Inexplicable
La ciudad vive desde hace algunos años una crisis inédita de violencia producto del crecimiento exponencial del narcotráfico. En ese contexto aparece la primera escuela de gestión social de toda la provincia. Un proyecto inédito como respuesta de escala, para brindarle una alternativa real a los pibes y que no caigan en las redes narcos como soldaditos de alguna banda criminal. Como la posibilidad concreta de proyectar un futuro y un presente distinto.
El sentido común indicaría que el Estado no sólo debiera apoyar sino promover estas iniciativas e impulsarlas.
Todo lo contrario hizo el gobierno de la provincia de Santa Fe. Sin ningún argumento educativo, después de tres años de funcionamiento, después de tener sus primeros egresados, el Ministerio nos comunicó la semana pasada que la ETICA no iba a ser reconocida por la provincia.
Es decir, no sólo jamás brindó aportes a este proyecto que se autogestiona 100%, sino que ahora va por más y nos niega la posibilidad de existir como proyecto educativo.
Ante la falta de justificación y el ocultamiento de que en realidad esta arbitraria resolución es producto de una decisión política mayor por parte del gobierno provincial, es que mañana jueves a las 11 hs de la mañana nos movilizamos al Ministerio con la posibilidad de acampar si no obtenemos una respuesta favorable. Además, convocamos a las 18hs a una concentración de apoyo frente al Ministerio para que todos aquellos que ven en la ETICA una esperanza se acerquen a brindar su respaldo. También pueden enviar su apoyo al mail girosrosario@gmail.com
Solo estaremos dispuestos a escuchar respuesta de la propia ministra.
La ETICA ya es una escuela
Cabe resaltar que nuestro reclamo de reconocimiento ni siquiera es por un financiamiento integral para la escuela. No estamos pidiendo sueldos docentes, ni gastos de mantenimiento. Ni las tizas les pedimos.
Solo exigimos lo que corresponde: que se reconozca que hace tres años viene funcionando una escuela en Nuevo Alberdi. A la que concurren y de la cual se egresan muchos de los que fueron “invitados a retirarse” de la escuela tradicional. Es decir, que nuestra escuela triunfa donde falla la escuela formal. Donde muchas veces la escuela pública excluye y expulsa, la ETICA incluye y contiene a los pibes dentro, no sólo de las aulas, sino del proyecto educativo todo.
La Etica no solo es autogestionada desde lo económico, sino desde toda su gestión. Los docentes junto con los estudiantes en asamblea definen como se gestiona la escuela. Desde cómo se realiza el mantenimiento diario, hasta qué contenidos o metodologías hay que modificar. Justamente para que nadie se vaya de la escuela y todos, pese a las complejas realidades que viven, puedan terminar sus estudios. Y hacerlo en su barrio, en su escuela.
Con más de 35 docentes totalmente ad honorem, 60 estudiantes divididos en 3 cursos, 5 ejes troncales (exactas, naturaleza, análisis social, comunicación y diálogos políticos) y 3 terminalidades específicas (comunicación estratégica, producción agroecológica y salud colectiva), la ETICA concluyó este año su 3er año consecutivo de funcionamiento. Con 16 graduados de los cuales 8 están pensando en seguir una carrera universitaria, y con un índice de deserción muy por debajo de la media provincial. La ETICA muestra así, día a día, por qué es un proyecto diferente, y que además funciona. 3 años de funcionamiento y ni un solo hecho de violencia en la escuela, muestran su carácter inédito en esta ciudad.
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Solo exigimos que se reconozca lo que ya sucede. Solo exigimos que una vez el estado actúe responsablemente y sin mezquindades políticas, con políticas de Estado. Ya que casualmente el diálogo con el Ministerio que venía muy fluido durante todo un año de trabajo conjunto, se rompió (justamente) al día siguiente de las elecciones del 27 de octubre. Parece que de allí en más, después de nuestra primera experiencia electoral, ya nada sería lo mismo.
La vergonzosa respuesta del Ministerio
Durante más de un año trabajamos en conjunto con el Ministerio para el reconocimiento de la escuela. En una primera instancia sería bajo la categoría de escuela pública de gestión privada para luego inaugurar la gestión social que hoy no existe en la provincia. Es decir, debíamos empezar como privada por no ser una escuela estatal y para ingresar en la figura de “experimental” que nos posibilitaba innovar en la currícula y la institucionalidad, y a la vez tener el desafío de poder construir una categoría que figura en la ley nacional pero que no está reglamentada en Santa Fe: la gestión social. Ni estatal, ni privada: social, autogestiva, territorial.
