Las últimas estadísticas brindadas por diferentes organizaciones y hasta un informe de la Corte Suprema de Justicia de la Nación dan cuenta de una violencia machista que sigue asesinando a mujeres por el solo hecho de serlo. El último 25 de noviembre, fecha histórica del movimiento feminista, se realizó la segunda movilización Ni Una Menos. Con demandas concretas al poder ejecutivo, legislativo y fundamentalmente, al misógino poder judicial, cientos de jóvenes y mujeres salieron a las calles, el espacio público y político que encuentra a un movimiento de mujeres y de la diversidad sexual organizado y empoderado, para defender derechos y avanzar en nuevas conquistas.
Por María Cruz Ciarniello
Las estadísticas siguen dando cuenta del horror. Una mujer es asesinada cada 30 horas en Argentina por el solo hecho de serlo. Ese crimen está incluido en el Código Penal Argentino bajo la figura legal de femicidio y femicidio vinculado. No se trata de crímenes pasionales. Jamás lo fueron. Haber logrado desterrar dicho término de los medios masivos de comunicación fue una de las tantas conquistas y luchas que ha dado el movimiento de mujeres, durante todos estos años.
Las organizaciones sociales como La Casa del Encuentro o aquí, en Santa Fe, Indeso Mujer y el equipo de género de la concejala Norma Lopez (FPV) siguen relevando casos de femicidios que aparecen en los medios masivos de comunicación. Los números son sesgados pero permiten arribar a una situación dolorosa: el machismo mata de la peor manera. Más allá de las cifras –siempre distantes- las historias escriben con el cuerpo lo que significa la violencia contra la mujer.
Hay quienes lograr sobrevivir y su testimonio de vida se transforma en una herramienta de lucha. Son voces que posibilitan abrir caminos para que tantas otras mujeres puedan denunciar las diversas situaciones de violencia de la que son víctimas. Según detalla la nota publicada en el medio digital Rosario Plus, se relevaron en tan solo dos años más de 16 mil denuncias en Rosario.
En la calle, y en las marchas, los gritos siguen pariendo nuevos hitos históricos. El pasado 3 de junio el movimiento de mujeres de todo el país protagonizó un hecho inolvidable: ese día nació Ni Una Menos, una movilización replicada en 90 ciudades de Argentina. Masiva, multitudinaria, vital. Un grito de hartazgo. Aquella vez se establecieron demandas fundamentales a los tres poderes del Estado: el ejecutivo, el legislativo y el judicial.
Sin embargo, las cifras no disminuyeron.
El último 25 de noviembre, Día Internacional de Lucha contra la Violencia hacia las mujeres, frente a los Tribunales Provinciales de Rosario, la organización Mujeres de Negro colocó 225 zapatos lilas. También había escarpines y zapatillas de niños y niñas. La intervención fue impactante.
Cada zapato estaba acompañado de un pequeño cartel con el nombre de la víctima, su edad y la fecha en que fue asesinada. “Josefina L. , 17 años, Concordia. Fue asesinada a golpes y descuartizada por su tío político”. “Adriana, 30 años, asesinada el 30 de julio de 2015. San Luis. Murió luego de agonizar 3 días de que su pareja la golpeara brutalmente.”
Los nombres provocan dolor. Hay un mismo patrón que se repite: el crimen de odio que cometen parejas, ex parejas o familiares, en su inmensa mayoría. Una señora que caminaba frente a los Tribunales, se acercó, se detuvo, leyó y con estupor, señaló: ¿todas estas mujeres fueron asesinadas? Sabía que esto pasaba, pero nunca imaginé que tanto”.
“Acá hay todo tipo de mujeres que han muerto, hay criaturas que han sido asesinadas, y el lila es el color que representa a las organizaciones que luchan contra la violencia de género. Creemos que el lila es el mejor color para representar estos zapatos. Nosotros tenemos un registro de 225 femicidios, hay muchos casos que no se denuncian. Intentamos poner los casos que son seguros, y también hay zapatos por lo que consideramos que son femicidios provocados por el Estado como son las muertes por abortos clandestinos”, explica Marta Perez, integrante de Mujeres de Negro.
De acuerdo al último informe presentado por el equipo de género de la Concejala Norma López, desde el 1 de enero hasta el 22 de noviembre de 2015 en todo el país se registraron 259 femicidios y Santa Fe continúa liderando el segundo lugar detrás de la provincia de Buenos Aires, con 26 asesinatos de mujeres en todo el territorio santafesino. En 108 casos de los 259 relevados, el femicida era la pareja.
