El pasado jueves 7 de noviembre, el Insgenar organizó la jornada «Levantando Barreras», con el objetivo de visibilizar situaciones de violencia obstétrica y difundir los derechos contemplados en la Ley de Parto Respetado. Además, se compartieron experiencias de buenas prácticas en materia de salud sexual y reproductiva. Con la participación del grupo Teatro del Oprimido, gran cantidad de personas, en su gran mayoría mujeres, participaron de la actividad, se informaron, debatieron y pusieron en común experiencias de malos tratos que se repiten cotidianamente y que van desde situaciones leves hasta las más graves, como la que padeció una joven en Buenos Aires cuando concurrió a la guardia del Hospital Fernandez con un aborto en curso y fue denunciada por personal médico. enREDando dialogó con Susana Chiarotti, presidenta del Insgenar, y con Olga Moyano, enfermera y querellante en la causa Guerrieri.
Por María Cruz Ciarniello
Hoy fue noticia de tapa en el diario Página 12. La nota de Mariana Carbajal da cuenta del padecimiento de una joven de 28 años que fue detenida tras concurrir a la guardia del Hospital Fernandez con un aborto en curso. Una médica la denunció, violando no solo el deber de confidencialidad médico, sino -fundamentalmente- el derecho a la intimidad, la salud y la vida de la paciente, sometida a un gravísima situación de violencia institucional y obstétrica de acuerdo a lo que establece la Ley 26.485, art.6
En otros grados o en situaciones más leves, comunes y recurrentes, este tipo de violencia se manifiesta en el trato que reciben muchísimas mujeres al realizar una consulta, en efectores de salud tanto privados como públicos.
En el año 2002, el Instituto de Género, Derecho y Desarrollo daba a conocer el primer reporte Con todo al aire, donde se recogían testimonios de mujeres que narraban experiencias traumáticas de malos tratos, degradantes y humillantes, de diversa índole, en el servicio de salud sexual y reproductiva.
«Aguanten, aguanten, si les gusta coger, se tienen que aguantar esto porque es menos doloroso» (t2). «Te gustó lo dulce, ahora aguantate lo amargo» (t12). «Si te gusto aguantátela» (t13)”, eran algunas de las frases comúnmente escuchadas al momento de asistir a un parto o preparto.
«Cuando estaba en pre parto me dejaron sola y no me atendían, decían que eran ñañas de primeriza, y yo estaba que no daba más… se reían y decían que era primeriza y que queda todo rápido, que ellos no podían hacer nada» (t6)”, contaba una mujer en uno de los tantos testimonios recabados en esta investigación que impulsó el Insgenar junto a Cladem a partir de una denuncia recibida en el año 2001 por malos tratos infligidos a “una joven de 16 años internada de urgencia por haberse disparado un tiro en el abdomen para interrumpir su embarazo de siete meses, llegando al hospital con los intestinos perforados y una fuerte hemorragia.”
En las primeras páginas de este libro, las investigadoras decían: «Todo el proceso de trabajo, además de permitirnos mostrar una parte de la realidad hospitalaria vivida por las mujeres, nos deja a cada una de las investigadoras el conocimiento profundo de las sensaciones y sentimientos de vergüenza, temor, humillación, degradación experimentados por las mujeres.»
Hablar de Violencia Obstétrica no solo implica reconocer diversas situaciones de humillación, violencia y degradación que puede sufrir una mujer al momento de realizar una consulta o asistir a un parto, sino además, supone reclamar derechos que son contemplados tanto en la Ley de Protección Integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres, como así también, en la actual ley de Parto Respetado.
Sin embargo, dichas herramientas legales no son ampliamente conocidas por las tantísimas mujeres que soportan tratos denigrantes en las consultas de salud sexual y reproductiva.
Es por ello que el Insgenar organizó recientemente la Jornada “Levantando barreras” y a la cual convocó no solo a mujeres y militantes de organizaciones sociales, sino también, al personal de la salud y médicos, con la intención de socializar experiencias, buenas prácticas y reflexionar sobre situaciones de violencia recurrentes.
