Desde hace treinta años, todos los 20 de julio se recuerda en la localidad jujeña de Libertador General San Martín la Noche del Apagón, en repudio a la sucesión de apagones del suministro eléctrico ocurridos en la zona, y a partir de los que se secuestraron a vecinos y trabajadores del lugar, muchos de ellos aún desaparecidos. Este año, la movilización, que se realizará el 25 de julio, suma otros condimentos, ya que se lleva adelante pocos meses después de la finalización del primer juicio por crímenes de lesa humanidad en la provincia, en el que se condenó a tres represores, y en el marco de nuevas causas que tienen entre sus imputados al dueño del Ingenio Ledesma, Carlos Pedro Blaquier, y su administrador, Alberto Lemos. Además, los trabajadores del Ingenio llevarán adelante un paro de 48 horas en reclamo de mejoras salariales. En este contexto se ha dado una campaña por parte de los medios tradicionales locales acusando principalmente a Capoma (Centro de Acción Popular Olga Márquez de Arédez) de actuar en contra de las fuentes laborales que genera Ledesma.
Por La Retaguardia
“¿Por qué no levantar la bandera y defender a nuestra empresa? Si Ledesma desapareciera, Libertador sería una ciudad fantasma. Más del 80 por ciento de la gente que hoy vive de Ledesma, del Estado provincial, de los comercios, desaparecerían, porque no habría movimiento económico. Creemos que hay que separar el tema de los derechos humanos, de los que están juzgando a Blaquier, eso ya está en manos de la justicia y hay que dejarla que actúe, pero no podemos permitir que siempre que se hable de Ledesma se humille, se ofenda, porque no está solamente ofendiendo a la empresa sino al pueblo….
… yo tengo un hermano mellizo que trabajaba como seguridad en el Ingenio San Martín de Tabacal, y en aquel tiempo había un grupo de jóvenes que robaba las naranjas. Eran ladrones porque entraban a una empresa privada, aún así roben una naranja. La conclusión es que uno de los jóvenes que agarraron murió, todos los empleados de esa empresa privada fueron presos. Dijeron que mi hermano era asesino, estuvo privado de su libertad como muchos empleados de esa empresa y cuando se llegó a juicio final quedó absuelto, pero nadie reconoció los tres años que estuvo preso mi hermano. A lo que quiero llegar es que lo que defendieron los derechos humanos fue a un indígena, porque ahora es hermoso slogan decir ‘hay que defender al nativo, al americano, al pobre, a aquel sucito’. Yo creo que los derechos humanos tienen que defender a la sociedad que vive, trabaja y está dentro de los marcos de la ley, no a aquellos que corrompen. Para mí un delincuente que cae preso no tiene derecho, ¿derecho de qué, de matar a alguien, de robar, de eso tiene derecho, y todavía tenemos que darle privilegio? Los derechos humanos tienen que estar para defender a la gente que lo necesita, al pueblo en su conjunto y no a los sinvergüenzas”.
Estas son algunas de las declaraciones de José Mainard, presidente de la Unión de Centros Vecinales, que pudieron escucharse en los últimos días en medios tradicionales de Jujuy. Sirven para entender cómo viene el clima en la previa de la tradicional marcha de repudio al Apagón de Ledesma.
Al respecto, Víctor Basterra, sobreviviente de la ESMA, señaló que estos discursos son los mismos que alientan buena parte de la sociedad: “seamos realistas, cuando se habla de inseguridad en general se mira sin hacerse cargo de que la inseguridad es producto de todo un proceso histórico que se ha dado en el conjunto de la sociedad justamente para despersonalizarlo y volverlo exclusivamente egoísta, insensible, falto de humanidad y mirar el ombligo permanentemente. Las expresiones de este sujeto son un triunfo de la dictadura cívico militar y de todo el proceso neoliberal que se desarrolló en Argentina. Ahora, esto no nos tiene que escandalizar, nosotros tenemos que pelear contra ese tipo de personas. Además este pobre infeliz habla y dice ‘hubo un muerto por comer naranja’, se ve que tuvo un problema digestivo, ese mensaje es tan retrogrado y lamentable”, comentó Basterra durante el programa radial Oral Y Público.
