El Colectivo de Varones Antipatriarcales nació en La Plata en el año 2009. Dos años después, la experiencia se multiplica en Rosario, conformando un grupo de aproximadamente 10 varones que se preguntan, reflexionan y problematizan sobre el «ser varón». Desde la Educación Popular, trabajan en talleres y Encuentros Nacionales con el objetivo de cuestionar sus privilegios, sus prácticas, las masculinidades que se construyen en una sociedad patriarcal. «Nos proponemos Antipatriarcales como horizonte, como perspectiva y como proceso; es en el desafío de desandar la categoría de Varones donde aunamos nuestras prácticas contra el patriarcado y sus opresiones», sostienen.
Por María Cruz Ciarniello
[dropcap]U[/dropcap]na ronda de mates auspicia más de una hora de charla con integrantes del Colectivo de Varones Antipatriarcales Rosario. ¿Qué son?. ¿Qué hacen?. Estas podrían ser preguntas disparadoras para desandar el camino de una organización que se deshace a sí misma para reflexionar sobre ciertas categorías profundamente naturalizadas.
Sin embargo, al hacerlas caeríamos en el mismo error que intentamos cuestionar. No hay respuestas sencillas ni cerradas frente a este tipo de interrogantes que suponen, al menos, una definición o descripción.
Entonces, empezamos por otro lado: ¿Cuáles son las preguntas que le dan nacimiento o que han parido a esta organización? El ser varón es una de ellas ¿qué es? ¿cómo se construyen ciertas masculinidades en una sociedad heteropatriarcal?. Las preguntas, en sí mismas, son el punto de partida. La incomodidad, el cuestionamiento, la reflexión ante las prácticas cotidianas, el situarse con otros y otras, los diferentes modos de construir vínculos, el cuerpo y la estética.
Este combo explosivo parece irrumpir en una de las tantas frases acuñadas por el Colectivo a nivel nacional: ¡Ponele bomba al patriarcado!, agitan.
Y sí, algo de todo esto explosiona en un cuerpo de varones que se articula a nivel nacional y que –inspirados en la fenomenal lucha del movimiento feminista en Argentina – organizan cada año el Encuentro Nacional que este fin de semana del 22, 23 y 24 de noviembre, tuvo lugar en la ciudad de La Plata.
“¿Qué es ser varón? fue y es la pregunta que resuena en los cuerpos de muchos de nosotros, pregunta que seguimos haciéndonos cada vez que participamos de un taller, cada vez que marchamos contra la violencia de género, por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito, o por el orgullo LGTB”, dice el Colectivo de Varones a nivel nacional.
Durante la charla con enREDando, Markos, Mauricio y Federico ensayan diversas reflexiones que nos permiten entender el surgimiento del Colectivo que nació en la Plata, en el año 2009. Desde allí, ramificó sus raíces en Capital Federal para luego, en el año 2011, comenzar a transitar este “arduo trabajo” en Rosario, además de San Luis, Haedo, Córdoba y Neuquén.
En el mes de mayo del año pasado, se realiza el primer Taller en Rosario. El objetivo fue dar a conocer la agrupación y multiplicar la convocatoria. “Fue una convocatoria abierta y se acercaron cerca de 30 varones”, rememora Fede Abib. “El desafío fue, además de hacer del taller, lograr que la convocatoria se extienda. Y salió la idea de hacer un retrabajo sobre el taller, hicimos un ejercicio de resonancia, y a la semana realizamos una sistematización e invitamos a volver a juntarnos y leer de forma anónima lo que había resonado del taller. Así quedamos un grupo que fue mutando y se fue abriendo”.
“Lo que más me convocó a participar fue la pregunta acerca de ¿qué es devenir varón?, señala Markos Peralta, quien se sumó en el año 2013, a partir del taller realizado en la Coad. “Los putos creíamos que era solo un espacio para putos o solo para héteros, y después, en el hecho de empezar a desentrañar y abrir lo que es la masculinidad, empezás a reconocer que esta cuestión del patriarcado no es un privilegio de los heterosexuales. Aun un varón gay frente a una mujer tiene una situación de privilegio”, apunta con claridad.
Mauricio se acercó partir de la invitación de un amigo que fue a tomar fotos del taller. Su amigo se fue, pero él decidió quedarse a militar. “Acá la propuesta era bien horizontal, trabajar hacia adentro y hacia afuera. Y hubo un segundo taller en el mes octubre, y ahí participé activamente. Y en el segundo Encuentro Nacional que fue en Mendoza ya fui muy entusiasmado. Te ves como en un espejo junto a otros colectivos, ves cosas muy potenciales para seguir trabajando.”