Por su parte, La Casa del Encuentro de Buenos Aires, que desde hace 8 años viene impulsando un registro de femicidios, también presentó sus números correspondientes al año 2014, en el que, según la ONG, se registraron 277 femicidios y femicidios vinculados de mujeres y niñas. Al mismo tiempo, dieron a conocer un informe parcial que abarca desde el 1 de enero al 31 de octubre de 2015. Según la ONG, los casos de mujeres asesinadas por la violencia machista , en ese período, fueron 233. En el 76 % de los casos, las víctimas tenían un vínculo conocido con el femicida. El 60 % de las víctimas tenían entre 19 y 50 años. En más de la mitad de los casos, las víctimas fueron asesinadas en su hogar: 59 % en su vivienda y 54 % en la vivienda compartida con el femicida. Uno de cada 4 femicidios fue cometido con armas de fuego. En ese período, 252 hijxs quedaron sin madre por femicidio.
Poder contar con estadísticas oficiales fue uno de los reclamos insistentes que realizó el Colectivo Ni Una Menos en todo el país. Resultado de esto, La Corte Suprema de Justicia de la Nación dio a conocer el Registro Nacional de Femicidios de la Justicia Argentina con datos estadísticos de femicidios ocurridos en el 2014, a partir de un pedido que realizó el 4 de junio pasado a la Oficina de la Mujer de la Corte Suprema. Elena Highton de Nolasco, ministra a cargo de la Oficina de la Mujer y de la Oficina de Violencia Doméstica, requirió la colaboración de todas las jurisdicciones. Según este informe, durante el 2014 ocurrieron 225 femicidios, cifra a la que se llega a partir de datos brindados por los Poderes Judiciales de todo el país. Al 75 por ciento las mató un allegado. El 42 % del total de las víctimas tenía entre 21 y 40 años, pero también fueron víctimas de femicidios niñas y adolescentes, 7 eran menores de 10 años; 5 tenían entre 11 y 15, y 8, entre 16 y 20.
La calle es nuestra
El 25 de noviembre es la fecha que recuerda a las hermanas Mirabal asesinadas por la dictadura de Trujillo en República Dominicana. Es un día para tomar las calles. Así lo viene haciendo año tras año el movimiento de mujeres. Los abrazos y reclamos colectivos, en este 2015, se multiplicaron. La segunda movilización bajo el grito Ni Una Menos se hermanó con esta fecha significativa y una vez más, más, miles de personas salieron a las calles, en su gran mayoría, mujeres, y adolescentes.
Sin duda, Ni Una Menos potenció el acto político, marcó un antes y un después y las marchas, actualmente, convocan a una multitud. En Rosario, el Monumento a la Bandera es el lugar de encuentro. Pero además, esta movilización fue la primera luego del histórico balotage presidencial que consagró a Mauricio Macri como presidente electo. El resultado fue para muchísimos movimientos sociales y populares un alarmante llamado de atención. Es que por primera vez en la historia del país, las derechas liberales y los poderes fácticos que siempre han avanzado con golpes de Estado, llegan al poder mediante el voto popular.
En esta coyuntura política, y con la consigna vital de defender los derechos conquistados y profundizar en todo lo que aún falta, la Secretaria de Género de la CTA Rosario, Majo Gerez, analizó: “La idea es volver a copar el Monumento, es la primera movilización después del balotage y tenemos una tarea muy importante: las mujeres siempre somos las más golpeadas, y es momento de salir a marcarle la cancha a Cambiamos, a decirle que no vamos a retroceder, que no vamos a ceder ninguno de nuestros derechos”.
El pronóstico político en el país parece desfavorable para el movimiento de mujeres y la diversidad sexual si se toma en cuenta lo que fue la gestión del PRO en Ciudad de Buenos Aires y las políticas implementadas, o la ausencia de ellas, en materia de derechos sexuales, reproductivos y derechos de las mujeres. Y si a esto se suma, sobretodo, la inexistente participación del espacio político que representa Mauricio Macri en cualquier movilización social, las expectativas para el campo popular son, a priori, desesperanzadoras.
