Por Colectivo Varones Antipatriarcales Rosario
Resuena un murmullo en nuestros espacios, un humo sonoro que envuelve cada una de nuestras reuniones y actividades; a veces parece curiosidad, otras tantas, vigilancia ontológica. En los últimos tiempos, hegemonía de la imagen, donde parece que el único modo que cuenta para hacer política es aquel centrado en el hacer hacia fuera – en la calle, entre grupos, para la foto, con tacos y medias de red – la pregunta se impone: ¿qué hacemos los varones anitpatriarcales? ¿dónde están los varones antipatriarcales? ¿quienes son los varones antipatriarcales?
Una primera intensidad nos hace sentir que estamos robando protagonismos; nos lleva a recuperar, revisar y entender, una y otra vez, la comodidad de genitalizar las luchas y sustancializar lo político. Nos pensamos con y desde el territorio, el territorio en tanto cartografía de condiciones políticas, culturales, sociales, económicas, de cada ciudad en dónde núcleamos, y a su vez, el territorio como pliegue de las trayectorias de singularización que cada compañero acarrea al grupo.
Esos ecos feministas nos incorporan, nos dan forman, guían nuestras reuniones, acciones y proyecciones bajo la forma de una interpelación paradojal: darnos cuenta de nosotros mismo. ¿Cómo hacemos lo que decimos hacer? ¿Desde dónde lo hacemos? ¿Qué privilegios acarrea ser tomado como un varón antipatriarcal? ¿Qué desafíos implica?
La contradicción performativa nos habita. Desde hace seis años, como promesa política. Aunque sabemos que en nuestras acciones seguimos una ilusión, y muchas veces erramos, aún así, lo hacemos. Porque creemos en la posibilidad de los devenires feministas que destruyan y diluyan los modelos hegemónicos, heterosexistas y homófobos de hacerse varón, en y desde nuestros propios cuerpos colectivizados. Nos juntamos para exponernos, desposeernos y deconstruirnos en la experiencia de las teorías y las corporalidades feminizadas.
Varones Antipatriarcales procura un política específica desde el cuerpo de los varones, una política que des-corporice los gestos cotidianos, haciendo cuerpo con otros varones, y en ese movimiento, que es en si un movimiento de desposesión, asumir que somos cuerpos polítizados, que nos hicieron y nos hacemos diariamente, que no somos un proyecto acabado, y que si conservamos esto último como punto epistémico cotidiano, somos llanamente cómplices de todas las adversidades contra las que el movimiento de nuestras compañeras vienen arremetiendo desde hace siglos.
Nos juntamos, nos cocinamos, putoneamos los maricones, y exponemos a su putez a nuestros compañeros más heteronormados; cenamos, lloramos un poco, y tratamos de estar y soportarnos. Decimos: a uno el colectivo le hizo bien, a este otro le salvo la vida o el plato del día, a otro le cambio la cáscara, a este lo sacudió, todos nos cubrimos de un tejido subjetivo que alguna que otra vez funciona como una mutua representación interna.
Nos preguntamos: ¿existe otra forma de defender el deseo que no sea exponiéndolo? ¿alguien puede dar cuenta donde radica la insignia feminista o antipatriarcal dentro de procesos que son en sí trayectorias de deseo y singularización?
Creemos estar en un momento crucial del proceso colectivo iniciado hace años atrás, porque nos vemos coaccionados a responder – y respondemos – en nombre de una categorías de la cual queremos, siguiendo a Wittig, fugarnos. Generalmente, el diálogo entablado con otros movimientos da cuenta del techo de cristal de los deseos de los movimientos, fundamentalmente porque nadie, en cualquier punto de nuestros dispositivos de género, espera que un varón desee otra cosa que no sea más masculinidad.
Nuestros compañeros maricas se escandalizan porque tengamos el tupé de nombrarnos varones, es un gesto de aparente homofobia interiorizada, y al parecer más bárbaro que algunas estéticas propias de la masculinidad gay; las compañeras cis-mujeres, aquellas poco cercanas a los feminismos, se tranquilizan al constatar que en a fin de cuentas somos un grupo en su mayoría homosexuales, al parecer somos el signo de que aún quedan “varones de verdad”.
