El Miércoles 8 de Marzo del 2017, el Hogar Seguro Virgen de la Asunción, ubicado en San José Pinula, Guatemala, fue enlutado por el fallecimiento, hasta el momento de escribir este artículo, de 37 niñas, calcinadas, producto de un incendio que consumió sus cuerpos en un cuarto con cadenas y del cual aún se desconoce el origen.
Fuente: albatv.org / Foto: vicenews
Cerca de 35 niñas, se encuentran internadas con heridas de gravedad a causa del incendio. Niñas, niños y adolescentes vivían un infierno en este lugar, oculto al mundo hasta este 8 de marzo.
Desde el mes de noviembre del año 2016, habían denuncias sobre los malos tratos, las condiciones de hacinamiento, la mala alimentación y las violaciones sexuales sobre los y las jóvenes, que caracterizaban la cotidianidad en ese centro. Las autoridades judiciales gutemaltecas habían ordenaron el cierre del mismo, sin embargo, la medida no se ejecutó pese a la información de violación sistemática de derechos humanos; ¿por que siguió abierto?. Muchas interrogantes siguen sin respuesta, aunque la realidad sea inminente: desidia y desprecio. Un primer indicador de esto, destaca en que en este recinto permanecían 748 niños, niñas y adolescentes, siendo una institución con capacidad sólo para 400 personas, según la Secretaria de Bienestar Social de Guatemala, ente rector y administrador del centro. 240 de ellos y ellas, con discapacidades severas, sometidos a tratos vejatorios meyores.
Dicha institución, además tiene como objetivo garantizar el cumplimiento y la restitución de Derechos de la niñez y adolescencia a través de la ejecución de programas de prevención, protección y reinserción, según fija la legislación guatemalteca. Este objetivo, no fue alcanzado y esta tragedia, no fue evitada, pese a una demanda que rezaba desde noviembre de 2016 sobre la Secretaria, solicitando el cierre inmediato de estas instalaciones. De ser una casa de abrigo y protección, progresivamente se transformó el Hogar Seguro Virgen de la Asunción, en una cárcel de menores.
Responsable de las muertes: el estado de Guatemala, no el fuego
“El estado es responsable. Estaba en conocimiento de la saturación de espacio, y de cómo se resuelven los conflictos en estos centros de privación de libertad de los niños y niñas(…)”, declara el comunicado de la organización argentina, Pañuelos en Rebeldía, del pasado 10 de marzo.
El Gobierno de Guatemala, desde el Presidente República, Jimmy Morales, han brindado declaraciones impersonales del hecho, sin señalar medidas a tomar que den elementos de investigación certera sobre las causas, sus antecedentes, los y las responsables, ni mucho menos sobre propuestas de políticas públicas que transformen la situación de fondo: la desigualdad social y el atropello a los derechos de los sectores pobres del país que preside. Su discurso a la nación y al mundo, realizado después de 48 horas de iniciarse los hechos en el centro; y con una cifra de jóvenes calcinadas superior a 24, duró menos de 2 minutos. Sólo el decreto de 3 días de luto nacional, representó una medida de gobierno.
Previo al incendio, el 7 de marzo en la noche, se solicitó desde las instancias de gobierno a los órganos jurisdiccionales, que de inmediato se trasladara a los y las recluidas en el centro a otros centros de privación de libertad para evitar consecuencias mayores. Una fuga de más de 70 jóvenes se había suscitado horas antes; y su captura posterior, cual delincuentes, generó su encierro en un cuarto clausurado con cadenas. No fueron llevadas a los cuartos donde pernoctaban regularmente. Más bien un cuarto enrejado, con ellas sentadas en el suelo, reprimidas por la acción osada, a juicio de los cuerpos policiales, y con cadenas en las puertas, era el contexto previo al fuego. Es la última imagen que se tiene de ellas según registraron medios locales, como Canal Antigua de Guatemala, que logró recoger testimonios de algunas jóvenes horas antes de que iniciara el incendio. “Estamos cansadas de que nos toquen…de que nos violen”, decían algunas de ellas.
“El Gobierno de Guatemala lamenta que los órganos jurisdiccionales no atendieran esa petición en el momento oportuno”, dijo Morales. En entrevista para CNN, aceptó la responsabilidad de la Procuraduría General de la Nación, Procuraduría de los Derechos Humanos y del Organismo Judicial en estos hechos por no atender el caso, pero sin tomar o anunciar medidas al respecto.