Consultada por enREDando, su presidenta, la Dra. Susana Chiarotti, definía el concepto de Violencia Obstétrica, cuya figura se encuentra dentro de la Ley 26.485.
“Es la violencia que sufre la mujer durante el embarazo, trabajo de parto, parto y post parto. Hasta ahora se consideraba como un daño colateral o como un daño naturalizado, con poca importancia y qué había que aguantar bajo la idea de “parirás con dolor”, pero en este momento se la empieza a identificar como una de las agresiones gratuitas que le hacen mucho daño a la mujer en un momento en que está muy vulnerable. Nuestra preocupación es difundirlo, y que las mujeres que van a usar el sistema de salud pública para sus procesos de reproducción conozcan sus derechos”.
Desde el Insgenar, se trabaja activamente en la visibilización de dichos tipos de violencia contra la mujer, así como también en la difusión de la legislación vigente.
En el primer reporte Con Todo al Aire se detallaba que una de las situaciones recurrentes de violación a los derechos de las mujeres se ejerce en el momento del parto. “Así circulan en el imaginario social, frases tales como «el sexo es para procrear», «la mujer es madre ante todo», o la frase bíblica «parirás con dolor». Parecería que el aguantar y soportar el dolor es el costo que debe pagar la mujer por el placer. Esto nos abre la posibilidad de pensar en que, por un lado, se ubicada a la mujer ante todo como madre, por lo que debería cargar, con todo su cuerpo, el dolor físico del parto sin quejarse (abnegación, sacrificio, etc.) y, por otro, que el placer sexual seda algo censurable para las mujeres y no propio de la condición de mujer-madre. Es decir, el sexo es sólo para procrear. “
En el año 2009, el Insgenar y Cladem publicaron el segundo reporte Con todo al aire II. En el mismo, dieron cuenta del largo recorrido iniciado desde el año 2001 cuando recibieron aquella denuncia que motivó la primera investigación y que dio como resultado, entre otras acciones, la creación de lo que fue el Observatorio en Salud Sexual y Reproductiva en el año 2006, la realización de una cátedra de Salud y Derechos Humanos, los diversos seminarios de difusión, la realización de un video y una obra de teatro referida a la investigación y el premio a las Buenas Prácticas en salud reproductiva.
Desde el año 2009, Argentina cuenta con una Ley de Protección Integral, donde la violencia obstétrica está claramente definida en su artículo 6. “Esto representa un paso importantísimo porque está dirigida expresamente al personal de la salud”, remarca Chiarotti. En uno de los folletos que se entregaban en la jornada, ampliamente informativos, se lee: “Cuando la violencia obstétrica produzca un daño o lesión o constituya un delito se aplicará el Código penal. Cuando el maltrato infligido no llegue a constituir un delito, se pueden utilizar mecanismos administrativos de reclamo” que son necesarios conocer y que desde el Insgenar se encargan de difundir, como por ejemplo: acudir al Inadi, a la Defensoría del Pueblo, dirigir una carta al Director del Hospital o centro de Salud donde haya ocurrido el hecho.
¿Cuáles son las situaciones más comunes de violencia obstétrica?. Chiarotti es clara al respecto: “Van desde las más pequeñas que son malos tratos en las consultas que hacen mujeres embarazadas o que están haciendo trabajo de parto, hasta la negativa a que esté acompañada, y hasta los más graves, que constituyen torturas, como la de hacerle legrado a una mujer que llegó con secuelas de aborto inseguro, y hacerle un legrado sin anestesia a modo de un “castigo moral”, lo cual supone que el profesional de la salud está juzgando. Hay situaciones de las más leves hasta las más graves”
Césarea al por mayor
En una nota publicada en un medio de la ciudad, en mayo de este año, durante la semana del Parto Respetado, el jefe de Obstetricia del Hospital Roque Saenz Peña decía que las cesáreas alcanzan en los efectores públicos un 30%, mientras que en el sector privado, trepa hasta un 80%. “La cesárea es una epidemia”, manifestó en dicha oportunidad, el Dr. Gustavo Baccifava.
