Santa Fe es la segunda provincia con más casos de femicidios registrados en Argentina. Rosario se movilizó para pedir que se declare a la ciudad en “emergencia por los casos de femicidios y violencia de género” que se vienen sucediendo. La manifestación no fue sólo para llegar a presentar el petitorio al Concejo Municipal, sino para renovar el pedido de justicia por las víctimas. En esta nota enREDando hace un repaso por la problemática y comparte los testimonios de los familiares que estuvieron presentes en esta jornada de lucha.
Por María Cruz Ciarniello y Estefanía Gimenez
Según el último informe elaborado por la ONG La Casa del Encuentro, organización que coordina el Observatorio de Femicidios en Argentina “Adriana Marisel Zambrano”, en los primeros seis meses del año, período comprendido entre el 1 de enero y 30 de junio, se registraron 119 femicidios en todo el país, es decir, asesinatos de mujeres cometidos por su condición de género. En siete de cada 10 casos, el presunto agresor resultó el marido o ex pareja de la víctima. 34 de los 119 homicidios ocurrieron en la vivienda compartida con el femicida y 25 en la de la víctima. 40 femicidios ocurrieron en la vía pública. La mayor parte de las mujeres asesinadas tienen entre 19 y 50 años. 161 hijos e hijas perdieron a su mamá como consecuencia de la violencia de género. Cada tres días, dos mujeres fueron asesinadas en el país tan sólo por ser mujeres.
A su vez, la provincia de Santa Fe es la segunda con más casos de femicidios registrados en Argentina, con un promedio de dos mujeres asesinadas al mes.
¿Qué nos dicen estas cifras? La más extrema forma de violencia de género se ha intensificado en los últimos años, como así también la crueldad con la que se cometen los crímenes. Según datos expuestos en la Ordenanza presentada por 15 organizaciones feministas ante el Concejo Municipal de la ciudad de Rosario con el objeto de declarar la emergencia en materia social por violencia de género en toda la ciudad, en el 2008 las víctimas de femicidio en todo el país fueron 208; en 2009, 231; en 2010, 260 y en 2011, 282.
El informe anual del Área de La Mujer de la Municipalidad de Rosario, confeccionado en noviembre de 2011, indica que se registraron en ese período, 3181 llamadas al Teléfono Verde y, según consultadas realizadas con el Poder Judicial de Santa Fe, en el Distrito Judicial N°1 de Santa Fe y Distrito Judicial N° 2 Rosario, se relevaron en total, entre las dos jurisdicciones, 19.390 denuncias por violencia familiar en el período comprendido entre el 2008 y el primer bimestre de 2012.
La Casa del Encuentro, en su informe sostiene que: al menos en 16 de los 119 femicidios del primer semestre de 2012 las mujeres habían realizado una denuncia. Al mismo tiempo, el Observatorio registró 13 mujeres muertas a causa de las graves quemaduras recibidas, caso emblemático el de Wanda Taddei, la esposa del ex baterista de Callejeros.
¿Qué sucede cuando una mujer realiza una denuncia por violencia de género? ¿Cuáles son las respuestas del Estado y qué tipo de asistencia existe para brindar contención a las víctimas? Frente a estos y otros tantos interrogantes, las organizaciones de mujeres de todo el país impulsan desde hace años reclamos constantes y permanentes con el único objetivo de generar políticas públicas para erradicar la violencia sexista.
Es por ello que, entre otros reclamos, exigen con urgencia:
• La Existencia de estadísticas oficiales sobre violencia hacia las mujeres incluyendo los índices de femicidios, articuladas con la sociedad civil.
• Incorporación en el Código Penal de la figura de Femicidio, como una figura penal autónoma. Pérdida automática y definitiva de la patria potestad del femicida, no así de sus obligaciones alimentarías.
• Adhesión de todas las provincias a la LEY Nº 26.485. Ley de Protección Integral para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres en los ámbitos en que se desarrollen sus relaciones interpersonales.
• Existencia de mayor cantidad de Hogares Refugios, Hogares de Día para víctimas, con una asistencia interdisciplinaria, desde una perspectiva de género con el objetivo no solo de proteger en la emergencia sino también fortalecer a las víctimas para que puedan de esta forma rearmar un proyecto de vida libre de violencia
• Asignación de un subsidio habitacional y de alimentación para las víctimas de violencia otorgado por el Estado Nacional.