Quienes defienden a la empresa Ledesma atacan a Capoma (Centro de Acción Popular Olga Márquez de Arédez) y otras organizaciones de derechos humanos acusándolos de boicotear al ingenio y las fuentes de trabajo que éste genera. Julio Gutierrez uno de los referentes de Capoma, explicó que ellos no se manifiestan en contra de la empresa, sino que reclaman justicia hacia los responsables directos, en este caso Carlos Pedro Blaquier y Alberto Lemos, por lo sucedido en la noche del apagón: “son dos cosas distintas, no se está juzgando a la empresa Ledesma como institución, no tenemos por qué ir en su contra. Se usa el nombre de la empresa para que se mediatice y se llegue a hablar de Blaquier, porque si hablás de él por el nombre no lo conoce nadie”,aclaró. En este sentido hizo referencia a un comunicado que la organización emitió en respuesta a los agravios. Allí recuerdan el caso de empresas alemanas de la época del régimen nazi, que siguieron funcionando más allá de que sus directivos fueron procesados y condenados: “Existen casos comprobados de las cúpulas gerenciales de las empresas alemanas Aceros Krupp, IG Farben Volkswagen que colaboraron con el genocidio que hizo el nazismo durante la 2ª guerra mundial. Estas empresas tuvieron que enfrentar la realidad histórica, con juicios y condenas a varios de sus directivos, pero siguen existiendo y generando actividad productiva”, señalaron en el escrito enviado a la opinión pública y sobre lo que Gutiérrez agregó: “el objetivo es que la gente lo escuche y se entere. Fueron juzgados los responsables físicos en esa época, no fue juzgada la empresa, que por ende sigue trabajando y funcionando. No se va en contra de las fuentes de trabajo, ni tampoco se está pidiendo que cierre la empresa. Acá los responsables son los directivos, que son los que dieron las órdenes para que se presten las camionetas, para que se secuestre, son los que pasaron la lista para que los compañeros que están desaparecidos hoy en día y los que sobrevivieron sean secuestrados y llevados a los centros clandestinos de detención. Eso es lo que se pide que se juzgue”, aseveró Gutiérrez.
En el mismo sentido, Víctor Basterra recordó que en otras épocas, cuando estaban “en la plenitud de la lucha de aquellos tiempos”, tampoco atacaban a la empresa: “no rompíamos las máquinas, no destruíamos las instalaciones; al contrario, lo que hacíamos en todo caso si en algún momento se presentaba la situación era pegarle a la cuestión de la producción, al último elemento de la producción, a lo que ya iba a ser vendido, entonces podíamos llegar a crearle un perjuicio a la patronal. En realidad se está hablando de personas responsables que están perfectamente identificadas. Cuando nosotros hablamos de un cura que estuvo presente en las torturas no hablamos de toda la institución eclesiástica”, ejemplificó.
En medio de estas acusaciones de boicot contra Ledesma, los propios trabajadores nucleados en el Sindicato de Obreros y Empleados del Azúcar del Ingenio Ledesma votaron en asamblea realizar el jueves 11 y el viernes 12 de julio un paro en reclamo de mejoras salariales. Quienes defienden a la empresa resolvieron movilizarse ese mismo jueves. “Estos mismos periodistas o pseudo periodistas se preguntaban si no era a propósito hacer el paro el 11 de julio como para contrarrestar la marcha de solidaridad con Ledesma –contó Gutiérrez a Oral y Público– y en una entrevista que me hicieron les dije que si iban a salir a defender el trabajo por qué no llamaban también a solidarizarse con el paro por un salario digno. Les preocupa la fuente de trabajo pero no que el salario de los trabajadores sea el mínimo, con el que no llegan a fin de mes, y que se les pague la peor miseria, siendo el ingenio más grande del mundo, ya que ellos se jactan de hacer el mejor papel del mundo”.
En este sentido, Gutiérrez afirmó que no es posible que el Ingenio La Esperanza, que es mucho más chico desde lo económico, haya cerrado un acuerdo salarial de 6.500 pesos de bolsillo para el trabajador y Ledesma esté ofreciendo 5.148 pesos: “me dijeron que yo estaba hablando porque siempre estoy en contra de Ledesma. Eso es lo que se dice. Pero por lo visto se va a hacer muy buena convocatoria para el paro. Van a ser cuarenta y ocho horas y se están programando muchas actividades, como asambleas fuera de la empresa. Estamos al tanto de lo que viene, porque la semana que viene se va a poner más picante. Acá hay algo serio que es que muchos periodistas están usando la teoría de los dos demonios, esto de que en la época de la dictadura hubo dos bandos, una guerra. Acá justifican el Operativo Independencia porque, dicen, se escondían como animales, como bestias dentro de los montes y cuando salían vos no sabías si salías vivo del monte”.
“Estamos al tanto de lo que viene”, dice Gutiérrez y se refiere, por un lado, al paro de 48 horas que los trabajadores del Ingenio realizarán el jueves 11 y el viernes 12 de julio, con la correspondiente contramarcha de quienes defienden a la empresa; y por el otro, a lo que sucederá el 25 de julio. Ese día se desarrollará la Marcha del Apagón número 30, en pedido de justicia, verdad y memoria, y bajo la consigna: “Sí al trabajo digno, No a la impunidad”.
Foto de tapa: Señalización frente al Ingenio Ledesma