En la sede de Ate Rosario se presentó el informe de investigación “Mortalidad materna, abortos y cesáreas: tres interpelaciones demoradas”, a cargo del Área de Salud del Instituto de Estudios sobre Estado y Participación (IDEPSALUD) de la Asociación de Trabajadores del Estado. Se trata de un informe elaborado por trabajadores y trabajadoras del campo de salud que en este caso, interpelan acerca de la alta tasa de mortalidad materna que tiene nuestro país y su vinculación con los abortos y las césareas. «No hay informe sobre este tema que no coincida que: podrían ser muchas menos la cantidad de muertes; desde hace mucho tiempo son las mismas causas que las producen (muchas de ellas evitables); y no tienen el mismo riesgo las mujeres pobres que las que no lo son», sostienen sus autores.
Por María Cruz Ciarniello
¿Qué relación tiene la mortalidad materna con los abortos y las cesáreas? ¿Cuáles son las tasas que tiene Argentina y qué políticas públicas hacen falta para reducirla?
Cuando hablamos de mortalidad materna nos referimos a aquella que afecta a mujeres en relación con la gestación, parto o postparto (también llamado puerperio). La llamada tasa de mortalidad materna expresa la cantidad de mujeres muertas en relación con el embarazo cada 10 mil o 100 mil nacidos vivo en el mismo año y lugar.
Interpelaciones demoradas es entonces, el nombre del Informe de Investigación que presentó el área de salud del Instituto de Estudios sobre Estado y Participación de la Asociación de Trabajadores del Estado. Un trabajo escrito por trabajadorxs que interpelan y aportan elementos para abrir debates sobre temas centrales que hacen a la salud sociosanitaria de nuestro país.
En este caso, el informe hace foco en un debate silenciado. “Desde hace mucho tiempo son las mismas causas que las producen (muchas de ellas evitables) y no tienen el mismo riesgo las mujeres pobres que las que no lo son”, sostiene Daniel Godoy, coordinador general del Instituto.
Mario Borini, Luis Migueles y Ana Borini, redactaron, trabajaron, investigaron sobre esta relación nada casual. El aborto y la cesárea comparten similitudes. Dan cuenta de una violencia institucional y patriarcal que se ejerce sobre un único cuerpo: el de la mujer.
El informe plantea interrogantes para avanzar en la interpelación de aquello de lo que poco se habla. Por un lado, las cesáreas que alcanzan en muchísimos efectores de salud, casi un 80 % cuando la Organización Mundial de la Salud establece que no deberían superar el 15%. Por el otro, el aborto, que en nuestro país sigue siendo clandestino, pesando sobre las mujeres la criminalización de una decisión autónoma: la de decidir sobre nuestros propios cuerpos.Y si además, la mujer que decide interrumpir su embarazo es pobre, la violación de derechos y del ejercicio de su propia voluntad se traduce, en un alto porcentaje, en una muerte clandestina y negada.
¿Qué dice el informe?. Algunas conclusiones:
– La mortalidad materna en Argentina sigue siendo alta en comparación con otros indicadores de salud. En las últimas décadas mantuvo una tasa cercana a las 40 muertes por cada 100 mil nacidos vivos, pero la tasa sería aún mayor debido a un importante subregistro.
– La desigualdad entre las diversas regiones del país revela una inequidad estructural que es más grave en el norte argentino y que también se extiende a la región de Cuyo.
– El aborto es la causa específica más frecuente de las muertes maternas, cuya proporción en el 2013 alcanzó el 22%. Ahora bien, los datos son insuficientes, concuerdan los investigadores. “Las muertes por aborto serían aún más, teniendo en cuenta que las muertes maternas por sepsis podrían haber sido desencadenadas por abortos no registrados” Si bien no hay datos certificados, la presunción firme es que los abortos que terminan en muerte materna son generalmente clandestinos y afectan fundamentalmente a mujeres jóvenes y pobres. Sin embargo, el informe también aclara el impacto de muertes maternas por aborto es «parcial». «Si fuera posible eliminar totalmente la mortalidad materna por aborto, la de mortalidad se reduciría de 32 a 26 por 100 mil, una tasa que sigue siendo 6 veces mayor a la de los países que han logrado las tasas más bajas».