• Implementación de un número telefónico único y gratuito a nivel nacional, para denuncias, orientación y derivación en violencia de género.
• Asignación de Presupuesto acorde para poder implementar en su totalidad la LEY N º 26.485 “Ley de Protección Integral para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones interpersonales”.
En Rosario
La Multisectorial de Mujeres de Rosario, frente a la alarmante situación en materia de violencia de género que se registra en la provincia, se movilizó en la ciudad para reclamar al Estado provincial lo mismo que desde la Casa del Encuentro se exige a nivel nacional.
El caso testigo en Rosario, ocurrido hace ya varios días, fue el de la joven Marcela Carolina quien sufrió una feroz golpiza por parte de su ex concubino. Este caso visibiliza la ausencia, en algunos casos, de una respuesta eficaz que prevenga los hechos de violencia de género. La mamá de Marcela Carolina había realizado la denuncia en la Comisaría 30° pero allí mismo se negaron a recibirla. Además, la joven aseguró haber acudido a la línea 0800-4444-0420 (Teléfono verde) del área de Atención a la Víctima para la recepción de denuncias, pero nunca fue atendida.
Pilar Escalante, militante de la Multisectorial de Mujeres dialogó con enREDando sobre la fenomenal movilización que impulsaron las organizaciones y que reunió, en nuestra ciudad y por primera vez, a familiares de víctimas de violencia de género de todo el país.
La exigencia principal es “incorporar la figura de Femicidio en el Código Penal”. A su vez, solicitan la asignación de un mayor presupuesto para la asistencia y prevención y la real implementación de la Ley 26.485, encargada de la creación del Concejo Nacional de la Mujer, órgano que, según afirman las organizaciones, cuenta con un «ínfimo presupuesto. “Esto no es una cuestión privada, es un problema público, social y colectivo del cual nos tenemos que hacer cargo como sociedad, por eso, nos parece importante reunir a todos los familiares víctimas de femicidio para poner esto en la agenda pública y por otro lado, exigimos la declaración de Emergencia de Violencia de Género en todo el territorio de Argentina y lo presentamos en el Concejo Municipal”.
La presentación de la ordenanza al Concejo Municipal significa una herramienta “para poder exigir que el Estado tome el lugar que tiene que tomar en poder dar prevención y asistencia a aquellas mujeres que sufren violencia, porque hoy encontramos un claro déficit de las herramientas que están a disposición de las mujeres en Rosario tenemos un teléfono verde que no funciona las 24 hs. Todos los casos denunciados públicamente, son casos donde las mujeres ya han acudido a distintas instancias estatales, denuncias policiales, judiciales, muchas veces no son escuchadas o son desestimadas o reciben turnos cada dos meses y realmente no tiene efecto en la vida de la mujer. El último caso, el de Carolina, ella no sólo había realizado la denuncia sino que una vez internada, fue amenazada dentro del mismo hospital, lo cual es una desidia y una falta de consideración por la seguridad y la salud de las mujeres”, apunta con claridad y precisión Pilar Escalante.
Por otra parte, aclara que las estadísticas con las que cuentan las organizaciones para medir el aumento o no de los casos de femicidio no son oficiales. “Lo que vemos desde nuestra militancia en el territorio es que se está intensificando la crueldad en la violencia hacia las mujeres y se están presentado casos de mujeres cada vez más jóvenes. Son números que crecen exponencialmente y se está intentando visibilizar aquello que muchas veces los medios reproducen como crimen pasional y que son femicidios en donde hay un hombre que toma a la mujer como su propiedad”.
Para la prevención, resulta imprescindible que las herramientas ya existentes por parte del Estado funcionen como corresponde. “Queremos que se tome en consideración la vida real de la mujer que sufre violencia de género. Se necesitan planes integrales que puedan reconocer esos casos. Y se necesita una justicia que actúe conforme a la ley y al derecho. Cuando una mujer denuncia un caso de violencia, la comisaría desestima la denuncia, cuestionan los relatos, entonces, es muy complicado ingresar en los circuitos provistos por el Estado, luego esos circuitos son deficientes, entonces nos encontramos con una situación de total desidia. Esto es un problema social”, remarca Pilar. En la ordenanza presentada el pasado 8 de agosto, además, se hace un especial llamado de atención frente a la accesibilidad a los servicios de atención y prevención por parte de mujeres lesbianas, bisexuales y trans, “considerando que las políticas públicas están diseñadas bajo el presupuesto heteronormativo”.
