El compromiso social y político del ex sacerdote Santiago Mac Guire, preso y torturado durante la última dictadura cívico militar, es contada en un rap y documental por un grupo de jóvenes del barrio Las Flores. Integran el Programa Jóvenes y Memoria del Museo de la Memoria y viajarán a Chapadmalal para presentar el trabajo que realizaron durante todo este año. El 12 de diciembre lo harán junto a otros colectivos de pibes de barrios populares en el balneario La Florida. Hablan de su barrio rescatando la memoria de quién defendió los derechos de los más humildes.
Por María Cruz Ciarniello
-Investiguen sobre unos curas
Bastó esta frase para que un grupo de pibes del barrio Las Flores decidiera dar vuelta el timón de su proyecto de investigación que con entusiasmo iniciaron a comienzo de este año. La sugerencia fue del profesor de historia de la escuela Nª 447, Eduardo Matuc, a quien habían entrevistado, en principio, para hablar acerca de la última dictadura cívico militar y los saqueos del año 2001.
Pero la historia cambió. Esos curas empezaron a tomar cuerpo a medida que los chicos preguntaban, indagaban, investigaban. Un nombre fue el que resonó con fuerza para que el proyecto inicial definitivamente adquiriera un nuevo sentido.
Santiago Mac Guire. ¿Quién es? ¿Qué hacía? Develar esos retazos perdidos de una historia silenciada fue la tarea que emprendieron los pibes que participan del Programa Jóvenes y Memoria que depende del Departamento de Articulación Territorial del Museo de la Memoria y que surge en el marco del proyecto iniciado por la Comisión Provincial por la Memoria de La Plata.
-Es un cura que ayudaba a los pobres, – dice Jeremías. – Gracias a él está la Escuela Itatí, la capilla, el centro de salud,- enumera con orgullo.
En Barrio Las Flores, las necesidades de los vecinos son innumerables. Como en todos los barrios olvidados de la ciudad, las políticas de inclusión se cuentan con los dedos de una mano. El Centro de Convivencia Barrial Las Flores Este se ubica sobre calle España a la altura del 6700, entre las calles Caña de Ambar y El Ceibo. Allí funcionó el antiguo Supercoop, uno de los supermercados saqueados en el año 1989 según data en el sitio web de la Municipalidad. A pocos metros se encuentra el Centro de Salud Pocho Lepratti y en un extremo limita la Avenida Circunvalación. A más 20 minutos del centro la historia viva del barrio de la zona sur de Rosario se escribe en sus paredones pintados y veredas ensanchadas. En los nombres de sus calles e incluso, en sus límites. En el desarraigo de cientos de familias que llegaron de otros barrios aledaños en 1978, forzados de la peor manera a migrar de su tierra por la dictadura militar, con el objeto de llevar adelante la construcción de la circunvalación en el marco del Mundial de Fúbtol. El proceso de relocalización fue clave en la construcción de una identidad con fuertes rasgos heterogéneos que tiene Las Flores. Un barrio que crece y se expande y que también escribe esa historia en las ausencias de pibes jóvenes que ya no están y en la memoria fuego de aquel diciembre de 2001, post década del 90.
En Las Flores fue donde la policía asesinó a balazos a Claudio Pocho Lepratti mientras le pedía a gritos, desde el techo de la escuela Mariano Serrano, que no tiraran porque allí había pibes comiendo. Transcurría diciembre de 2001. La garganta de Pocho, incendiada a tiros, se convirtió en una bicicleta alada que recorre los tantísimos recovecos de los barrios donde cada día, militantes sociales intentan sembrar otros futuros.
Y las Flores es tierra sembrada. De un lado y del otro.
Jóvenes de 17 y 18 años decidieron hacer un documental sobre la vida de Santiago Mac Guire. Y no sólo eso. También compusieron un rap donde además de destacar todo lo que hizo Santiago por el barrio, por su barrio, también hablan de Zitelli. De Eugenio Zitelli, ex capellán de la policía en tiempos de dictadura y actualmente procesado e investigado por la justicia federal en causas de delitos de lesa humanidad.
