Por Asamblea por los Derechos de la Niñez y la Juventud
Desde la Asamblea por los Derechos de la Niñez y la Juventud manifestamos nuestra preocupación por un nuevo caso de desaparición forzada. Es el tercero que se da en poco más de un año, y nuevamente se sospecha de la policía santafesina. En este caso se trata de Leonel Martínez, de 15 años, que vive en Villa Gobernador Gálvez, pero desapareció el 6 de noviembre pasado en Rosario, donde su padre lo estaba resguardando de reiteradas amenazas de un oficial de la policía de la localidad vecina.
Responsabilizamos nuevamente al Estado provincial, porque es su policía la que vuelve a reprimir, perseguir y desaparecer a un joven, y exigimos que disponga todos sus recursos para emprender la búsqueda de Leonel. Exigimos también su aparición con vida y solicitamos la solidaridad de la ciudadanía y los medios masivos de comunicación, para colaborar en la difusión de la búsqueda y aportar cualquier tipo de datos que pueda ser de utilidad. Leonel mide 1.83 y pesa aproximadamente 90 kilos y cursaba en la escuela 1271, Alicia Moreau de Justo, de Villa Gobernador Gálvez.
Van 20 días desde la desaparición de Leonel y no se sabe nada de él. La búsqueda oficial comenzó recién el 18 de noviembre, cuando con el patrocinio del abogado Salvador Vera, los padres de Leonel realizaron la denuncia por desaparición forzada de persona ante la Fiscalía Federal Nº 1, a cargo del fiscal Santiago Marquevich, y siendo aceptada por el Juzgado Federal Nº 3, a cargo del juez Carlos Alberto Vera Barros. En estos pocos días de búsqueda, se han realizado muchas diligencias para averiguar el paradero de Leonel. Allanamientos, pericias fílmicas a cámaras de la zona, múltiples testimoniales y rastrillajes por las diferentes zonas en las que estuvo o pudo haber estado el joven. Ya están anoticiadas de la búsqueda la Gendarmería Nacional, la Prefectura Naval y la Fuerza Aérea. También se realizó una presentación ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, donde se dispusieron medidas cautelares para garantizar la vida de Leonel y que se ejecute un procedimiento especial para que el Estado argentino informe las medidas que se están tomando para dar con su paradero.
Un breve repaso por los hechos, muestra que no pueda negarse la participación policial en la desaparición de Leonel, y por lo tanto resulta válida la denuncia por desaparición forzada.
La familia Martínez viene sufriendo aprietes policiales desde el 30 de mayo de 2015. Aquel día, a las cinco y media de la mañana personal del comando radioeléctrico irrumpió en su domicilio, portando armas en sus manos y acompañados de policías de la Comisaría 25. Se sospecha que este movimiento estuvo dirigido por un policía de apellido Ojeda Medina y apodado “Pelado”, quien está detrás del conflicto inicial, vinculado a problemas familiares, por el cual se realizó este procedimiento ilegal. Esa madrugada, Roberto Martínez, padre de Leonel, fue detenido en la Comisaría 25 junto a sus dos hijos menores, de 12 y 8 años, y su nieta de 2 años. Como en ese domicilio no estaba Leonel, el “Pelado” se dirigió a la casa de la madre del chico, donde lo encontró y repitió el mismo procedimiento ilegal, también deteniéndolo. Por esta serie de hechos, la familia Martínez realizó la denuncia en la justicia provincial junto al defensor regional Gustavo Franceschetti y la defensora publica María Eugenia Carbone. A Roberto Martínez se lo había imputado por provocar un incendio en cercanías de su domicilio, pero finalmente la acusación quedó sin sustento y la causa fue archivada.
Por otra parte, el policía Ojeda Martínez es padrastro del joven Juan Cruz C., alias Tawali, con quien Leonel tuvo un conflicto el pasado 5 de octubre, momento a partir del cual volvieron a aparecer los hostigamientos a la familia y sobre todo al chico. Aquel día, Tawali apuntó con un arma de fuego a Leonel, quien intentó defenderse. En el forcejeo, el arma se dispara, lastima en el brazo a Tawali, y Leonel se escapa llorando y se refugia en el frigorífico Swift. Al día siguiente, Leonel denunció este hecho junto a su padre en el Ministerio Público de la Acusación. Por este hecho, a Leonel se lo imputa por abuso de armas, cayendo la justicia provincial en la contradicción de imputar no sólo a un menor de edad siendo que es inimputable para la justicia penal, sino que ni siquiera el chico portaba el arma.