Marcha
El mismo día en que se recordaba el asesinato de Dayana Capaccio, Rosa Silva y su hijo de 8 años y de las golpizas sufridas por Marcela Carolina, además de las muertes de Natalia Gaitán, Florencia Corvalán, Silvia suppo, Irma Vera, Sandra Cabrera, Paula Perassi, Daniela Spárvoli, Vanesa Celma y Alejandra Cugno, las organizaciones feministas realizaron una movilización por las calles de Rosario en la que participaron, entre otros familiares, los padres de Wanda Taddei, Macarena, la hija de Sandra Cabrera, Marina Destéfani, la hija de la militante y testigo querellante en juicios por lesa humanidad, Silvia Suppo y familiares de las víctimas del cuádruple crimen de La Plata.
Marina Destéfani es la hija de Silvia Suppo, asesinada en la ciudad de Rafaela, testigo querellante en causas de lesa humanidad. Presente en esta movilización, señala con firmeza que el asesinato de su mamá fue un asesinato político, de igual manera en que los son los femicidios en Argentina. “Silvia fue víctima de la violencia de género durante la dictadura, víctima de vejaciones, torturas y violaciones. Estamos de acuerdo con el pedido de solicitar una asignación económica porque creemos que la principal dificultad que tienen las mujeres para salir del círculo de la violencia tiene que ver con el sustento económico”. Además, Marina reclama justicia. No solo por la causa de su mamá, sino fundamentalmente, por todos los casos de violencia sexista donde la mayoría de las veces “triunfa la impunidad con la complicidad de la policía, de los jueces y de los medios y de la sociedad en general”.
En Rafaela, “existen los protocolos y las leyes pero no se aplican porque no hay capacitación ni sensibilización. En Rafaela no hay una Secretaría de la mujer ni Secretaría de Derechos Humanos. La Comisaría de la mujer atiende de guardia y tampoco existen refugios, aunque también consideramos que por sí solos no funcionan sino terminan siendo un depósito de mujeres”. Los reclamos son numerosos. La realidad habla por sí sola. Los mecanismos legales existentes no alcanzan para paliar la violencia continua y sistemática que se ejerce contra las mujeres.
Más testimonios
“Este es un problema social y político. Consideramos que los femicidios reproducen la matriz patriarcal”, reafirma la hija de Silvia Suppo, militante en el Espacio Verdad y Justicia que lleva como bandera, el nombre de su mamá.
La sensación era extraña. Dolor, fuerza, lucha, tristeza. Un conjunto de sentimientos encontrados que se manifestaban en cada una de las palabras de los familiares de las mujeres víctimas.
Vanesa Celma tenía sólo 29 años. Murió al ser quemada por su pareja cuatro meses después del hecho de violencia. Tenía dos hijos y toda una vida por delante. Al ingresar al lugar de los quemados del Hospital de Emergencias Clemente Álvarez de la Ciudad, el 33 por ciento de su cuerpo estaba afectado. La justicia caratula la causa como incendio. Ella alcanzó a contarles a las enfermeras lo que pasó. Su cónyuge, hoy, está libre ya que la justicia no tiene pruebas suficientes para detenerlo y además, le otorgó la tenencia de los hijos.
“Falleció el 22 de noviembre del 2010. Desde ese momento comenzó nuestra lucha. La justicia no habla ni de violencia de género ni de femicidio. Pedimos que se implemente la ley en el país. Hoy en día no hay un asesoramiento ni siquiera cuando uno va a hacer una denuncia por violencia familiar”, cuenta la hermana y la cuñada de Vanesa, quienes no bajan los brazos y están atentas al mínimo detalle de su caso.
“No sólo queremos justicia por Vanesa, sino por las muchas otras chicas que también pasaron o están pasando por la misma situación que vivió ella”, agregan, sosteniendo en sus manos un cartel que pide justicia.
La emoción se hacía latente a cada paso y en cada paso, un nombre distinto. Las edades variaban. Algunos casos de violencia eran conocidos por el estado mediático que tomaron, otros totalmente desconocidos pero no por ello ajenos a la problemática.
Jorge es una persona fácilmente reconocible en los medios de comunicación. Hace dos años recorre los canales de televisión y lo entrevistan distintos programas. Jorge es el padre de Wanda Taddei, quien murió quemada tras una discusión con su marido, el ex baterista del grupo de rock Callejeros, Eduardo Vázquez.
