Este sábado 17 de diciembre, se realizará en Barrio Ludueña de Rosario, un encuentro que reunirá a más de un centenar de jóvenes que participan de diversas instituciones de la zona. Habrá talleres, música, marcha y una gran cena compartida. El objetivo, seguir construyendo subjetividad colectiva para “construir un hormiguero amplio”.
Por Sofía Alberti (Comunicación CTA)
[dropcap]H[/dropcap]ace tres meses, la Comunidad Sagrada Familia, el Club Montaldo, Padre Misericordioso, el Bodegón Casa de Pocho, los Artistas de Ludueña y Movimiento Juvenil Salesiano, vienen desarrollando espacios de debate y articulación. “Nos juntamos para charlar de la realidad del barrio, viendo como avanzaba el aparato represivo. Nos quedamos con la importancia de generar algo propositivo que tenía que ver con la vida, ir construyendo y empoderando a los jóvenes, generar un espacio amplio de construcción con los pibes organizados en Ludueña”, explicó Erica Pereyra, militante del Bodegón y la CTA Autónoma.
Como resultado, salió la iniciativa de realizar este encuentro de jóvenes que iniciará el sábado 17 de diciembre desde las 9.00 horas en escuela Padre Montaldo, de Humberto Primo 2401. Allí se hará un desayuno y presentación de la jornada de intercambio. Durante todo el día habrá talleres en la sede de las organizaciones convocantes. El de “afectividad y vínculos”; “poner el cuerpo en lo que hacemos”, murga, música popular, entre otras serán las temáticas sobre en las que navegarán más de cien pibes y pibas.
Aproximadamente a las 19.30 horas se realizará una marcha por el barrio, que pasará por las comunidades a pura música. La idea es reflejar “las herramientas que cada espacio puede aportar a la lucha” para ir construyendo “un hormiguero amplio”. Justamente, la jornada está atravesada por los 15 años que se cumplen de la rebelión y masacre del 19 y 20 de diciembre de 2001. Hechos en los que un gran organizador de la juventud como Claudio ‘Pocho’ Lepratti fue asesinado.
“El trabajo de hormiga es invisible, pasito a pasito, codo a codo, donde nos vamos transformando con el otro a medida que nos vamos encontrando”, definió Érica. Para la joven “el barrio, es nuestro barro, ese piso que se puede moldear, transformar, amasar. Vive muere y renace todo el tiempo la tierra. Es parte de la multiplicación del Pocho”.
Consultada sobre la acuciante situación en materia social que se vive en estos momentos, analizó que “es importante pensar el desafío de la unidad real con horizontes claros y desde el amor. Lo que está en juego es el trabajo de hormiga. El Encuentro de jóvenes busca aportar a la construcción de subjetividades colectivas que nos permitan pensarlo desde un piso distinto”.