Los requisitos que el Ministerio nos pedía no eran sencillos (y en el fondo pensamos que hicieron todo esto suponiendo que nunca podríamos alcanzarlos).
Además de lo estrictamente educativo, de los programas y las currículas, el Ministerio exigía tres grandes requisitos:
La solvencia “moral”(?), que salvo la iglesia católica, que parece tenerla por providencia divina, todo el resto de los mortales debemos probarla. Es así que con cartas de recomendación de distintos referentes de la ciudad, organismos de DDHH, sindicatos, autoridades académicas, etc, la acreditamos.
Además pedían “solvencia económica”, que la escuela tenga de respaldo el monto total de un año de funcionamiento normal de una escuela. Es así que decidimos, porque creemos en el proyecto, hipotecar la casa de una compañera por el monto de 350.000$ y sortear así uno de los mayores escollos del Ministerio: pedirle solvencia de empresa privada a una escuela de gestión social.
Por ultimo también, y en base a mucho esfuerzo militante, pudimos alquilar un nuevo edificio para la escuela y así regularizar la tenencia de la tierra.
Es decir, todos los requisitos formales/burocráticos que pedía el Ministerio los cumplimos a la perfección. Por lo que no había excusas. Es más, el principal requisito, el principal punto que podía suscitar polémica con respecto a si la ETICA era o no una escuela, era el proyecto pedagógico, el programa, los contenidos, las materias y la metodología. Lo que se llama el “Proyecto Educativo Institucional” fue aprobado con creces y fuimos incluso felicitados por la Dirección de Reforma Curricular por la calidad, la innovación y el espíritu revolucionario de la ETICA como proyecto pedagógico.
Así las cosas, avanzado y aprobado todos y cada uno de los pasos necesarios, solo restaba la aprobación. Y allí fue cuando aparecieron las mezquindades y, ya saldado lo burocrático, quedó expuesta la única verdad: no hay decisión política para aprobar la escuela.
Por eso, porque no pueden decir la verdad, el Ministerio elaboró una denegatoria vergonzosa que ni ellos pudieron defender en una reunión. Quisieron dibujar con supuestos tecnicismos la decisión política de no apoyar la ETICA.
Solo como ejemplo, es tan patético el informe denegatorio que una de las razones de la negativa se basa en que la ETICA da más horas de clases que un EEMPA tradicional. Si, más horas, no menos. En una provincia donde se adelantan cada vez más los comienzos de clases para garantizar los días del ciclo lectivo, cuando se habla de la jornada extendida para que los chicos estén más tiempo en la escuela y menos “en la calle”, el Ministerio pone por escrito que una de las razones de la denegatoria es que damos más clases que lo que corresponde. Donde la planta funcional de un EEMPA está preparada para 47 horas cátedra por semana, la ETICA tiene una planta para 66 horas cátedra por semana.
Una decisión política
En síntesis, lo que podíamos corroborar después de un año de intenso trabajo con el Ministerio es que está todo dispuesto para oficializar la escuela, lo único que hacia falta era que el poder político quiera hacerlo. Y esa es la verdadera discusión, ya saldada la cuestión estrictamente educativa. Ya comprobado en la práctica y en los papeles que la ETICA es una escuela. Por eso es inexplicable la actitud del gobierno.
Es inexplicable que se niegue a que exista una escuela en un territorio conflictivo como Nuevo Alberdi. Que en los territorios aparentemente condenados de la periferia de la ciudad, donde el estado reconoce su incapacidad para intervenir, se vaya en contra, deliberadamente, de iniciativas como esta. Es inentendible, inexplicable o inconfesable.
La discusión es política: ¿en qué ciudad queremos vivir? ¿Qué escuelas, qué barrios, qué oportunidades queremos que existan para nuestros pibes? El estado se fue de los barrios y dejó solo su cara más nefasta: la policía. El narcotráfico manda y gobierna los territorios. Ante este desolador panorama estamos los que todavía resistimos, los que todavía creemos, los que no nos resignamos y mostramos que si, que se puede.
Por todo eso, no nos vamos a ir del Ministerio hasta no obtener el reconocimiento. Porque ya no hay excusas, porque la situación lo amerita y porque no estamos dispuestos a que sigan perdiendo los mismos de siempre.
Desde el territorio,
Movimiento Giros