En México el gobierno intenta imponer una reforma educativa que avanza contra los intereses de la educación pública, las comunidades campesinas e indígenas. El movimiento magisterial se manifiesta en contra. El gobierno reprime y hay muertos y desaparecidos. En Rosario, como en otros lugares del país y el continente, organizaciones sociales, políticas y sindicales repudian la represión y apoyan la lucha del magisterio.
Por Martín Stoianovich
Ciudad de Nochixtlán, estado de Oaxaca, México. Ante la reforma educativa que quiere imponer el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, el movimiento magisterial salió, una vez más, a las calles para exigir que se retroceda con esta medida considerando que “excluye, desmantela y privatiza las conquistas de las comunidades y los pueblos”. Como respuesta, y también una vez más, el gobierno mexicano reprimió las movilizaciones. El saldo en Nochixtlán es de al menos doce muertos y se cuentan otros asesinatos en distintas regiones, entre los que hay un periodista. También hay desaparecidos. Se apunta a la policía federal. Masivas movilizaciones en el Distrito Federal vuelven a copar las calles para exigir el cese de la represión y el retroceso de una reforma que, justamente, retrocede contra las bases de la educación pública.
Los movimientos sociales ya se pronunciaron en apoyo a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE). Esta coordinadora se define como “una organización de masas conformada por los trabajadores de la educación del país, independientemente de la burguesía y su estado, del charrismo sindical y de cualquier organismo política, es decir, no es propiedad de nadie más que de los propios trabajadores de la educación”. El charrismo en México es la burocracia sindical en Argentina, los sectores que arreglan con el poder a pesar de ir contra los intereses de los trabajadores que dicen representar.
El gobierno reconoció a la CNTE como un interlocutor válido en el diálogo por la reforma y ahora el reclamo de esta coordinadora debe ser tenido en cuenta. Por eso el pronunciamiento de las organizaciones sociales, campesinas, indígenas y estudiantiles en apoyo a la CNTE y en contra de la represión y la reforma es una base sólida y necesaria para que se visibilice en el resto del país la ferocidad del gobierno nacional. Así lo expresan:
– “Demandamos que cese la violencia y se abra paso a una solución de las justas demandas del magisterio, ante la represión y acoso al movimiento magisterial y social que recorre todo el país.
La brutalidad del Estado mexicano ha cobrado muchas vidas, y una vez más en Nochixtlán, Oaxaca, el manto de represión y muerte nos impulsa a salir a las calles para gritar ¡Ya basta! Ni una persona muerta, ni una lesionada, ni una detenida arbitrariamente más en nuestra dolida patria”
– “Construir una plataforma democrática y profesional para elaborar una verdadera reforma educativa y soberana que fortalezca la educación pública y gratuita, y respete los derechos laborales del magisterio, y en la que participen los maestros y maestras de todo el país.
Detener la criminalización que inhibe y castiga la protesta social, y mediática y judicialmente condena las manifestaciones de protesta, violentando las libertades democráticas y otros derechos humanos, y privatizando las calles y las plazas públicas”.
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Ciudad de Rosario, provincia de Santa Fe, Argentina. Organizaciones políticas, sociales y sindicales se reúnen en la plaza Pringles para manifestar el apoyo a la lucha magisterial y el repudio a la represión impulsada por el gobierno mexicano. No importa la masividad, sino comprender que se trata de una misma lógica neoliberal que avanza y baja al resto del continente. Argentina no está exenta de políticas privatistas y precarizadoras. Su educación pública también tambalea. Argentina tampoco está exenta de la represión estatal.
“Manifestamos la solidaridad internacional, el apoyo a la vida y la clase trabajadora. En México hay crimen de Estado, criminalización a la clase trabajadora y privatización de la educación en puerta a través de la reforma”, dice Iván Torres, docente mexicano e integrante de la organización Rosario con Ayotzinapa. Y considera necesario globalizar el análisis del conflicto y la construcción de la resistencia: “Es una tendencia latinoamericana. México, como Colombia y Chile, es un laboratorio del neoliberalismo. Cundo se aplica algo ahí se replica en otros países. Con la fuerte avanzada de la derecha institucionalizada, y Macri con sus gestos benévolos a la Alianza del Pacífico (bloque comercial integrado por Chile, Colombia, México y Perú, con 49 países observadores en el resto del mundo entre los que se encuentra Argentina) es posible que en un futuro se den cosas similares si no se pueden frenar, porque ya se dio un primer indicio bajando el presupuesto de la educación pública”.
En la misma línea se pronuncia Gustavo Teres, secretario general del sindicato docente Amsafé. “Vienen por una reforma educativa totalmente agresiva. Intentan abrir una línea de intervención que avance hacia la mercantilización y privatización del sistema educativo y fundamentalmente a la precarización laboral”, analiza. Y agrega: “Es la histórica lucha de los sectores que defendemos los intereses populares, en este caso la educación pública. Es la línea que acá intentó penetrar a través de la Ley Federal (1993), la línea de educación superior heredada del menemismo, la misma de aquellos que pretenden convertir a la educación en un bien que se compra y se vende en el mercado”.
La represión también es sistemática y sistémica. Es la herramienta con la que los gobiernos protegen sus intereses económicos y políticos. “Es parte de la barbarie de un Estado mexicano en descomposición, prácticamente copado por el narcotráfico y entregado a los grandes grupos económicos”, considera Teres. “Cuando las rebeliones se transforman en hechos de masa, los Estados autoriarios responden con violencia y agresión. Aparece la barbarie, lo vimos en Ayotzinapa y con esta represión antidemocrática, persecución a dirigentes sindicales y periodistas”, suma.
Iván Torres apunta a lo mismo y analiza otro aspecto de la avanzada represiva: la naturalización de la misma por parte de la sociedad. “Se busca consenso social a partir de la criminalización de la protesta, calificando como vándalos a quienes se manifiestan para que la sociedad legitime. Es una consecuencia del neoliberalismo, naturalizar la violencia como algo necesario”. Asimismo, rescato la importancia de que los actos de apoyo en el resto del continente al movimiento magisterial y contra la represión crezcan para poder hacer ruido incluso hacia el propio pueblo mexicano. “Mucha gente sabe que hay muerte y represión pero piensa que si se moviliza les puede pasar algo. Hay miedo. Nosotros hacemos esto para hacer ver que estas cosas no se permiten en ninguna parte del mundo, y que la gente de México pueda animarse, porque a veces uno no se da cuenta de lo que está pasando en casa hasta que ve que en otro lado se está denunciando”, agrega.
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