«Viven en nuestra lucha»
Al cumplirse 17 meses del Triple Crimen de Barrio Moreno, el Movimiento 26 de junio y el Frente Darío Santillán presentaron la revista de elaboración colectiva «Viven en nuestra lucha», una publicación que recuerda al Jere, Mono y Patom desde su militancia en el barrio, con voces de familiares y amigos, y análisis de colaboradores que amplían la mirada del negocio del narcotráfico vinculado a los agronegocios, la territorialización de la droga, el déficit habitacional y el boom inmobiliario. enREDando dialogó con Pitu Salinas, referente del M26 de junio.
Por María Cruz Ciarniello
Diecisiete meses pasaron del Triple Crimen que conmovió a Barrio Moreno. El asesinato de Jere, Mono y Patom, militantes del Movimiento 26 de Junio, en la fatídica madrugada del 1 de enero de 2012, es una herida que aún continúa abierta para la militancia y la barriada popular, para sus familiares y amigos.
De ese profundo dolor, germinó una lucha intensa: la búsqueda de justicia por los crímenes de tres pibes que soñaban con un mundo más justo y más igualitario. Y también creció, a la par de esa lucha, una movilización constante contra uno de los negocios más redituables del capitalismo financiero: el narcotráfico. El mismo negocio que así como licua dinero fresco en los grandes epicentros geográficos, se cobra la vida de los pibes en los barrios más empobrecidos de las grandes ciudades.
Rosario es actualmente uno de los focos más conflictivos donde el negocio de la droga aparece íntimamente vinculado con las mafias narco, la policía, el poder judicial y el poder político. Todo es parte de lo mismo, asociado fundamentalmente al gran flujo de dinero que genera el modelo sojero, tanto demográfico como urbano. No son caras de diferentes realidades, sino un mismo entramado que profundiza la desigualdad y la disputa en el territorio.
Allí se libra una batalla profunda: la propuesta de vida que nace de los movimientos sociales comprometidos con la defensa de los derechos de los pibes frente a una escalada de muerte y violencia que deriva de supuestos “enfrentamientos” que no son más que la consecuencia directa del poder de bandas delictivas que toman como carnada a los jóvenes pobres de los barrios populares.
Frente a esto, decíamos: la militancia. El cuerpo de familiares y jóvenes que desde el barrio y desde el territorio construyen poder popular. Así, el Movimiento 26 de Junio, a 17 meses del asesinato de 3 de sus compañeros, continúa ganando la calle, el primer día de cada mes, para recordarlos y al mismo tiempo, para seguir alzando sus voces.
En este marco, y al cumplirse más de un año y medio del triple crimen, se presentó una revista que no solo homenajea a Patom, Jere y Mono. También incluye una amplia y completa mirada de lo que sucede en Rosario y en sus barrios.
Viven en nuestra lucha
“Durante 2011, 140 jóvenes rosarinos cayeron a manos de la violencia institucional o de las balaceras narcos. Esas muertes dan cuenta de ataques sistemáticos”, resume la editorial de la revista “Viven en nuestra lucha”, presentada el 6 de junio en Rosario, frente a los Tribunales Provinciales. La gran mayoría, son jóvenes de los barrios más pobres de la ciudad.
La publicación es fruto de la resistencia que el Movimiento 26 de junio emprendió el 1 de enero de 2012. La revista habla de Jere, de Patom y de Mono, de sus sueños y su militancia en el barrio Moreno. Y también, amplía la mirada para entender el foco de un conflicto creciente como es el narcotráfico.
Así reza en otro párrafo destacable de la editorial: “El aparato policial ejerce el control diario sobre los territorios. En complicidad con la estructura narcotraficante, la división de los barrios funciona sobre los vecinos. Se sabe dónde están los kioskos, quiénes son los transas y a quiénes responden. Es el mismo poder cómplice del negocio que busca también el control social de la juventud, en un intento vano de conjurar seguras rebeldías”.
Impulsada por militantes del Frente Popular Darío Santillán de Capital Federal, “Viven en nuestra lucha”, presenta además la otra cara de la violencia. La esperanza encarnada en los más pibes; en un espacio de jóvenes que crece en Barrio Moreno, de emprendimientos productivos que nacen de la voluntad popular de vecinos y vecinas del barrio; de las voces de Lita, la mamá de Mono, de Dai, la hermana de Patom, de Catriel, compañero de militancia del Jere, del Mono y Patom, de Chicho, hermano del Mono. De una canchita de fútbol que fue escenario del triple crimen, donde todavía se ven las marcas del fusilamiento de los jóvenes, y en la que hoy, los clubes de la liga infantil juegan cada sábado desplegando una bandera y tres estrellas, símbolo de una memoria infatigable.
