El diario Tiempo Argentino fue recuperado por sus trabajadores luego de un vaciamiento patronal y hoy es la cooperativa de medios más grande del país. En el marco de una charla titulada “Los medios alternativos en tiempo de crisis”, dos trabajadores del diario visitaron la ciudad y charlaron con enREDando. Jonathan Raed y Esteban Schoj cuentan que luego del lockout empresario sufrieron un ataque que intentó acallarlos. Respondieron con un grito, recibieron la visita de Cristina Fernández en la redacción y Mauricio Macri los llamó “usurpadores”. El 24 de marzo imprimieron treinta mil ejemplares y salieron a venderlos a la calle. Se multiplicaron las tareas dentro y fuera de la redacción y la lucha fue mutando. Ante cualquier duda aseguran que “lo charlarán en asamblea”.
Por Tomás Viú
Foto: Nadim Abraham (Sin Cerco)
– Algunas cooperativas nacen y otras se hacen.
Esteban- Exacto. Nosotros nos hicimos y en el camino nos encontramos con que somos la cooperativa de prensa más grande de la Argentina con un alcance mucho más allá de las fronteras de la provincia de Buenos Aires. Hoy en papel llegamos solamente a Capital federal, Gran Buenos Aires y La Plata, pero nos lee gente de Tierra del Fuego y de Jujuy. Eso nos impone una gran responsabilidad, tiene que salir bien como sea. Encontramos que la forma de hacernos autosustentables y que encima nos da independencia a la hora de escribir, es ser bancados por los lectores.
– La charla se titula “Los medios alternativos en tiempo de crisis”. ¿Alternativo a qué?
Jonathan- Nosotros pensamos que no somos un medio alternativo. Tiempo Argentino es un medio bien tradicional. Lo que sí es alternativa es la formación empresarial que tenemos ahora por el hecho de ser una cooperativa. Somos una cooperativa de ciento veinticinco personas. Si no me equivoco somos la cooperativa de medios más grande del país. Es mucho para una cooperativa.
– Hoy están imprimiendo el semanario…
J- Ahora hacemos un diario que sale impreso todos los domingos. Además tenemos una web (www.tiempoar.com.ar) que antes se actualizaba una vez por semana y que hoy estamos actualizando diariamente.
– ¿Cómo es parir una cooperativa?
J- Nos hicimos a los golpes. Todo es parte de un proceso. La Cooperativa se armó el 19 de abril. El último salario lo cobramos el 4 de diciembre. Ya a partir de no haber cobrado el aguinaldo, para nosotros empezó un período de lucha para bancar el vaciamiento. Fue un lockout patronal hecho y derecho.
– ¿Qué finalidad le atribuyen al lockout?
J- El dueño especuló con que no iba a recibir la misma cantidad de pauta oficial que recibía antes. Creo que la decisión de irse la tomó el mismo día en que Macri le ganó el ballotage a Scioli. Dejamos de cobrar y el dueño desapareció. Entre diciembre y enero sacamos sesenta números sin cobrar un mango. Nos enfrentamos a esa situación y comenzamos un período de lucha que incluyó organizar muchísimas cosas para recaudar fondos, donaciones y visibilizar el conflicto. Hemos hecho un Festival en el Parque Centenario donde hubo casi veinte mil personas. Ahí nos dimos cuenta que como grupo teníamos una capacidad de organización importante.
– ¿El vaciamiento implicó que se llevaran las herramientas de trabajo?
J- Todo lo que es maquinaria, computadoras y demás quedó en el lugar. El tipo dijo ´hagan lo que quieran´. No le importaba nada, se fue y listo. Hicimos permanencia en el edificio y conseguimos que el Ministerio de Trabajo nos deje a cargo de las herramientas. Sacábamos un boletín web en el cual íbamos contando los pasos del conflicto. Con el fondo de lucha que habíamos generado a partir de las donaciones, decidimos hacer una edición especial de 16 páginas para la marcha del 24 de marzo. Hicimos treinta mil ejemplares y los vendimos todos. El 24 de marzo fue el día clave porque nos dimos cuenta que había un público que quería leer el diario. Teníamos un capital que debíamos aprovechar. La respuesta fue brutal. A las cuatro de la tarde nos sacaban el diario de la mano como si estuviésemos vendiendo helado.
