempre en el mismo lugar donde está el corazón. APDH dice el pin de Marcela. Ella integra el histórico organismo de Derechos Humanos. “Se siente bronca que se multiplica y se vuelve energía para poder seguir pidiendo y gritando mucho más fuerte cárcel comun y efectiva, y ningún genocida suelto. No los queremos caminando al lado nuestro. En este contexto político, y con este gobierno que es hijo de la dictadura, era el momento y el escenario propicio. Esta avanzada de alguna forma, era esperable”.
Marcela habla también sobre el escenario. Allí leyó el documento de la APDH. Con esa misma fuerza que minutos antes nos decía que esta plaza llena demuestra “lo vigente que está la lucha por nuestros 30 mil compañeros desaparecidos”. Y que “no estamos dispuestos a dejar que nos pisen la dignidad y la memoria”.
Sandra
A Sandra la emoción le brilla en los ojos. Es un día especial no solo por el amplio repudio a un fallo nefasto sino porque es éste el día, el primer día, en que Sandra lleva reposado en sus hombros el pañuelo de la querida Madre Herminia Severini.
La sonrisa se desliza cuando lo cuenta: por un instante, la plaza está en silencio. Sandra habla, habla a través de ese pañuelo poderoso que es la voz de Herminia: “Se te junta la indignación con la bronca, con el dolor, tantos años que costó y que quieran avasallar de ese modo, pero la decisión firme de que hay que estar y vamos a dar la batalla para que no avancen. Es un deber estar acá frente a este avance de la derecho. Tenemos que estar y eso también es alegría. Sentía el pañuelo de Herminia como una gran responsabilidad y un día la sobrina de Herminia me dijo que lo traiga, que me lo ponga al hombro. Y es verdad, el pañuelo de Herminia tenía que estar hoy acá, presente. Este no es su único pañuelo, no era el que usaba incluso habitualmente. Este es el que le dieron las Madres de la plaza 25 de Mayo. El otro es el que tiene su sobrina Gaby”.
Maria Luciana
Un chiste. Una broma de mal gusto. María Luciana no encontró palabras para describir la aberración jurídica del fallo de la Corte Suprema. Apenas se enteró creyó que se trataba de eso, de un mal chiste. Pero no. El fallo existe; existe también la bronca; existen las movilizaciones, existe el aguante. Ella sabe y mucho, de lo que eso significa. De salir a una plaza, de marchar hasta un Tribunal, de esperar una sentencia. Militante de siempre, María Luciana tiene a sus hijxs junto a ella; caminando, abrazando, escuchando. Y lo tiene también a Julio López. Sus palabras hablan por esa ausencia en democracia que tanto nos duele.
“Uno tiene como varias citas de honor, y esta es una de ellas. Es como las rondas de las Madres cada jueves, como ir a la puerta de los tribunales, tomarse un mate y ver si alguien necesita algo, escuchar, ver, acompañar. Es una cita donde una no puede no estar. Es un compromiso con los que están y con los que no están también”.
Facundo y La Poderosa
Tiene 23 años y una gorra. Una gorra de militancia; de color azul, de su movimiento. De su lugar de pertenencia política. Facundo tiene apenas 23 años y está en la plaza junto a muchxs otros compañerxs. ¿Desde donde habla? Habla por él, pero también habla por esa juventud politizada que en este día, vociferó, marchó, movilizó, cantó, hizo sonar cada bombo, cada trompeta, levantó banderas y agitó la esperanza:
“Nos tocó mucho tiempo salir y llenar las plazas con alegría, hoy nos toca llenarlas de lucha, en un contexto en el cual vemos que está todo cada vez peor. Y cómo jóvenes tenemos que saber estar”, dice Facundo.
Remeras rojas y una garganta que habla por los barrios; por muchos. Que habla por los pibes; que habla por la urbanización; que habla para hacer escuchar las voces que claman por el No a la Baja; que habla cuando grita porque el grito nunca es bastante. “Ellos vinieron a hacer esto: a retroceder. Hay que evitar que esto pase. Acá estamos defendiendo todo lo que se logró, y esto provoca mucha bronca. Si una no salió en la calle hace 4 o 5 años, este es el momento. Es un gobierno que viene a avasallar todo lo que se logró en democracia. Es el momento de salir y pelearla”, dice una joven que integra la organización La Poderosa que en Rosario, tiene su militancia barrial en Los Pumitas.
