El 7 de marzo es un Día de lucha, de visibilidad y resistencia lésbica, en homenaje a la Pepa Gaitán, asesinada en Córdoba en el año 2010. Compartimos las reflexiones de la escritora y activista Irene Ocampo, especialmente para enREDando.
Por Irene Ocampo
Como cada 7 de marzo, recordamos el crimen cometido contra Natalia «la Pepa» Gaitán, en la ciudad de Córdoba en marzo de 2010. Su asesinato nos pegó fuerte al movimiento de mujeres de la capital cordobesa, y a las activistas lesbianas de todo el país. Su agresor está preso, es el padrastro de la novia de la Pepa, y cumple una condena de 14 años. Si bien esa condena contribuyó a que se incluyera la figura de femicidio en la Justicia Penal argentina, el crimen de odio, cometido contra una persona por ser homosexual, no fue tenido en cuenta por el Tribunal.
Desde que nos enteramos del asesinato de la Pepa, salimos a las calles. Las activistas lesbianas feministas de la ciudad de Rosario, de Córdoba, de Buenos Aires, de La Plata. Queríamos denunciar el hecho, queríamos alertar sobre la discriminación y el sexismo de las que somos víctimas las mujeres, y la homo/lesbo/transfobia que sufrimos las lesbianas, las lesbianas masculinas como es la Pepa Gaitán.
Por eso salimos. Lo hicimos en el año 2010, y lo seguimos haciendo durante todos estos años. Para denunciar y también para hacer visible a lo que solemos exponernos en nuestros barrios, trabajos, escuelas. Cuando un varón piensa que puede ganar una discusión verbal usando la escopeta que usa para cazar, ese gesto tiene un fuerte simbolismo. Habla de un pensamiento que degradó a la otra persona: una mujer, una torta. En su cabeza se sintió con el derecho de poder utilizar un arma de fuego contra otra. Antes de llegar a este pensamiento descalificador, quien apretó el gatillo, sintió el resentimiento que sienten algunos varones en nuestra sociedad, y disparó. Por eso el crimen de La Pepa no sólo muestra la discriminación lesbofóbica de un varón, sino el sexismo de una sociedad machista que suele castigar a las mujeres autónomas que deciden sobre su vida, y su cuerpo.
La Pepa murió en Córdoba el 7 de marzo de 2010. No dejamos de decir que su muerte la causaron las discriminaciones: por ser pobre, por ser mujer, por ser lesbiana masculina. Su madre, Graciela Vázquez, tuvo el acompañamiento de la comunidad lésbica/gay/trans durante el juicio al agresor de su hija. Perdió a su hija, y no estuvo sola durante el trámite judicial. La condena de la justicia apenas reconoce la premeditación, pero no habla del crimen de odio que se cometió. El 7 de marzo y el 8 de marzo son días de mucha visibilidad. Salimos a las calles para reclamar una sociedad más justa para las mujeres, y las lesbianas. Porque justicia es que no vuelva a pasar.
* El 7 de marzo es el Día de lucha contra la lesbofobia. Es el Día de la visibilidad y resistencia lesbiana en la provincia de Santa Fe, en la ciudad de Rosario, y en la Ciudad de Buenos Aires.