Tras una resolución de la Corte Suprema de Justicia, que rechazó el pedido de la defensa del ex capellán para que continúe en libertad, se deberá hacer cumplir el fallo de la Cámara de Casación Penal que exige la detención del sacerdote cómplice de la última dictadura cívico militar. Las abogadas querellantes de la APDH presentaron un pedido para su inmediata detención.
Por Carina Toso
Foto: Claudia Nigro
La libertad otorgada a Eugenio Zitelli, ex capellán de la policía rosarina durante la dictadura, fue una preocupación desde el momento en que le fue concedida, allá por 2011. Finalmente la Corte Suprema de Justicia rechazó el pedido de la defensa para que Zitelli continúe en libertad. Esto deja firme el fallo de la Cámara de Casación Penal para la inmediata detención del cura miembro de la Patota de Feced. Ayer, la querella representada por la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH),integrada por las abogadas Gabriela Durruty, Jesica Pellegrini y Luciana Censi solicitaron al Tribunal Oral Federal Nº 2 que ordene su detención.
“Esta medida es muy importante porque Zitelli es un emblema de la responsabilidad civil y eclesiástica del accionar de la dictadura en la región, costó mucho llegar a esto”, aseguró Gabriela Durruty a enREDando y agregó: “Es la primera vez que coincidimos los abogados y la Corte Suprema de Justicia en que se devaluó la peligrosidad de Zitelli por su desempeño en la Patota de Feced”.
Ante esta resolución que anula la libertad del ex capellán, la APDH realizó un pedido en el que exige su “inmediata detención tras 35 años de impunidad” y que sea alojado en un establecimiento carcelario bajo la órbita del servicio penitenciario federal.
En el documento presentado por las abogadas ante la justicia, expresaron: “Zitelli posee los medios necesarios para sustraerse a la acción de la justicia, se encuentra excarcelado previo pago de una fianza y es altamente probable que mantenga aún los vínculos con quienes integraron la asociación ilícita por la que se lo lleva a juicio, muchos de cuyos integrantes aún no han sido debidamente identificados y sancionados penalmente”.
Con respecto a esto, las letradas citaron como antecedentes los casos de desaparición forzada de Jorge Julio López y el homicidio no esclarecido de Silvia Suppo, testigo clave en la causa Brusa, asesinada en circunstancias que aún no han sido dilucidadas, relacionadas con su valiosa colaboración con los procesos de verdad y justicia. “Ambos hechos ponen de manifiesto la operatividad actual de muchos de quienes llevaron adelante la represión ilegal durante la última dictadura. Por tanto entendemos que resulta insoslayable que Eugenio Zitelli posee la virtualidad para poner en riesgo el proceso que lo tendrá como imputado en la tercer elevación a juicio oral de la causa Faced”, agregaron.
Desde 1984, distintos organismos de derechos humanos, vienen denunciando el accionar del ex capellán en el Centro Clandestino de Detención (CCD) que funcionó en el Servicio de Informaciones (SI) de Dorrego y San Lorenzo, y su colaboración con las fuerzas represivas. Eugenio Zitelli, fue capellán de policía desde agosto de 1968 hasta diciembre de 1977, cuando fue ascendido al cargo de oficial principal y trasladado a la Unidad Regional IV de la provincia de Santa Fe.
Muchos de los detenidos en el SI en aquellos años, que hoy son testigos de varias causas por delitos de lesa humanidad, aseguraron que el cura fue visto en ese edificio tomando confesiones y llevando estampitas.
En 2012 Zitelli fue procesado por el juez federal Marcelo Bailaque por 14 casos de privación ilegal de la libertad en la causa conocida como Feced III. A mediados de agosto de 2015, tomó la decisión de llevar a juicio oral al ex capellán, junto a una decena de otros imputados en esta causa. Este proceso estará a cargo del Tribunal Oral Federal N°2 (TOF2) de Rosario. Así, “El Gringo”, como se lo llamaba en los años de plomo, se convierte en el primer miembro de la Iglesia Católica que llega a juicio por delitos de lesa humanidad en la provincia de Santa Fe y el segundo en el país. El primero fue Christian Federico Von Wernich, quien fuera capellán de la Policía de Buenos Aires, condenado en 2007 a reclusión perpetua por 34 casos de privación ilegal de la libertad, 31 casos de tortura y 7 homicidios calificados.
Actualmente Zitelli vive en el Instituto Cristo Rey de la localidad de Roldán, en libertad bajo fianza. En 2010 se había ordenado su prisión domiciliaria que cumplió en una casa de retiro de la iglesia en Zavalla, pero tras una presentación de su abogado, Eduardo Romera, y tras el pago de 50 mil pesos a su nombre, se le otorgó la excarcelación. Mientras el letrado afirmó que ese dinero fue aportado “por el esfuerzo de familiares directos del padre Zitelli”, en Casilda, ciudad natal del sacerdote, la versión fue otra: “El dinero lo ofrecieron miembros del sector empresario que todavía le brinda su apoyo”.
1 comentario
Justicia. …por Eduardo Bracaccini y todos los que padecieron ese infierno del cual Zitelli fue parte.
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