Esta es la historia de Patricia Norma Andrés, quien con sus 77 años, es la voz de la radio más artesanal que seamos capaces de imaginar: Radio Uno de Perez. Lleva 60 años haciendo radio.Ella habla, opera y musicaliza el programa que a diario emite desde el garage de su casa.
Por Laura Andrés
La primera vez que habló frente a un micrófono tenía sólo 17 años. Era el 13 de marzo de 1956 y su voz amplificada sonó a través de dos parlantes instalados en la Sociedad Italiana de Pérez, por entonces un pueblo vecino a Rosario.
Nunca más se detuvo. Patricia Norma Andrés tiene 77 años y lleva 60 haciendo radio.“60 otoños y un sueño cumplido”, dice esta mujer que inventó su propio aire.
Si la radio es imaginación, Radio Uno Pérez es la radio más artesanal que seamos capaces de imaginar. Un murmullo en el aire que desafía -y se ríe- de este tiempo, una radio de película hecha, literalmente, a mano.
La Emisora
Un equipo a válvulas con fecha 1958, un micrófono, una consola y un reproductor doble cassettera ocupan la mitad de la mesa de trabajo. La otra mitad son pilas y pilas y pilas de cassettes TDK grabados. Las cajas escritas a mano que alcanzo a leer van desde Sandro a Vilma Palma pasando por Los Cinco Latinos a “Leo Mati..” -supongo se trata de Leo Matiolli-, “Compilados 2012” y “Saludos de Navidad”, entre muchísimos otros. Hay además una cantidad enorme de papeles con anotaciones.
Con eso y un amor infinito Patricia hace su radio. “Se llama Radio Uno Pérez, le puse así porque fue la primera”, me explica.
Ella habla, opera y musicaliza el programa que a diario emite desde el garage de su casa, ubicada en la esquina de Av. San Martín y Morelli, Pérez. “Soy locu-operadora”, dice al pasar Patricia, la mujer orquesta.
No hay teléfono para salir al aire ni computadora donde reproducir música. Como buena mujer de radio, primero es oyente. Aún mantiene la costumbre de pasearse de una punta a otra del dial investigando qué suena ahí afuera. Después explica su procedimiento: “Le pido los temas que quiero a una chica que me ayuda, ella trae las canciones en un CD y yo las grabo en cassette para poder pasarlas en mi radio”.
Una sobrina le trajo hace un tiempo una tablet que está aprendiendo a usar y no oculta el asombro que le provoca mirar por primera vez el ancho mar audiovisual de Youtube. “Es una maravilla para buscar música y estar actualizada”, comenta y le brillan los ojos.
En la pared del estudio hay un tablerito que me llama la atención, parece una llave de luz grande con varias perillas. Cada una tiene su etiqueta: Centro, Barrio, General.
Radio Uno Pérez se transmite por un sistema de circuito cerrado, similar a la música funcional de los ’80, pero en este caso con programación. Unas cuantas líneas de cable unen la emisora -o sea el garage de Patricia- con cientos de parlantes distribuidos en el barrio. Muchos están ubicados en la cocina o el comedor de algunos vecinos, otros en locales y comercios. “Son mi familia radial”, dice de sus oyentes y cuenta que más de uno frente a una mudanza, no dudó en llamarla para trasladar también el parlante.
Patricia hace su programa de lunes a viernes por la mañana y la tarde. Brinda información de servicios, lee pensamientos y textos que escribe. También anuncia los números de la quiniela, publicidades, avisos fúnebres, llamados solidarios y por supuesto, pone música.
Su historia
Patricia Norma Andrés, la menor de tres hermanos, nació en 1939 en Peréz. “Hice hasta sexto grado en la Escuela Pública Nº 856”, dice. Con sólo 17 años le tocó leer en voz alta frente a un auditorio. Nadie podía suponer que esa chica iba a convertirse en La Voz del pueblo. Mucho menos que iba a inventar una radio de película que transmite desde su casa, hasta el día de hoy.
En 1958 cuando se celebró el 72º aniversario del pueblo tuvo lugar la Primera Exposición Industrial y Comercial. Patricia estuvo allí y fue la voz de festejo. Las fotos blanco y negro de aquella feria se ven más o menos así: imaginen un capítulo de la serie Mad Men, situado en Pérez, Argentina, años ’50. Ahora cambien las marcas que intentaban instalar los creativos publicitarios neoyorquinos por productos y electrodomésticos de industria nacional: heladeras Siam, ventiladores, máquinas de coser y hasta un lava ropa con secado ¡a manija!. El aparato parece una pastalinda gigante con dos rodillos para estrujar la ropa y quitar el agua.