– ¿Qué sucede con la legislación comparada?. En 59 países el aborto está legalizado con sus respectivas especificaciones, entre ellos, Uruguay, Estados Unidos, Rusia, Francia, Holanda y Cuba. En Uruguay, por ejemplo, las estadísticas oficiales informan que desde la sanción de la ley, el aborto se redujo hasta una tasa anual de 9 cada 1000 mujeres de edades comprendidas entre 15 y 45 año.
– Por otro lado, la investigación arroja que un 56% de las maternidades públicas no cumplen con las Condiciones Obstétricas y Neonatales Esenciales definidas por la OMS. “Esto es más grave si se considera que el Estado subsidia a Obras Sociales y Prepagos privados con fondos que resta a sus propios servicios”, subrayan los autores.
– Si se tiene en cuenta que casi el 100% de los partos están institucionalizados en Argentina, la alta tasa de mortalidad materna exige revisar las condiciones de la atención institucional e incluso, a reconsiderar una atención domiciliaria que, en condiciones ideales, puede ser más segura para los partos de bajo riesgo. Otros países, con un 60% de partos en domicilio, tienen una tasa de mortalidad materna muy inferior a la de Argentina.
– Con respecto a la cesárea, el informe es más que contundente en alertar sobre sus consecuencias post-parto. Entre los 11 procedimientos más cuestionados, la Organización Mundial de la Salud incluye la sobreindicación de cesáreas y maniobras instrumentales. En algunas clínicas privadas del país se supera en 4 a 8 veces la proporción de 10% de cesáreas. “La cesárea es un ejemplo de cómo el sector salud se empecina en generar un riesgo por sí mismo”, sostienen los investigadores. En números: si la recomendación es de un 10% de cesáreas en el total de partos, los 750 mil partos de Argentina requerirán unas 75 mil cesáreas, pero hay 225 mil. Es decir, deberían evitarse unas 150 mil cesáreas.
Por otra parte, la mortalidad materna causada por la cesárea está invisibilizada. “Se conocen cuántos son los partos institucionalizados pero no cuántas mujeres tienen el parto por cesárea. “He aquí un ejemplo del desvío que generan los indicadores del sistema de salud: hay un conteo de los partosinstitucionales que, como vimos, no aseguran la salud, pero no hay un estudio de la mala praxis que en muchos casos los caracteriza”, describe el informe. En los certificados de defunción, las cesáreas no están registradas como causal de la muerte materna.
De acuerdo a lo que establece la cartilla “Interpelaciones demoradas”, un estudio realizado en 8 países de América Latina con un 33% de cesáreas sobre el total de partos, y con un 51% de cesáreas en los partos del sector privado, concluyó algo que no surge directamente de las estadísticas: a mayor número de cesáreas, mayores perjuicios para la salud de la madre y el niño. Otros estudios a su vez, revelan que el 21% de las cesáreas se complican y que el riesgo por cesárea se estima que es 3,2 veces mayor que el del parto vaginal. Sin embargo, más allá de las investigaciones y la contundencia de sus conclusiones, el sistema de salud sigue apelando a la cesárea como una práctica naturalizada.
¿Quiénes ganan con esta recurrencia de intervención médica? Sobre esto también se explaya el informe: lo que ganan los profesionales es tiempo. Pero por otra parte, son los sanatorios privados los grandes beneficiados. Facturan el doble que por un parto vaginal: más medicamentos, más gastos sanatoriales, gastos quirúrgicos, anestésicos, insumos, etc.
La investigación también señala la relación entre la inequidad y el aumento de la tasa de mortalidad materna. “La gran mayoría de las complicaciones del embarazo, del aborto provocado, del parto, del puerperio y sus desenlaces en muertes maternas, provienen de las áreas más desfavorecidas”. El sistema de salud no ofrece respuestas para los sectores más vulnerables y las que brinda no son de calidad para quienes más necesitan de una presencia activa del Estado en materia de atención socio-sanitaria.
enREDando dialogó con el doctor Mario Borini, uno de los autores de este informe: “Estamos 6,7,8 veces con una tasa de mortalidad materna superior a los países centrales. Es inaceptable y a la vez fácil de modificar. Hay una inacción muy grave de los organismos públicos y un desarrollo muy importante de todo el sistema de atención en pro de la cesárea, que ha crecido de forma alarmante y con una influencia sobre la población muy importante en el sistema de salud, logrando que la misma población a través de los pedidos que formulan quieran que el embarazo termine en una cesárea. Hay también un problema económico muy serio, las cesáreas están contabilizadas en el costo de los partos y terminan sobrevalorados”, señaló el especialista.
