Y…, es raro. Sin un nombre no se es y con muchos tampoco. Pero cuando existen, son signos. Y además aquel pecado original, y las fallas para organizar el olvido. Son signos. Signos para revisar el pasado o no darle bola. Sobre todo eso, para desaprovechar otra forma de entrarle al presente: choritos linchados, rabia con los robos, con el cruel asesinato de algún pibe burgués. Pero muy poquito, casi nada con la carnicería de la droga y con la policía en las villas. Claro, qué tiene que ver, me dirá, con lo otro. Con que la ciudad creció cuando a Rosas lo cagaron a palos y liberaron el río al comercio, pero se tapa que creció mucho más con el genocidio paraguayo, y la futura Plaza López vomitando filas interminables de carretas cargadas con vitualla y munición y procesiones de mulas y caballadas por el Camino Real. Porque fuimos eso: el próspero y único almacén y el polvorín de argentinos, brasileños y uruguayos para carnear al Paraguay y abrirlo al libre comercio inglés. Y terminar de aprovechar el río. O aprovecharse los de afuera, y sus socios de aquí que hoy nos fumigan, nos matonean, nos siguen hipotecando. Pero, querido amigo, ¿sabe qué?, sea para recordar o para mirar el presente, conviene cortarla con tanto avestruceo.
Por Héctor Cepol
Imagen: Joan Miró (Tapiz de Tarragona)
1 apodos
todas
visten un apodo
varios a veces
pero hay una
que los viste todos
propios, aclimatados
o de esos medio espectrales
que cierran la garganta
la Chicago, la fenicia,
capital del tráfico de niños…
son 214 apodos
acuñados en tres siglos
que yo, auditor en virtud
del amor-odio más puro
confronté hasta la semana pasada
incluyendo aquel de parakultural en los 80
porque los porteños creyeron ver uno
de un millón de espectadores
o cuna del Che que no existe a pesar
de la efigie tolerada por la transa turística
(fuera del segundo anillo de bulevares
y el Che mirando al costado)
y pese al mural de Carpani
alquitranado cada tanto
y ciudad del Che tan difícil de escuchar
como es pegarle una pelotuda placa
en su casa natal
…ciudad modelo, ciudad más segura del mundo, ciudad donde nunca
pasa nada, capital de la droga, de la tortura, del robo de medicamentos, del
mercado negro del medicamento, ciudad gótica, ciudad Blade Runner,
ciudad de los niños, capital de los derechos del niño, de la moto, del peronismo…
en los 90 una ola de suicidios adolescentes
sacudió a Villa Gobernador Gálvez en el Gran Rosario
vibraba en el aire que la capital de los apodos
era ahora la capital nacional
del suicidio adolescente
pero no se acuñó, nadie lo dijo
claro, no se jode con el cagazo absoluto
¿o el nombre no es arquetipo de la cosa?
pero el apodo llegó
en ese terror de pronunciarlo
y después el Pocho
y las puertas del narcoinfierno
y la parca adolescente que avanzó
y hoy que ya decimos más sueltos
soldaditos y bunkers
y Narcópolis
y algunos
a linchar/a linchar
¿qué mierda pasó?
…Ciudad de Dios, capital de los homicidios, la segunda…
o la tercera
como corre en todos lados
menos acá, un día de estos
habrá que oficializar
esta lista mía
de lo que suena
o anda en silencio
o medio olvidado
o no existe
(como Charo o Chayo que le dicen a las Rosario
¿o no es hermoso?)
y publicarlo y colgarlo en la web
y que nos pique la curiosidad
por nosotros mismos
ante el asombro de la nación
por esa especie
de mataburros 1
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1 –¡Ja, que nadie tiene 214 sobrenombres…? A ver, anote…