Mujeres privadas de la libertad en la Unidad 5 denunciaron condiciones inhumanas y maltratos dentro del penal. Desde la ONG Mujeres tras las rejas, quienes desde hace más de 10 años realizan talleres dentro de la unidad, emitieron un comunicado para exigirle al Estado que asuma «la responsabilidad frente a esta situación de vulnerabilidad de derechos y de violencia de género institucional que venimos denunciando hace diez años.» Difundimos.
Foto: Facebook ONG Mujeres tras las rejas
Una vez más, las mujeres privadas de su libertad de la Unidad 5 de Rosario, denuncian las condiciones inhumanas y los maltratos y abusos a los derechos humanos sufridos dentro de dicha institución.
Como ONG Mujeres Tras las Rejas nos hacemos eco de esta denuncia, entendiendo que las personas que se encuentran en institutos de detención sólo pierden el derecho a la libertad ambulatoria, a circular libremente. Es importante recordar que detrás de esos muros habitan seres humanos y que el Estado tiene la OBLIGACION de garantizar el acceso igualitario al conjunto de derechos humanos y necesidades básicas para el desarrollo de una vida digna.
Desde hace ya algún tiempo, nuestra sociedad se ha levantado en reclamo del cese de la violencia de género y los atropellos a libertades y garantías de la mujer. Teniendo en cuenta que es una temática que ha sabido ponerse en agenda a nivel provincial, entendemos que el hecho de que el Estado haga oídos sordos a este reclamo es una forma más violencia de género, con el agravante, de que es violencia de género institucional ejercida por el Estado.
Es de público conocimiento que a la hora de exigir o hacer reclamos de cualquier índole y en cualquier ámbito de la sociedad, la vía violenta siempre resulta tentadora por ser la de más rápida respuesta. Cabe destacar que las mujeres de la Unidad 5, cansadas de ser víctimas de todo tipo de abuso y reconociéndose a sí mismas como sujetos de derecho, apostaron al valor de palabra y su capacidad transformadora, lo cual demuestra un empoderamiento frente a un servicio penitenciario que hace, constante e históricamente, omisión ante sus reclamos y necesidades.
Exigimos al Estado asumir la responsabilidad frente a esta situación de vulnerabilidad de derechos y de violencia de género institucional que venimos denunciando hace diez años.
Compartimos a continuación el comunicado emitido el día 30 de Enero de 2017 por las mujeres privadas de su libertad en el Instituto de Recuperación de Mujeres N° 5 de la ciudad de Rosario, provincia de Santa Fe.
“Primero que nada hablo en representación de mis compañeras, estamos detenidas en el Instituto de Recuperación de la Mujer Nº 5 de Rosario. Nos dirigimos a ustedes para poder contar con su ayuda, ya que no tenemos otra manera de contar lo que está sucediendo o, mejor dicho, por lo que estamos pasando. Queremos una mejoría en nuestras vidas, por el tiempo que a cada una le falta para cumplir su condena, pero lamentablemente nos cuesta porque somos maltratadas por el servicio penitenciario, física, verbal y psicológicamente.
Están pasando muchas cosas que no salen a luz, quedan dentro de las paredes porque nadie nos escucha cuando hacemos nuestro descargo de lo que sucede, por ejemplo, que nos están dando alimento en muy mal estado, que la ración es muy poca, nos dan carne podrida, tenemos una heladera en el comedor para 18 internas, el techo del comedor se está cayendo. Además cada una de nosotras tiene un trabajo, que el peculio mínimo es de $500 al mes y el más alto es de $1900, trabajamos de lunes a lunes y a las tres faltas nos despiden.
Todo esto lo hablamos con la directora Susana Romano, pero ella nunca tiene una solución. Le preguntamos que por qué las empleadas nos pegaban y nos contestó que si querían pegarnos, lo podían hacer, pero si nosotras respondíamos a su agresión nos mandaban a Santa Fe, o un poco más lejos. Nosotras pensamos y creemos que están abusando de su autoridad.
Es necesario que también se sepa que se encuentran alojados cinco menores de muy mediana edad, conviviendo de la misma manera que las mismas internas del lugar, siendo que no cuentan con la atención médica y los alimentos correspondientes para ellos y tienen restringido hasta los pañales de la unidad. Es una desorganización para estos pequeños que se encuentran en el lugar.
Pedimos y exigimos nuevamente ser escuchadas, ya que en este lugar cuando tienen ganas de escucharnos no es para algo bueno, es porque nos quieren dar medicación psiquiátrica. Ahora nos preguntamos ¿Éste lugar es un lugar de recuperación o qué es?
Además quiero agregar el mal estado de la unidad: cañerías tapadas, insectos como alacranes, cucarachas, etc. Maltrato en ingreso de visitas, desorganización para la higiene (con los mismos guantes que se revisa a la visita tocan los alimentos que nuestra familia nos trae). Estamos siendo abusadas con los precios de cantina, tenemos un aumento de casi un 50% de lo que está en la calle y muchas cosas más que nadie las sabe más que nosotras.
Pedimos más que nada ser escuchadas y pedir que baje cada defensora de cada interna o un juez responsable para que nos escuche y nos de solución alguna, creo que es lo justo y necesario como personas que somos.
Agregamos que hay dos menores en resguardo, porque en pieza de madres no hay cupo. También hay chicas saliendo con transitorias y las mismas empleadas buscan su reacción para que las mismas pierdan su beneficio. Son demasiadas las cosas malas que están sucediendo en este lugar, y en este momento dejamos todo en sus manos para que sea de nuestra ayuda.
Saludan atentamente, todas las internas de la U5 Planta Baja”.