Los gremios docentes de las universidades públicas advierten que el presupuesto destinado para el 2016 no es compatible con el contexto de inflación y tarifazos. Especialistas opinan que se trata de una fase más de la avanzada macrista contra los sectores públicos. Las recientes propuestas no alcanzan y se prevén nuevas medidas de fuerza.
Por Martín Stoianovich
Fotos: Coad
El presidente Mauricio Macri habló este martes en conferencia de prensa sobre varios temas entre los cuales abordó la situación de las universidades públicas. Y volvió a mencionar la palabra revolución. Esta vez para referirse a la educación, y para destacar la “importancia enorme” que tiene la universidad en los objetivos que su gobierno viene planificando. Mientras tanto, los docentes y directivos de las universidades, con el acompañamiento de grandes cantidades de estudiantes, indican que el presupuesto destinado para el 2016 no es compatible con el contexto actual de inflación y tarifazos. Estiman que, como están dadas las cosas, el presupuesto no terminará de cubrir la segunda mitad del año. El lunes por la tarde el Ministerio de Educación de la Nación elevó una nueva propuesta paritaria sin cambios sustanciales, que por lo tanto volvió a ser rechazada. Este martes, luego de reunirse con rectores de distintas universidades, en la conferencia Macri anunció un “refuerzo presupuestario” de 500 millones de pesos. En Rosario el gremio COAD consideró insignificante el aumento por lo cual se prevé un nuevo plan de lucha con movilizaciones, clases públicas y la posibilidad de concretar un nuevo paro.
“Nuestro compromiso es trabajar por una Argentina con pobreza cero y eso se logra con dos herramientas fundamentales: educación y trabajo”, volvió a decir Macri en un discurso que a cada repetición se torna más contradictorio. Mientras los docentes cobran salarios que no se condicen con la economía actual y las escuelas y universidades pagan con aulas clausuradas el precio del abandono en materia de infraestructura, el presidente sueña con nuevas tecnologías y robots para escuelas y universidades. Cuando tuvo que mencionar los aumentos y despidos en otras áreas del Estado, volvió a hablar del pasado y la herencia del gobierno kirchnerista para encontrar algún tipo de justificación. “Esto obligó en estos meses que llevamos gobernando a ir sincerando los problemas de la economía”, dijo. Y no se detuvo, sino que redobló la apuesta tirándole el compromiso a los docentes. “Para eso queremos acompañar a las universidades en este esfuerzo para que docentes y directivos puedan concentrarse en esa tarea tan importante que tienen: formar un millón y medio de jóvenes para que nos ayuden a constituir la Argentina que soñamos”, lanzó en los pocos minutos que dedicó de la conferencia al tema en cuestión.
El discurso de Macri se distancia de la postura de los docentes universitarios tanto como de la misma realidad. La preocupación de la comunidad universitaria pasa no sólo por los bajos salarios para afrontar el contexto económico actual sino también por el flojo porcentaje del presupuesto destinado al resto de los gastos que implican el desarrollo y mantenimiento de universidades. Los tarifazos en los servicios pegaron de lleno en los grandes edificios, muchos de los cuales carecen de condiciones dignas para que estudiantes y docentes vayan día a día a cursar y formar esos millones de profesionales con los que Macri sueña.
Para el economista y profesor de la Universidad Nacional de Rosario, Sergio Arelovich, la política que el gobierno nacional baja en materia de educación es coherente con lo mostrado en el resto de las áreas en los meses de macrismo. “El concepto que tiene el gobierno nacional respecto del papel del Estado es que el gasto público es un problema y por lo tanto hay que reducirlo al mínimo posible porque se supone que el mercado tiene que ser el asignador de recursos”, analizó en contacto con Enredando. Y agregó: “Se privilegia lo privado, se castiga lo público. Sólo hay dinero para lo que tenga que ver con el favorecimiento de llegada de inversiones, que nunca van a llegar”.
El panorama no es alentador. El presupuesto universitario para el corriente año fue aprobado a fines del 2015, cuando los tarifazos y la inflación todavía no habían impactado. La oferta salarial estimaba un aumento del 15 por ciento en mayo y una nueva discusión para otro aumento en el mes de octubre. El presupuesto designado entonces fue de 51.946 millones, de los cuales el 91 por ciento estaría destinado a salarios y el resto para planes de infraestructura, becas y demás programas dependientes de las universidades. La rotunda negativa de los gremios vino de la mano con un paro de una semana como medida de fuerza para declinar esta situación y lograr una propuesta que represente los intereses y por sobre todo las verdaderas necesidades de las universidades.