Lo que el informe pretende, entre otros propósitos, es mostrar también la incidencia que pueden tener las cesáreas en las tasas de mortalidad materna. Consecuencias graves que nos son denunciadas ni visibilizadas en el sistema de salud. “En los certificados de defunción no surge que se pueda colocar el embarazo con relación a la cesárea. El sistema ha invisibilizado la presencia de la cesárea que ya nos parece muy importante en las consecuencias que puede tener en la mortalidad materna”, apunta Borini. “Las muertes vinculadas a cesáreas son más de 100 por año, es decir, un tercio de las mujeres que mueren. La cesárea se está dando con una frecuencia que en los lugares privados puede ser de hasta el 80%, lo cual es una verdadera calamidad. Y en los lugares públicos, que deberían tener una cifra más cercana a lo que técnicamente se expresa, igual está elevada, en un 20 o 30% de los partos, que también es inaceptable”.
A la hora de pensar en políticas públicas que el Estado podría impulsar, Borini es claro:”Acá hay una inacción de hace muchos años. Frente a todas las cosas que se pueden hacer, algunas de muy fácil realización, el Estado no emprende ninguna de ellas. Se podría, por ejemplo, tener la proporción de cesáreas por partos en todos los establecimientos y eso podría ser un motivo para que los Estados acrediten o no según su proporciones de cesáreas, es evidente que cuando esa proporción supere cierto rango, no deberían ser acreditados. Eso sería muy importante incluso para que la población lo conozca.”
Con respecto al aborto como causal de mortalidad materna, Borini aclara que “es la primera causa tomada individualmente. Pero también está subregistrado el total del conjunto de las causas de la mortalidad materna”.
Marta Galante, directora del Departamento de Género de Ate Nacional, acompañó a Borini en la presentación de dicho informe. En diálogo con enREDando, señaló: “creemos que hacia dentro de nuestro sindicato nos falta todavía discutir por qué es necesario pelear para que los abortos se hagan en los lugares públicos con la seguridad que corresponde porque tenemos estadísticas que dicen que se mueren mas de 30 mujeres por año por abortos clandestinos. Debe ser una política de Estado tomada por nuestro Sindicado. Y hoy vinimos a ponerlo en discusión para ver cómo podemos seguir avanzando para que estas cosas no sigan sucediendo”. También se refirió a la cesárea como una intervención abusiva. “No es lo mismo tener un parto respetado siguiendo la naturaleza del mismo, donde a veces tenemos mas de 20 horas ante la comercialización y donde es mucho mas rápido tener una cesárea sin tener en cuenta las consecuencias que eso pueda tener.” En este sentido, la investigación «habla de cifras concretas y reales con un estudio taxativo provincia por provincia donde podemos dar cuenta de todo lo que estamos diciendo”.
Marta fue quien escribió el prólogo de la cartilla de investigación. Allí suscribe: “No alcanza con sólo acceder al aborto no punible. No alcanza si no se ejecutan políticas serias y eficaces para prevenir el embarazo adolescente, los sistemas anticonceptivos para la prevención de esos embarazos, los partos respetado, las condiciones dignas en las salas de partos al momento de parir, las cesáreas innecesarias solo para el lucro de profesionales inescrupulosos.”. Por ello, el aporte de la investigación al debate y a la profundización del conocimiento y acceso a la información, es fundamental. “Sin dudas nos facilitará producir debates serio y respetuosos sobre este tema y otros. Saber que en nuestro país todos los días mujeres pobres se mueren por causas evitables, como trabajadores y trabajadoras debemos hacer el esfuerzo de revertir”.