Católicas por el Derecho a Decidir junto a la Red Internacional de Periodistas con Visión de Género de Argentina presentaron un Decálogo para el correcto tratamiento periodístico sobre el derecho a la interrupción voluntaria del embarazo. Se realizó en el marco de la jornada “¿Podemos hablar de aborto en tiempo de elecciones?, cuyo propósito fue debatir acerca de la posibilidad de interrogar a candidatos/as sobre su posicionamiento con respecto a la despenalización y legalización del aborto.
Por Eugenia Rodriguez
El pasado 6 de mayo tuvo lugar en el Congreso de la Nación Argentina la presentación de un Decálogo para el correcto tratamiento periodístico del derecho a la Interrupción Voluntaria del Embarazo. La jornada contó con la participación de periodistas de diversos lugares del país, junto con activistas comprometidas con la lucha por la despenalización y legalización del aborto.
Se trató de un encuentro organizado por Católicas por el Derecho a Decidir y la Red Internacional de Periodistas con Visión de Género Argentina, que bajo el nombre “¿Podemos hablar de Aborto en tiempo de elecciones?” se orientó a debatir críticamente la oportunidad que ofrece el marco de la campaña electoral para interrogar a los candidatos y candidatas sobre su posicionamiento en torno a este derecho aún no garantizado por el Estado.
“El momento electoral puede constituirse en una gran oportunidad para conocer mejor a quienes pretenden representarnos si el periodismo pregunta lo que la sociedad necesita saber”, señala el decálogo en su introducción. Las autoras sostienen que “los derechos humanos de las mujeres, los derechos sexuales y reproductivos y, en particular el tema del aborto, forman parte de una agenda cada vez más presente que, sin embargo, aún está ausente en las entrevistas y notas llamadas políticas”.
Pañuelos verdes al viento
La jornada se desarrolló en el Anexo de la Cámara de Diputados de la Nación y apuntó a la búsqueda de consensos en torno a la posibilidad de instalar la cuestión de los derechos humanos de las mujeres en un contexto de contienda electoral.
Al comienzo tomó la palabra Soledad Deza, abogada tucumana integrante de Católicas por el Derecho a Decidir, para interrogar a quienes estaban presentes sobre si el derecho inalienable de las mujeres a decidir se puede incluir en la agenda de quienes pretenden ser elegidos en una democracia representativa. La especialista en género desarrolló la cuestión de los objetores de conciencia, respecto de lo que consideró que “es un derecho que debe poder ejercerse”, no obstante refleja “resistencias culturales a la autonomía de las mujeres de poder decidir sobre sus propios cuerpos”. Es decir que si bien “protege libertades, en el aborto se transforma en herramienta ofensiva” ya que en el marco de una tensión de derechos, la interrupción voluntaria del embarazo abarca otra libertades que deben ser garantizadas como la libertad de conciencia y de pleno ejercicio de los derechos reproductivos por parte de las mujeres.
A su turno, se escuchó la voz de Susana Chiarotti, abogada feminista de prolongada trayectoria internacional y nacional en la defensa de los derechos humanos de las mujeres. Chiarotti fue contundente al indicar que “al patriarcado le llevó 5 mil años controlar la sexualidad/maternidad de las mujeres”. Por lo que la lucha por recuperar esa autonomía no puede ser sencilla.
En tanto que la integrante del Comité Latinoamericano y del Caribe para la Defensa de las Mujeres (CLADEM), y fundadora del Instituto de Género, Desarrollo y Derecho (INSGENAR), mencionó la legislación existente en América y a nivel Internacional en materia de derechos reproductivos. Sobre ello dijo que el Sistema Regional instituido por la Organización de Estados Americanos (OEA) es “más conservador” que la Organización de Naciones Unidas, ya que “recién en los últimos tres años se han empezado a abordar los derechos reproductivos”
Luego la palabra circuló entre las y los presentes, siempre en torno a lo conveniente de hablar de aborto en época de elecciones. La mayoría coincidió en que es necesario instalar el debate para “romper el silencio” porque “el silencio es político”, responde a intereses en pugna.
Tras la firme convicción de no callar, de romper las cadenas que atan a la pasividad y la aceptación sin elección, surgió y surge entonces el desafío de indagar sobre ¿cómo? construir un discurso social que sea parte y sostenga la lucha por el reconocimiento del derecho de las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo.
En ese sentido, se concluyó sobre la importancia de valerse de la creatividad al momento de decir, de construir discursos que den cuenta de que el aborto es un tema político -porque lo personal es político- que interroguen sobre el papel de un Estado que hoy penaliza y criminaliza a las mujeres que abortan, y que sigue respondiendo a presiones de la Iglesia en materia de legislación ciudadana.
Además es fundamental expandir el material disponible a los distintos rincones del país, para que los y las periodistas y activistas puedan contar con material para comunicar a la sociedad. Ello es clave para combatir la desinformación que, tal como sucede con la información errónea, contribuyen al avance de los discursos que avalan intereses conservadores.
Es por ello que resulta necesario contar con herramientas para problematizar los relatos “avaladores”, aquellos que hablan de “niñas madres” en lugar de “niñas violadas”, que hablan de “crimen pasional” en lugar de “femicidios”.
Según lo detallaron integrantes de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, hoy se producen 1200 abortos por día. Tal como señala el Decálogo, que estará disponible en www.catolicas.com.ar, “problematizar el marco normativo vigente que penaliza el aborto aunque esta sea una práctica frecuente en la vida de las mujeres, es interpelar a una sociedad que sostiene y naturaliza el doble estándar, según pertenencias de clase y etnia. ”
La publicación aparece entonces como una interesante y útil herramienta para el compromiso y la responsabilidad que los comunicador@s asumimos ante la sociedad y en defensa de los derechos humanos de todos y todas.