Dos preguntas insisten en retrabajarse una y otra vez, en cada taller o en cada encuentro a nivel nacional. “Qué significa ser varón y por qué ser varones antripatriarcales”. Respuestas concretas no hay, y en esto profundiza el Colectivo. Se trata de un permanente reflexionar sobre las modalidades del ser varón, sobre las prácticas que nos atraviesan como cuerpo y en el cuerpo. “Es un transitar y un ir deconstruyendo porque no es destruir para quedarnos en la nada, sino de ir buscando, de reconstruir tu identidad sin ser opresoras de otras identidades. El debate tiene que ver con habilitar otras formas de ser varones que no nos habilita la cultura patriarcal, por eso, una caricia con otro hombre o sostener una mirada habilita algo que nunca se había habilitado en nosotros. Ya eso solo repercute en otro momento de tu vida. Por eso es un ir deviniendo”, dice Mauricio. El mate va por una segunda vuelta.
Poner el cuerpo: “ni machos ni fachos”
Las formas y modos en cómo se trabaja al interior del Colectivo hacen foco en el cuerpo y en la educación popular como motores para vehiculizar las posibles reflexiones. “Hay que ponerle el cuerpo a las preguntas”, dice Markos quien además, es bailarín y coordinador del proyecto audivisual Con-movernos. “Esto tiene que ver con el sentirpensar, que en la masculinidad hegemónica esta negado, todo el campo de lo sensorial afectivo, y esto se pone de manifiesto en los talleres haciendo con otros, hay una puesta muy fuerte del trabajo con el cuerpo, entendiendo que uno se pone en situación corporalmente con los otros, y que actúa, piensa, siente, emociona, moviliza esas preguntas en un aquí y ahora con otros.”
En el Colectivo de Rosario participan integrantes del grupo Teatro del Oprimido, posibilitando el trabajo con el cuerpo desde otros lugares. “Acá en Rosario le damos mucha importancia al cuerpo, esto tiene que ver con sensibilizarlo porque muchas veces está hecho para otra cosa que no es para sentir”, agrega Mauricio.
Fede aporta una reflexión que rescata el aprendizaje constante que realizan del feminismo en Argentina. “El principio político del feminismo “una no nace mujer sino que llega serlo” nos permite pensar que nos pasaría a nosotros si nos interpeláramos de esta manera ¿qué implica llegar a ser varón?. Implica reconocer que uno está penetrado por las mismas relaciones de poder que las mujeres y que es colocado en un lugar de privilegio, en un lugar incuestionable incluso los varones gays, situación que no es replicable para los varones trans. No es lo mismo un varón socializado como varón desde siempre, es mucho más compleja para un varón trans el hecho de tener esa ontología de transición de una feminidad a una masculinidad.”
De la extensa lucha del movimiento de mujeres, Varones Antipatriarcales se inspira y aprende. “Nuestro capital cultural es el saber y el poder acumulado por las compañeras en la lucha feminista”, reafirman. El colectivo no se construye para “apoyar” o simplemente acompañar los reclamos feministas porque “ellas no necesitan de nosotros”, señala Federico. El colectivo forma parte de esta misma lucha, “problematizando sus roles de poder y privilegios como varones”.
El patriarcado nos jode a todxs
Otro de los debates al interior del grupo tienen que ver con reflexionar sobre la estética. “Si no cuestionamos también nuestras estéticas, que es hilar muy fino, por ahí podemos entrar en situaciones detestables y reproducir lógicas opresivas. la estética también es una superficie donde se reproduce machismo, micromachismo, patriarcado, y no se problematiza”.
Poner el cuerpo, cuestionar las estéticas, es también ensayar la autocrítica con uno mismo. Dice Markos: “Lo que posibilita el trabajo con el cuerpo es que eso que acontece en un taller se va conmigo, a otros espacios. El trabajo del cuerpo adquiere relevancia porque uno se pone en situación y corporiza otros modos de estar que aparecen en otro lugar. Frente a una situación de machismo hay algo que entra en tensión. Un ejemplo muy sencillo, estar en un espacio con amigos varones y la complicidad del chiste machista, y romper esa alianza y advertir que no estás en esa alianza ya implica un corte”.
Para Mauricio, “hay que tomar la categoría de varón para empezar a desarmala”. Las relaciones asimétricas de poder, la fobia, la desigualdad, la división social y sexual del trabajo se materializan en el cuerpo, en el estar junto a otros y otras. El ser varón implica gozar de determinados privilegios y también, soportar ciertas opresiones.
