El Frente Ciudad Futura denunció amenazas a punta de pistola contra el joven militante Juan Manuel Lorda y el Tambo La Resistencia, ubicado en la zona rural de Nuevo Alberdi. «Ahora corre riego hasta la vida misma de nuestros compañeros. Llegamos a un límite, se cruzó una línea sin retorno», señalaron en un comunicado los concejales del Frente quienes habían logrado tras la movilización popular, suspender el desalojo del Tambo previsto para el 14 de abril.
Por María Cruz Ciarniello
El mensaje es claro: cuando la tierra se defiende ante la especulación de grandes intereses, la amenaza es inminente. En la medianoche de este sábado 9 de abril, hombres armados atacaron a punta de pistola a un militante del Frente Ciudad futura, Juan Manuel Lorda, en el predio donde se encuentra el Tambo de la Resistencia, en el barrio Nuevo Alberdi de Rosario. Así lo denunciaron los concejales en un comunicado emitido a primera hora de la mañana.
En esta amenaza -que no ha sido el único hecho de violencia en todo este tiempo- se concentra la cronología de una lucha que lleva más de ocho largos años. Una orden de desalojo contra el Tambo que ocupa 7 hectáreas en la zona rural de Nuevo Alberdi estaba indicada para el próximo jueves 14 de abril. La movilización popular y la de los concejales que integran el Frente en estos días fueron factores claves para lograr que la jueza suspendiera dicha orden y dictara, en cambio, la realización de una audiencia con la presencia del Estado Municipal, prevista para el próximo 27 de abril.
En menos de un mes, el trabajo de los ediles estará centrado en poder avanzar ,en lo inmediato, en la aprobación de un proyecto de expropiación para estas 7 hectáreas que son trabajadas por militantes de Ciudad Futura junto a Oscar Licera quien habita estas tierras desde hace más de 25 años.
Detrás del conflicto, hay un trasfondo social y político que pone en el centro del debate al modelo de ciudad que se pretende y a una resistencia que no es aislada: la lucha por la tierra es una disputa vital, de sur a sur en toda América Latina. Tiene sus particularidades en cada territorio donde comunidades originarias, asambleas de vecinos/as y organizaciones sociales ponen el cuerpo para defender esas porciones de hectáreas que son pretendidas por grupos empresarios, mineras, corporaciones sojeras, petroleras y megaemprendimientos inmobiliarios. Los nombres varían pero el objetivo que persiguen es el mismo: la voracidad del capital en su expresión más especulativa, extractiva y sanguinárea. De un lado está la dignidad, del otro, los indignos.
Frente a la pasividad y/o complicidad de los diferentes niveles de gobierno a lo largo del tiempo, las amenazas, los aprietes, los golpes y amedrentamientos a punta de pistola e incluso, los asesinatos a líderes de esta lucha, ocurren de manera silenciosa. La historia está plagada de ejemplos.
En Nuevo Alberdi no solo corre peligro la permanencia de un proyecto productivo cooperativo como es el Tambo. Lo que está en juego son las últimas 250 hectáreas de tierras que tiene disponible la ciudad. O son apropiadas para la especulación inmobiliaria o son destinadas a un proyecto social que contemple la urbanización y construcción de viviendas accesibles, frente al gran déficit habitacional que sufre Rosario. Basta con analizar otras realidades, en otros barrios. «Esta misma metodología fue utilizada en Barrio Cullen, donde pesa una orden de desalojo sobre las 356 familias que desde hace 30 años viven allí», denunció la organización popular Causa. «Son vecinos que hace más de treinta años comenzaron a habitar un terreno de aproximadamente doce hectáreas en las inmediaciones de calle Cullen y Avenida Sorrento. En 1999 una empresa privada que asegura ser propietaria de las tierras desde 1984 inició una demanda para un desalojo que aún no pudo concretarse», según se detalla en la nota de Rosario 12. Desde Causa, construyeron junto a lxs vecinxs el Plan integral de urbanización popular que intenta poner fin a la disputa judicial y proteger los derechos de los habitantes por encima del enriquecimiento de unos pocos.
Pero cuando todo parecía encaminarse para avanzar en una posible solución al conflicto en Nuevo Alberdi, ocurrió el atentado. Aparece la extorsión y ahora también es la propia vida de los militantes la que está en riesgo.
