La lesbofobia es violencia de género
El 7 de marzo de 2011, Las Safinas pintaron un mural en homenaje a la Pepa Gaitán, asesinada en Córdoba por ser lesbiana. A los diez días, la obra fue blanqueada por la Municipalidad y recién tres años y medio después, llega la respuesta a los diversos reclamos realizados por las organizaciones: el lugar asignado para volver a pintarlo era la bóveda del túnel ubicado en Sarmiento y Avenida Ilía. El repudio fue masivo. Hoy, en el marco de las actividades del Día contra la violencia hacia la Mujer, las Safinas repintaran el mural en la pared original, luego de intensas movilizaciones. Un día de reparación para las lesbianas, afirma María Eugenia Sarrías en esta entrevista para enREDando.
Por Loreley Flores (periodista del programa radial Bichos Raros)
En 1999, la Asamblea General de las Naciones Unidas designó el 25 de Noviembre como Día Internacional de la NO violencia contra las mujeres, en conmemoración de las hermanas Mirabal, quienes, por oponerse a la dictadura de Trujillo en Santo Domingo, fueron torturadas y brutalmente asesinadas el 25 de Noviembre de 1960. Ellos pensaron que matando a Minerva, Patria y María Teresa, conocidas como “Las Mariposas” detenían la lucha por la libertad, pero seis meses después, el régimen de Trujillo desapareció y sin embargo, las mujeres de todas las épocas hemos tomado la posta de estas Mariposas en la lucha por un mundo sin violencia de género.
Según el observatorio de femicidios en Argentina “Adriana Marisel Zambrano” —dirigido por “La Casa del Encuentro”— en el año 2013, en nuestro país, fue asesinada una mujer cada 30 horas.
Según la “Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer”, —Resolución de la Asamblea General 48/104 del 20 de diciembre de 1993— la expresión “violencia contra la mujer” se refiere a todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada.
Existe violencia sexual, física y psicológica.
Es violencia de género la que se ejerce a través de la dominación económica, o de la restricción de la libertad.
El acoso callejero es una forma de violencia de género.
La violencia institucional puede ser violencia de género.
Si una mujer haciendo igual tarea que un hombre gana menos, es violencia de género.
Si se nos impide opinar, es violencia de género.
Si se insulta a una mujer trans por su identidad, es violencia de género.
Que no se reglamente el artículo 11 que regula el acceso a la salud integral para personas trans, es violencia de género.
Si se nos impide decidir sobre nuestros cuerpos, obligándonos a sostener embarazos forzados, es violencia de género.
Si no se condena a los culpables de femicidios o se les rebaja la pena por “emoción violenta”, es dos veces violencia de género.
Que los medios hablen de crímenes “pasionales”, es violencia de género.
Que se nos mutile, es violencia de género.
Que no se termine de regular el registro de donantes de gametos y las obras sociales se agarren de esto para no cubrir los tratamientos de fertilidad, es violencia de género.
Que no se implemente la ley de Educación Sexual Integral, es violencia de género.
Que se nos invisibilice por ser lesbianas o no se reconozca a nuestras familias como tales, es violencia de género.
La lesbofobia, es también violencia de género.
La organización “Las Safinas” es un espacio militante de reflexión y acción lésbica de nuestra ciudad que, hace desde el año 2003, viene trabajando por la visibilidad lésbica y por el respeto de las identidades y las familias diversas. Desde el año 2011, viene reclamando sin cesar por la NO violencia simbólica e institucional hacia las mujeres lesbianas.
enREDando entrevistó a una de las fundadoras, María Eugenia Sarrías.
—¿Cómo surge la idea de pintar el mural contra la lesbofobia?
— Fue a partir del asesinato de Natalia “Pepa” Gaitán en el año 2010 en Córdoba. A “La Pepa” la mató el padrasto de su novia porque le molestaba la decisión de su hijastra de estar en pareja con Natalia e irse a vivir con ella. A las lesbianas nos pasó algo muy fuerte con este asesinato, porque la realidad es que la gran mayoría de nosotras, la primera violencia la sufrimos en nuestra familia, y que su mamá, saliera a decir que su hija —Natalia— había sido asesinada por lesbofobia fue muy movilizante. El reconocimiento de las lesbianas por parte de otras mujeres es difícil.
Este asesinato y esta mamá amando y defendiendo a su hija más allá de todo. Diciendo a todos que a su hija la mataron por ser lesbiana, nos impulsó a las calles a pedir justicia en todo el país, de diferentes formas. En ese momento, surgió de parte de la concejala Mariana Alonso la posibilidad de plantear una ordenanza de lucha que declare el día de su muerte —7 de marzo— como día de lucha contra la lesbofobia. ¡Y lo logramos!
Esta ordenanza consta de tres ítems: el primero, la declaración del día de lucha; el segundo, donde el ejecutivo se compromete a realizar campañas de difusión con respecto a la visibilidad lésbica y a las lesbofobias y por último, el Ejecutivo se comprometía a darnos una pared para pintar un mural.
—¿Cómo fue el proceso de selección de la obra que se iba a pintar ?
