Nuestra provincia tiene 720 km de largo y 133.007 km² de superficie. Km a km, pueblo a pueblo, todo el territorio viene siendo recorrido por la multisectorial “Paren de Fumigarnos”. Autogestivamente y en red, junto a médicos y abogados abordan las gravísimas realidades de los vecinos y escuelas rurales afectadas por las fumigaciones con agrotóxicos. Estuvimos en el 15ª plenario realizado en la facultad de Medicina de Rosario. Por Vivi Benito
I. Amar la vida
Entre las hojas de acelga, remolacha, rúcula, espinaca, caminando por los almácigos, alcanzo a oír los latidos de la tierra. Alrededor de los árboles, de los pájaros, hasta en el yuyo más ínfimo, la vida late. Más aún hoy, cuando todo reverdece después de unos días de lluvia.
Marcelo Fratín sabe de los procesos de la naturaleza. Acá se crió, toda la vida su familia trabajó en el campo, y ahora se dedica de lleno a la producción agroecológica, tarea nada sencilla estando su campo -en las afueras de Casilda- rodeado de soja transgénica y, por ende, de agroquímicos.
Para trabajar eligió el camino más largo, respetando los ciclos, sin dopar a la tierra.
En esta unidad productiva de 11 hectáreas, lo central es la huerta, además hay cítricos y frutales como higo, ciruelas y manzanas. También siembran trigo, maíz y soja, que luego procesan y venden como harinas. En un costado destinan buen espacio para los terneros y cerdos, criados a campo, lejos de las lógicas de los feedlots.
Paso a paso, trabajando con docentes y estudiantes de la facultad de Ciencias Veterinarias en el marco del Proyecto Agroecológico Casilda (PACA), esta chacra familiar agroecológica se va fortaleciendo, mostrando que es posible producir alimentos sanos, así como generar relaciones socioeconómicas y ambientales justas, y de complementariedad.
II. Defender la vida
Unas y otras las voces se superponen. Por momentos resulta incontenible la necesidad de hablar, de compartir con otros el dolor frente a tanta pérdida. Lo mismo sucede al norte y al sur, en escuelas y pueblos cercados con cultivos transgénicos, en localidades con silos en la zona urbana. Lo mismo, en cada lugar donde el modelo de producción agroindustrial funciona a toda máquina, y sin regulaciones.
La defensa de la vida es la causa común de la Multisectorial “Paren de fumigarnos”, que realizó su 15º plenario en la facultad de Ciencias Médicas de Rosario. “Además de las fumigaciones aéreas sobre los pueblos y escuelas rurales, uno de los elementos que impacta en la salud son los silos donde se guardan los cereales. Por lo general están adentro de los pueblos, el venteo que se hace para secar los granos produce polvillo, y permanentemente causa alergia. Desde la Campaña tenemos la propuesta de retirarlos a las afueras de los pueblos. Es un llamado muy fuerte a la racionalidad, al sentido común, no pueden estar adentro de los pueblos, como tampoco los depósitos de agrotóxicos”, nos dice Carlos Manessi, referente de la Multisectorial y del Centro de Protección a la Naturaleza (Cepronat).
“Los agroquímicos que se utilizan en la agricultura están todos acopiados en los pueblos. Eso es veneno y produce enfermedades. Las comunas o intendencias tienen que determinar lugares donde se pueden llevar los silos, los locales de comercialización de agrotóxicos, y también las maquinarias”, agrega Carlos, dando cuenta de varios de los proyectos presentados.
En Argentina hoy se cultivan 20 millones de hectáreas de soja transgénica y se utilizan 300 millones de litros de glifosato por campaña, lo cual, desde 1996 -cuando los transgénicos ingresaron al país-, significó una gran transformación del territorio y viene generando tremendos impactos en la salud social y ambiental.
Lograr reformar la ley Nº 11.273, está entre los principales objetivos de la Multisectorial que desde 2006 trabaja sin descanso para desnaturalizar la problemática, para frenar la dispersión de veneno sin control, e informar sobre las enfermedades asociadas al uso de agroquímicos.