«Tres hombres armados ingresaron a la medianoche de ayer a la vivienda container del tambo La Resistencia y atacaron a Juan Manuel Lorda, jóven militante de 25 años de Ciudad Futura, que vive y trabaja en el tambo hace años. A punta de escopeta lo redujeron atándole los pies y las manos contra el suelo, le taparon la cabeza con una sábana y lo amenazaron al grito de “ustedes se tienen que ir de acá. usurpadores de mierda. O se van o los hacemos cagar. En una semana se van o les metemos bomba”, señalaron en el comunicado en el que subrayan con con preocupación e impotencia: “La verdad es que ya no sabemos qué hacer. Ya no hay palabras para describir este conflicto, que perdió el cauce, que esta desmadrado porque lo dejaron ir muy lejos. os intereses sobre estas tierras no sólo son inmensos, como sabíamos, sino que ahora están todos cruzados, hay internas empresarias, medíáticas y políticas que hacen un combo explosivo que estalla en un único lugar: nosotros. Y ahora corre riego hasta la vida misma de nuestros compañeros. Llegamos a un límite, se cruzó una línea sin retorno.”
A las 23.45 hs, los concejales Juan Monteverde, Caren Teep y Pitu Salinas reciben el llamado de un compañero de Ciudad Futura informando sobre la situación que se vivía en la zona rural de Nuevo Alberdi. Juan Manuel, víctima de la amenaza, estaba en estado de shock.
En el lapso que duró el trayecto hasta el tambo, los ediles se comunicaron con diferentes funcionarios “para dar aviso oficial y solicitar ayuda y respaldo policial para llegar al tambo ya que no sabíamos cómo era la situación y así poder dar auxilio del compañero que justo había quedado solo en el tambo y que nos esperaba shokeado y encerrado en la fábrica láctea de enfrente. Paramos en el destacamento del autódromo ya en línea con el Jefe de la Unidad Regional a instancias del Secretario del Ministro Maximiliano Pullaro. Al mismo tiempo pudimos conversar y coordinar sobre la situación con el Secretario General de la Municipalidad Pablo Javkin, con la presidenta del Concejo Daniela Leon, con las concejalas Fernanda Gigliani, María Eugenia Schmuck y Marina Magnani y con el ex diputado provincial Oscar Urruty. Todos los presidentes de bloque del Concejo siguieron la situación vía watthsap durante todo momento y prestaron su apoyo y solidaridad.”
El relato de Juan Manuel, es preciso:
“Estaba entrando al container para irme a dormir y aparecen tres hombres con las caras medias tapadas, con gorras y pañuelos. El de adelante tenía una escopeta y me tiran al suelo. Me taparon la cabeza con una sábana y me empiezan a decir quedate piola que si te quedás tranquilo no te va a pasar nada. A nosotros nos mandaron, ustedes se tienen que ir de aca. Usurpadores de mierda, tienen que rajar. En una semana se van o le metemos bomba, los vamos a hacer cagar. Estan robando acá. Ustedes son unos ladrones. Decile a Monteverde y a Salinas que tienen que rajar. Después me llevan hasta el baño y me atan contra el piso los pies y las manos y me dicen quédate piola aca. Quedate aca y no te va pasar nada, esto no es con vos, decile a Monteverde y a Salinas que se tienen que ir ya. ¿Donde está el otro pibe, a qué hora llega?, acá tiene que llegar otro pibe. Quedate acá atado una hora, nosotros vamos a estar afuera y si salís te hacemos boleta. Mientras seguían revolviendo todo, como buscando algo y después empezaban a preguntar ¿dónde están las computadoras, dónde estan? Y estuvieron unos 15 minutos así, revolviendo, preguntando cosas. Cada vez que ellos decían a nosotros nos mandan yo le preguntaba quién los mandaba. Vos sabés quien nos manda, vos sabés. Estuvieron así y se fueron”.
La denuncia fue radicada en el Ministerio Público de la Acusación y desde Ciudad Futura exigen a las autoridades máxima celeridad y máximos cuidados: “presencia permanente de custodia al tambo hasta resolver el conflicto para preservar la vida y la integridad de las personas. Y diálogo ágil, acciones concretas y decidas para resolver desde hoy y para siempre la situación. No se puede jugar con el conflicto de Nuevo Alberdi, y muchos lo están haciendo.”
No es una cuestión partidaria. Porque este ataque propio de las épocas más nefastas de nuestra historia es un ataque no al tambo, no a Ciudad Futura sino a la alternativa que se había encontrado en los últimos días para salir del conflicto.
La preocupación es inmensa y así se expresa en este comunicado: «Es hora de que se dimensione la urgencia de la necesidad. Las cosas no se pueden dilatar eternamente, hay que tomar decisiones. Una aclaración: esto y todo lo que venga a partir de ahora, no es contra nadie. No es una cuestión partidaria. Porque este ataque propio de las épocas más nefastas de nuestra historia es un ataque no al tambo, no a Ciudad Futura sino a la alternativa que se había encontrado en los últimos días para salir del conflicto. Esto es un ataque también al gobierno municipal, a la intendenta y todas las fuerzas que apoyaron esta salida en el Concejo. Esto es un ataque a la política y a la democracia. Es una extorsión del poder privado que el poder público y el Estado de derecho no pueden permitir.»
