El viernes 13 por la tarde compañeras y compañeros del Grupo de Teatro del Oprimido (GTO) vinieron a compartir a villa Moreno una actividad sobre “Violencia de género” organizada junto a cumpas del área de Géneros y Salud de distintos barrios del Movimiento 26 de Junio-FPDS.
Presentaciones tímidas interrumpidas por el crujir de la puerta, miradas cómplices siguiendo el ritmo del mate. La pregunta sobre “qué nos imaginábamos por el teatro del oprimido”, un silencio reflexivo y una cumpa que lo relaciona con la vida cotidiana.
De a poquito, se nos propuso avanzar un poco más, y animarnos a iniciar un diálogo con movimientos y sonidos. Nos aflojamos. Llegaron las risas, el disfrute y el frío iba desapareciendo a medida que la confianza crecía. Pero había mucho más todavía.
Cerramos los ojos y fuimos diciendo lo que sentíamos ante la “violencia de género”. Voces de mujeres y varones, de variadas edades y diferentes barrios fueron expresando “hartazgo”, “lucha”, “dolor”, “organización”, “machismo”, “cotidiano”, “golpe”, entre tantas otras palabras dichas o no dichas. Entonces, comenzó la obra Rosa viejo, aunque la actividad ya había empezado hace rato, casi sin darnos cuenta.
Mientras seguíamos la historia, nos reíamos con algunas escenas, pero también de a poco íbamos identificando las situaciones que allí se mostraban, sintiéndolas cercanas y cotidianas. Nos íbamos metiendo en lo que sucedía y los personajes nos iban generando diversas sensaciones. Se notaban miradas de indignación o bronca ante algún personaje, se escuchaban comentarios y opiniones sobre si era correcto o no lo que pasaba. La escenografía montada dentro del local de Moreno se había convertido en el paisaje cotidiano, de distintos barrios, diferentes momentos; y lxs personajes, aunque sin decirlo, iban adquiriendo muchos nombres en nuestras cabezas
Luego de los aplausos, no vino el final de la obra como muchas veces se acostumbra. Se nos propuso seguir siendo protagonistas, debatir lo que habíamos visto, compartir las sensaciones, proponer cambios en la escena y animarnos a reemplazar a la actriz por un rato. Entonces, el ambiente se llenó de historias de lo más cotidianas y cercanas, esas que te erizan la piel, te duelen y fortalecen a la vez; en las cuales cada una y cada uno podemos reconocernos. Y algunas compañeras se animaron a ponerle el cuerpo, a ubicarse en el medio de la escena, y transformarla; permitiéndonos observar y observarnos de ángulos y formas diferentes.
Las horas habían pasado, el mate se había terminado, pero ahí seguíamos todas y todos, dispuestos a seguir compartiendo, problematizando y cambiando. Al final, lxs cumpas del Grupo de Teatro del Oprimido habían tenido razón, cuando nos aseguraron que en esta actividad nuestra participación iba a ser fundamental, cuando con sus gestos y movimientos nos invitaron a jugar, cuando nos hicieron sentir que todo lo que sucedía esta tarde dentro de la casa popular del M-26 en villa Moreno, era parte de la vida cotidiana y, sobre todo, cuando nos invitaron a compartir y a “inventar un futuro” desde nuestra realidad.
Muchas gracias por la hermosa e indescriptible tarde compartida… ¡y que sean muchas más!
Área de Géneros y Salud/ Movimiento 26 de Junio/ Frente Popular Darío Santillán