Es que a pesar del dolor y de la muerte, germina la vida. Así también lo entienden sus familiares, quienes comparten la idea, tremendamente dolorosa, de que el asesinato de sus hijos fue un punto de inflexión para comenzar a desnudar una trama violenta que esconde el negocio de la droga en la ciudad.
A 17 meses del Triple Crimen, hay 5 procesamientos firmes por la autoría material del asesinato de Jere, Mono y Patom, y 3 procesamiento firmes por el encubrimiento y la complicidad policial, “con policías procesados, dos de ellos de jerarquía”, explica Pitu Salinas, referente del M26 de Junio. En el artículo que escribió para la revista, detalla: “El hecho de que los 5 autores materiales del asesinato de nuestros compañeros estén procesados y en prisión preventiva a la espera de la confirmación de la Cámara de Apelaciones, además del procesamiento de tres funcionarios policiales de jerarquía por el encubrimiento del crimen, habla a las claras de un avance judicial a fuerza de lucha insistente e interpelación de la opinión pública”.
Este fue el desafío asumido desde la militancia barrial. Enfrentar diferentes batallas al mismo tiempo; transitar un derrotero desigual en los pasillos de los tribunales, y comenzar a hacer visible una injusticia estructural donde la mayoría de los crímenes de los pibes de las barriadas quedan impunes.
“Hoy la situación en el territorio es ambivalente”, cuenta Pitu. “Hay momentos de relativa tranquilidad, hay momentos donde la conflictividad se recrudece por disputas y una falta de vocación por tener una seguridad en el barrio por parte del ejecutivo provincial. Nosotros seguimos insistiendo con poder planificar seriamente un operativo de seguridad que no tenga ni que ver con lo propiamente represivo ni tampoco con liberar la zona y dejar a merced de las bandas de narcotráfico que se disputan la venta”, señala Salinas, remarcando la falta de voluntad política del gobierno socialista por responder a la demanda de vecinos y militantes del M26 de junio.
Frente a la inminencia de asistir a un proceso judicial oral, la necesidad de mayor seguridad es una exigencia fundamental. “Nosotros le insistimos al gobierno provincial sobre esto, máxime en esta etapa donde estamos de cara a enfrentar un juicio oral, donde varios de los testigos del propio entorno territorial que prestaron su declaración en la etapa de instrucción, deberían refrendarlo en un escenario de mayor imposición como un juicio oral. En ese sentido es urgente tener un marco de seguridad y de armonía en el barrio, para que los compañeros que atestiguaron puedan hacerlo con total tranquilidad”.
Boom inmobiliario y soja
En la revista, también es posible encontrarse con otras lecturas que profundizan en el análisis. Entre ellas, la de Carlos Del Frade, integrante de la Comisión Investigadora del Triple Crimen, y la del Club de Investigaciones Urbanas.
En la fría mañana del 6 de junio pasado, cuando se presentó la revista y ante la mirada de la pibada y familiares del Jere, Mono y Patom, Del Frade le apuntó a la justicia y al poder político, al poderío de la banda de los Cantero en Rosario y a la participación y complicidad del aparato policial.
“Hay muchas complicidades, hay empresas inmobiliarias, permisos municipales para edificar esa casa, bancos que no preguntan nunca de donde viene la plata, poder judicial, policial y político que miró para otro lado mientras los Cantero hacían toda esta plata para construir esta casa. Descubrirlo ahora tiene que ver con que ustedes instalaron la necesidad de que se investigué el por qué de tanta sangre. Porque del otro lado de esta enorme cantidad de complicidades, está la otra cuenta: la sangre joven derramada en los barrios. Los Cantero aparecían ya desde el año pasado como los responsables de la banda del quemado Rodríguez que fue el asesino de nuestros tres pibes. Las escuchas telefónicas que conocían los jueces, decían con exactitud que la banda del quemado Rodríguez trabajaba para el Guille Cantero, y decían con exactitud que oficiales de la policía estaban infiltrados en las TOE y después nos hicieron creer que con la Secretaria de Delitos complejos iban a poner una especie de élite de la policía. Hoy, los diarios nos dicen que cayó un policía que estaba en esa Secretaría. Ustedes instalaron la imagen de la enorme mentira que hay detrás. Los Canteros son poderosos porque los poderosos los hicieron ser. Ustedes están acá por amor y por dolor. Y si esto hoy se discute en Rosario es por la lucha de ustedes. Si esta ciudad tiene ahora algunas segundos de justicia es por la lucha de ustedes”.
