En todo el país se sigue profundizando el monocultivo de soja. Este modelo, además de generar miles de millones, mata. Intoxica. Desaloja. Desmonta. En paralelo se expanden las luchas en defensa de la vida. A 23 km de Rosario, en Zavalla, a partir del impulso del grupo ecologista Génesis, se aprobó una ordenanza basada en criterios de prevención de la salud que, entre otras cosas, prohíbe la fumigación con agroquímicos a 800 metros del ejido urbano. Alcides Ghiglioni, referente de Génesis, nos habla del significativo avance.
Por Vivi Benito
El monocultivo de soja, la gallina de los huevos de oro de estos tiempos, además de generar fabulosas ganancias para unos pocos, produce muerte. Intoxicación. Desmontes. Desalojos. Desertificación. Pérdida de la soberanía alimentaria.
Según datos del diario Página12, la soja transgénica con uso intensivo de agrotóxicos, en la actualidad cubre 19,8 millones de hectáreas, el 56 por ciento de la tierra cultivada de toda la Argentina. (1)
Junto al avance de la frontera de los agronegocios se conocen cada vez más informes médicos y científicos que relacionan las fumigaciones con agrotóxicos con el aumento de los casos de leucemia, cáncer, hipotiroidismo y malformaciones en poblaciones cercanas a los campos regados con veneno. (2)
Pero también se expande la lucha organizada en defensa de la vida.
En los alrededores de Rosario decenas de vecinos se están movilizando para frenar las fumigaciones. En Carcarañá, tres barrios están denunciando la aparición de enfermedades a causa del glifosato. En Casilda, se sancionó una norma que limita las aplicaciones de plaguicidas.
En el caso de Zavalla, a partir del impulso de la agrupación ambientalista Génesis, se creó y aprobó una ordenanza inédita que, en base a criterios de prevención de la salud, regula el uso de los agroquímicos.
La normativa, incluso es superadora de la controvertida Ley Provincial de Fitosanitarios Nº 11.273, cuyo proyecto de modificación hasta hace poco contaba con media sanción de la Cámara de Diputados santafesina y en Senadores perdió estado parlamentario. Se cajoneó. (3)
La protección de la salud humana y de los ecosistemas está entre los principales objetivos de la ordenanza Nº 38/2011, sancionada a fines de agosto en la localidad de Zavalla. Es la única de este tipo en toda la provincia, prohíbe en este distrito la fumigación con agroquímicos a una distancia de 800 metros del casco urbano para la aplicación por vía terrestre y tres mil metros por vía aérea. Además establece que entre los 800, tres mil o más metros de distancia, sólo se podrá fumigar en forma terrestre.
“Desde mi punto de vista no debiera haber más químicos en ningún lado. A la Argentina la importación de agroquímicos le cuesta alrededor de 2 mil millones de dólares al año, y otros 2 mil millones le cuesta la salud por los problemas ocasionados por los agroquímicos. De manera que todo es posible, está bueno que la gente se movilice”, nos dice Alcides Ghiglioni, militante ambientalista del Grupo Génesis.
“Nosotros venimos trabajando en distintos pueblos. Le planteamos al presidente de la comuna hacer una ordenanza para alejar las fumigaciones del pueblo, nos dijo que la hagamos y nos pusimos a trabajar con información de muchas organizaciones. La ordenanza es muy simple, prohíbe todo tipo de agroquímico, no tiene las confusiones de la Ley Provincial de Fitosanitarios. Esto es: no más agroquímicos de acá a 800 metros. Los cambios se están haciendo en forma gradual, en el marco de un proceso”, agrega Alcides, quien a su vez integra la Comisión asesora de Ecología del Consejo de Rosario.
El presidente comunal de Zavalla, Ignacio Mujica, es médico (odontólogo), tiene hijos chiquitos y desde un principio –incluso antes de asumir su mandato- mostró predisposición para trabajar seriamente sobre el tema. “Armamos la ordenanza en base al fallo de San Jorge, el fallo es una orden judicial que hace referencia a un barrio, en Firmat pasa lo mismo, se circunscribe a un barrio. Lo de Zavalla es una ordenanza que limita a 800 metros la fumigación en todo el pueblo. En la provincia no hay nada similar”, explica Ghiglioni.