Aquel año quedó grabado a fuego en la historia personal de Patricia, pero también en la memoria colectiva de este “pedacito de Argentina”, como le gusta llamar a Pérez. Por primera vez sonó “La Propaladora”, una red de 15 bocinas ubicadas en distintos puntos del pueblo que amplificaban sus locuciones.
Cuando se oían los primeros acordes de “Trompetas Azules” de Harry James, la voz inconfundible de Patricia anunciaba el programa: “Corporación Publicitaria Primera y Única en el Aire para Pérez y su gente”.
Más tarde, con la democracia llegó Radio Uno Pérez, su radio, una emisora por cable con altavoces propios que forman parte del mobiliario y la intimidad de algunos hogares y comercios de la zona, desde el `83 hasta hoy.
La esquina
En este mismo punto del mapa de Pérez, Don ¨Manolo¨ Andrés de la Fuente, el padre de Patricia, llevó adelante un lugar emblemático para cualquier pueblo: el almacén de ramos generales.
Décadas después, a fines de los ’60, en esa misma ochava funcionó la primera disquería de la zona. Muchos todavía recuerdan el local que sacó dos enormes parlantes a la vereda para hacer sonar “canciones modernas”. ¿Su nombre? PATRICIA DISCOS.
“Era la esquina del sonido”, recuerda a los 77 años la gran emprendedora de la familia Andrés. Ella viajaba en tren a Rosario, bajaba en la Estación Rosario Central y caminaba por calle Corrientes hasta la disquería Tal Cual donde buscaba discos para llevarlos a Pérez.
En el libro El Trampolín,el escritor Jorge Luis Pintus cuenta que muchos llegaban al negocio pidiendo alguna canción que sonaba en las confiterías de Rosario y que, con sólo tararear el tema, Patricia los orientaba.
Mucho más acá en el tiempo Federico nos confirma la historia. Él tiene casi 40 y vivió parte de su niñez en Pérez en los años`80. Un día llegó al mostrador de Patricia Discos en busca del tema que pasaban en la radio. No conocía el autor, ni el nombre de la canción pero tomó coraje y cantó: luna de mieeel, luuuna de mieeel….. “Es este”, dijo la propia Patricia y le dio “Locura”, de Virus. Federico tenía 8 años y había elegido su primer cassette.
Familia radial
Estamos en San Martín y Morelli, la esquina de las mil historias de Pérez. Alguien golpea la puerta de garage-estudio de Radio Uno. Se asoma una señora cargada de bolsas de hacer las mandados y una nena de 8 o 9 años.
Dice la señora cuando me ve: “aaah Patricia..estás ocupada!… bueno paso mañana. ¿Tendrás algo sobre el dengue? Alguna información… es que la nena tiene que llevar a la escuela”.
Patricia: “Sí, tengo, tengo, algo tengo, mañana lo cuento..”
Se va la mujer y Patricia me aclara: “De la municipalidad todavía no mandaron pero igual yo ya tenía el material…”
Años atrás, en días de comicios, Radio Uno Pérez solía tener la primicia absoluta de los resultados del escrutinio local porque “los muchachos del correo” avisaban a la radio antes que a nadie, incluso antes de enviar los telegramas al tribunal electoral.
Al cumplir 60 años de trabajo, en casa de Patricia el teléfono no deja de sonar. La Radio Sindical de Pérez que la eligió como madrina, organizó un programa especial en homenaje. Ella recibe saludos, felicitaciones y muchas demostraciones de cariño. Al pie del cañón están sus amigas que forman “La Barra del 60”.
Los ojos de esta mujer brillan todavía más cuando habla de vecinos que reconocen su voz como parte de la niñez, adolescencia y adultez de muchos por ahí. Y le recuerdan que cuando necesitaban algo, una garrafa o pañales, ella abría la boca y algo aparecía.
Por prepotencia de trabajo y un amor infinito al oficio de la palabra, Patricia Norma Andrés se convirtió en La Voz de Pérez, su lugar en el mundo.
1 comentario
Maravillosa crónica y maravillosa Patricia. Gracias. Cuan poco se necesita a veces para comunicar y vivir en comunidad, con y por lxs otrxs. Gracias a las dos periodistas, la que relata y la protagonista.
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