—El grupo de trabajo estaba compuesto por doce personas pertenecientes a Las Safinas, Las Juanas, Locas Margaritas y M.A.R —Mujeres Auto convocadas Rosario— y sólo teníamos cuatro días para pintar el mural, así que llamamos a la gente de “Cultura en Movimiento” y a la artista Analí Chanquía.
Analí presentó algunos bocetos de murales, pero para nosotras eran muy violentos porque contaban el asesinato de Pepa a partir de disparos y tiros, y ese no era el mensaje que nosotras queríamos darle a la sociedad.
—¿Y cuál era el mensaje que querían transmitir?
—Nos pusimos a pensar cuál hubiera sido el deseo de Natalia. Y en realidad, creemos que el deseo de Natalia hubiera sido estar con su pareja en una sociedad que las respete y las contenga, poder ser libre; que es el deseo de toda lesbiana: mostrarse libremente a la sociedad y proyectarse como familia. Ese era EL mensaje. Analí hizo el dibujo y lo pintamos entre todas.
—¿Por qué hablamos de re inaugurar el mural?
—A los diez días de realizado, el mural fue blanqueado. Hubiéramos esperado quizá, algún tipo de intervención callejera y no esa “tapada brutal” de parte de un área del Municipio. Sentimos de nuevo el peso de la invisibilidad, fue doloroso y violento. Desde ese día no paramos de reclamar. Las dueñas del Bar Chavela nos ofrecieron pintarlo ahí en una pared, y lo hicimos, pero ese lugar es nuestro, seguíamos estando ocultas.
Hicimos varias radios abierta reclamando. Fuimos a Derechos Humanos de la Provincia, que estaba a cargo de Rosa Acosta, y ellos se pronunciaron: hicieron una resolución dónde se pedía explicaciones al Municipio, considerando que era una acción que iba en contra de la libertad de expresión de un colectivo y que incumplía varios compromisos internacionales con respecto a derechos de las mujeres. Posteriormente, se pronunció la Comisión de Derechos Humanos del Concejo Municipal. Nosotras organizábamos la movida, pero la participación era colectiva, por eso nos dolió tanto
—Y hoy lo vuelven a pintar ¿Cómo fue el recorrido hasta acá?
—A través del Área de la Diversidad tuvimos varias reuniones con Cultura de la Municipalidad y ellos decían que el mural era muy explícito y que el arte no debía ser así. Había dos mujeres besándose: esas somos nosotras, esas son nuestras familias. ¿Qué hay de malo en un beso?
Este año, después de varias reuniones, nos ofrecieron la bóveda del túnel que está por Sarmiento, nos pareció una burla, una falta de respeto porque de nuevo nos ponía en un lugar de ocultamiento, de invisibilidad, de falta de luz. En ese momento, más de cincuenta organizaciones nos pronunciamos en un documento que contaba el recorrido que había hecho este mural y cómo estaban atentando contra los derechos de todo el colectivo LGBTI
Tiempo después se puso en contacto la gente del Área de la Diversidad —ya no de Cultura— diciendo que habían aprobado que volvamos a pintar el mural en la pared original, que era lo que nosotros reclamábamos como una cuestión de reivindicación histórica. No lo podíamos creer.
Hoy será un día de reparación para las lesbianas, porque volverá a verse en el paredón de Ilía y Sarmiento un trazo, un dibujo, un mensaje que quiso ser tapado, opacado y violentado. Un dibujo que habla de nosotras.
—Decías que el dibujo representa el sueño de Natalia “Pepa” Gaitán, y de todas las lesbianas pero cuál es exactamente este sueño.
—Deseamos la libertad. Deseamos superar la invisibilidad lésbica y defender a las familias diversas. No somos lesbianas sólo por estar con otra mujer; somos lesbianas porque rompemos con un sistema hetero-sexista y patriarcal. Pensar la maternidad lésbica, también es romper con un sistema. Era impensado que dos mujeres pudieran tener un hijo o una hija en este sistema que, si bien nos reconoce legalmente, la realidad de las políticas públicas todavía siguen basándose en el heterosexismo.
Nosotras consideramos que en ese dibujo teníamos que mostrar eso para sensibilizar y generar cambios al respecto. Promover el derecho de las niñas y los niños que habitan en estas familias.
El dibujo representa nuestro deseo y a nuestras familias que cada vez son más— dijo María Eugenia Sarrías.
Este 25 de noviembre a las 16.30 en Sarmiento y Arturo Ilía, en el marco de las actividades del Día por la NO violencia contra la mujer, se realizará el Festival Rosario Libre de Lesbofobia, dónde se re-inaugurará el Mural contra la Lesbofobia que fue aprobado el 3 de Marzo de 2011 por la Ordenanza 8746 y que también sufrió violencia simbólica e institucional.
En el artículo 2 de dicha Ordenanza, a petición “Las Safinas”, se declara el 7 de marzo de cada año como día de lucha contra la Lesbofobia en conmemoración al LESBICIDIO de Natalia “Pepa” Gaitán ocurrido en Córdoba.