La intendenta se comunicó para solidarizarse y repudiar el hecho, así como también hubo una gran cantidad de muestras de apoyo en las redes sociales.
Los días previos al ataque y la resistencia en el Concejo
La semana que pasó fue agitada en el Concejo. Allí se concentraron las fuerzas para intentar torcer lo que sería, seguramente, un violento desalojo en Nuevo Alberdi. En las calles y en las redes sociales, la demostración de apoyo a lo que representa el Tambo en Rosario, fue contundente. También esto significó una clara advertencia: los intereses especulativos no iban a poder avanzar tan fácilmente contra un proyecto que es sínonimo de lucha en Rosario.
La resistencia popular es esencial. “Logramos definir que por fin el Estado intervenga en este conflicto. Que deje de ser entendido como un conflicto entre particulares y que se pueda entender toda esta situación como un conflicto territorial, social, y que se pueda proyectarse en esa zona de la ciudad un modelo distinto e inclusivo”.
Esto decía la concejala Caren Teep a enREDndo, el día viernes luego de que el Concejo pusiera en discusión, durante la sesión del dia anterior, la necesidad de avanzar en un proyecto de expropiación, ya con el aliciente de conocer esa misma mañana la decisión de la jueza Stella Bertune de suspender el desalojo. La medida se celebró como una gran victoria colectiva.
“Esto tiene que ver con lo que sucedió a la mañana en la justicia que cambió el desarrolló del proceso y que se logró gracias a la movilización durante todos estos días fueron teniendo distintas organizaciones sociales y políticas de la ciudad. Se logró que esto sea entendido como un conflicto donde el Estado tenga que intervenir”, señaló Teep.
La audiencia está prevista para el próximo 27 de abril y participaran además de las partes involucradas, el Estado Municipal junto a concejales de la ciudad. “Durante la sesión del jueves ya no teníamos la necesidad de plantear un tratamiento sobre tablas del proyecto que habíamos ingresado el día miércoles pero sí queríamos manifestar la necesidad de que el Concejo se comprometa a trabajar en las próximas semanas en la resolución definitiva de este conflicto para evitar llegar a una situación similar en la que estábamos en esta semana. Si bien el desalojo se suspendió, el conflicto no desapareció. Se pospuso para una fecha incierta. Pudimos lograr que se realice un tratamiento preferencial de nuestro proyecto o de cualquier otra iniciativa que se presente para poder dar una solución de fondo y en ese sentido es que se expresaron los diferentes bloques políticos.”
La defensa de la tierra
“El tambo hace 8 años que está y estas son las últimas instancias”, dice Oscar Licera cuando enREDando dialogó con él el día martes, en la conferencia de prensa realizada en el recinto del Concejo Municipal. Su preocupación va más allá del trabajo que realiza desde hace tanto tiempo, él y ahora su familia, su hija. El miedo es también por el futuro incierto de las 200 familias que podrían ser desalojadas si la voracidad empresarial y la especulación inmobiliaria gana por sobre la lucha de los proyectos solidarios y las organizaciones sociales, en este caso la del Movimiento Giros hoy representando en el Frente Ciudad Futura. El tambo se encuentra en un sector estratégico del territorio en disputa. Si avanzan contra él, el desalojo de las familias será cuestión de tiempo.
Las tierras en las que vive Oscar fueron las mismas que se inundaron en el 2007. Tierras para muchos improductivas que pueden cotizarse a otros valores con las obras de canalización que realiza el Estado. De allí deriva el lucro de especuladores que estafaron primero a Oscar Licera, para luego avanzar en juicios de desalojo aunque jamás hayan presentado los títulos de propiedad.
Esto es lo que denuncian los concejales del Frente Ciudad Futura: una estafa que convalida la justicia ordenando desalojos que hasta ahora pudieron evitarse.
En el año 2012, la lucha tuvo su primer capítulo cuando la justicia dictó la primera orden. Se resistió con un acampe durante días frente a la Municipalidad de Rosario. Luego, la legislatura provincial sancionó una ley que ponía freno a los desalojos rurales por el lapso de 5 años y en ese entonces Giros logró que el Tambo sea amparado en dicha legislación.
Tres años antes, en el 2009, los militantes ya denunciaban aprietes y amenazas por parte de operadores inmobiliarios, los mismos que hoy -6 años después- siguen amenazando a punta de pistola. “Acá nadie va a dudar en pegar un par de tiros si pretenden sacarnos los terrenos,» decían en aquel entonces. El conflicto continuó porque las soluciones de fondo jamás llegaron por parte del Ejecutivo.