Para Susana Chiarotti, una de las situaciones más naturalizadas de violencia obstétrica es la de la césarea innecesaria: “Es más frecuente en las épocas de fiestas y vacaciones, seguir un parto normar requiere un acompañamiento médico que no todos están dispuestos a dar, y a veces prefieren la cesárea programada porque la programan para tal día y luego quedan libres, esa es la primera razón, la segunda razón, es porque un parto natural, la protagonista es la mujer y los honorarios son de un tipo, y cuando se realiza una cesárea se hace una cirugía y allí los honorarios son muchos más altos. El problema es la vulnerabilidad que una siente cuando vive una situación de ese tipo. A veces, la mujer no tiene idea y se pone en las manos del médico. Se hacen cesáreas que no son necesarias cuando en realidad se puede tener un parto normal con mucho menos riesgo.”
¿De qué manera trabajar con el personal médico para evitar situaciones de violencia hacia las mujeres? Para Chiarotti, el trabajo debe comenzar en la propia formación, en el ámbito de la Universidad Pública. “Fomentar la conciencia ética por parte de los profesionales y el respeto a las mujeres. Es necesario considerar a la embarazada una persona sana, hay que cambiar la mentalidad, no es posible que se hagan ecografías a cada rato, cuando la OMS dice que con 6 ecografías en todo el embarazo está muy bien. Y se hacen procedimientos que son innecesarios. Por eso, la violencia obstétrica tiene tres formas: El trato humillante y denigrante, el abuso a la medicalización, y la patologización innecesaria.”
El concepto de patologización designa un proceso que transforma, de manera artificial, cuestiones no médicas en problemas médicos. Los embarazos y partos son procesos naturales que si bien requieren un acompañamiento del personal de la salud, no pueden convertirse en una enfermedad.
La ley de Parto Respetado constituye otra gran conquista legislativa y representa la otra cara de la violencia obstétrica. La ley 25.929 promueve buenas prácticas relacionadas con el embarazo, el trabajo de parto, parto y postparto. Toda mujer tiene derecho a: a ser informada sobre las distintas intervenciones médicas que se le pudieran realizar, a ser tratada con respeto y que se le garantice la intimidad, a ser considerada una persona sana, a un parto natural, respetuoso de los tiempos biológicos y psicológicos, a ser informada sobre la evolución de su parto, a no ser sometida a ningún examen cuyo propósito sea de investigación, a estar acompañada, a tener a su lado a su hijo o hija durante la permanencia en el establecimiento.
En este sentido, la presidenta del Insgenar remarca que toda mujer “tiene derecho a llegar al obstetra con un plan de parto, aclarando como quiere estar acompañada, diciendo que no quiere ser revisada por 17 estudiantes, o que le hagan tacto si no lo desea, y manifestando que no desea una cesárea sino es absolutamente necesaria y eso es lo que hay que promover: un empoderamiento de las personas que van a usar el sistema y formar de otra manera al personal de salud, a todo el equipo que asesora a embarazadas, parturientas”.
El teatro como herramienta
El grupo Teatro del Oprimido trabaja conjuntamente con el Insgenar. A partir de la técnica de teatro foro, se logra representar situaciones de violencia, reflexionar sobre ellas, abrir el debate y generar la participación del público en las diversas jornadas. Así lo explica Susana: “El teatro foro plantea situaciones, y considera a las personas que está mirando espectactor, porque puede pasar adelante para actuar, y después se plantea el debate y las preguntas de cómo cambiar la realidad, qué harían en esas situaciones y la gente que es espectadora pasa a ser actora y hace propuestas para cambiar la realidad y tiene un rol activo y los instala en el problema. Además, les dá la responsabilidad de pensar soluciones para el problema. Es una herramienta que nos ha resultado muy útil”.. Con el grupo de Teatro del Oprimido, el Insgenar recorre los efectores de toda la provincia, “planteándole a la gente que trabaja en salud la necesidad de llevar adelante las prácticas permitidas por la ley: ligadura tubaria, anticoncepción de emergencia y no usar la objeción de conciencia como una excusa par anegar derechos”, explica Chiarotti.
