enREDando viajó hasta la vecina localidad de Victoria para conocer la experiencia del Taller Flotante, una plataforma de proyectos que nació en el 2012, fruto de una expedición de más de 20 personas al territorio de las islas Victoria, que creció y hoy es una inmensa Carpa Islera que desarrolla talleres en escuelas de islas del Departamento Victoria. Que sigue abriendo camino, nadando entre aguas con uno o muchos objetivos: circular las islas como un territorio a descubrir, a respetar, a querer y sobretodo, a incluir en la agenda política.
Por María Cruz Ciarniello
Todo comenzó con una expedición a las islas Victoria en el año 2012. Cinco días de convivencia en islas, trazando recorridos, definiendo mapas, compartiendo experiencias.
Personas con diferentes oficios e inquietudes. Un escritor y periodista, un kayakista de expedición, un ceramista, una artista plástica, un guía de aves, un astrofísico, una comerciante, dos camarógrafos, un arquéologo, dos arquitectos. ¿Qué podrán tener en común? O, mejor dicho: ¿Qué los hizo convivir durante días en un territorio que no todos conocían?
“Encontrar en el agua, desde el agua, aquellos registros irreales donde confluyan y crucen: paisaje y música y biología, astrología, pintura y literatura y cine e imagen, ingeniería civil, ranchada, pueblo, ciudad, etc.” Esta pudo haber sido una de las muchas voluntades del viaje. Pudo haber sido un disparador, un certero puñal para abrir aún más los canales de navegación. Pudo haber sido una buena manera de empezar algo.
Y lo fue, crean que así fue.
Transcurrieron dos años desde aquella pequeña e intensa expedición. Taller Flotante es hoy una plataforma de proyectos que nació en aquel punto de partida: el puerto de Victoria, para luego dar sus primeros pasos en el arroyo Barrancoso y crecer definitivamente en las islas Los Benitos.
“La imagen resultante que surge a partir del primer encuentro que tuve con algunos de los expedicionarios del Proyecto Taller Flotante, fue la representación de comulgar diversas experiencias, pensamientos, conocimientos, miradas del mundo; durante días bajo un mismo territorio: el Río, y por ende, su tierra”, escribe Diana Campos quien junto a la arquitecta Soledad Ferrería le dan impulso al Taller Flotante, proyecto que echa raíces en la vecina localidad de Victoria, pcia. de Entre Rios.
Hasta allí viajó enREDando. El objetivo: saber más.
“La idea era abordar el territorio, tener un acercamiento, conocerlo desde distintas disciplinas. Hacer un cruce de conocimientos y una sumatoria de miradas”, cuenta Soledad, en una soleada tarde victorense.
Estamos en la costanera y detrás nuestro, se erige de forma bestial el Casino de Victoria. Taller Flotante invita a la comunidad a visitar la Carpa Islera, a conocerla y compartir radio abierta y cortos documentales. Sin embargo, apenas somos dos o tres las personas que nos hacemos presentes. “Cuesta mucho movilizar, si no es para los carnavales, la gente no se acerca”, dicen.
A pesar de la notoria ausencia de público, Soledad, Diana, Ana y algunos amigos que acompañan, insisten cada fin de semana con la presencia de la carpa en pleno espacio público. “Hay que dar la batalla”, apuntan.
Retomemos con los inicios del proyecto: “Durante esa expedición de 20 personas se le hacía a cada una, la pregunta ¿cuál es tu isla? y todas las respuestas fueron distintas”, recuerda Soledad.
Maxi es kayaquista de exploración y fue uno de los expedicionarios del Taller Flotante. “…Soledad me convocaba a taller flotante, a pensar entre todos en la isla..en qué isla queríamos. Me invitaba a presentar el kayakismo como actividad sustentable”, dice. Así fue como Maxi se sumó a la aventura, exploró, aprendió y pudo, finalmente, contarnos cuál es su isla en un maravilloso texto publicado en el libro que Taller Flotante editó con fotografías y crónicas de la expedición y con el apoyo del programa Identidad Entrerriana.
