El relato de Efrén Venturini, un ex obrero detenido durante la última dictadura cívico militar, expone la complicidad con la represión por parte de una de las empresas más grandes de la provincia.
Por Ana Fiol
El grupo económico Vicentín SAIC – “La visión y la pasión puesta en el porvenir”, reza el slogan de la empresa – fue creado en 1929 en Avellaneda como un almacén de ramos generales. En 1937 empezó a funcionar la primera desmotadora de algodón y en 1943 comenzó la molienda de semillas para la producción de aceite. Actualmente, según informa la Bolsa de Comercio de Rosario, Vicentín es el segundo grupo económico en exportación de aceites. Forma parte de las diez principales firmas exportadoras de granos, harinas y aceites, y ocupa el quinto lugar en las multinacionales que se encargan de un 80 % de la totalidad de exportaciones del país.
Tres generaciones de la familia Vicentín se enriquecieron con la creación de un oligopolio que incluye la Algodonera Avellaneda, el frigorífico Friar, un feedlot en un predio 450 hectáreas, tres plantas industriales en Ricardone y San Lorenzo, una hilandería en Brasil, elaboración de algodón que comercializa Química Estrella y la producción propia de agrotóxicos, alimento balanceado y biodiesel.
¿Cómo se hizo esa fortuna, emporio empresarial e integración productiva? En parte, sobre la sangre y los derechos de sus obreros, sobre las libertades gremiales de sus delegados, el espionaje y la persecución de sus trabajadores, la corrupción planificada de los representantes sindicales. Por lo menos 22 obreros, entre ellos los 14 delegados de sección, fueron secuestrados entre enero y noviembre de 1976, muchos de adentro mismo de la fábrica, señalados por el jefe de personal, en autos de la patota cuya nafta pagaba la patronal, con telegramas de despido coordinados con el ejército mientras estaban desaparecidos. La empresa Vicentín fue cómplice de la represión de los trabajadores y su complicidad e instigación de delitos de lesa humanidad, para asegurarse obreros dóciles, obedientes y familias aterradas.
El escenario de las luchas gremiales y del terrorismo de Estado que aquí se relatan son las ciudades de Reconquista y Avellaneda de los años 1970. La zona había sido poblada por italianos escapados del hambre y de las guerras. Colonos en una sociedad que se consolidó dividida por la colonialidad del poder, de un lado los “gringos” y del otro los “negros” (criollos, mestizos e indios). La estructura económica del norte santafesino profundo: el latifundio, la explotación, la miseria, la violencia, resultó con el tiempo en una sociedad conservadora, discriminadora y racista.
La primera huelga general y la organización del sindicato
Todo empezó en 1974 con la huelga general impulsada por los obreros. En la fábrica se producían muchos accidentes de trabajo, fatales y graves: una mano cortada, un dedo, quebraduras, espaldas destrozadas. En ese año “había muerto un compañero” relata Efrén Venturini, delegado general, detenido desaparecido y sobreviviente. Un camión lo chocó en la puerta de la fábrica y lo atendieron en un sanatorio, del que era socio un médico casado con una Vicentín, hija de los dueños de la fábrica. El obrero murió tres días después y su cuerpo fue entregado a la familia con una pierna menos para que no hubiera pruebas. Los trabajadores se organizaron e hicieron una huelga que no tenía antecedentes en la zona, era la primera vez que los obreros se atrevían a organizarse y desafiar a la patronal. La fábrica los denunció y les envió a la policía. Quedaron detenidos los tres organizadores de la huelga: Oscar Zarza, Aníbal Gall y Efrén Venturini. Les aplicaron un código de faltas y los encarcelaron por cinco días. Cuando salieron siguieron trabajando en la fábrica y organizándose para ganar el gremio de los Aceiteros y Desmotadores. Se reunían en el salón de la parroquia y la policía de civil se infiltraba, los espiaba por las casas y los techos, los seguían por las calles. “Vicentín hacía inteligencia, había mucha persecución a los trabajadores y corrompían a los dirigentes gremiales”, dice Venturini.
A pesar de todo, en octubre de 1975 ganaron el gremio e impusieron reglas diferentes a las de la burocracia sindical que acostumbraba a arreglar con la patronal. No se podía ser secretario general más de dos veces seguidas y cada seis meses rotaban los secretarios de la comisión directiva. No querían traiciones a los obreros, no querían sindicalistas enquistados, mal acostumbrados a los beneficios de viajes y secretarías. Ni Aníbal Gall –que era el referente más respetado e importante de los obreros- ni Efrén Venturini tomaron puestos en el sindicato. “Fue por respeto” dice Efrén. “No sabíamos ni redactar. Yo había ido hasta sexto grado y después a trabajar, y como laburo no había mi padre me dijo: ahí tiene las herramientas, el machete, el cuchillo y la pistola, a cazar al monte para comer”.