E- Ese día nos dimos cuenta que había gente que nos estaba esperando. El diario salía veinte pesos y nos ha pasado que nos dieran cien pidiéndonos con un abrazo que no aflojáramos. Juntamos en la Plaza de Mayo un millón de pesos. No era el canillita que le entregaba el diario a un lector sino que era el tipo que había escrito la nota y que de repente se encontraba en la calle gritando Tiempo Argentino. Yo esa noche no pude dormir.
– La impresión de 30 mil ejemplares el 24 de marzo fue una cuestión simbólica…
J- Sí, exactamente. Es un diario que ha estado identificado con difundir, mostrar y concientizar mucho con respecto a lo ocurrido en la década del setenta. Es el diario que destapó la investigación de Papel Prensa. Pensamos que ese día era clave y tuvimos una respuesta muy por encima de las expectativas. Ahí decidimos constituirnos en cooperativa. Con la plata que teníamos pensamos en asegurar tres o cuatro impresiones de un diario semanal y jugarnos a ver qué pasaba. La respuesta que hemos tenido de esa venta semanal en los puestos de diarios fue impresionante.
– Ustedes tenían las herramientas y la dinámica de trabajo. Pero tenían que invertir el mayor recurso y el más valioso que es el tiempo.
J- Claro. Estaban las máquinas y la gente. Y teníamos la plata para asegurar una cierta cantidad de ejemplares. En algún punto teníamos todo. ´Hagámoslo´. Por votación unánime en asamblea nos constituimos en cooperativa.
– ¿Cuántos trabajadores eran y cuántos quedaron?
J- Éramos doscientos trabajadores y quedamos ciento veinticinco. Había distintas realidades. Estar seis meses sin cobrar no es para cualquiera. Hubo compañeros que se querían quedar a bancar la cooperativa pero tenían cuatro pibes y tenían que mantenerlos.
E- También había compañeros que eran pareja dentro del propio diario. Por lo tanto los dos ingresos se vieron afectados. Nos quedamos más del sesenta por ciento.
– ¿Cómo es la dinámica diaria de laburo?
J- Todos hacemos todo. Jugamos de delanteros y de defensores. Si terminaste de escribir tu nota de economía, andá a barrer el patio o a limpiar el baño.
E- Hubo un reacomodamiento en la mentalidad del laburante que para nosotros fue muy fuerte. De limitarnos pura y exclusivamente a hacer nuestro laburo pasamos a ampliar ese espectro de trabajo para que la rueda funcione. No fue difícil pero hay que adaptarse. Implica sacrificio, más tiempo y algunos momentos de mierda. Siempre ha habido discusiones y ahora están mucho más intensificadas. De hecho nos debemos algunos debates.
J- Creo que tenemos la suerte de habernos encontrado en un grupo humano extraordinario. La lucha contra el lockout previo a la cooperativa nos dio esa unión de grupo.
E- Hubo un refuerzo de las relaciones humanas dentro del diario y yo creo que fue clave para que esto hoy funcione y tenga un asidero. Nosotros nos estuvimos preparando para esto durante seis años. Sabíamos quién era Sergio Szpolski y lo que podía pasar ante un cambio de signo político. Tiempo Argentino nació en 2010 y el primer mes se votó una comisión interna. Siempre hubo conciencia de los trabajadores. En el año 2012 se dio un salto de calidad muy grande con la primera movilización después de mucho tiempo por el Día del periodista. Hubo dos mil quinientas personas en el obelisco. Y el año pasado se conformó el Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA). Nosotros nos fuimos preparando gremialmente para esto.
– Las cooperativas en Argentina nos llevan al 2001 y a las experiencias de las empresas recuperadas. ¿Ven a la crisis como posibilidad?