A Jorge se le hace muy difícil esconder su emoción, el recuerdo de su hija está tan latente como el primer día pero es lo que lo ayuda a seguir. “Esta lucha es la que te ayuda a seguir adelante. Esta gente que está acá, los periodistas, quienes se comprometen con el caso, todos los que te rodean. Si vos transformas tu dolor en lucha tenés la posibilidad de seguir adelante, de seguir adelante con tu familia y ayudar, aportar y tratar de hacerlo lo más posible dentro de tu vida, de tu entorno y de ayudar a la sociedad”.
“En un primer momento te conmueve. En un primer momento empezás a trabajar para exigir justicia. La justicia sola no llega. Hay que ser querellante. Hay que pagar a los abogados, a los peritos. Pero en el medio de esto vos te das cuenta, tomas conciencia, de que no es un problema de tu hija, sino que es un problema social extendido a lo largo y a lo ancho del país. Y a partir de tu dolor, empezás a buscar una salida a ese dolor. Y la salida al dolor que tenemos como padres en esta situación es tratar de hacer un aporte humilde, un granito de arena a lo que le paso a tu hija”. De esta forma, Jorge define su nueva forma de vida que comenzó hace poco más de dos años y medio.
Pese al dolor transformado en lágrimas, Jorge tiene una mirada de esperanza frente al futuro que se aproxima, y se lo cuenta a enREDando. “Es un tema muy grande y muy profundo. Lo primero que tiene que hacer el Estado es convocar, desde todos los estamentos del gobierno, convocar ampliamente. Tanto que se habla de políticas de estado en otros planos, como el económico, las obras, en la violencia de género hacen falta políticas de estado”, dice en forma directa a las medidas que se deben realizar oficialmente.
“Esto quiere decir que quien está gobernando convoque. Convocar a todos los sectores, las ONG’s, la ciudadanía y empezar a armar a darle forma, a la ley de violencia de género. Dotar de recursos, para que las mujeres que son golpeadas puedan ser ayudadas. Capacitar. El Estado es una palabra muy grande. En todos los niveles, las autoridades tendrían que tomar esto como una bandera y por encima de los partidismos”.
Jorge rescata que esto es lo más importante. “Cada uno tiene su pensamiento político. Lo que pido por favor es integrarse. Integrémonos. Hagamos política de estado. Somos todos argentinos. Tenemos que unirnos en cosas concretas por encima de nuestra bandera política”.
En ese momento recuerda a Wanda, desde lo más profundo y con todo el amor que es imposible de explicar. “Wanda era una piba re solidaria. Te cuento una anécdota. Salía del supermercado, ella no era una persona de dinero, era una laburante. Salía con su bagallito y había una mujer con su familia pidiendo y le dejo todo lo que había comprado. Estaba la madre y le dijo, pero como? Y ella le respondió: y si, lo necesitan más que yo. Así te la pinto”, cuenta Jorge con lagrimas.
Al lado está Daniel Galle, es el padre de Micaela, la menor que murió en el cuádruple crimen de La Plata, junto a su madre Bárbara Santos, su abuela Susana de Barttole y una amiga de su madre, Marisol Pereyra.
“El mío es un caso distinto, pero estamos en la misma lucha, ellas solas no se pueden defender. Necesitamos que el pueblo nos ayude, es fundamental la unión de todos, tenemos que entender que hoy somos nosotros y mañana puede ser cualquiera, que necesitamos que la ley se cumpla de forma urgente, para que las mujeres no sigan muriendo”, reclama Diego casi sin aliento.
Y resume: “necesitamos ya una política de fondo, es necesario y es urgente, ya no podemos dar más vueltas con esto. Por eso nos estamos uniendo hoy acá, desde distintos puntos del país. Por esto elegimos viajar, para dar nuestro apoyo. Creo que como familiares la mejor lucha es unirnos. Y darle un poco de conocimiento a la gente y solidarizarnos con todos los familiares que están pasando esto. Como cada uno está en distintas instancias, lamentablemente, nos podemos ir ayudando. Por eso también nos unimos, sabemos que es un dolor enorme. Que la gente sepa que es un problema de todos, que todo el que pueda sumar lo haga. El no te metas no va más”.
Fuentes consultadas:
Diario Página 12 / Rosario 12
Documento elaborado por Multisectorial de Mujeres de Rosario