El Paraná Ra Angá: fuente de inspiración
Taller Flotante nace inspirado en lo que fue la experiencia del Paraná Ra Angá, que remontó el río Paraná desde Buenos Aires hasta Asunción. De esa instancia se nutrió Soledad Ferrería. “Lo sorprendente fue la capacidad de generación de nuevas cosas que surgió a partir del grupo que se formó. Gente que empezó a conocer la isla a partir de eso, o que empezaron a vincularse y generar nuevos proyectos. El tiempo de isla es otro. Te corre el reloj citadino al reloj isleño. La isla es un territorio a circular. Gente e ideas que circulen, hacia eso vamos.”
Diferentes intercambios y saberes tuvieron lugar en la expedición de Taller Flotante. El viaje fue generador de conocimiento. “Este fue el objetivo explícito del taller que se consolidó con la experiencia. El contacto directo con la tierra y el agua, el estar alli, constituyó una herramienta de percepción: se mide el tiempo y espacio con el cuerpo. Así, atravesaban nuestro cuerpo estímulos que repercutían, resonaban y reflejaban en cada expedicionario de distinta manera. A su vez, las distintas formas de movernos en el lugar produjo un nuevo ritmo.”
Avistaje de aves, observación del cielo y las estrellas, el trabajo con el barro y materiales propios de la isla como la arcilla, camalotes, ramas, varas, etc, la incursión en kayacs y el debate sobre el impacto del hombre sobre la naturaleza, fueron tan solo algunos de esos intercambios vividos, allá por el año 2012. Un libro y una película que se encuentran disponibles en la web resumen parte, tan solo algo, de la estadía en islas de cada uno de estos expedicionarios.
Carpa Islera: talleres en escuelas de isla.
Taller Flotante mutó. Lenta y apaciguadamente se fue abriendo a nuevas formas de hacer. Aquella inolvidable expedición en islas derivó en una carpa andante, ambulante e inquieta: La Carpa Islera.
A partir de un concurso del Ministerio de Desarrollo Social de la pcia. de Entre Rios que ganaron, Soledad y Diana Campos lograron comprar una gran carpa que les permite, desde hace un año, realizar talleres en escuelas de islas. Hacia allí rumbean. Nos cuenta Soledad: “Tenemos un trabajo con la departamental de escuelas de Victoria de acercamiento a los docentes. Hay 11 escuelas en islas, y a su vez, esas escuelas están trabajando en un programa que es el de secundario en islas, algo nuevo que no existe en el país, que se trabaja con mucho esfuerzo, porque es definir cual es la educación secundaria en islas. En el país, existe la educación rural, pero no la específica en islas”.
¿Cómo es la dinámica? “Los docentes interesados nos contactan y nos cuentan de su comunidad, cuántos son, qué les gusta hacer y hacia allá vamos. Organizamos los talleres, llevamos 3 o 4 talleres y nos instalamos con la carpa 3 días. Hacemos talleres con los alumnos, y el ultimo día hacemos un trabajo entre talleristas y docentes, que es muy importante, que va más allá de lo que se haga con los alumnos. La idea es trabajar en el territorio”, dice Soledad.
Hasta el momento, realizaron 10 talleres en tres lugares diferentes. Dos escuelas de isla y uno en Victoria. Una escuela, la Nº 3, está ubicada en las Cuatro Bocas, a una hora de lancha de Villa Constitución. La Escuela Nº 41 se encuentra cercana a Puerto General San Martín. Taller de cine, radio, cerámica, un taller de investigación espacial de la carpa, un herbario y un taller de maquetas y mapas fueron algunas de las actividades que impulsaron.
“A partir de una salida que hicimos con los chicos, recolectamos arcillas, levantamos las plantas para el herbario y sobre eso hicimos las maquetas. Ellos tienen relación con la ciudad, hay muchas escuelas cercanas al Paraná grande, escuelas cercanas a Villa Constitución o de Rosario. Ellos conocen la ciudad, cruzan bastante. En isla, proveeduría no hay, depende la zona hay una lancha que sale a vender, hay un solo puesto sanitario que es en Isla Charigue. Hay algunas que son más inhóspitas que están en el Barrancoso, tal vez hay 5 horas de lancha para llegar.”