Esta herramienta les ha dado muy buenos resultados: “Hacemos jornadas de 4 horas y media y todos debaten, todos participan. También trabajamos el aborto no punible donde hay lugares en la provincia con mucha resistencia a implementarlo”.
De hecho, “Con todo al aire”, además de ser una investigación sistematizada en un libro, fue una obra de teatro, protagonizada por Paula García Jurado y Victoria Garay, y un documental que apela a las emociones y a la sensibilización del espectador. “Con el recurso teatral se logró oir las voces de las mujeres sin que las denunciantes quedaran expuestas. La obra despierta emociones y toca otros registros. Por un lado permite visualizar como violación a los derechos humanos algo que estaba naturalizado y no se registraba como tal. Permite, como sostiene Victoria Garay “abrir el cajón donde las personas guardan sus peores experiencias”.
El desafío de replicar buenas prácticas
En el marco de la Jornada “Levantando Barreras” se expusieron dos interesantes experiencias de buenas prácticas que son importante difundir para que puedan ser replicadas. Una de ellas es la que implementa el área de Obstetricia del Hospital Roque Saenz Peña. Susana Arminchiardi explicó algunas de las herramientas con las cuales trabajan interdisciplinariamente respetando los derechos de las mujeres.
“Tenemos como objetivo el de promover la salud y el protagonismo de la familia como sujeto de derecho”, afirmó.
Entender el nacimiento del bebé como un acontecimiento social es el primer paso para comenzar a trabajar con todo el círculo que acompaña a la mamá. Algunas acciones que implementaron fue el uso de los Tarjetones con el nombre de la mamá y su hijo, con el fin de reivindicar el Derecho a la Identidad. “Consideramos que esta es una buena práctica”, dijo Susana.
Entre otras, narró la experiencia del taller de preparación para la maternidad, el espacio Conocer y Reconocer, que implica un trabajo conjunto con los Centros de Salud donde se hacen visitas guiadas con las mujeres para que conozcan el hospital, el lugar donde van a ser atendidas, el equipo médico, la sala de partos, etc; el espacio de Consejería en Salud Sexual y Reproductiva, con el objetivo de brindar información sobre los métodos anticonceptivos que cada mujer puede elegir, y el proyecto Conozco y Decido donde a su vez, se trabaja en la elección de los métodos quirúrgicos: vasectomía y ligadura tubaria. Y para el final, mostró cómo se utiliza el “Banco Obstétrico” que incorporaron con el objeto de que cada mujer pueda elegir la posición para dar a luz, a pesar de algunas reticencias por parte de los médicos.
Olga Moyano es una reconocida enfermera, militante y querellante en la Causa Guerrieri, sobreviviente del Terrorismo de Estado. Sus palabras y su experiencia profundiza en el hacer médico, en la formación de los profesionales y en una necesaria visión de la salud como un derecho humano esencial.
Así narra la experiencia de haber logrado una reforma en la Tecnicatura de Enfermería, incorporando la visión de la salud como proceso colectivo. “Empezamos el trabajo en salud desde la perspectiva de un téorico brasileño, que plantea que hay tres herramientas o maletines en el trabajo con salud: los recursos que pongo en juego en cada acto de cuidar al otro, la construcción de relaciones y vínculos con el sujeto, y esto se construye en un proceso de transferencia; una serie de conocimientos para hacer frente a esa situación y que son de todo orden; y los procedimientos o técnicas duras. Y así fuimos articulando las asignaturas no como algo fraccionado, y también nos pareció interesante incorporar en la currícula el rol de la mujer, más allá del rol de madre.”
Así se creó dentro de la currícula de Enfermería de la provincia, la asignatura de Salud y Género. “Hay una ley marco que dice que todas las tecnicaturas en salud tiene que adecuarse a diversos parámetros. En la provincia ideamos un tronco común, con materias comunes, para cualquier tecnicatura. Esta lógica de la salud como derecho atraviesa este tronco común. Entender la salud no solo individual, sino colectiva”, explica Olga y continúa “El cuerpo es una construcción social. El hospital adaptó la lógica fabril tayloriana, donde unos hacen y otros piensan. El sujeto en esta lógica es un objeto más, el trabajo en salud es un trabajo vivo, no hay un producto final. Por eso, es necesario pensar la gestión en las instituciones. Yo digo que el hospital masacra a los sujetos, a los que vienen a buscar ayuda como a los que trabajan todos los días, porque en esta lógica de producir conocimiento perdés la identidad.”
