El proyecto que en diciembre cosechó más de 34 firmas de apoyo, avanza hoy en las comisiones de la Cámara de Diputados en medio de fuertes presiones del socialismo que pretende coercionar a los diputados oficialistas que, por fuertes convicciones, siguen acompañando la iniciativa y son claves para su tratamiento.
Al mismo tiempo Borgonovo pretende influir sobre el PJ y el municipio monta en territorio grupos de choque para intimidar al movimiento y siguen generando violencia.
El proyecto que en diciembre cosechó más de 34 firmas de apoyo, avanza hoy en las comisiones de la Cámara de Diputados en medio de fuertes presiones del socialismo que pretende coercionar a los diputados oficialistas que, por fuertes convicciones, siguen acompañando la iniciativa y son claves para su tratamiento.
Al mismo tiempo Borgonovo pretende influir sobre el PJ y el municipio monta en territorio grupos de choque para intimidar al movimiento y siguen generando violencia.
Presiones políticas
“No le vamos a hacer la campaña a estos pibes” dijo un importante diputado del PS como argumento principal para frenar la expropiación del tambo que avanza en diputados. Esta nefasta e infantil frase completa el repertorio de presiones que está ejerciendo el Partido Socialista a los diputados del oficialismo que apoyan desde diciembre la expropiación. Así, de los 6 diputados del FPCyS lograron ya quitar el apoyo de Verónica Benas y Susana García (curiosamente ambas defensoras de la tierra, los pueblos originarios y los pequeños productores), quienes habían firmado el proyecto en diciembre y de forma inexplicable se bajaron en la última sesión. Quedan firmes en su posición, además de los distintos bloques del peronismo, los diputados Maximiliano Pullaro, Edgardo Martino, Ariel Bermúdez y Griselda Tessio. A quienes les estaremos eternamente agradecidos.
Así, ante la falta de argumentos políticos para defender los intereses económicos en Nuevo Alberdi, el partido de gobierno pretende invalidar la lucha por la tierra y mandar a desalojar violentamente una unidad productiva alegando “politización” del tema. Con el macarthismo de siempre, dicen que Giros ya no es un movimiento social sino un partido político y que no van a sacar la expropiación porque eso sería “hacernos la campaña”. Confundiendo de forma cínica y artera lo que son temas urgentes que se deben abordar desde el Estado como políticas públicas y un debate político que corre por otros carriles y tiene otra forma de resolución: el voto popular.
Defender los intereses de los especuladores que vienen violando la ley, presionando a vecinos, apropiándose de tierras de forma ilegal y quedándose con los beneficios de la obra pública, los deja demasiado expuestos y deben recurrir a cualquier argumento para salvar no sólo los intereses privados, sino también la profunda corrupción pública que hay atrás de los proyectos urbanos de Nuevo Alberdi.
Al mismo tiempo, Esteban Borgonovo, ex funcionario público devenido en especulador inmobiliario, no se quedó atrás y realizó un profundo lobby en diputados para salvar el mega proyecto privado de urbanización ilegal. Recorrió bloque por bloque para cambiar la voluntad de los legisladores del peronismo que vienen firmemente apoyando el proyecto, sin resultados hasta el momento.
Presiones territoriales
En paralelo, la Municipalidad de Rosario profundiza su campaña en territorio para deslegitimar con los vecinos el trabajo del movimiento y generar confrontación y violencia.Las operaciones municipales que denunciamos en octubre pasado, que incluyeron el intento de incendiar la escuela, continuaron con ataques permanentes al proyecto educativo y ahora junto con la complicidad de punteros están organizando un grupo de choque con armas de fuego.
Todos estos elementos se los comunicamos y mostramos a los diputados en la comisión de presupuesto el jueves pasado, alertándolos sobre la urgente necesidad de tratar y resolver rápidamente el tema.
La dilación en la resolución del conflicto por la tierra que ya lleva más de 6 años, sumado a esta persecución política por la decisión del movimiento de conformar un partido político y presentarse a elecciones, están generando un cóctel explosivo de violencia en territorio con consecuencias impredecibles.
En este sentido, hace algunos meses, el cuidador del terreno lindero al tambo propiedad de Alberto Ratner, miembro de la vecinal trucha que armó el grupo privado para hacer lobby, luego de infinidad de amenazas golpeó ya a dos militantes del movimiento.
A uno de ellos, que trabaja en el tambo, lo interceptó en la vía pública, lo golpeó, le destruyó la moto y la tiró a una zanja. Además ya había herido a otro militante tomándolo con un rebenque y produciéndole heridas notorias en el cuerpo.
Todos los hechos de violencia han sido presentado en los tribunales provinciales.
Nuestra postura de no confrontar está siendo muy difícil de sostener ante tanta violencia cotidiana.
La solución de fondo debe ser ya
Es increíble el accionar del partido socialista. En una ciudad donde la crisis de violencia, exclusión y narcotráfico estalla a cada momento y en cada lugar, y en un barrio que sufrió en carne propia esta batalla, es inadmisible que la intervención del estado sea perseguir a un movimiento que construye políticas de inclusión todos los días y con una escala poco vista en la ciudad.
Ante cada muerte por la guerra narco, los funcionarios se llenan la boca con la necesidad de generar en los barrios políticas de inclusión e identidad que le brinden una alternativa a estos jóvenes. Prometen más recursos y articular con “las fuerzas vivas de la ciudad”. Firman acuerdos. Hacen reuniones para los medios, etc.
Ahora, cuando en un territorio conflictivo hay un movimiento que tiene una escuela (¿qué mejor proyecto para generar una alternativa a los pibes?) un tambo y una fábrica para producir, dar trabajo y cuidar la tierra, un club social y deportivo para brindar nuevos espacios públicos, etc, el Estado está preocupado por defender los intereses privados y “no hacernos la campaña”.
Es curioso como los que se autoproclaman defensores de la República confunden Estado con gobierno y con partido.
Si ellos no saben diferenciar los campos de batalla, nosotros si. Y le exigiremos al Estado que se ponga en el lugar donde tiene que estar. Para jugar a la política, como hacen ellos, hay otros ámbitos y otros temas bastante menos graves que este. Desconocen totalmente la realidad de los territorios y los peligros de trasladar su lógica universitaria de disputa política a un territorio con facetas violentas.
Así la cosas, el jueves viajaremos nuevamente a Santa Fe a esperas de que luego que los intereses privados expongan en la Comisión de Presupuesto, podamos sacar el dictamen y que la próxima semana se pueda votar el proyecto de expropiación en el recinto.
Tanto Maximiliano Pullaro, como Ariel Bermudez, ambos del bloque oficialista, son claves en las comisiones para que avance el proyecto. Exigimos que cesen las presiones y dejen que los diputados ejerzan la libertad de pensamiento y acción que tanto reclaman, los que hoy presionan, en otros ámbitos.
Desde el territorio
Movimiento Giros