“Alcanzar esta categoría implica una determinada estética, renunciar a lo afectivo, una determinada alianza que siempre va a implicar la subordinación de otras mujeres, todas esas preguntas hay que ponerlas en situación desde el cuerpo”. Del mismo modo, Mauricio acota que “ser un varón antipatriarcal” tiene que ver con ser concientes de los lazos de opresión que existen para intentar no reproducirlas”.
Varón Bonito es el que renuncia de sus privilegios
Hay privilegios notorios, y otros más sutiles, destacan. El acceso laboral es uno de ellos. Pero también “hay privilegios muy micropolíticos, como el hecho de que no es la misma sensación emocional de un varon cuando espera un taxi a las 2 de la mañana. Si bien la violencia no reconoce ni genero ni sexo, sí lo reconoce y sí funciona. Tiene que ver, por un lado con privilegios materiales pero al mismo tiempo, con diferencias en la sociabilización dentro de la institución del género”.
En términos de opresión, lo que más se hace visible es la renuncia a lo afectivo. “El gran factor de opresión es estar obligados a ser siempre el mismo”, dice Fede. También la estética entra en juego, “porque no es lo mismo ser un varón homosexual de clase media o ser varón trans de clase medio, o ser un varón universitario de clase media o un varón de un barrio de Rosario”. Markos es contundente: “Devenir varón en un sistema patriarcal implica un costo y una mutilación que es afectiva”.
¿Se puede ser siempre el mismo? La respuesta es no. El movimiento constante aparece también como otra premisa del Colectivo. “No se trata de pararse en determinada posturas sino ir moviéndonos”, dicen. “Es necesario sostener esta apertura de las categorías y sostener la autocrítica o la vigilancia de la movilidad de los márgenes, el derecho a uno a ser moustruo, como dice Susy Shock, a dejar de ser todo el tiempo lo que uno es”, agregan.
Encuentros nacionales
El primer Encuentro Nacional de Varones Antipatriarcales se hizo hace tres años en Haedo, provincia de Buenos Aires. El segundo fue en Mendoza y este 22 y 23 de noviembre tiene lugar en la ciudad de La Plata, cuna del nacimiento del Colectivo. “Nos proponemos Antipatriarcales como horizonte, como perspectiva y como proceso; es en el desafío de desandar la categoría de Varones donde aunamos nuestras prácticas contra el patriarcado y sus opresiones, en tanto jerarquía que define la política de verdad sobre nuestros cuerpos diferenciando géneros y sexos legítimos de aquellos otros cuerpos marginados”.
Desde ese lugar, integrantes de los Colectivo en todo el país se encuentran a debatir, compartir, jugar, poner el cuerpo y reflexionar juntos. Los tres días contemplan instancias de talleres vivenciales, estrategias de producción y construcción de saberes desde la pedagogía popular, y espacios de construcción de sororidad entre varones.
El domingo se llevó a cabo el panel abierto “Varones y feminismos: de lo irreconciliable a lo posible. Debates sobre las luchas feministas y lxs varones organizadxs” que contará con la presencia de referentes feministas de todo el país y al cierre se realizará una Caravana hasta la Plaza Moreno, lugar emblemático de las manifestaciones en la ciudad de La Plata “para expresar nuestras demandas, consignas y también las alegrías de las luchas compartidas para ponerle Bomba al Patriarcado.”
¿Qué deja la participación en estos Encuentros?. Para Markos la experiencia de advertir que existen otras formas de vincularse entre varones. Algo tan sencillo y complejo como eso. “Encontrarse con otros varones te ayuda y te potencia”, dice Mauricio. “Es una potencia enorme de querer cambiar la realidad”. Los debates en cada Encuentro son amplios y tiene que ver con los diferentes roles que ocupa el varón en una sociedad patriarcal, cómo se posiciona con respecto al aborto o la violencia machista, por ejemplo. “El lugar de los varones no es un dato menor, es advertir que somos educados y criados para asesinar a una mujer si nos dice que no. Nosotros fuimos y seguimos siendo entrenados en esta sociedad donde hay cuerpos que pueden ser maltratados, violentados, abusados, inclusive muertos”, subraya Markos.
Y Fede culmina: “Cuando nos preguntan qué papel tenemos nosotros con respecto al aborto, ante esa pregunta decimos que como varones tenemos que abortar la masculinidad que nos entrena para tolerar, soportar o hacer la vista gorda con respecto a la naturalización de la violencia sobre el cuerpo de una mujer. Tenemos que abortar esa lógica porque así somos construidos”.
1 comentario
Me parece de una inteligencia y una sensibilidad extraordinarias. Las voces para dialogar son las que me fascinan, las necesarias, las que salen de los obvios y destructivos derroteros violentos.
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