Un nuevo episodio tuvo lugar a principios de noviembre pasado. Siendo cerca de las 8 de la mañana dos personas vestidas de civil, con jeans, remeras informales, pero con botas policiales, sin acreditar pertenencia a ninguna repartición pública, conduciendo un auto particular color negro, se presentan a la vivienda de la madre de Leonel. Estas personas indagan sobre dónde se encuentra el chico, expresando “venimos a buscar unos datos y papeles del gordito”. Ante la sorpresa de la madre, quien preguntó de parte de quién, quién los mandó, respondieron que ellos sólo obedecían y que además necesitaban los datos del padre, número de teléfono y domicilio laboral, que lo requería el Juzgado de Menores. La familia Martínez ya se había presentado días atrás a este Juzgado junto con Leonel, por lo cual resultaba falsa la presentación y la madre del joven se negó a brindar información. Así, estas personas se retiraron diciendo que iban a volver y amenazando directamente con dañar a Leonel. En el instante en que se retiraban, la madre del joven observó que a pocos metros había otro vehículo parado, color cremita, dentro del cual se encontraba el policía Ojeda Medina.
Otro episodio tuvo lugar un día después. Leonel junto a su padre y un ayudante de trabajo esperaban el colectivo 35/9 para dirigirse al lugar de trabajo en Rosario, cuando vieron acercarse un móvil policial conducido por un efectivo y acompañado por Ojeda Medina. Cuando subieron al colectivo, percibieron que la policía los seguía. En ese momento, Leonel advierte a su padre que vio cómo Ojeda Medina lo amenazó deslizándose un dedo por el cuello.
Por estos motivos, dando cuenta del riesgo que corría la vida de Leonel, sus padres decidieron resguardarlo en la vivienda de Rosario de la zona Ituzaingo al 1000 donde Roberto Martínez estaba realizando trabajos de construcción. Además, por esta serie de amenazas, el Asesor de Menores, Daniel Papalardo, inició un Hábeas Corpus para salvaguardar al niño.
Finalmente, el 6 de noviembre por la mañana, Leonel amanece con su padre en la obra, y minutos después arriba al lugar el ayudante. Tomaron unos mates, y luego Roberto con su ayudante se retiraron de la vivienda a realizar tareas de jardinería en una casa de la zona. Antes de retirarse, Roberto le pidió a Leonel que por ningún motivo saliera de la casa, y que sólo abriera la puerta si escuchaba un silbido a modo de código. Pasado el mediodía, cuando Roberto y su ayudante volvieron a la vivienda, silbaron en reiteradas oportunidades y no hubo respuesta. Tanto la puerta del pasillo como la de la vivienda estaban abiertas, las llaves en el piso y Leonel no se encontraba allí, pero sí sus pertenencias. Resulta llamativo que desde el mismo día, el joven Juan Cruz C. y su madre se ausentaron de su domicilio y tampoco se sabe nada de ellos, ni comparecieron a las citaciones que el Juzgado de Menores realizó en virtud del Hábeas Corpus presentado. También es sospechoso que el mismo día el policía Ojeda Medina haya sido trasladado para cumplir funciones en la Comisaría 26.
Entendemos que la desaparición de Leonel se enmarca dentro de las reiteradas amenazas que tanto él como su familia sufrieron por parte del personal de la Comisaría 25 y del Comando Radioeléctrico. Es un hecho más que responde a las características de una policía que reprime y ataca a la juventud de las barriadas populares. Exigimos que se esclarezca el hecho, que se investigue hasta el final el entramado delictivo de la policía provincial, y se desmantelen todos los nichos de corrupción de la fuerza. No queremos más jóvenes desaparecidos en democracia a manos del Estado, y seguiremos exigiendo la aparición con vida de Leonel Martínez.
Aparición con vida de Leonel Martínez
Justicia por Gerardo Escobar
Justicia por Franco Casco
Justicia por todas las víctimas de los aparatos represivos del Estado
Ni un pibe y ni una piba menos
Asamblea por los Derechos de la Niñez y la Juventud
Rosario – 25/11/2015