Varones Antipatriarcales nace dinamitando la categoría de varón, feminizando y estallando esa categoría, para dejar expuestos todos los lugares en donde funciona como insignia de privilegios patriarcales. Denunciamos el ejercicio opresivo de poder, la producción capitalistica y la obligatoriedad del sexo, como núcleos que alimentan todos los modelos de masculinidad hegemónica dentro de nuestra cultura patriarcal.
Para desterrar esas superficies, procuramos una política que des-naturalice nuestro propio cuerpo vivido, creamos y sostenemos este espacio con la creencia en que hay algo posible de reivindicar y muy urgente de denunciar en el ejercicio de nuestros cuerpos. Cuidamos y potenciamos nuestra fragilidad, nuestras alegrías, buscamos una política de las emociones, todas esas practicas no visibles, no politizadas en los cuerpos cis-varones, pero profundamente políticas. Creemos en la urgencia de las luchas feministas, y sabemos que lo poco que podemos cambiar en esta coyuntura es el modo de relacionarnos entre nosotros, cuerpos de varones.
Cuestionamos las jerarquías políticas clásicas de organización, cuestionamos la teorización sin experiencia vivida; nuestras incomodidades son la guía para erradicar toda forma de masculinidad hegemónica; sucede en nuestro cuerpo, mientras estamos explorando qué es un cuerpo de varón junto a otros varones. Esta práctica feminista y antipatriarcal tiene el pulso político de un cuerpo que de a poco aspira a ser colectivo, se derrama de lo esperado a la incomodidad, en términos de sensaciones que van en contra de nosotros mismos.
Somos a penas una trampa para todos esas muchachas y muchachos que esperan de nosotros algo nuevo; somos una pose incomoda y picante, para que l@s chong@s que deseamos hagan la experiencia de no morirse en el intento de deconstruirse.
Somos mucho más que simples varones, somos maricas, somos varoneras, y estamos llegando a un nuevo Encuentro Nacional de Colectivos de Varones. Una excusa para juntarnos a compartir experiencias, agendas y alegrías aprendidas de la lucha feminista. Nos damos cuenta que somos mucho más que eso. Somos más que Nacional, porque están en camino compañeros de Chile, Paraguay, Perú, Uruguay, Venezuela y Brasil. Somos más que Colectivos de Varones, porque hay muchos compañeros que dentro de más de doscientos inscriptos, se acercarán por primera vez a compartir y dejarse invadir por estas experiencias.
Nos esperan tres días intensos en el que compartiremos plenarias de actualización y proyección de nuestras agendas, junto a jornadas de trabajo sobre: Cuerpo, vulnerabilidad y violencias de género; Involucramiento de Varones en la lucha por los derechos sexuales y reproductivos; Micromachismos; Modelos sexo-genéricos, hegemónicos y disidentes; Derecho por Aborto legal, seguro y gratuito; Identidades Trans; Trabajo Sexual; VIH; Cultura Drag y Orgullo LGTTTBI.
Sucederá lo que sucede cuando maricas de distintos lados se juntan con algunos varones. Espontáneidad, como rejunte de abejas, ruidosas todas juntas; cuando este abanico de maricas se juntan: se miden y ponen nuevos limites, con ironía, chistosas y un poco agresivas, y de noche se organizan una varieté, para bailar con sus caderas, de un lado al otro, se ríen, se hacen cómplices, como eternas pubers que en la pubertad no supieron ser cómplices y lo son ahora. Las maricas que todas terminan con A, la Pedra, la Gabriela, la Jaime, la Dani, la Tuki, la Mati. Y que no paran de hablar de ellos, sus chongos, porque hasta el deseo mismo hay que desterrarlo. Desbordadas, densas de a ratos las maricas, monotematicas, poliamorosas, perversas menos de lo que dicen, borrachas y adictas, cuchilleras si se las bardea, que nos cuidamos entre nosotras. Algunas mas chongas, otras casi nada. Y así, de repente, seremos varias y muchas más que la última vez, reencontradas, sumadas, amontonadas entre colchones, con dietas vegetariana o no tanto, con litros de mate y vino de por medio; y al paso nos damos cuenta que está borroneada la elección: hacemos lo que queremos ser, una vida más marica y feminista.
Seguí todos los detalles del IV Encuentro Nacional de Colectivos de Varones en nuestra fanpage:
https://www.facebook.com/encuentronacionaldecolectivosdevarones
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