También organizaron el Cuerpo de Delegados por secciones de la fábrica. Eran catorce, y Efrén el delegado general.
Arrecia la persecución. La empresa se deshace de los gremialistas
En enero de 1976 le allanaron la casa a Aníbal Gall, le encontraron una pistola 22 y lo llevaron preso. Le armaron una causa y no salió hasta que terminó la dictadura. El 23 de marzo de 1974 se llevaron presos a Venturini y Zarza, y a los pocos días los largaron.
En septiembre la represión se puso muy dura en el norte provincial. Fueron chupando estudiantes y arreció la persecución contra los miembros, abogados y militantes de las Ligas Agrarias.
El 4 de noviembre secuestraron a veintidós obreros de la fábrica Vicentín. Se llevaron a toda la Comisión Directiva y a todo el cuerpo de delegados. Algunos de ellos fueron secuestrados adentro de la propia fábrica mientras cumplían su turno de trabajo. A Efrén Venturini, delegado general, lo señaló el jefe de personal, el señor Tonietti. Se llevaron a Adelqui Gavirondo, Estanislao Zunini, Eldo Zorat, entre otros.
Venturini recuerda que estaba trabajando en la embocada de semillas de algodón, con barbijo, en short y en cuero. Eran las 11 de la mañana. Lo chuparon para meterlo en el circuito del terror que empezaba en Avellaneda y terminaba en Coronda. Estuvo 10 días desaparecido. Primero lo llevaron a la comisaría de Avellaneda, donde le pegaron y le robaron su primer reloj. Después, encapuchado, lo llevaron a la Jefatura de Reconquista. Ahí los ataron a todos y en la madrugada los metieron a patadas en un camión y los llevaron a la ciudad de Santa Fe.
Efrén relata su calvario particular. La tortura en la ex Policía Caminera lo dejó muy lastimado, permaneció tres o cuatro días tirado hasta recuperarse. Pero siguió padeciendo torturas, para finalmente ser llevado a la Guardia de Infantería Reforzada. Después lo llevaron a Coronda, desde donde -y como a muchos – lo llevaron a la comisaría 4ta de Mario Fasino, para seguir siendo torturado.
El 5 de noviembre, un día después del secuestro de los trabajadores y representantes gremiales, la fábrica les envió un telegrama para que se presentaran a trabajar en 24 horas, so pena de ser despedidos. Esta estrategia fue usada por otras empresas que trabajaron con la dictadura para eliminar la resistencia obrera a la explotación. Efrén dice: “Ellos sabían que estábamos desaparecidos, nos llevaron de la fábrica misma”. Se trató de una estrategia patronal para librarse de los obreros “problemáticos” y a la vez ahorrarse una fortuna en indemnizaciones.
Hoy, Efrén Venturini tiene 70 años. Sobrevivió a la dictadura y volvió a su pueblo. Se casó con Ana, que lo esperó, lo buscó, lo visitó y juntos criaron siete hijos. Fue denunciante en la CONADEP y está esperando los juicios sobre la responsabilidad de los empresarios Vicentín en los delitos de lesa humanidad cometidos contra él y sus compañeros.
5 comentario
Me duele çreo
que con este gob. vamos x el mismo rumbo…
Jona – Podemos estar de acuerdo o no con el gobierno democratico de turno. Vos te pensas que los problemas que tenemos hoy dia es por los 5 meses de este nuevo gobierno. NO PODEMOS COMPARAR UN GOBIERNO DEMOCRATICO POR MAS MALO QUE SEA CON ESA EPOCA. NO TE OLVIDES QUE EL PUEBLO VOTO UN CAMBIO. Realmente crees que el gobierno de Macri gobierna para los ricos. La distribucion de la riqueza vos entendes que los K la realizaron. Es cierto, son 2 modelos. El modelo actual no puede comenzar, por el gran desfasaje que tiene nuestra economia. Si es cierto que tendra el gobierno actual que replantear una politica que urge en lo inmediato atender a los que menos ganan, al obrero y la clase trabajadora. El asistencialismo yo personalmente entiendo que se debe realizar con medidas que dignifiquen a la persona. Dar la oportunidad de ganar el sustento para vivir y no migajas de planes que crean vicios y pone de contrapunto a la gente que se esfuerza.
No realmente no vamos por el mismo rumbo. Muy lejos esta de eso.
pavada de sincretismo ideológico!
mas bien ensalada.
de tal palo… no siempre se cumple.