Escaparse de la lógica del procedimiento es lo más difícil, plantea Olga. Sin embargo, en su experiencia territorial aborda este ir y venir constante entre el hospital y los centros comunitarios. Olga nos cuenta sobre la experiencia del Centro Gonzalez Loza, ubicado en Oroño y la Vía, en Villa Itatí, donde se implementa el programa “panzitas latiendo”. “Es un espacio de acompañamiento de las embarazadas y de toda la preparación para el parto, y luego hacemos una visita al hospital”. «Me gusta mucho el trabajo con la gente, no solo con mis alumnos. Y en este ir y venir entre el territorio y el hospital veo la calidad en la atención en salud, cómo la trataron, qué complicaciones pudo tener, es decir, todo ese trabajo que hicimos en el centro, qué significado tuvo en el hospital y cómo volvió al centro, por eso la atención primaria es muy importante, es necesario trabajar en red. La atención primaria no debe verse como una puerta de acceso a otros niveles en salud, sino como estrategia y filosofía que implica a todos los niveles”, remata Olga.
De esta manera, la Jornada finalizó con la puesta en común de buenas prácticas, luego del debate y la reflexión sobre cotidianas situaciones de violencia invisibilizadas, naturalizadas y ocultas en una compleja trama hospitalaria que vulnera a diario, los derechos de las mujeres. Hoy, la gran tarea «es difundir cada uno de estos derechos. Tenemos tratados de leyes maravillosos que no son conocidos y no son implementados en plenitud. Nosotros tenemos que dar ese salto a la plena implementación y para eso hay que trabajar bastante», sintetiza Susana Chiarotti.
Contacto con Instituto de Género, Derecho y Desarrollo de Rosario:
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3 comentario
tengo 4 hijos,se lo que es parir.en ninguno de los 4 partos senti que haya recibido una buena atencion,siempre me quedo un gusto amargo cuando tendria que haber sido el momento mas hermoso de mi vida.mi 1er hijo nacio en el roque saenz peña,y si bien los medicos me acompañaron sufri horrores y mi hijo nacio con force,y mientras me cosian debetian que tendria que haber ido a cesarea pero se les paso.el 2do nacio en la martin vieja,todo el embarazo pedi apoyo psicologico y no me dieron bola,yo tenia terror que se repita lo del parto anterior,el consuelo fue que es uno en 10000,no me maltrataron pero me dejaron sola,porque yo gritaba mucho(y como gritaba).el 3ro fue en el italiano,no se si por ineficientes o que termine pariendo en pre parto,y el 4to fue en el cemar,el 22 de marzo de este año,y sin ninguna explicacion de nada y adiciendo a que yo ya sabia lo que era me hicieron sufrir hasta que se dieron cuenta que mi bb aparte de pesar 4.100 tenia no se cuantas vueltas de cordon que le impedian nacer,lo se porque mi marido estuvo en todo momento aunque lo quisieron dejar fuera de sala de parto.lo que digo es que los medicos deberian explicar que es lo que esta pasando,para ellos es un parto, pero sos vos la que esta ahi,es tu hijo el que esta en juego y uno necesita contencion,yo por lo menos la necesite y me senti SOLA, asustada y sin fuerzas para defenderme.es muy bueno saber que hay gente que ve que esto no esta bien y propone cambios,es bueno que uno sepa que no es que sea una jodida sino que es un derecho ultrajado por eso esta sensacion.no se si sirve mi historia,pero deseaba compartirla porque senti que era parte de esta inquietud.muchas gracias y adelante,
¿cómo se puede denunciar? hice todo según los instructivos y no se como seguir. Me gustaria contactarme con uds. soy de Bs As. gracias
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