El objetivo planteado, en esta segunda instancia de Taller Flotante, es acercar la realidad de las escuelas de las islas al universo citadino. Circular, como dice de manera insistente Soledad, sabiendo que así, de esa manera andante, es posible reconocer el territorio. “Queremos mantener vivas las vías de circulación, circulación de gente e ideas, circulamos la isla, el taller es eso. Hay una separación marcada de la ciudad y la isla, hay un abandono de la agenda política total. Hay que redefinir ese espacio público, porque creo que los actores no saben como situarse, y es ejido urbano, pertenecen a la ciudad de Victoria. Creemos que hay que repensar como es ese territorio desde lo público y ver cómo se lo aborda”.
La experiencia en las escuelas movilizan al Taller Flotante. El aprendizaje es un ida y vuelta: “Yo no puedo caer a una escuela a enseñar algo, pero en cuanto lleve una propuesta de trabajo y participación y como tallerista esté obteniendo algo, ahí comienza a funcionar. Cuando hicimos el taller de cine, los chicos armaron cuatro cortos, donde se entendió perfecto como hacer un guión, como organizarse, etc. Con historias que eran anécdotas del lugar. Chicos desde nivel inicial de 4 años hasta 18 años. Fue una respuesta instantánea”. Ese documental hoy es una ficción isleña realizada por los alumnos y docentes de la escuela Manuel Savio, de las Cuatro Bocas, III Distrito de Islas del Departamento Victoria.
“En ese mismo lugar hicimos el taller de las maquetas y había chicos que se movían y hacían unas maquetas interminables, y otros, un cuadradito con la escuela y el río era un lago, no había demasiada conciencia de su magnitud. Necesitamos volcar más información de los chicos en esos mapas y maquetas, ver hacia donde miran ellos. Una vía de comunicación es el agua, y las nenas sobretodo, dibujan un lugar cerrado y eso llama la atención. Algunos viven más cerca del enlace vial y ya tienen otra conciencia. En cada escuela, hay uno o dos varones sobretodo que tienen un gran despliegue territorial, que son cazadores, pescadores y tienen otro conocimiento del territorio. Las mujeres tienen un modelo más urbano”, nos sigue relatando con entusiasmo Soledad.
Recientemente, el Taller Flotante realizó una amplia convocatoria para sus distintas líneas de trabajo. En su agenda islera, ya tienen salidas programas a la Escuela Nº 61 y la Escuela Nº 26, con taller de títeres, cerámica, inventos, cine, etc.
Pre Cooperativa de Cerámica
Taller Flotante no cesa en disparar nuevas ideas de proyectos. El taller de cerámica –explica Soledad Ferrería- cobró vida propia. Actualmente, están en el diseño de una pre-cooperativa de Cerámica: “Intentamos trabajar con el material arcilla como identitario de isla. Así como el mimbre es en el bajo delta del Paraná, trabajar de a poco con la arcilla acá. La isla es arcilla puro. Los cerritos donde hacían sus casas los originarios eran construcciones de arcilla. Queremos lograr una estética actual isleña que pueda salir al mercado. Una estética contemporánea. En las escuelas nos pedían que hagamos el taller. Entonces, nos dimos cuenta que el proyecto iba a ser un proyecto de taller itinerante.”
Soledad y Diana se entusiasman. “El Proyecto Cocer será el núcleo que coordine los aportes productivos que cada taller de cerámica genere y tenga encuentro dentro de las acciones llevadas adelante por el Taller Flotante, como así también el que organizará la acción cooperativa entre los distintos territorios unidos a partir de la producción cerámica.” En este nuevo desafío también andan.
Taller Flotante sigue viaje, de manera silenciosa pero continua. Así, con escasos recursos, con empeño, con poco apoyo victorense pero con muchísimas personas dispuestas a sumarse y colaborar. Un viaje para descubrir esa otra tierra, ese otro río, que nos habita.
Más info en: www.tallerflotanteislas.blogspot.com
taller.flotante.islas@gmail.com
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