Continúa el conflicto en la gráfica AGR, tras la ocupación por parte de sus trabajadores luego de que la patronal decidiera cerrar la empresa. La fábrica está ubicada en Pompeya y, además de la permanencia de los obreros, sus esposas e hijos desarrollaron un acampe en la puerta junto a organizaciones y sindicatos.
Por Agustina Salinas para La Retaguardia.
La Retaguardia visitó la planta y dialogó con Diego Miranda, integrante de la Comisión Gremial Interna (lista Naranja) y con Alejandra Costilla, compañera de Facundo Costilla. Además te dejamos un informe fotográfico.
«Estamos acá desde que la empresa nos dio pautas como para pensar que se venían con algo importante pero nunca pensamos que la planta iba a cerrar, a lo sumo esperábamos algunos telegramas de despido. Nosotros ya le habíamos planteado a la empresa que si había algún despido íbamos a hacer un paro por tiempo indeterminado pero no pensamos que iba a cerrar AGR. Un monstruo como es. Venimos el día lunes después de una vigilia de 48 horas, había grupos de los tres turnos, todos estábamos preocupados por este tema porque la empresa empezó a desviar trabajos como la Revista Viva, la Revista Rumbo, Genios, Jardín, Ser Padres, Susana. Aparte de ser una empresa del grupo Clarín hacemos trabajos de otras empresas. Al ver todo esto, nos preparábamos para algo así», explicó Miranda sobre el tiempo previo al lock out. «El lunes llegó el primer turno a las cinco y media y ya había un despliegue policial, las persianas nunca se abrieron, los empleados de AGR vimos un cartel que decía que la empresa cerraba sus puertas y estábamos todos despedidos. Nos dejaron dos teléfonos celulares por nuestra indemnización. Esperamos que lleguen la mayoría de los compañeros, hicimos una asamblea, se resolvió permanecer y aguantar hasta que la empresa venga y nos dé explicaciones. Estamos acá. No es una toma, nosotros nos presentamos en nuestros puestos de trabajo, la empresa hizo un lock out. Nosotros vinimos y la empresa se retiró», denunció el trabajador.
La represión
Miranda explicó el comienzo del ataque policial: «Ayer teníamos una audiencia en el Ministerio con la empresa y el sindicato. Cuando estaban en la mitad de la reunión, la Policía Federal empezó a reprimir a nuestras mujeres e hijos porque cuando fuimos al Ministerio quedaron ellas. Tiraron gas pimienta y la policía se apostó en las rejas y tiró balas de goma hacia nosotros. Nosotros pensamos que ellos hicieron esto como para que nosotros reaccionemos y salgamos. Aguantamos, nos comimos toda la bronca que teníamos», declaró. Sobre la solidaridad, contó: «Después de eso tuvimos una solidaridad de todo partido político, comisiones internas, al rededor de 70 comisiones internas, diputados nacionales como Altamira, Del Caño, Patricio Del Corro. Ayer vino Hebe de Bonafini. Tuvo mucha difusión a través de las redes sociales a pesar de no estar en los medios masivos. Estamos tranquilos por la difusión que tuvo esto porque pensábamos que no sería así, estamos hablando de Clarín, un multimedio que maneja prácticamente todos los medios. También en el día de ayer el sindicato se presentó, hablaron con nosotros, dijeron que iban a estar a disposición, programaron un paro general de 24 horas para el día de mañana. Estamos esperando a que mañana se concrete el paro y el viernes se va a hacer un festival», agregó.
Alejandra Costilla, la compañera de Facundo Costilla, relató la represión del lado de afuera de las rejas: «Ayer estábamos tranquilas, compartiendo con la familia, había una reunión en el Ministerio para ver si se hacía la conciliación obligatoria. Quedamos pocos, casi todas éramos mujeres. Estábamos tomando mate, charlando con nuestros esposos en el portón. Siempre hubo policías presentes, pero llegó una camión con vallas. Empezaron a bajar, miramos qué pasaba. Se escucharon gritos, un tiro, la policía empezó a empujar a mujeres y niños que estaban en el portón. Nos pisaron y apretaron. Empezaron a balear a los chicos que estaban en el portón, balas de goma y gases lacrimógenos. No teníamos nada con qué defendernos. Había mujeres embarazadas en el suelo. A una chica del Polo Obrero que estaba cocinando le tiraron la olla encima. El miedo que teníamos era que entraran a la fábrica y los sacaran afuera», expresó.
La producción
La tercerización de las impresiones es a lugares clandestinos donde los compañeros trabajan más de doce horas, están por debajo del convenio, no se respeta el convenio. Nosotros sabemos cuáles son las empresas, hoy fueron compañeros que están fuera de la planta a hacer una volanteada, hablar con la gente, sabemos que son más de treinta los talleres, porque un monstruo como este tiene una barbaridad de impresiones. Con el desvío de trabajo que había, nosotros trabajábamos de lunes a viernes, las 24 horas del día.
Además, definieron a la represión como un punto de inflexión: «Terminó y nosotras volvimos, nos quedamos acá firmes y nos vamos a ir con el trabajo de ellos. La comisión de mujeres fue una idea de ellos. Cuando vimos todo esto hicimos un video y lo hicimos circular porque éramos poquitas. Ya hoy vinieron más. Con la ayuda de la lista Naranja hicimos una reunión y mañana haremos otra con los líderes de las otras listas que nos acompañan. El viernes vamos a hacer una peña, el domingo una mateada para toda la familia a las cuatro de la tarde. También vamos a hacer una carta contando nuestra historia, repartirla entre los vecinos. Todos los que tengan algo que vengan acá, pongan su carpa y nos coordinamos acá. Los compañeros consiguieron una de las mejores prepagas y ahora algunos tienen hijos con leucemia, compañeros diabéticos que necesitan tratamiento, un compañero se cortó y en la clínica no lo quisieron atender», denunciaron sobre la cobertura social.