Por @Josecomunicando, desde Córdoba
Son las 10AM veo en la TV como se repiten las imágenes de un posible saqueador corriendo por B° Nueva Córdoba y un grupo de unos 15 jóvenes lo muelen a patadas en el piso. El joven tirado no se mueve pero los que pasan le continúan pateando, la cabeza y los riñones son el lugar preferido.
Prendo la radio y escucho a un vecino que afirma: “Estábamos con miedo y por eso nos armamos”, mientras retumban estas palabras se me viene la imagen de la pintada hecha en la madrugada en B° Cófico. Sobre la calle alguien dibujo un rifle como si se tratara de una señal para ahuyentar a saqueadores.
Un joven de 20 años muerto en el hospital San Roque es hasta aquí el saldo más grave que tenemos, y el jefe del hospital de Urgencias dice que están saturados, que hay muchos heridos de bala. Lo peor, lo inimaginable está ocurriendo.
Anoche un hombre al borde del colapso, daba testimonio de algo que no podía creer, “hace tres meses abrí mi negocio, saque tres créditos y hace un rato se llevaron todo. Me quede sin nada”. Su gesto no era de odio sino de desolación.
No hubo barrio en Córdoba que no fuera saqueado, no hubo barrio en Córdoba en el que no se escucharan disparos. Los negocios elegidos fueron fundamentalmente grandes supermercados, casa de ropa y electrodomésticos, pero la lógica devastadora en que vivimos hizo que los pequeños comercios familiares también sean saqueados.
La sociedad cordobesa quedo atrapada entre dos fuegos, de un lado el gobierno con su omnipotencia soberbia y autoritarismo y del otro el sector que más creció en cantidad en los últimos años en Córdoba, la policía. Es justamente esta fuerza represiva, sostén y argumento de la política de “tolerancia cero”, la que generó el mayor daño al gobierno que será recordado por su particular cordobesismo.
El concepto que impregna a nuestra sociedad y que es dado desde el poder, es del saqueo, del abuso, del sálvese quien pueda y el equilibrio de convivencia social se basa en la ley del más fuerte. Cuando anoche se terminó de romper el equilibrio construido por el proyecto represivo delasotista, lo que ocurrió fue que vimos el contrapeso acuñado en más de 14 años de gobierno saqueador.
Al gobierno no lo salvó ni todo su sistema clientelar, ni sus punteros, ni sus hinchadas, posiblemente el dicho de “cria cuervos y te comerán los ojos” sea la frase más pertinente.
Varios se preguntan desde anoche ¿cómo pudo ocurrir esto?, ¿quiénes están tras de los saqueos?, si bien nadie puede aseverar una respuesta, el contexto nos podría dar pistas. No hay que olvidar que hace más de un mes están detenidos varios jefes policiales involucrados en el narcotráfico, hecho que desemboco en la renuncia del Ministro de seguridad Paredes y el Jefe de la policía Frias desencadenando una crisis de gobernabilidad que no tiene fondo aún.
Tampoco hay que olvidar el estilo de este gobierno, cerrar todas las puertas al dialogo e imponer todo, ejemplo de esto es lo que ocurre en el acampe contra Monsanto en Malvinas donde en casi tres meses de corte, el gobierno solamente envió fuerzas represivas y patotas para “resolver” el conflicto.
Miremos que actitud tomó para con lxs trabajadoxs de la salud, donde pasaron meses y meses de paro reclamando aumento salarial y mejoras en las condiciones de trabajo y este gobierno solamente trabajo para el desgaste del conflicto y no su solución.
Observemos cómo se comporta la justicia provincial, la cual es cuestionada desde varios sectores por ser imparcial, funcional al gobierno-poder económico y déspota para con sus empleados.
Veamos como lxs trabajadorxs del sector público y docentes provinciales son minimizados a números y a espaldas de ellxs se cierran irrisorios acuerdos salariales que no alcanzan a satisfacer las necesidades.
Saqueos es lo que viven lxs campesinos que son arrojados a la ciudad a llenar los cinturones de pobreza y para dar paso a los agronegocios y sus especulaciones inmobiliarias, lo cual genera nuevos desalojos en la ciudad.
No quedan dudas, el saqueo no se inició anoche, el saqueo lleva varios años en Córdoba abriéndose camino y hoy le dicen cordobesismo.