Prevención en salud
El actual modelo de producción agrícola, que palpita fuerte en nuestra región, incluye la utilización de un paquete tecnológico y la aplicación de agroquímicos, los intereses creados van de la mano con la falta información sobre el manejo de los plaguicidas y sus efectos sobre la salud.
Entre los argumentos fuertes de la ordenanza, se destaca el informe “Comunidades en Peligro: Informe global sobre los impactos a la salud derivados del uso de plaguicidas en la agricultura”, de la Red Internacional de Acción en Plaguicidas (RIAP) a través del cual se llama a las transnacionales, gobiernos y organismos internacionales, a actuar en forma enérgica para enfrentar los peligros ocasionados por los plaguicidas. También toma el fallo de la Cámara de Apelaciones de Santa Fe mediante el que se prohibió la fumigación con glifosato en cercanías de zonas urbanas de la ciudad de San Jorge, por las características tóxicas y los efectos nocivos que generan dichos productos en perjuicio del medio ambiente, la salud de los seres humanos y los animales. (4)
“Hace 60 años se producía sin agroquímicos. Con la técnica y los conocimientos que hoy existen, se puede producir perfectamente bien, es más, los rindes son superiores a los que producen con la agricultura convencional y no pierde suelo. Hoy al campo si no le agregás fertilizantes no funciona. Los fertilizantes son a base de petróleo, en 25, 30 años no hay más petróleo. ¿Y qué le van a echar? Ese proceso es el cambio que hay que hacer. Un cambio de mentalidad, cultural, hay que sentarse a discutir. Creo que se puede avanzar más rápido si dejamos de agredirnos entre nosotros y empezamos a charlar, discutir y a dar información, es lo que está faltando”, continúa Alcides.
Conociendo en detalles el complejo panorama, el referente de Génesis elige no quedarse con la crítica, apuesta al diálogo con los productores, a ofrecer información por todos los medios posibles sobre los problemas derivados del uso de agroquímicos.
“Hay que lograr sentarse en una mesa a poder discutir cómo avanzamos. Además, y estoy seguro que muchos productores no lo saben, las producciones orgánicas rinden mucho más y se gana más dinero que con las producciones convencionales, sólo queda un detalle: hay que trabajar”, sostiene, resaltando el trabajo de la granja agroecológica “Naturaleza Viva”, ubicada en Guadalupe norte, donde de manera orgánica se producen quesos, fiambres, dulces, frutas, cereales, lino, maíz, aceite, entre otros productos.
Además, es optimista al observar el paulatino aumento de las producciones orgánicas en el país, así como de la conciencia ambiental: “En el país hay 4 millones y medio de hectáreas de producción orgánica certificada, y debe haber otro tanto que no está certificada. Hablar de ecología hace 27 años (cuando empecé) era una utopía total. Hablar de temas agroquímicos, sobre todo en los pueblos, más aún. Hoy se está hablando en la Universidad de los problemas, de las cuestiones epidemiológicas (por ejemplo en la Cátedra Salud Socioambiental de la facultad de Medicina de la UNR). También se está hablando de las alternativas de producción en la facultad de Agronomía. Hay un cambio muy grande en muy poco tiempo. Tiene que ver también con las demandas de la sociedad, que no quiere que se muera más nadie”.
Fuentes:
1 – Nota: “Otra víctima por defender su territorio”, de Darío Aranda. Diario Página12.
2 – Entrevista al Dr. Alejandro Oliva, Director de Andrología del Hospital Italiano de Rosario, coordinador de un informe de investigación multidisciplinario que tuvo como objetivo describir las relaciones entre salud reproductiva y factores ambientales en poblaciones rurales.
3 – Nota: “Una ley fumigada”, de Jorge Cadús.
4 – Fallo de San Jorge. Redaf,:Red Agroforestal (Chaco)