E- Sí, yo creo que sí. De todas formas no tendría que ser siempre de esa manera. El ataque del 4 de julio se nos ha vuelto un boomerang a favor porque hemos tomado visibilidad. Se solidarizó un montón de gente, aumentó la venta del diario, fue Cristina Fernández a la redacción y el Presidente habló de nosotros. Nos dijo usurpadores pero habló de nosotros. De alguna manera este tipo de crisis te fortalece. Nosotros tenemos que tener la inteligencia de transformarlo en algo positivo. Es una frase hecha pero es así, lo que no te mata te fortalece.
La lucha de Tiempo Argentino desde que empezó el vaciamiento hasta la fecha ha mutado en un montón de facetas. Primero fue el no pago de los taxis para ir a hacer las notas, la caída de los aportes previsionales, la no cobertura de las pre-pagas, el no pago del aguinaldo, después de los sueldos y la discontinuidad del diario. De repente un tipo dijo ´no se imprime más´. Todas esas cosas hicieron que la lucha siga pero que fuera cambiando. No significa que se cierra un camino cuando se abre otro. Nosotros armamos la cooperativa pero el reclamo judicial sigue. Nos hemos adaptado a los cambios que nos fue planteando el esquema.
J- Hemos recibido el apoyo de muchos colegas de distintos medios que de alguna manera nos toman como una especie de quijotes.
– Claro, pero el Quijote luchaba contra molinos de viento. Acá los molinos son de carne y hueso.
J- Sí, pero encarar esto que es impensado, un medio de prensa de más de cien personas formado como cooperativa después de un lockout patronal, es raro. No pasa muy seguido.
E- Cuando decidimos formarnos como cooperativa invitamos a un montón de trabajadores del sector para que nos den su opinión y nos cuenten sus experiencias. Nos encontramos con que hay publicaciones de medios en todo el país, pero muy chicas, con quince o veinte compañeros. Nosotros venimos de un vaciamiento patronal y encontramos en la cooperativización un camino que no era el primero que habíamos pensado.
– ¿Es posible hacer periodismo independiente? ¿Independiente de qué?
E- Por supuesto. Independiente de los grupos económicos y de los gobiernos. En la cuarta o quinta edición de Tiempo Argentino sacamos una editorial que se llamó “Quién nos banca”. Ahí dejamos muy en claro que son nuestros lectores los que nos sostienen. Vamos a pelear por la pauta publicitaria oficial porque es un derecho y nos corresponde y vamos a buscar pauta privada, pero la mayor parte del ingreso que hoy tiene Tiempo Argentino lo aportan los socios y los suscriptores. Hemos abierto la suscripción en dos categorías: suscriptor simple y socio. El socio paga un poco más y tiene otros beneficios como descuentos en charlas, sorteos, entradas para espectáculos y anticipos en la web. Es la única manera que tenemos de ser realmente independientes.
– La línea editorial, ¿se define en asamblea?
E- No. Más allá de la conformación como cooperativa, respetamos el esquema de funcionamiento de un diario pero lo transformamos en un periódico semanal. Tenemos la figura de redactor, sub-editor, editor, secretario de redacción y director del diario. Son las mismas figuras que teníamos cuando funcionábamos como una empresa.
J- Eso fue votado por asamblea.
E- Nuestro principal objetivo hoy es que el diario se asiente y que sea una voz que no se apague. Queremos seguir contando nuestra verdad, haciendo periodismo. Más adelante lo vamos a debatir. Hoy funcionamos con las jerarquías que había anteriormente con la diferencia de que hoy el director del diario y el encargado de maestranza cobran exactamente lo mismo. Creemos que es necesario que en algún momento el director cobre más que el redactor porque tiene otras responsabilidades y está bien que así sea.
J- Igual lo charlaremos en asamblea.
– Hay que reinventarse todos los días…
J- Todo es nuevo, son todos desafíos. No hay un modelo a seguir; será lo que creemos nosotros.
E- Se trata de pensar en cómo transformar esto en algo que nos gratifique profesional y emocionalmente. Uno elige el periodismo porque le gusta contar historias y dar testimonio de la realidad. Por eso cuando vimos que había un montón de lectores que querían leer Tiempo Argentino dijimos ´hagamos un diario´.