-Empezamos a investigar sobre la dictadura y los saqueos del 2001. Y los vecinos siempre nos decían lo mismo pero nunca hablaban de esto,- cuenta Jeremías.
Las palabras de Matuc, entonces, se transformaron en disparadores. Punzaron en la curiosidad de una decena de jóvenes que dos veces por semana desde hace dos años se reúnen en el CCB de Las Flores Este para compartir un juego de ping pong o una ronda de charlas. Este año la propuesta del programa Jóvenes y Memoria que depende del Museo de la Memoria, los convocó a investigar sobre su barrio; el lugar donde crecen, estudian, juegan y también pelean contra los estigmas. Hacer un video para compartir junto a otros colectivos de otros barrios de Rosario como Belgrano, Ludueña, Tablada, Tiro Suizo, Vía Honda y junto a tantos otros de todo el país. En eso se funda el Programa: construir vínculos, identidad y memoria desde el presente y desde las realidades que atraviesan los barrios y sus jóvenes. Este 2016, los ejes de investigación se enmarcaron en el aniversario 40 del Golpe de Estado.
Territorio de preguntas
Las Flores se convirtió en un territorio de nuevas preguntas. La historia de Santiago Mac Guire es emblemática: fue un cura dedicado a los más humildes y en el Bajo Saladillo, barrio relocalizado en las Flores, desplegó todo su compromiso político, social y cristiano. “En la Escuela Itatí la biblioteca lleva su nombre pero no todos saben quién es”, dicen los chicos. “Queremos que todos conozca quién fue Santiago Mac Guire”, aporta Jeremías, con apenas 18 años. Este 5 y 6 de diciembre, el Programa Jóvenes y Memoria reunirá a una gran parte de jóvenes de colectivos de todo el país en el Encuentro de fin de año en Chapadmalal. Y la emoción los invade. Porque de Las Flores viajaran hasta las orillas del mar para dar cuenta del laburo que hicieron durante todo este año. Del mismo modo lo harán el próximo 12 de diciembre en el Balneario la Florida, en Rosario. Por eso ultiman detalles y editan los últimos arreglos del documental.
En este video, aparecen testimonios fundamentales: “Hablamos con uno de los hijos de Santiago, Lucas Mac Guire y con la abogada, Gabriela Durruty”, dicen. “Nos surgió la idea de hacer una canción, un rap. Fue un poco contar su historia, estábamos por hacer un mural primero, pero a casi todos nos gusta el rap, y contamos su historia, todo lo que hizo por el barrio. Y lo hicimos todos juntos un día”, explica Miguel. “Destacamos su esfuerzo y es una historia triste, Él estuvo 6 años preso, fue torturado, hablamos del encuentro que tuvo con Zitelli, él le preguntaba como está y Santiago le dice, cómo querés que esté.”
Simple, sin vueltas. Así hablan los chicos de Las Flores. En pocas palabras traducen el sentido político de una militancia social que tuvieron algunos curas durante la década del 70 así como también, la complicidad y el rol clave que ejercieron tantos otros en los crímenes perpetrados por la dictadura cívico militar. En Santiago Mac Guire y Eugenio Zitelli puede resumirse ese contraste. Y en el rap que los chicos cantan y escriben está la huella de la memoria sembrada.
“Teníamos pensado hacer el video sobre la relocalización del barrio Las Flores, sobre el 2001 y 2016, pero como era muy largo, lo centramos todo en Santiago. Su figura fue muy importante. Queremos que su historia sea conocida, es un superhéroe sin capa. Queremos que la gente sepa quién era y qué hizo. Nosotros decidimos como grupo seguir adelante, porque es nuestra historia, la de nuestro barrio”.