La nota relata brevemente una gran verdad que sucedió en el norte de Santa Fe. Mi padre Eldo Alcides Zorat fue uno de los protagonistas que fueron privados de su libertad y que Efrén nombra en la nota. Siendo pequeño he estado presente siempre de todas las reuniones de mesa chica que se llevaron a cabo en la casa de mi padre en la cual Efrén seguramente recordara. He escuchado a cada uno de ellos y he vivido plenamente esa lucha, desde mi humilde visión de un pibe que leía mucho y que en esos momentos sentía una gran atracción por esa lucha y que acompañaba a su padre. (Obviamente estos hechos marcaron para siempre mi vida)
Por mi casa pasaron muchas personas, allí diagramaron, discutieron y realizaron distintas acciones. La fuerza que estos obreros pusieron para plantear la lucha, de pelear y llevar adelante con éxito las huelgas, de luchar inclusive contra propios compañeros afines a la patronal comprados pseudos chupamedias y al sindicato aceitero (sindicato que no defendía el derecho del trabajador, defendía llanamente al patrón), y una patronal que inclusive formaban fuerzas de «rompe huelgas» con propios compañeros obreros aceiteros).
He disfrutado la alegría de mi padre cuando la lista que presentaron ganaron las elecciones en el sindicato.
Muchas vivencia se vienen a mi mente. Fue una época difícil. Es muy difícil explicar lo que se vivió en esa época.
Es cierto que cuando pasa el tiempo uno mira a la distancia … y todo adquiere otro color… se ve de otro modo. Todos hemos vivido de un modo particular esos momentos. También tengo que decir que normalmente las nuevas generaciones hablan al respecto de esa época dictadura-militares pero casi siempre tienen una visión muy sesgada, incluso equivocada a veces de lo que fue esa realidad (claro no la vivieron).
Tengo que decir que mi familia sufrió mucho luego de la ausencia de mi padre, cuando estuvo preso por el PEN (Poder Ejecutivo Nacional) muchas cosas pasaron, hambre inclusive. (Eldo había dejado 5 hijos casi todos pequeños y una esposa-yo soy el mayor de los varones soy el segundo y tenía 13 años.
Anibal Gall -ya fallecido y Efrén Venturini eran solteros, Zunini era casado con hijos y si no me equivoco Zarza también, Gavirondo creo que era soltero.
Nobleza obliga a realizar una aclaración sobre Anibal Gall que la nota puede inducir a pensar algo diferente que expreso Efrén sobre su vida particular. Anibal tenía estudios secundarios completos y educación técnica. Fue uno de los tipos más preparado, inteligente, honesto y trabajador que conocí en mi vida. Un poder de análisis, de claridad, y de convencimiento muy notorio. Disfrutaba esencialmente de los desafíos en todos los órdenes de su vida. Un estudioso y lector el hombre. e inclusive tenía un cargo muy crítico en la fábrica si mal no recuerdo era el jefe de caldera y uno de los mejores pagos de la época en la categoría de Obreros. (Eldo – Mi padre de agricultor llego a ser jefe de maquinistas del turno en esa época). Es cierto que Anibal no quiso ser secretario General del sindicato, aunque todos sus compañeros así lo querían. Él tenía sus motivos. Siempre lo recuerdo con mucho cariño, e inclusive yo siendo menor he trabajado para el luego de que volviera de la cárcel, porque se puso un taller en su casa y ya nunca más fue empleado, al igual que Efrén.
Voy a mencionar a una persona que fue importante, como muchas otras seguramente, y fue el abogado Dr. Moreno que acompaño a estos muchachos en su lucha y que luego de que le pusieran una bomba en su casa, se fue del país con su familia a Francia y retorno luego de que se fueran los militares como mano derecha de Perez Esquivel Argentino Premio Nobel de la Paz.
Es menester también decir que la sociedad de Avellaneda hasta muy posiblemente hoy los tilden a todos ellos de busca pleitos, revoltosos y guerrilleros. Mi propio abuelo paterno (agricultor y muy trabajador) nos dijo cuando estaba preso mi padre y vino a vernos en una oportunidad «Algo habrán hecho, para estar preso» . No entendía el abuelo de esto, en esa época los mayores todos ellos siempre fueron educados y siguieron educando a sus hijos que había que trabajar de sol a sol y punto.
Para terminar quiero dejar expresado mi gran respeto a todos ellos que muchos optaron y tuvieron coraje de luchar por los derechos del trabajo digno, un gran saludo a Efrén y en especial a mi padre, que se la jugó . Yo no sé si en su condición lo haría.
Me estremecio el relato me caen las lagrimas pues yo también vivi esa pesadilla con tan solo 8 años en rosario no me gustavque comparen ese tiempo con este gobierno porque no tiene nada que ver
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