Rafael es militante universitario: “Entendemos que hay un avance de ciertas medidas totalmente reaccionarias por parte del gobierno y en este caso, de la Corte Suprema de Justicia. Hoy más que nunca tenemos que estar acá, porque se ve claro que es una estrategia de parte de los sectores que ahora llevan adelante una política de derechos humanos que nos hacen retroceder, una política económica que hace que haya cada vez más pobreza”. Contundente y claro, sus palabras hablan de un recorrido militante. En sus manos tiene una postal: “Las Malvinas son argentinas, los desaparecidos también”, señala.
El escenario que habla
Élida Luna, de Familiares habla con firmeza: es que su voz es la de una organización que salió en los tiempos más oscuros a exigir la aparición con vida. ¿Cómo no hablar en este día? “Salimos apenas un grupito de gente cuando nos daba miedo hasta pensar, salimos y seguimos adelante, y logramos la conciencia y estar todo juntos, esto nos pertenece a todos. Defendamos nuestra patria, nuestros principios. Tenemos todas las ansias, las fuerzas, la voluntad, el recuerdo, la memoria, tenemos todo bien levantado porque no es la primera vez que nos pasan cosas tremendas. Hemos sabido salir y recorrer las calles y reencontrarnos y seguir la lucha. Creemos desde Familiares que no nos tenemos que quedar con los brazos cruzados, enemos que conseguir millones de firmas para exigir el juicio político a esta Corte que no nos representa. Tenemos que demostrarle al gobierno el desprecio que sentimos, el mismo desprecio que ellos sienten por nosotros”, dice.
“Hoy es un día que marcamos la cancha. Demostramos que los juicios nos importan y que nos importa que no haya impunidad en este país. Vamos a pedir el juicio político a los tres ministros de la Corte que votaron ese fallo vergonzoso, aberrante, ilegar y profundamente injusto. Vamos a llegar a todas las instancias internacionales que tengamos que llegar. Hay recomendaciones de la ONU al gobierno argentino por lo que acaba de hacer la Corte. Creemos que Abruj debería renunciar porque fue el primer funcionario que habló a favor del fallo. Y exortamos a todos los jueces el país a la desobediencia debida a este fallo vergonzoso. No pueden liberar a los genocidas. Están prohibidos los indultos y las amnistías. Hay compromisos internacionales”. La que habla es la abogada Nadia Schujman de la agrupación Hijos Rosario y querellante en muchos juicios de lesa humanidad.
Del Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos, la voz que se escucha es la de Oscar Lupori. “Estos jueces han hecho una perversión jurídica. Expresemos toda la indignación pero también seamos conscientes de reaccionar frente a todo lo que queda tapado a través de esta jugarreta. Creo que el gobierno tiene mucho que ver. A este gobierno no le interesa nuestra lucha por los derechos humanos”. La voz de Lupori habla también por esos sectores vapuleados por las políticas económicas que ajustan sobre el cuerpo de los trabajadores, de los pibes excluídos. Habla por esa avanzada que este gobierno hace sobre quienes más vulnerados tienen sus derechos.
La plaza es un pañuelo. La foto que llega desde Buenos Aires muestra la panorámica de la resistencia. Miles de pañuelos en alto. Miles. No hay forma que ese indignante fallo avance contra la memoria, la verdad y la justicia. El Congreso de la Nación sancionó una ley para poner límite a su aplicación. El pueblo respondió de manera unánime.
Como a los nazis les va a pasar. No tendrán rincón donde esconderse. Y sino hay justicia, estarán los escraches. Sin olvidar que además de los responsables militares, hay un poder económico que fue partícipe del genocidio. Que gran parte de los intereses de esa élite hoy están representados por el gobierno nacional. Que las alertas anuncian y que a la bronca y a la rabia hay que organizarla cada vez más; con cada convocatoria. Que en Rosario habrá una nueva sentencia en un juicio de lesa humanidad: la causa Guerrieri III. Y que ojalá sea perpetua, cárcel común y efectiva: el único lugar posible para todos los genocidas.
1 comentario
Gracias, María Cruz…Yo solamente puedo hablar con fotos, vos llenás todo con las palabras necesarias…
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