Al ser consultado el presidente sobre si estaban con llave las jóvenes al momento del incendio, Morales respondió que “varios de ellos quedaban bajo llave”. Insistió, el presidente de Guatemala, en que se trata de una tragedia, pero que “los menores que se encontraban en dicho centro eran adolescentes en conflicto”, sugiriendo como responsables a quienes vivían esta tragedia, de su propia muerte.
Por su parte, las declaraciones del señor Carlos Roda, titular de la institución responsable, insiste en culpar a las y las jóvenes. Dice que eran, en el caso de las niñas, violentas, “tan violentas que sus padres no querían tenerlas”. Deshumanizando el hecho e implicando que son culpables de su desgracia y que él hizo todo lo que estaba en su poder, sin asumir su responsabilidad por la situación y los malos tratos del personal con los y las jóvenes. Denuncia la burocracia, para no asumir su negligencia.
Han transcurrido más de 72 horas, se conocen los antecedentes de maltrato, la denuncia de las jóvenes sobre los abusos, refrendado por testimonio de sus familiares y ningún funcionario o funcionaria, ha sido destituido o investigado por estos hechos. Sólo después de varios días de acceso a información de primera mano de los familiares de las jóvenes sobre los vejámenes, las fuertes críticas a sus declaraciones e incluso, indicios claros de trata de personas, el titular de la Secretaría de Bienestar Social, Carlos Rodas, le ha presentado la renuncia al presidente y él la aceptó.
Carente de un sentimiento de responsabilidad, mas bien demagógico y efectista, el Presidente Morales y su Vicepresidente, aseguran que apoyan a las familias de las víctimas en personal medico, traslado de cuerpos a sus lugares de origen y gastos de sepultura. Tal cosa, como reza el reportaje del medio www.nomada.gt, tampoco ha sido efectiva. Deja muchas interrogantes, mas que respuestas, las medidas del gobierno nacional.
Estos hechos, ponen en alto contraste, la crisis de un modelo político y social neoliberal con acusaciones recurrentes de corrupción económica y política. ¿Cuáles son las responsabilidades civiles, administrativas y penales del gobierno guatemalteco?, ¿cuándo se dará respuesta?, ¿quiénes son los responsables directos?, ¿hasta cuándo?, ¿dónde está la Corte Interamericana de Derechos Humanos?. 36 vidas sesgadas por la exclusión y la ignominia; y más de 600 sometidas al horror, ponen hoy en el centro, las políticas sociales de Guatemala y en reflejo, las de todos los países de la región.
Femicidio de estado: al grito de #NiUnaMenos, mujeres de América Latina y el Caribe piden justicia
El 8 de marzo, día en el que se movilizaron cientos de miles de mujeres en conmemoración del Día Internacional de la Mujer Trabajadora, con el Paro Internacional de Mujeres como iniciativa global contra el femicidio y la violencia contra las mujeres, se visibilizó y puso en el debate esta tragedia social al que son sometidas las mujeres: ser asesinadas por su condición de género. Lo ocurrido en Guatemala al calor de esta demanda, fue un ejemplo de esta tragedia social y pone, en la agenda mundial la necesidad de legislar y accionar en todas las direcciones para detenerlo.
De las adolescentes que fallecieron en el Hospital San Juan de Dios, “varias tenían quemaduras que llegaron al hueso”, contó Juan Antonio Villeda, director de ese hospital. Los movimientos sociales al enterarse de la situación, catalogan los hechos del Hogar Seguro Virgen de la Asunción, como femicidio estatal.
“El gobierno de Guatemala, el Estado, es responsable. No dio respuestas. No escuchó los gritos de dolor de las niñas. No escucha a sus familiares”. Así lo señala el comunicado de la organización argentina Pañuelos en Rebeldía, en convocatoria a diversas acciones en las embajadas de Guatemala en todos los países, para solicitar justicia por estos hechos.
Por parte de las organizaciones feministas y de mujeres a escala regional, así como diversos movimientos sociales, se han abocado a clamar justicia en esta tragedia. Por las niñas, por las cerca de 12 mujeres que son asesinadas a diario en toda la región, víctimas de los Estados patriarcales.
Al grito de #NiUnaMenos, #NoFueElFuego, #FueElEstado, se espera justicia.
PM-AG/AlbaTV