El sentido de pertenencia que los chicos tienen de Las Flores también los lleva a repudiar aquellos estigmas instalados en la sociedad. El barrio marcado por las balas y la droga como único sello de identidad. En Las Flores pasan cosas, muchas. Se edita una revista que escriben los pibes, se encuentran para jugar y compartir charlas, sacan fotos, bailan y también producen historia y construyen memoria. Investigan sobre su escuela, sobre quiénes fueron aquellos militantes que pisaron el barro mucho antes que ellos.
Escuchar a Jeremías, por ejemplo, decir que este 2016 se parece y mucho a esos años neoliberales de los 90 es dimensionar el trabajo territorial que se viene haciendo en modo hormiga. Porque de eso se trata: una de las paredes del CCB de las Flores Este está empapelada con afiches sobre 1978. Pero también hablan del 2001 y viven con preocupación el presente que les toca.
Algunos de los chicos concurren a la Escuela Itati ubicada en Flor de Nácar al 7000. Una institución que anteriormente se encontraba en el Bajo Saladillo, en medio de la nada. “La escuela se inundaba y ellos iban en bote”, dicen los pibes. “Ellos tenian que caminar como 15 cuadras pero iban igual porque había gente esperanzada en ellos y Santiago Mac Guire siempre los apoyaba. Era una persona ejemplar”. La entrevista con la primera portera que tuvo la escuela y con quienes conocieron a Santiago, fue clave para conocer más sobre la vida de este sacerdote y su relación con los orígenes del barrio. Así los chicos se enteraron de cómo fue secuestrado en el año 1978 cuando se trasladaba en bicicleta junto a su hijo Lucas, hoy un joven militante comprometido con los derechos de los pibes de los barrios populares e integrante de la Asociación Miguel Bru.
También supieron de ese compromiso inmenso que lo recuerda con emoción en la Escuela Itatí, la que él mismo fundó, donde una foto suya cuelga de una de las paredes junto al Padre Mugica y Claudio Lepratti. En una reciente nota publicada en el Diario La Capital, una de las docentes de aquellos años y actualmente representante legal de la institución, Beatriz Silva, recuerda: «Fue coherente, vivió entre los pobres y estaba con los tercermundistas, por eso fue perseguido».
Santiago Mac Guire vivió ocho años en el Bajo Saladillo y pasó 6, desde 1978, preso en distintas cárceles del país. Fue secuestrado y detenido por la dictadura cívico militar. Sufrió la tortura y la persecución. Antes, en 1971, había estado detenido junto a otros tres curas tercermundistas y liberado meses después. Para ese entonces, Santiago ya no era más sacerdote. Falleció en el año 2001 y en este presente, sus hijos encabezan una lucha en busca de justicia.
Resignificar su historia en boca de los más pibes permite avizorar otro horizonte. Porque son ellos, con 17 y 18 años, quienes reescriben la memoria. Caminan el barrio, sus calles y esquinas, pisando las huellas que otros dejaron, entre ellos, esos curas sobre los que decidieron indagar. El video está a punto de ser presentado ante muchos otros jóvenes. También lo hará la música, el hip hop que compusieron entre todos. Y la imagen de Santiago será la que atraviese esas miradas de tantos pibes encontrándose con las historias que cada grupo quiso contar.
Ezequías, Jeremías, Miguel, Agustín, Lucila, Andrés, Alexis y Milagros confiesan que escuchar a otras personas que conocieron y compartieron vida con Santiago los impacta. Para ellos, la figura de Mac Guire es casi como la de un superhéroe. Sin capa, dicen, y de carne y hueso.
2 comentario
el museo de la memoria…. desmelenado y en la calle…
El padre santiago cuando estaba en berabevu,tenia mucha relacion con mi familia,casa de mi abuela yo era chica,hasta el dia de hoy conservamos fotos de el ,mi hermana lo llamaba tio raul,o casualidad el dia q fallece yo estaba en rosario urquiza y verA mujica pasa un cortejo funebre leo santiago mac. Guirre
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