Durante más de diez años el grupo de clasificadores de residuos Luchadores 1º de mayo, trabajó literalmente en la calle, en la vereda de Cabal y Olivé. Después de una larga lucha, junto al acompañamiento de Taller Ecologista, lograron que la Municipalidad de Rosario cumpla con el compromiso asumido de alquilarles un galpón para poder trabajar en un lugar cubierto.
Por Taller Ecologista
Desde 2001, cuando se conformó la cooperativa Luchadores 1º de mayo, Claudia, Norberto, Mario, Gabriel, Emanuel y Marina, trabajaron reciclando residuos en la vereda de sus casas, incluso sin contar con las mínimas condiciones de seguridad: guantes, barbijos, botas. Ellos mismos crearon un fondo común para cubrir medicamentos o comprar herramientas. “Necesitamos un espacio donde poder trabajar mejor, estamos a la intemperie, sin sombra en verano ni techo en invierno. Gracias a esto hoy le damos de comer a seis familias”, nos decía Claudia Gaetán hace unos meses.
Después de mucho remarla, de idas y vueltas y de tantísismas reuniones, finalmente, a mediados de agosto la Municipalidad de Rosario cumplió con el compromiso asumido de alquilar un galpón para que pueda funcionar la planta de clasificación. Desde Taller Ecologista venimos acompañando el reclamo de los trabajadores en este último tiempo. El galpón está ubicado en Ecuador 600 bis, barrio Fisherton Industrial, a unas 15 cuadras de la vereda donde trabajaron hasta ahora.
“En el galpón mejoró nuestro trabajo, la diferencia es muy grande, tenemos lugar para el acopio de los materiales, nos beneficia mucho con la venta, no estamos más en la vereda, no nos agarra el sol, sí la lluvia, pero menos. Acá cuando llueve tenemos que cortar el trabajo porque se inunda todo, no nos mojamos nosotros pero no podemos seguir trabajando”, nos cuenta Marina sumamente entusiasmada con este avance que, sin embargo, no significa haber terminado del todo con la lucha.
Los trabajadores también nos cuentan que tienen una enfardadora que aún no instalaron porque en el galpón todavía no tienen instalación eléctrica, a su vez nos dicen que siguen trabajando sin los mínimos elementos de seguridad, reclamos que seguirán dando, de a poco.
“Nuestro emprendimiento funcionó más de diez años en la vereda de la casa de mi mamá, ella está contentísima con este avance. Además de salir del lugar, ya no está con los nervios de punta porque nos llegue a pasar algo, está complicado el barrio”, continúa Marina, radiante por el paso logrado, mientras llega un camión a dejarles la materia prima de su trabajo.
Todos los días reciben residuos de los camiones pertenecientes a los programas municipales Separe, Puerta a Puerta y de los Centros de Recepción. Entre los principales materiales que clasifican y recuperan se encuentran el cartón, papel, tetrabrick y metales, los cuales venden por kilo.
En Rosario existen otras dos plantas de clasificación, una ubicada en Alem 3965; y la otra en Ancon 2845, gestionada por el GOA (Grupo Obispo Angeleli), que desde hace años acompaña a los vecinos con el emprendimiento.
Fuente: Taller Ecologista