Ante los últimos hechos de violencia ocurridos en la ciudad, con el asesinato del líder de Los Monos, Salinas analiza: “Para nosotros lo que hoy cobra alguna relevancia es que hayan asesinado al Varón del narcotráfico, a Cantero, el líder de los Monos. Esta úlitma saga de homicidio pone sobre la mesa hechos concretos y figurativos. La primera pregunta que hay que hacerse es ¿cómo puede ser que un tipo como el titular del boliche donde asesinaron a Cantero haya sido asesinado en plena geografía del macrocentro rosarino a las 12 del mediodía, 30 horas después del asesinato de Cantero y 1 hora después de que haya declarado en tribunales?. Esto deja ver un fáctico autogobierno de la fuerza policial y no existe ninguna vocación por parte del elenco del gobierno provincial de ejercer un control político. El comisario que prestaba información a las bandas delictivas revistaba en las filas de la Secretaría de Delitos Complejos, recientemente creada.” Así también, analiza el accionar de la justicia: “Bandas criminales disputan el territorio con el amparo del sector del poder judicial que no han tenido la vocación de generar investigaciones rigurosas. Nos referimos a que por ejemplo de las 10 causas que hay en las cuales los imputados tienen el mismo nombre y apellido se unifiquen. Tan sencillo como eso.”.
Desde el Movimiento 26 de junio sostienen que desde el gobierno provincial se está buscando “territorializar el narcotráfico”. ¿Qué significa?: “Elegir selectivamente zonas determinadas donde estaría el narcotráfico, como lo son los barrios periféricos, entonces asistimos al espectáculo de topadoras que arrasan con bunkers que abren 24 horas después a metros de distancia. Pero a la opinión pública le queda la idea de que el narcotráfico se circunscribe a las periferias de la ciudad y la verdadera ruta del dinero esta muy lejos de nuestros barrios”.
Precisamente sobre este aspecto hace foco el Club de Investigaciones Urbanas que en la revista publica un completo informe que da cuenta de un proceso de transformación evidenciado en el boom inmobiliario, los agronegocios, la privatización de los territorios, y el narcotráfico: “un cóctel que atenta, entre otras cosas, contra el derecho del acceso a la vivienda”, explicitan.
Juan Pablo Hudson expresó: “Hoy en la ciudad hay 80 mil casas vacías. Fueron construidas mayormente con dinero proveniente de la soja y también del narcotráfico. Se construyeron como una forma de reserva de valor. Este negocio está íntimamente vinculado con el narcotráfico, beneficia a pocos y expulsa a la mayoría, por eso está integrado en esta publicación. En el fondo de la sociedad, están sucediéndose una serie de conflictos sociales muy sangrientos que desde el gobierno municipal y provincial intentaron ocultar y ya no lo pueden hacer más”.
En la investigación realizada por este grupo militante de Rosario, se detalla que, “según cifras oficiales, en los últimos 10 años se levantó en la ciudad la exorbitante cantidad de 4 millones de m2 en construcción, con más de 10 mil permisos de edificación otorgados”. En otro aspecto, afirman: “Existen en el Departamento Rosario 50 mil familias con déficit habitacional a la vez que se registran 80 mil viviendas deshabitadas sobre un total de 435 mil.”
En este sentido, Pitu salinas sostiene: “Para nosotros esto no es sorpresivo sino que está relacionado con una de las grandes complicidades del narcotráfico que tiene que ver con la ruta del dinero, el lavado de ese dinero ilegal y como se incorpora a una economía formal. Varios de estos análisis están plasmados en esta revista”, que además incluye dos notas periodísticas de Nadia Fink y Sebastián Ortega, recordando a César Oviedo y una historieta donde se cuenta cómo sucedió el triple crimen donde el Jere, el Mono y Patom fueron brutalmente acribillados cuando apenas asomaba el año 2012.