– ¿Qué regulación tienen las cooperativas de medios gráficos?
E- Tenemos que regularnos en el marco de la Ley de Fomento a las Cooperativas. La Ley de medios históricamente nos dejó afuera, pero tenemos que hacernos cargo del rol como comunicadores para poder transmitir y militar una ley de medios o alguna legislación que venga a reemplazarla.
J- En relación con el cooperativismo tenemos diez mil debates que darnos y diez mil asambleas en las cuales arrancarnos los pelos, pero lo importante es crecer de esa manera, discutiendo entre nosotros. No es que si te pinta hacer una nota vas y la hacés. El diario es tuyo pero también es de otras ciento veinticuatro personas.
– ¿En qué situación está la investigación iniciada a partir del ataque que sufrieron el 4 de julio?
E- El caso pasó del fuero de la ciudad de Buenos Aires al fuero Federal porque según la jueza Correa lo del 4 de julio fue un ataque contra la libertad de expresión. Esto se desprende del testimonio del cerrajero que actuó esa noche contratado por la patota. Él dijo que abrió las puertas de Tiempo Argentino tras la autorización de efectivos de la Policía Federal. La policía estaba en el lugar antes de que llegáramos nosotros y antes de que los llamáramos para avisar que nos estaban usurpando. Estuvieron para dar el ok y que se abra la puerta.
J- Para que abran la puerta y para que cambien la cerradura.
E- Las imágenes son elocuentes. Los patoteros, con Juan Carlos Blander y con Martínez Rojas a la cabeza, escudados por la Policía Federal metiéndose en el patrullero. Y los policías pegándole a nuestros compañeros. No hubo inacción; hubo una clara acción policial en favor de una patota.
– Después ustedes tuvieron que reconstruir el cableado que rompieron con el ataque…
J- Nosotros queríamos sacar una edición lo antes posible para contar lo que había pasado y no esperar hasta el domingo. Teníamos un solo encargado de sistema y con una sola persona no íbamos a poder armar todo el cableado, los servidores y demás. Cayó un vecino con dos compañeros de trabajo que eran técnicos en sistema y se ofrecieron a dar una mano. Se pasaron toda una tarde trabajando y en tiempo record lo terminaron. Al otro día sacamos la edición de emergencia.
E- Respondimos al intento de censura con libertad de expresión. Nos intentaron callar y al día siguiente sacamos un diario a la calle.
Multiplicar las trincheras
La charla debate en la que participaron los trabajadores de Tiempo Argentino fue organizada por el Centro Cultural Nómade y el Centro de Estudiantes de la Facultad de Ciencias Políticas. En la actividad, moderada por la periodista Laura Hintze, también estuvieron presentes algunas experiencias rosarinas de comunicación autogestiva. Manolo Robles, presidente de la Cooperativa La Masa, se remontó a los inicios: “Conocíamos la experiencia de trabajadores de prensa y comunicación de otros lugares del país que ya estaban organizados como cooperativas. Además, algunos de nosotros teníamos vínculo con el Movimiento de Empresas Recuperadas. Esos fueron los factores que nos llevaron a elegir esta forma de organización”. Manolo planteó que “tenemos que estar juntos porque nuestra idea es disputar la agenda mediática”.
Florencia Mainardi, de la agencia Sin Cerco, dijo que no pretenden responder a la agenda de los grandes medios. “Queremos gestionar nuestra agenda”, y agregó: “Lo mejor es organizarse y buscar trincheras pero saliendo hacia afuera. Lo importante es que todos salgamos a las calles”.
Como representante del Sindicato de Prensa Rosario estuvo presente Juan Pablo Sarkissián. “Siempre en la práctica periodística hay un lugar para poder decir algo, aún en los lugares más insólitos como Clarín. Es un multimedio pero adentro hay un montón de compañeros comprometidos con su condición de trabajadores que defienden el derecho a la información”, dijo Juan Pablo, y cerró: “El presente es de lucha y de resistencia brutal pero no tengan dudas de que el futuro es absolutamente nuestro”.