Los intereses por desarrollar emprendimientos inmobiliarios de alta gama pisan fuerte al momento de determinar el destino de estas últimas 250 hectáreas que tiene Rosario y que empezaron a ser codiciadas a partir de los anuncios de obras. Los operadores comenzaron a realizar desalojos silenciosos, presionando a las familias para que se retiren del territorio, comprando incluso las tierras a muy bajo precio. En el año 2010, Giros logra impulsar lo que fue la sanción de la histórica ordenanza Ya Basta! que prohibía la construcción de barrios privados en la ciudad. “Frenar la especulación para abordar con un fuerte sentido público la zona de Nuevo Alberdi fue la apuesta.”
Otro modelo de ciudad
“Estamos hablando de las últimas 250 hectáreas que quedan para pensar en algún tipo de crecimiento urbanístico de la ciudad. Lo que vemos es que se está dando un proceso de especulación inmobiliaria en esas tierras en las que los empresarios de diferentes maneras y muchas veces sin tener que comprar esos terrenos pero cuando lo hacían, los compraban a precios irrisorios porque la maniobra que hicieron es comprar terrenos a precios inundables porque estaba previsto realizar las obras anunciadas por el Estado que hacen que esas tierras dejen de ser inundables. Los privados una vez más, se estaban apropiando de esas tierras para tener una rentabilidad extraordinaria a partir de la obra pública. Se multiplican por 1000 una vez que el Estado con los recursos de todo realiza las obras”, explica Caren Teep, resumiendo un conflicto que pasó por diferentes etapas y que detallamos en cada oportunidad desde enREDando.
Para la concejala y para muchos, no hay grises en esta historia: “Lo que estamos pidiendo es que sea el Estado el que marque las reglas de juego a la hora de pensar qué se hace en esas tierras y que no suceda lo mismos que ha sucedido siempre, que la ciudad crece y expande cuando hay solo intereses privados. Queremos que el Estado marque las condiciones acerca de ese crecimiento. Hay múltiples opciones”.
«Lo que estamos pidiendo es que sea el Estado el que marque las reglas de juego a la hora de pensar qué se hace en esas tierras y que no suceda lo mismos que ha sucedido siempre, que la ciudad crece y expande cuando hay solo intereses privados.»
Hoy, el único juicio existente en la zona es el iniciado por la empresa Cimar contra el Tambo La Resistencia. “Al arrasar al tambo es mucho más fácil para los intereses privados llevarse puesto al resto de las familias. Los privados hicieron firmar de forma fraudulenta un comodato y a partir de ese comodato, incluso sin tener la propiedad de la tierra el empresario, inicia este juicio. No nos sorprende que este mismo mecanismo hayan utilizado con otras familias, engañandolas de la misma manera. De allí la necesidad de que esto no solo tenga una resolución judicial, sino una solución política”, explica Teep.
El tambo produce 1000 litro de leche diaria y un porcentaje se destina a la elaboración de productos derivados, entre ellos, el dulce de leche Tan Violentamente Dulce y las diferentes variedad de quesos que se comercializan con la Misión Antiinflación. Recientemente, desde el Tambo lanzaron una campaña asociativa promoviendo una compra de los productos a precios económicos. El valor social, productivo, cooperativo del proyecto es visible, de allí la defensa que hace una gran parte de la sociedad al funcionamiento de este proyecto productivo.
El litro de leche en el tambo cuesta 7 pesos cuando el valor en el mercado está a 15. “La gente se acerca y compra y creo que ayudamos. Para mí es algo muy lindo este lugar. Hemos pasado muchas situaciones feas, inundaciones, pero ahí estamos porque es lo que sabemos hacer. Esperemos que no se produzca el desalojo”, señala Licera.
Oscar reconoce que lo suyo no son los discursos pero esboza las palabras justas para defender el territorio: “si sacan el tambo, pueden desalojar a todas las otras familias. Funcionamos como cooperativa, y se produce dulces, quesos y la leche que se vende en el campo. Hace 25 años que vivo acá, pero conozco el lugar desde hace 40 años.”
La vida y la tierra en la zona rural de Nuevo Alberdi se defiende desde hace diez años en una batalla que tiene responsables y requiere de una urgente respuesta política para determinar qué uso se le dan a las últimas hectáreas de tierra disponible en Rosario: o se piensa un proyecto inclusivo o solo ganan los privados con beneficios para unos pocos.
De un lado, sabemos, está la dignidad de quienes habitan y trabajan la tierra. Del otro, la indignación de miles y los mismos indignos de siempre.