Discusiones abiertas
El plenario -realizado el 26 de julio-, contó con una amplia participación de vecinos, docentes, delegados sindicales, activistas, miembros de organizaciones sociales y referentes políticos. Por la mañana se trabajó en torno a los avances legislativos y judiciales. Y por la tarde en grupos se abordaron los puntos: Estrategias para lograr la modificación de la ley 11.273/95; Escuelas semiurbanas y rurales; Reubicación de los silos; Envases y banquinas; y Financiamiento de la Multisectorial.
Los Diputados José María Tessa y Eduardo Toniolli expusieron sobre la situación del proyecto para modificar la vieja ley de fitosanitarios, que hace un mes logró dictamen de mayoría en la Comisión de Agricultura de Diputados. “Para nosotros es un paso grande porque es la Comisión más importante para este tipo de proyectos y la que consideramos como filtro. Ahora sigue su tránsito normal, va a la Comisión de Medio Ambiente y luego a Senadores”, señala Manessi.
En estos largos años que lleva recorridos el proyecto, la gran pared ha sido la cámara de Senadores donde el lobby corporativo sojero terminó frenándolo, pasando por encima el derecho a la salud de toda la población. (ver nota)
Dando cuenta de experiencias en la región estuvieron el presidente de la comuna de Zavalla, José Mujica, y el concejal de Funes Mauro Miguez. Mujica explicó los argumentos de la decisión consensuada de retirar los silos de la zona urbana a través de un acuerdo con la Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA). Ordenanza inédita en la provincia que constituye un precedente para avanzar en otras localidades. Cabe recordar que la ley Nº 12824, para la relocalización de los depósitos de granos por fuera de zonas pobladas fue desarticulada, vetada, por el poder ejecutivo provincial a cargo de Binner en el 2007.
Por su parte, el concejal de Funes contó la paradójica situación que se dio en su ciudad. Allí a partir de una larga lucha se aprobó una ordenanza estableciendo 500 metros libres de fumigaciones alrededor del pueblo, luego, de un día para otro se intentó retrotraer a los metros a 100 (mediante una nueva ordenanza), lo que generó varios encontronazos en el Concejo, aún vigentes.
Desde el Centro de Estudios Legales del Medio Ambiente (CELMA), Fernando Cabaleiro, detalló las diferentes presentaciones iniciadas en la Justicia Federal y en el Ministerio de Agricultura de la Nación relativas a fumigaciones e impactos en la salud.
La fuerza de la organización social
A falta de políticas públicas y con la urgencia de poner un freno a las fumigaciones sobre los pueblos, en muchas localidades a partir del impulso de vecinos afectados, profesionales e instituciones, se sancionaron normativas que limitan las fumigaciones. Tal es el caso de Zaballa, San Jorge, Bigand, Ceres, San Genaro, Hersilia y Carcarañá, los principales argumentos para elaborar las ordenanzas provinieron de informes médicos e investigaciones científicas donde se constata la relación directa entre la fumigación con agrotóxicos y el aumento de enfermedades, en poblaciones cercanas a los campos regados con veneno.
“Hemos hecho actividades públicas en la mayoría de los pueblos de la provincia, donde vamos un abogado, un médico y nosotros con la campaña, tratando de que esto se haga visible. Son más de 700 kilómetros de Venado Tuerto a Reconquista, nos cuesta mucho movernos. La campaña está requiriendo cada vez más del esfuerzo de compañeros, de materiales de difusión, todo lo hacemos a pulmón”, nos dice Carlos Manessi sobre el final del plenario, convocando a aportar voluntariamente a la cuenta que acaban de habilitar desde la Campaña: “Desde ya agradecemos todos los aportes, todos son importantes porque esta es una lucha por la vida”. (Declaración 15ª Plenario)
Datos para realizar depósitos a la campaña “Paren de fumigarnos”:
Primera transferencia desde un cajero (o desde home banking con tarjeta con coordenadas). Luego siempre puede hacer desde una computadora.
CBU: 0110733530073301760729
CUIT: 20136948823
Nº CUENTA: 73301176072. Banco Nación sucursal San Jorge