“Hemos tenido momentos políticos más complejos en el país, pero si hablamos de cambios culturales, quienes venimos luchando por la igualdad de género, en romper con la discriminación a las identidades disidentes, en que las personas trans puedan superar ese tope de 35 años de promedio de vida, la verdad es que si veníamos avanzando, hoy que haya ganado la peor de las derechas es un golpe fuerte, no solo porque nos guiamos por sus dichos misóginos, sino también conociendo lo que fueron los últimos 8 años de gestión en la Ciudad de Buenos Aires donde se ha subejecutado el presupuesto destinado a este tipo de políticas o se transfirió a oneges que tienen personajes que tienen visiones religiosas o se piensan en claves privatistas o todo lo que tienen que ver con los abortos no punibles son conquistas más nacionales, entonces sabemos a qué enemigo nos vamos a enfrentar”, puntualizó Gerez.
María Eugenia Sarrías es referente de la organización Las Safinas que desde hace más de 10 años trabaja para hacer visible los derechos y la realidad de las mujeres lesbianas. “Hoy que estemos en la calle es sumamente importante porque es el lugar donde vamos a tener que estar muchas veces, porque muchas veces vamos a tener que enfrentarnos al Estado para lograr que los derechos que fuimos conquistando, sean respetados y para que esos derechos se vayan ampliando”, destacó a enREDando mientras caminaba con la bandera de la organización hacia el Monumento. En relación a las estadísticas sobre femicidios, María Eugenia remarca la ausencia de muchos lesbicidios que ocurren en el país y que no trascienden a los medios. “Nuestras situaciones no salen en los diarios porque las familias no lo hacen público. Las mujeres trans, en la provincia hemos tenido 3 situaciones, el movimiento de mujeres ahora las ha incorporado en el documento y creo que eso es importante.”
Reclamos al poder judicial
La instalación de Mujeres de Negro tuvo un fin esencial: reclamar e interpelar a uno de los poderes del Estado más reticentes a incorporar la perspectiva de género y atender las demandas del movimiento de mujeres: el poder judicial.
Es por ello que aquí, en Rosario, las organizaciones sociales que han motorizado el Ni Una Menos presentó ante la Corte Suprema de Justicia Provincial un documento con diversos reclamos para un mejor tratamiento judicial de los casos de violencia de género. Entre ellos, se solicita una formación obligatoria en derechos humanos, diversidad sexual, igualdad y violencia de género, de quienes integran el poder judicial: camaristas, jueces, fiscales, defensores/as y empleados/as judiciales. Que dicha formación sea incorporada a las carreras universitarias de todas las facultades de Derecho de la provincia. También solicitan el efectivo cumplimiento de lo establecido en la ley 26.485 en cuanto a la prohibición de utilizar la mediación en los casos de violencia contra las mujeres. “Consideramos además necesario el cumplimiento de la obligación de llegar a juicio, sin que sean viables la aplicación de criterios de oportunidad, la suspensión del juicio a prueba, el juicio abreviado y ninguna otra forma alternativa de finalización del procedimiento”, señala la carta.
Entre los pedidos, se encuentra el cese de utilización del falso SAP (síndrome de alienación parental), argumento patriarcal de justificación de la violencia sexual ejercida contra la infancia, por parte de los y las jueces de familia y penales. Dicho síndrome ha sido desautorizado ya por colegios profesionales y especialistas en la materia de nuestro país y del mundo, la implementación de un protocolo para investigar, juzgar y sancionar los hechos de violencia con perspectiva de género y diversidad sexual, tal como lo ha establecido la Corte Suprema de la Republica de México en 2013, la investigación de los casos de femicidios y violencia en todas sus manifestaciones, desde una perspectiva de género, con responsabilidad, diligencia, aplicando las leyes vigentes, sin preconceptos, estereotipos o discriminaciones, garantizando asimismo la igualdad de trato de mujeres trans, lesbianas y bisexuales, la privación de los derechos derivados de la responsabilidad parental a quienes cometen femicidios.
En este mismo documento se solicita expresamente un reclamo de justicia por el femicidio de Vanesa Celma, Yamila Sotelo, Rocío Segovia, Paula Perassi, Candela, Coty Olmos y Vanesa Zabala.
“Queremos que los actores judiciales se capaciten con perspectiva de género. Una fiscal que te dice que una mujer que murio quemada, murió por amor, esa fiscal esta muy lejos de comprender lo que es la violencia de género. También pedimos que no se realicen mediaciones, porque no podemos exponer a una mujer a una situación de peligro, y que no se aplique el SAP, que es un síndrome inventado, tambien pedimos una pensión para los hijos de mujeres víctimas de femicidios. Despues del 3 de junio, lo único que cambio es que la sociedad se sensibilizó pero los femicidios se recrudecieron”, señala Marta, de la Organización Mujeres de Negro.