Este lunes 2 de mayo hubo una nueva reunión de la Mesa de Negociación Salarial, donde participaron organizaciones gremiales, tres paritarios del Consejo Interuniversitario Nacional, y autoridades de la Secretaría de Políticas Universitarias sin la presencia del ministro de Educación de la Nación, Esteban Bullrich. La nueva propuesta, que volvió a ser rechazada, implicó los siguientes ítems:
– Aumento en mayo del nomenclador del nivel universitario de 1,725 a 1,740.
– Aumento en julio de los adicionales de Doctorado, Maestría y Especializaciones del 17, 7 y 5 por ciento a 18, 8, y 5 por ciento respectivamente.
– Aumento en diciembre de un 1 por ciento en la jerarquización docente.
Para la secretaria general de COAD, Laura Ferrer Varela, la situación de la Universidad Nacional de Rosario, a la cual se le destinarían 2.658 millones de pesos del total, es alarmante. “La Universidad a mediado de año se queda sin presupuesto, si es que lo mandan, porque se fijó el año pasado y no lo están mandando todavía”, específico en diálogo con Enredando. Todo parece llegar a destiempo. Según destaca Ferrer Varela, la partida de enero para los gastos generales, es decir todo lo que no implica sueldos, llegó a fines de marzo, y la de febrero a fines de abril.
Particularmente en Rosario, en términos de infraestructura muchos de los edificios dependientes de la UNR no alcanzan las condiciones necesarias. “Tampoco hay continuidad para planes de obras, ni de mejoras ni de mantenimiento”, advirtió la dirigente de COAD.
Respecto de la posición del gobierno nacional en materia de educación, Ferrer Varela coincide con Arelovich. Hay decisión política para excluir a la educación pública. “Es una política de este gobierno, lo dijo Macri cuando preguntó para qué necesitábamos tantas universidades”, sostuvo. Sobre este punto agregó: “Podemos discutir qué tipo de universidad y qué carreras queremos, pero es necesario llegar con la universidad a cada lugar del país para que los trabajadores e hijos de trabajadores tengan mejor acceso a la educación terciaria y universitaria”. “Eso se da solamente creando nuevas universidades y con mayor presupuestos”, apuntó.
Para los especialistas, la agenda que ha tomado el gobierno nacional permite ver, aún cuando no lo admite, cuáles son los verdaderos horizontes y prioridades. “Se puede intuir, es probable en función de lo que dicen Macri y Bullrich que se vuelva con la idea de trabajar sobre un nuevo concepto de arancelamiento universitario”, analizó Arelovich. Así vuelve a aparecer en escena el fantasma de un viejo enemigo de la educación pública.
La pelea en el aula y en las calles
“Queremos la universidad gratuita e inclusiva, no queremos cupos, todo eso lo vamos a defender con garras y uñas, como lo hicimos históricamente los estudiantes y los docentes a lo largo de toda la historia argentina, porque cada vez que intentaron arancelarla salimos a evitarlo”, avisó Ferrer Varela. Asimismo habló de las deudas pendientes, que también forman parte de la historia, y refiere a los grandes gastos que implica la asistencia a la universidad para estudiantes de sectores sociales que no pueden sostenerlo y quedan afuera de esta posibilidad. Para lograr una universidad definitivamente inclusiva falta un largo camino, que de seguro no es el que decidió tomar el macrismo.
Consultada sobre la participación de jóvenes docentes y alumnos en las distintas movilizaciones y medidas tomadas por el gremio para oponerse a las propuestas del gobierno nacional, la dirigente destacó este aspecto como fundamental. “La lucha no organizada no sirve, hay que salir adelante construyendo juntos entre estudiantes y docentes. A medida que pasa el tiempo construimos distintas formas de lucha”, dijo. El pasado domingo realizaron un festival en el Parque España y la semana anterior clases públicas en distintas facultades.
Sobre el concepto establecido a nivel sociedad acerca del impacto negativo para los estudiantes con los paros como medidas de fuerza, indicó que nunca el objetivo es perjudicar al estudiante. “Yo me pregunto si los padres no ven que a los estudiantes se los perjudica cuando no hay material para los laboratorios, cuando el docente trabaja con cientos de alumnos en un aula”, sostuvo la dirigente.
Durante una asamblea realizada el pasado lunes, los docentes decidieron convocar a una votación a darse los días 4, 5 y 6 de mayo para decidir los pasos a seguir. Votarán por dos opciones: un paro de 72 horas o nuevamente una semana entera, que iría desde el 9 al 15 de mayo.