Franco Casco continúa desaparecido
Elsa Godoy, madre del joven de veinte años, tuvo acceso a las fotos del legajo de la Comisaría 7ma, en las que se ve al chico con golpes en el rostro. Por su parte, el fiscal de la causa explicó de qué manera está interviniendo la justicia.
Por Martín Stoianovich
Día veintidós desde que no se sabe nada de Franco Casco, el joven desaparecido en Rosario luego de haber estado detenido en la Comisaría 7ma. Elsa Godoy, su madre, se encontró con el fiscal que toma el caso, Guillermo Apanowicz, y el secretario de Gestión Penal Leandro Trangoni, para exigir de alguna manera que se ponga en marcha una investigación con más rigurosidad. Con ella estuvieron organismos de Derechos Humanos y organizaciones sociales que se encuentran acompañándola en la búsqueda de su hijo.
Después de un largo rato bajo el agobiante calor del mediodía, Elsa pudo entrevistarse con Apanowicz en la sede de la Fiscalía Regional. Allí, se le ofreció ver las fotos de legajo que se toma a los detenidos como parte del procedimiento. “Estaba muy golpeado”, afirmó Elsa luego del encuentro con el fiscal y minutos antes de sufrir una descompensación que denotaría su alto grado de angustia.
Esto despejaría las dudas que desde el entorno de Franco se venían gestando, y están cada vez más convencidos que se trataría de un nuevo caso de violencia institucional. De todas maneras, todavía no se puede constatar si los golpes que muestra Franco en las fotos fueron recibidos antes o después de la detención. Respecto de esta duda, Apanowicz confirmó a enREDando y otros medios de la ciudad que ya se solicitó el informe médico del chequeo que, como protocolo, se realiza sobre los detenidos antes de ingresar y salir de la dependencia policial.
Por ahora, todo parece estar muy poco claro en cuanto a qué fue lo que pasó antes de que Franco ingresara a la comisaría y en los momentos posteriores. Tal como aseguran desde el entorno que hoy acompaña a Elsa, un vecino de la comisaría había declarado que antes de ser detenido Franco se encontraba con otra persona arrojando piedras, pero sin embargo luego optó por no ratificar la declaración cuando se le solicitó. Toda una serie de sucesos, como las fotos de Franco que fueron despegadas de las inmediaciones de la seccional, o el impedimento a Elsa de ver la firma de su hijo, se fueron constituyendo como refuerzos para la sospecha de que la policía está involucrada en la desaparición del joven.
En este reciente encuentro con el fiscal, Elsa tuvo acceso a la copia del acta de conocimiento del hecho del imputado, lo que ella refiere como “el cuaderno”, y en donde se ve la supuesta firma de Franco. Sin embargo, Elsa asegura que esa no es la firma de su hijo e insiste en que él seguía en la comisaría mientras ella reclamaba ahí mismo. A su vez, recuerda que un oficial se llevó el cuaderno a otro espacio de la seccional y volvió después de varios minutos. Sospecha entonces que en ese momento lo hayan obligado a firmar aún estando detenido.
Según explicó Apanowicz, la causa llegó a Fiscalía el 14 de octubre. A partir de ese momento se organizó una división de tareas por medio de las cuales se solicitó a Asuntos Internos que tomaran declaraciones a los policías de la Comisaría 7ma. “Estamos esperando que llegue eso para evaluar si quedan medidas pendientes”, afirmó el fiscal. Respecto de los golpes que muestra Franco en las fotos, dijo que la policía informó que hubo resistencia a la autoridad y que el pibe presentaba un golpe en un labio. “Pero yo veo que tiene algunos golpes más, de acuerdo a la foto que le sacaron ese día”, admitió luego. Por otro lado, el fiscal aseguró que la liberación fue otorgada por el Fiscal de Flagrancia Álvaro Campos por vía telefónica.
Acerca de las tomas de las cámaras de la comisaría, Apanowicz adelantó que será complicado contar con ellas porque tienen un sistema de autoborrado cada 48 horas. Pero sí se buscará seguir ampliando la investigación con cámaras de seguridad de la zona de la seccional. Mientras tanto, se intentará en los próximos días conseguir nuevos datos que profundicen la investigación.
El caso de Franco Casco ya es de conocimiento público e incluso organismos nacionales, además de los provinciales, están al tanto de la situación. Desde el entorno del chico desconfían de la policía y temen que Franco sea uno más de los tantos jóvenes sometidos a la violencia institucional y desaparecidos por las fuerzas de seguridad. Como medida para exigir el esclarecimiento del caso, se organizó una movilización para el próximo jueves 30 de octubre. La convocatoria está pactada para las 18 en el Cruce Alberdi, para luego marchar hacia la Comisaría 7ma.