Por Redaccion Rosario
Manuel Casado, único querellante del juicio a los represores que intervinieron la municipalidad de San Lorenzo durante la dictadura, falleció este jueves. No llegó a escuchar la sentencia contra los tres acusados imputados por su secuestro y torturas.
La noticia golpeó como un mazazo a los integrantes del espacio Memoria, Verdad y Justicia del Cordón Industrial, y a quienes participan cada audiencia del “aguante” frente a los tribunales federales –dónde se lleva adelante el primer juicio a represores de la ciudad de San Lorenzo–.
La muerte de la única víctima –y querellante– del proceso generó “un profundo dolor por la partida del valioso compañero”, tal cual refirió Edilio Didi Quiroga, uno de los testigos de la causa, quien explicó a Redacción Rosario que Casado había sido internado días atrás por el agravamiento de una presunta hepatitis.
Quiroga también manifestó su “bronca por las demoras de la justicia”, ya que –dijo– “ahora Casado, como ha ocurrido con muchas Madres, familiares de desaparecidos, o sobrevivientes, no podrá escuchar la sentencia a sus captores”.
Casado había declarado el jueves 16 de mayo ante el Tribunal Oral Federal 1 de Rosario –compuesto por Otmar Paulucci, María Ivon Vella y José María Escobar Cello–, que fue secuestrado y torturado durante la dictadura, y logró reconocer a los tres imputados en la causa por delitos de lesa humanidad iniciada en marzo pasado, los ex militares Rubén Cervera y Horacio Maderna y el civil Pedro Rodríguez.
Casado, la única víctima en el juicio oral en el que hay dos militares y un civil acusados de violaciones a los derechos humanos, relató en aquella audiencia ante los integrantes del tribunal, cómo fue secuestrado el 25 de marzo de 1976 y brindó detalles de su periplo por lugares de detención.
En su declaración testimonial, Casado –ex secretario general de del Sindicato de Trabajadores Municipales de la localidad de San Lorenzo– acusó a los militares retirados Rubén Osvaldo Cervera y Horacio Hugo Maderna, jefe y subjefe del Batallón de Arsenales 121 de Fray Luis Beltrán durante el terrorismo de Estado, y al civil Pedro Rodríguez, asesor jurídico de la Intendencia.
“El 25 de marzo voy al cementerio a llevar flores a mi padre con mi madre y tres hermanas. Cuando regresamos frente al Banco Nación de San Lorenzo se detienen un auto y un camión con soldados, se bajan unos soldados, me pegan dos culatazos en la parte de atrás de la cabeza y me suben al camión”, había declarado Casado.
“Me llevan a la Municipalidad, donde se acercan Rodríguez, Maderna y Cervera, me interrogan y me preguntan si pueden ir a mi casa”, narró la víctima, quien además, contó que después fue trasladado al Batallón de Arsenales 121 de Fray Luis Beltrán donde ve a los tres imputados dando órdenes.
Casado recordó que a los “tres, cuatro días me trasladan a la Jefatura de Policía de San Lorenzo, al altillo”, donde le dicen que se va a poder ir.
Pero antes los militares fueron a su casa, donde “revolvieron todo y tiraron a mi hijo que entonces tenía 7 días junto al colchón donde estaba durmiendo”, contó.
Durante su declaración testimonial, el ex dirigente sindical puntualizó que durante su estadía en la Municipalidad de San Lorenzo, de la que Cervera era interventor y Maderna secretario de Gobierno de facto, “me pega el cabo Pinto” en presencia de los tres acusados en el juicio.
Casado también contó que conoció al civil imputado en la causa, Rodríguez, desde antes del golpe de Estado porque ya trabajaba como asesor jurídico de la Intendencia de San Lorenzo y militaba en el peronismo. Y relató ante los jueces que cuando lo llevan al edificio municipal tras el secuestro, le pide a Rodríguez que le explique a los militares quién era él, a lo que el abogado replicó: “De esta no te salvás”.
Casado había declarado que fue torturado con golpes y “picana eléctrica en los testículos”.
Este jueves, minutos antes de conocerse su deceso, en los tribunales se había desarrollado un nueva audiencia en el juicio que lo tiene como única víctima, en la que se presentó un testimonio por escrito. Tras su fallecimiento, el proceso continuará bajo la acusación de la fiscalía.