Por su parte, a nivel provincial y municipal, los reclamos siguen haciendo foco en la necesidad de contar con mayor presupuesto y plazas para los refugios. Todavía la Multisectorial de Rosario se encuentra a la espera de una audiencia con la intendenta Mónica Fein. Así lo explica Gerez: “Si algo ha signado la última década es que hemos tenido grandes avances legislativos pero que después, cómo se materializan esas leyes, cuesta, primero que haya una jerarquización de esa política para que se reglamente los artículos más importantes, y en ese sentido, se traduce muchas veces, en la falta de partida presupuestaria para poner en funcionamiento los dispositivos que tienen que prevenir y erradicar la violencia contra las mujeres. Y eso tiene que ver con cuánto se jerarquiza el problema. A nivel provincial, hay muchas limitaciones en ese sentido. En la ciudad, desde el 3 de junio estamos solicitando una audiencia a la intendente, porque muchas de las ordenanzas tienen que ver con poder contar con cifras oficiales, donde las plazas en los refugios son insuficientes, donde las trabajadoras están totalmente precarizadas, donde trabajadoras que atienden el Teléfono Verde también deben atender otras líneas de la ciudad y eso hace que sea un trabajo estresante y de poco seguimiento y tratamiento integral de cada mujer que llama, porque luego hay una desconexión desde esa primer comunicación y no se sabe cómo se termina derivando Queremos saber qué se hace con el presupuesto y a qué está destinado, porque vemos que la situación sigue igual”.
Declarar la Emergencia de género a nivel nacional y provincial fue uno de los pedidos más visibles de este 25 de noviembre, así como también, remarcar la gran deuda de esta democracia: el aborto legal, seguro y gratuito.
Cientos de jóvenes, activistas, militantes de la diversidad sexual y organizaciones sociales, gremiales, políticas y estudiantiles caminaron desde la plaza Montenegro hasta el Monumento. Allí, las periodistas de Rosario 12, Sonia Tessa y Lorena Panzerini, leyeron el documento consensuado por más de 50 organizaciones de la ciudad. “En nuestro pais casi 300 mujeres son asesinadas cada año por el soo hecho de ser mujeres, ser lesbianas, ser travestis. La cifra aumenta y parece no tener fin. Las multitudinarias marchas del 3 dejunio pasado marcaron un punto de inflexión en la sociedad argentina que expresó con claridad, basta de violencia, ni una menos. Sin embargo, a casi 6 meses de esa histporica jornada es necesario insistir en las responsabilidades políticos de los distintos gobiernos, tanto nacional, provincial y municipal en poner freno a esta violencia y la necesidad de que den respuesta. Ellos son responsable de no disponer de todas las medidas necesarias para prevenir, sancionar ye rradicar la violencia hacia las mujeres que ordenan las leyes vigentes, demora la puesta en funcionamiento de losobservatorios nacional y provincial, falta de debate, tratamiento y sancion de la ley de interrupción voluntaria del embarazo, ausencia de un presupuesto adecuado para cumplir con las normas vigentes.”
El documento tambien señaló la responsabilidad del poder judicial: “Es preciso también señalar la responsabilidad del poder judicial porque se sigue dudando de las palabras de las mujeres, incluidas las mujeres lesbianas y trans, donde se busca atenuantes para los violentos, donde sigue habiendo sentencias plagadas de estereotipos de género y esto obstaculizo el acceso de las mujeres en su diversidad a la justicia. Los femicidios y la violencia de género en todas su manifestaciones son consecuencia y a la vez garantizan la reproducción de un sistema patriarcal de dominación y opresión de las mujeres e identidades disidentes. Por eso entendemos que la violencia no es un problema individual de algunos varones ni una enfermedad, sino un fenómeno social estructural. La violencia machista es producto de un sistema de reproducción desigual de poder entre varones y mujeres. Y a este sistema debemos combatirlo en la calle, en las aulas, hacia dentro de cada familia, en el espacio público. Las personas violentas no son enfermas sino hijas sanas del patriarcado”.
El cierre del acto estuvo a cargo del grupo de las Safinas, Estorbo, y la murga de estilo uruguayo integrada en su totalidad por jóvenes mujeres, Modestia Aparte. El arte como herramienta de expresión y lucha y la calle como espacio de activismo político, con cientos de mujeres manifestándose es la foto más nítida de esta última movilización que salió a decir Ni una Menos y Ni un paso atrás.